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Mazoku
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UN VIAJE INESPERADO CAP 3
-- Rubí despierta venga no seas dormilona…despierta…-- dije un poco asustada, pensaba que algo le pasaba pero no sabia que hacer.
Las chicas empezaron a despertarse poco a poco por el aumento de mi voz; se fueron acercando ami para ver que pasaba.
-- ¿Ocurre algo? …¿Le sucede algo? …-- pregunto una de las chicas mientras la zarandeaba.
--No lo se…no despierta…algo le pasa estoy segura…-- dije yo mientras seguía moviéndola pero sin obtener ningún resultado así que decidí no hacer nada mas, solo pude mas que taparla con una de las mantas que encontré para darle calor.
En ese momento vi como por la puerta entraba Catia cabizbaja, por su expresión me temía lo peor. Varias chicas se le acercaron para recibir las malas noticias o en su caso algo diferente. Mientras Verónica se acercaba a mi lado para comprobar el alboroto que se había producido.
-- ¿La has encontrado? …-- pregunto una de las chicas.
-- No había nadie en la arena…ha desaparecido…-- dijo Catia con la voz apagada.
-- No puede ser…es imposible…-- dije con tristeza en mi voz, no podía creer que fuera cierto, por una parte estaba aliviada por que no se había encontrado su cuerpo pero por otra esta completamente desolada, no sabia que hacer.
-- Lo mejor es que nos calmemos y pongamos nuestras prioridades…lo primero es arreglarnos un poco…algunas chicas que vayan a la cafetería a ver que pueden encontrar, haremos turnos en las duchas…Catia será mejor que vayas a la sala de ordenadores…si Akemi esta viva lo mas seguro es que se ponga en contacto con nosotras de alguna forma…y ya que por Rubí no se puede hacer nada es mejor dejarla descansar, lo mismo puede ser algo de su cuerpo o alguna cosa, es mejor que no te preocupes…-- dijo Verónica planeándolo todo y era lo mas sensato que podíamos hacer, pero podía verse la preocupación en su cara y mas allá de la desaparición de Akemi.
Mientras las chicas se disponían a arreglar aquello y demás; Catia se iba a la sala de ordenadores, yo me quede mirando un instante a Verónica mientras me sonreía y seguidamente le daba un beso en la frente a Rubí y otro a mi.
-- Pasa algo con Akemi… ¿Verdad? …-- pregunte yo mientras le observaba el rostro de preocupación.
-- Espero que no ocurra lo peor…sabes que Akemi es una Bakeneko, y tenia controlado su voraz apetito durante años lo ha hecho, pero lo que temo es que se vuelva a convertir en eso… y vuelva a devorar a gente…-- dijo Elvira mientras me miraba a los ojos.
-- No pasara estoy segura…-- dije convenciéndome y esperando que así fuera, manteniendo la esperanza.
-- Esperemos que no pero ahora es momento de ponernos en marcha tengo que hacer algunas llamadas y organizar algunas cosas mas…tu es mejor que vayas a ducharte luego entrare yo…-- dijo Elvira sonriéndome, y cambiando de tema.
En cuanto dijo lo de las llamadas me vino a la mente lo del cristalero, eso si que iba a ser un problema por segunda vez que no estuviera en casa y no podía hacer nada ni ir siquiera, pensé que seria mejor olvidarlo.
Así que me dirigí a las duchas al entrar allí fue todo un espectáculo ver las chicas desnudas que se paseaban por las duchas moviendo graciosamente sus colas, sus cuerpos estaban brillando por el agua mientras resbalaba por ellos, me mente empezó a imaginar varias escenas que ya me hubiera gustado que pasaran, incluso pude observar a mas de una olfatear el aire mientras pasaba cerca de ellas, peor por lo visto de momento no querían acercarse o eso o estaban esperando que yo hiciera algo, aunque no tenia pensamientos para eso así que me duche tranquilamente cerrando los ojos y dejando que todo aquello pasase por mi mente como el agua de un río, al mirarme el cuerpo bajo la ducha, esperaba solo que aquella criatura estuviera bien y que aquellos símbolos extraños que tenia por mi cuerpo aguantasen lo suficiente, de momento no tenia ningún dolor y aquella canción de Rubí había funcionado.
En cuanto me seque me dirigí a la cafetería para poder tomar algo si aun quedaba, escuche el alboroto de siempre por un momento pensé que me encontraba en el instituto pero al entrar vi que no era así las chicas estaban sentadas en las bancas desayunando, una de ellas se levanto y me invito a acompañarlas, el desayuno fue de lo mas animado conversando, riendo contando anécdotas, fue el mejor que había tenido, mi agradable escena fue rota por un relámpago, al parecer el tiempo había cambiado nuevamente para peor al parecer.
Después de haber desayunado me dirigí nuevamente a donde estaba Rubí por si se producía algún cambio pero al parecer ninguno por lo que pude ver, me senté a su lado y recosté mi cabeza en su pecho pidiendo a lo que fuera que existiese que se recuperara lo antes posible, cerré los ojos por un instante al abrirlo me fije en las espadas que estaban apoyadas en la pared y decidí entrenar un poco en el gimnasio que había espacio suficiente y no podría hacer daño a nadie.
En cuanto llegue a el empecé a moverme como me había explicado mi madre pero aquellas espadas no se el motivo pero me parecían mas pesadas que de costumbre, aunque no estaba acostumbrada tanto a su peso como para poder moverlas con ligereza.
-- Así que has decidido entrenar por tu cuenta…yo tendría cuidado de que no te cortes…-- dijo Catia estaba vestida con un chándal de color rojo lo mas seguro que hubiera encontrado en alguna taquilla, le quedaba algo ajustado contorneando su figura.
-- Esperaba poder practicar algo…levo tiempo sin hacerlo y no me gustaría ser una carga…todas aquí me han ayudado han dado incluso su vida por mi no puedo permitir que suceda mas…-- dije pensando que ya había llegado la hora aunque sabia que esto no podría hacerlo de la noche a la mañana.
-- Espera un poco, pásame una de ellas por lo menos podré enseñarte algo; sabes Akemi me enseño su uso hace ya bastante tiempo…-- dijo Catia mientras cogía una de las espadas y se colocaba en posición de defensa, en ese momento la luz de un relámpago se dejo ver, reflejando el rostro de Catia sobre la espada su expresión había cambiado literalmente era espeluznante.
Catia se lanzo a por mi sus golpes eran sucesivos sin dejarme tiempo a casi reaccionar, ya que encima casi apenas podía verla, intente defenderme cuanto podía pero sus ataques se sucedían una y otra vez tirándome al suelo, estaba convencida de que si hubiera sido un duelo de verdad en ese momento estaría muerta, en uno de sus ataques me tumbo al suelo y me puso la espada en la garganta casi me la rozaba su expresión era casi diabólica incrementada por los relámpagos y los truenos que se escuchaban afuera, me quede petrificada mirándole a los ojos, que en ese momento eran como los de un autentico gato.
Estaba segura que si hubiera querido en ese instante me hubiera matado, su expresión era para eso, el sudor resbalaba por mi cara goteando al suelo, otro relámpago me despertó de ese estado y observe como Catia me alargaba la mano para que me levantara y prosiguiera con el entrenamiento.
-- Debes de mejorar tu juego de pies…y tu defensa…gastas demasiada energía en el movimiento…-- dijo Catia aconsejándome, la mejor postura y la mejor forma de movimiento.
-- Gracias…no solo por esto si no por todo lo que has hecho por mí…-- dije agradeciéndole todo, era lo menos que podía hacer.
-- No seas tonta, no he hecho nada si no te hubiera despertado, no habría pasado nada de esto, estarías tan tranquila con tus asuntos…-- dijo Catia auto culpándose, en sus ojos empezaba a aparecer las lagrimas, en ese momento se dio la vuelta y de un movimiento seco lanzo la espada al suelo clavándola.
-- No te preocupes, no creo que me hubiera podido mantener al margen por mas tiempo pero en su lugar has hecho algo maravilloso…me has mostrado a mi verdadera madre he encontrado entre vosotras una verdadera familia…y por eso yo te debería dar las gracias…-- dije mientras me acercaba a ella abrazándola, en ese momento cayo al suelo de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente, yo no se como pero sentía su dolor en mi corazón, intente abrazarla todo lo fuerte que pude para consolarla y que comprendiera que incluso por aquella apariencia de solitaria y dura, tenia alguien en quien podía confiar.
-- Muchas gracias…necesitaba desahogarme, son muchas cosas que se han ido acumulando…la muerte de mis amigas la perdida de Akemi, te lo agradezco…-- dijo Catia mientras me cogía las manos.
-- Bueno es mejor que sigamos entrenando…así no podré hacer nada…-- dije yo intentando cambiar de tema y centrándonos en mi adiestramiento.
-- Es lo mejor…y parece que necesitas mucho…bueno si tienes aun ánimos sigamos…-- dijo Catia mientras se secaba las ultimas lagrimas de la cara.
El entrenamiento continuo yo seguía recibiendo golpes con la parte plana de la espada pero cada vez iba mejorando algo podía ver un poco mejor los movimientos de Catia pero aun así seguía cayendo al suelo, sus embistes eran continuos y muy rápidos, aunque cayese al suelo no me daba tregua de levantarme.
-- Puedes defenderte desde el duelo…crees que el enemigo se parara a que te levantes…-- grito Catia, era increíble el cambio de expresión que tenia, se centraba en las cosas de una manera sorprendente.
Así seguimos durante unas horas más, fue sorprendente recibí incluso más golpes que cuando entrenaba con Akemi, a cada ataque suyo un relámpago se podía ver a través de las ventanas, era incluso que estuviera en unión con la misma naturaleza y la tormenta quisiera expresar su furia.
Al finalizar terminamos rendidas en el suelo las dos tumbadas, sudorosas y eso que acabábamos de ducharnos y otra vez a la ducha y a buscar otra ropa en las taquillas, ni siquiera podía imaginarme cuando volvieran a abrir el instituto lo que pasaría.
-- Aun queda otra parte de tu entrenamiento…-- dijo Catia mientras me ponía de rodillas para que meditara.
-- ¿La meditación? …-- pregunte yo sorprendida no creía que fuera tan importante.
-- ¿Crees que no es importante? … A veces incluso es mas importante que el entrenamiento físico y te advierto soy de la vieja escuela…lo voy a hacer lo mismo que me enseño a mi Akemi…-- dijo Catia mientras me obligaba a concentrarme.
Cerré los ojos y empecé a concentrarme a intentar relajarme, manteniendo la mente en blanco pero era casi imposible, cada vez que me movía, o intentaba abrir los ojos sentía un golpe fuerte en los hombros, para mantener la postura y no desviarme del entrenamiento, así permanecí unas horas cuando al fin pude descansar tenia los pies hechos polvo casi ni los podía mover debido a la postura y los hombros completamente doloridos debido a los golpes, en ese momento estaba cabreada con Catia pero recordé que lo hacia por mi bien y que era necesario.
En cuanto terminamos entro por la puerta la dependienta que me atendió llevaba unos pantaloncitos vaqueros cortos de color azul apagado y en sus piernas unos leggins de color oscuro en sus pies portaba unos botines de color marrón apagado, en su torso llevaba un jersey de lana lo mas seguro por el frío de color violeta sin dibujo alguno, su expresión era de seriedad y algo de despecho llevaba unas bolsas en sus manos de su tienda precisamente que arrojo al suelo delante de mi.
-- No lo conseguirás…No te mereces el honor que te ha sido concedido…hay tienes la ropa que me encargo Verónica y recuerda que eso te lo apunto en tu cuenta…-- dijo la chica fríamente y de la misma forma que había entrado salio del gimnasio.
-- ¿Pero que demonios le he hecho yo a esa? … dije intentando pensar que le habría dicho o hecho para que estuviera así conmigo.
-- Mejor no lo pienses…no a todo el mundo le vas a caer bien eso te lo aseguro…pero estoy convencida que es una buena chica…lo que me pica la curiosidad es ahora ver la ropa que te ha traído Verónica…-- dijo Catia rebuscando entre las bolsas de ropa, literalmente metió la cabeza dentro de ellas y empezó a sacarla.
Lo primero que encontró fue la ropa interior, aunque la verdad para mi gusto era algo atrevida, tenia un color violeta vivo y por delante tenia unos encajes y una pequeña abertura cerrada con un lacito y además se ataban lateralmente, al verlas la cara se me puso roja al momento, el sujetador parecía incluso que le faltaba la copa por que eran precisamente de los que alzaban desde abajo y no tenia nada por delante también era de un color violeta vivo, la parte de arriba era un jersey de tela algo gruesa, de color rojo y con un dibujo de una estrella sonriendo, y por ultimo una falda pantalón de color grisáceo que me llegaba un poco antes de las rodillas, en los pies había optado por unos de tacón bajo de color negro.
-- Wooooow, parece que te esta preparando para algo mas por lo que puedo ver, o eso o quieres que estés supermona…je, je, je…-- dijo Catia mirando la ropa interior e imaginando como me quedaría puesta.
-- Pero en que estará pensando al comprarme esto…y ¿Cómo ha sabido mis medidas? … es increíble… -- dije completamente sorprendida al ver aquella ropa pero bueno era mejor que no tener nada.
Diciendo esto cogi las bolsas y me dirigí hacia las duchas, a refrescarme, deje nuevamente el agua discurrir entre los recovecos de mi cuerpo, al menos de momento no había tenido dolores y eso era buena señal en cuanto termine me seque el pelo cuanto pude y me puse la ropa, que por cierto su tacto era delicioso, sentir como la seda se deslizaba en mi cuerpo, aunque no estaba acostumbrada al sujetador me sentía extraña, en cuanto me puse el jersey se notaba mucho me alzaba los pechos pero el problema era que ahora mismo se marcaban los pezones por el frío, pero que remedio no tenia otra cosa.
Habiéndome vestido me dirigí al auditorio a ver lo que pasaba, al entrar observe como Verónica estaba dirigiendo la situación, pero todo se detuvo un instante las chicas se quedaron mirándome fijamente sobre todo al pecho, a mas de una las orejas de gata se saltaron en su cabeza, era como si hubieran visto un ratón moverse, me sentí como si fuera uno en ese momento y que debía salir corriendo de allí.
-- Vaya…ya has llegado…venga chicas…no nos distraigamos hay cosas que hacer…-- dijo Verónica mientras organizaba a situación al otro lado del auditorio estaba Rubí inmóvil con esa aura aun rodeando su cuerpo.
-- Gracias por la ropa…pero creo que te has pasado un poco en la interior…por decirlo suavemente…-- agradecí su buena intención, pero era mejor remarcarle lo que había hecho.
-- ¿No te gusta? …Si prefieres puedes ir sin nada mucho mas excitante sobre todo para mi…-- dijo Verónica mirándome mientras se relamía al contemplarme de arriba abajo.
-- No es eso…y lo sabes solo que es un poco atrevida eso es todo…pero con muy buen gusto eso si…-- dije yo aclarando aquella situación.
-- No te preocupes mira tengo que hacer unas llamadas será mejor que ayudes por aquí en diez minutos te espero en la clase…-- dijo Verónica obviando aquel tema, para no armar mucho revoleo.
De mientras me puse a guardar colchones y mantas en su sitio, la lluvia arrecio mas si pudiese, al salir del auditorio vi como Catia estaba en la ventana, esperando una respuesta de Akemi, pensé que lo mejor seria dejarla sola.
Pasando los diez minutos me dirigí a la clase para ver que quería Verónica, al entrar observe que se había cambiado de ropa, tenia una falda de color negro de cuero muy ajustada a su muslos, en sus piernas tenia unas medias con portaligas que podían adivinarse, en su pecho una blusa de color pastel con algunos encajes y en sus pies unos zapatos cerrados de tacón bajo, la verdad es que estaba preciosa, aquella ropa le contorneaba su figura de una manera extraordinaria apretando tanto sus muslos, como casi transparentando sus pechos con esa blusa en la silla estaba apoyada una gabardina larga negra de cuero, un conjunto que le quedaba como anillo al dedo.
En cuanto entre, sentí un empujón y como no, aquella chica entro y se puso al lado de Verónica aunque no sintiera celos me sentía como amenazada por ella de alguna forma. Me acerque a ellas, aunque la mirada que tenia sobre mi no era precisamente muy amigable.
-- Muy bien esta es la situación, he podido contactar con el descendiente de mi maestro, y el tiene un libro que puede desbloquearte los canales del Chi…-- dijo Verónica, al menos una buena noticia, pensé que al menos las cosas se irían solucionando.
-- Bien, me alegro por eso…-- dije, pero antes de terminar la frase fui interrumpida.
-- No te alegres demasiado, el problema es que vive en Japón en un bosque y tenemos que ir para allá, otro problema es que seguro que nos están buscando la policía y tendrán los aeropuertos vigilados y los puertos también, y yo no tengo pasaportes aquí ni tu tampoco y a tu casa no puedes ir ni yo a mi tienda…y aunque pudiéramos ir y cogerlos no creo pudiéramos ir tampoco, nuestras caras son reconocibles pero bueno eso es aparte…necesitaríamos pasaportes falsos…-- dijo Verónica exponiendo todo lo que sucedía y tenia razón en todo, empecé a darle vueltas a la cabeza pero no encontraba la solución.
-- En los pasaportes puedo hacer algo…Elvira me debe algún que otro favor…-- dijo Catia entrando por la puerta, con el rostro algo mas animado, desfogarse en el gimnasio le había servidote algo.
-- Muy bien espero que pueda conseguirlos…solo me hace falta eso y nuestras fotos pero eso es fácil…vamos al cuarto baño veras que bien…-- dijo Verónica cogiéndome de la mano y saliendo de la habitación; yo pensaba que ibamos a divertirnos por decirlo de alguna forma pero no era precisamente eso.
Entramos en el cuarto baño y me situó delante del espejo y ella detrás.
-- No es lo que tu piensas…escucha piensa en una amiga y yo pensare en otra intentare hacer que nuestros rostros parezcan de otra persona, esto solo dura un día y será suficiente si podemos saldremos esta noche para Japón…-- dijo Verónica intentando hacer otra de sus magias.
-- Un momento…espera no tengo dinero para ir a Japón y menos aun dejar a Rubí aquí sola podría despertarse en cualquier momento y necesitar alimento o algo…aparte tengo que saber como se encuentra mi padre…-- dije excusando el viaje por varios motivos evidentes.
-- A ver en este viaje te invito yo crees que en todo este tiempo que he vivido, mi tarjeta no ha dado intereses…y no pienses que no te voy a decir mi edad…pero no creo que Rubí se despierte, es como si su cuerpo estuviera en hibernación de alguna forma, y a tu padre puedes llamarlo para comprobar como se encuentra pero yo que tu no lo haría no crees que estarán vigilando al medico…y otra cosa es por salvar a esa criatura y a ti también así que tu eliges…yo no te puedo obligar pero es la mejor opción que tienes…-- dijo Verónica aclarándome la situación, y no le faltaba razón.
-- De acuerdo…si no queda otra… ¿Esto duele? …-- dije aceptando lo que me ofrecía y preocupándome por lo que pudiera pasar.
-- No te preocupes no duele nada…o eso espero…es broma tranquila solo mantén la imagen de alguna de tus amigas…-- dijo Verónica bromeando pero yo no estaba tan convencida de aquello.
Ami mente empezaron a pasar varias chicas del instituto que podría considerar mis amigas o conocidas por así decirlo, pero en seguida se introdujo y no supe el por que la cara de Alexa.
Pude ver como a Verónica le aparecían las orejitas de kitsune y las colas se desplegaban alzándose al igual que las otras veces, coloco sus manos en posición de rezos y empezó a recitar un Sutra como ella lo llamaba sus manos empezaron a hacer gestos al igual que la otra vez pero no con tanta rapidez, en pocos movimientos las manos se detuvieron la luz de cuarto baño se apago al instante, yo empezaba a asustarme, no sabia lo que fuera a pasar.
-- Aaaaaaaaaaaaaah…leche que susto…no vuelvas a hacer esto… ¿Pero como es posible? …Es increíble…-- grite asustada en cuanto se encendieron las luces y al verme la cara de Alexa en el espejo no podía creerlo era idéntica, y Verónica tenia el rostro de Akemi, era sorprendente lo que había hecho.
-- Por favor no hagas eso… ¿Bueno que te parecen? …no han quedado mal…-- dijo Verónica mientras se miraba en el espejo, aunque sin evitarlo tuve que reírme al ver que lo único que no había cambiado eran las orejas y las dos colas.
-- Ja, ja, ja, ja…es increíble…-- me reí por un momento al verla.
-- ¿Qué pasa?… No han quedado mal…-- dijo Verónica mientras revisaba su obra.
-- No es que hayan quedado mal precisamente…es que hay una cosa que no podrás esconder por mucho conjuro que hagas…esas orejas y tus colas…-- dije entre risas mientras las observaba.
-- Dios…en eso tienes razón…casi siempre se me olvidan…y pensaba que con esto se ocultarían pero ya veo que no…bueno no pasa nada mejor esconderlas como siempre…-- dijo Verónica mientras las volvía a esconder.
Al salir del baño vimos como Catia paso a nuestro lado y se quedo mirándonos por un instante, pensé que vernos así le traía recuerdos, su mirada era triste y melancólica pero aun así, sabia que tenia que ser fuerte y mantener la mente fría.
-- Bueno he llamado a Elvira y me ha dicho que estaba loca completamente, que era mejor salir de allí cuanto antes…y que le debía un favor tremendo pero dentro de poco aquí estará con los pasaportes…es mejor que os vayáis preparando…-- dijo Catia intentando aguantarse las ganas de llorar.
-- ¿Tu no vendrás? …-- le pregunte a Catia, aunque creo que intuía la respuesta que iba a darme.
-- No puedo tengo que ocuparme de varias cosas…de las chicas y por si acaso recibimos noticias de Akemi…-- dijo Catia, con la voz algo tristona y melancólica pero tenia razón.
Nos dirigimos hacia el auditorio al entrar las chicas se nos quedaron mirando extrañadas pero no fue mucho el engaño al menos el mío, varias de ellas se pusieron a olfatear el ambiente y me reconocieron casi de inmediato, al igual que con Verónica al menos sabíamos que ellas nos reconocerían.
Escuche la puerta de abrirse, y vi entrar a Elvira mojada con un paraguas en la mano que estaba chorreando yo me dirigí hacia donde estaba Rubí para sentarme junto a ella, a su lado había una de las muchachas mirándola, al menos sabia que estaría atendida mientras estuviera durmiendo. Me quede por un momento mirándola recordando todas aquellas trastadas que hacia, la mirada de su inocencia, su sonrisa, y su cariño, las lagrimas asaltaron mi rostro, no pude evitar darle un beso en su frente, creí por un instante incluso que me sonreía pero lo mas seguro que fuese mi imaginación desde el otro lado podía ver como Elvira discutía con Catia estaba convencida que era por lo que habría tenido que hacer para conseguir los pasaportes, observe como se los paso a Verónica y esta se acercaba ami con el móvil para hacerme una foto y otra a ella, lo mas seguro para pasarla al ordenador y ponerlas en los pasaportes.
Solo esperaba que todo aquel esfuerzo resultara la pena y que al menos algo volviera a la normalidad, pero enseguida vino a mi mente que por mucho que pusiéramos fotos nuevas nuestros datos aun estarían puestos.
Al momento entro de nuevo Verónica por la puerta dándome el pasaporte.
-- Una cosa por mucho leu cambiemos las fotos nuestros datos estarán escritos en ellos…y eso no podemos cambiarlos…-- dije a Verónica exponiendo otro problema mas.
-- He tenido que hacer otro Sutra de ilusión para variar los datos…no te preocupes también pensé en eso…-- dijo Verónica, al parecer la edad si da la sabiduría, siempre estaba mas adelantada de lo que yo pensaba.
-- Será mejor que compruebes los horarios de los aviones…-- dije a Verónica para poder encontrar el que saliera antes.
-- Ya lo he hecho, saldrá dentro de unas cinco horas, es mejor prepararse para irse, dentro de poco llamare un taxi tenemos que estar fuera de aquí, en la otra calle…Es mejor decirle a las chicas lo que pasara y que se vayan preparando también…-- dijo Verónica atando todos los cabos sueltos, mientras yo permanecía al lado de Rubí acariciándole el pelo.
Las horas pasaron rápidamente o eso creí, Verónica me tuvo que despertar para ir a recoger el taxi, al parecer me había quedado dormida, esperando que pasara algo o reaccionara de alguna forma, pero no paso nada, temía dejarla sola o que despertara y no se pudiera alimentar, pero no había otra forma de resolver aquello.
Nos despedimos de las chicas, la despedida no fue muy larga, Catia se acerco a mi y me dio un beso, nuestros labios se juntaron y que ojala hubiera sido eterno y no tuviera que marcharme, pero no fue así salimos de la puerta con el único paraguas el de Elvira en una noche con tormenta poca gente había en la calle, y casi ningún coche circulaba por ella, yo me quede por un momento mirando hacia el cielo y veía como los relámpagos se hacían dueños de la noche rasgando el cielo y con su estruendo ahogándolo todo, no tuvimos que esperar mucho tiempo el taxi llego rápidamente.
Nos montamos en el, de improviso se introdujo también la alumna de Verónica yo no me llegue a esperar aquello pero era mejor que viniera con nosotras aunque no la soportara después de la sorpresa inicial nos dirigimos al aeropuerto en el trayecto no mencionamos ni una palabra, aunque no se por que aquel silencio se me hizo sentir incomoda al llegar pudimos observar que había varios policías por allí, buscándonos por si nos encontraban, aunque me sentía algo nerviosa al menos no creía que dieran con nosotras, tuvimos que esperar sentadas como una hora antes de subir al avión debido al tiempo lo retrasaron un poco mas, así que fuimos a un bar a comer algo y a relajarnos, hablando de nosotras.
En cuanto terminamos nos fuimos a la zona de embarque, al parecer había escogido segunda clase, el dinero no era una de las cosas que le faltaba, subimos al avión y despegamos, yo me sentía con bastante miedo, nunca había volado en avión antes, Verónica me agarro la mano, que la tenia aferrada al asiento, y me tranquilizo, sentí como una presión en el estomago al despegar pero al rato me tranquilice, la mano de Verónica era calida y muy suave, el calor que me daba era como si fluyera de dentro de ella.
Cuando al fin pudimos quitarnos los cinturones de seguridad me sentí completamente aliviada y algo más calmada.
-- Voy al cuarto baño para refrescarme la cara que me hace falta…-- dije esperando calmarme un poco mas, aun no lo había asimilado por completo.
--Espera voy contigo…también necesito refrescarme un poco…-- dijo Verónica, aunque no estaba muy convencida de que fuera a refrescarse como ella decía.
La muchacha no pronuncio ni una sola palabra solo se me quedo mirando de manera fría.
-- ¿Se puede saber que le pasa conmigo? …-- pregunte yo, ya que parecía que le molestaba todo cuanto hiciese.
-- No te preocupes por ella es una buena chica solo que ha sufrido muchas decepciones en su vida…-- respondió Verónica, intentando disculparla.
-- Me supongo pero yo no le hecho nada para que me trate así…-- replique, solo esperaba que al menos que pudiéramos ser amigas pero así era imposible.
Al terminar la conversación Verónica cerro la puerta detrás de nosotras con el cierre de seguridad me apoye contra el lavabo para refrescarme la cara con el agua pero eso pareció encenderla de golpe, su manos se aferraron a mi pecho por encima del jersey y empezó a masajearlos, lentamente sin prisa aunque yo también tenia ganas no podía negarlo; las movía en círculos lentamente mientras con sus dedos agarraba los pezones apretándolos un poco y estirándolos, aquel pequeño dolor combinado con el placer me estaba volviendo loca, su boca empezó a besarme el cuello lentamente con pequeños besos, al momento cambio sus labios por la lengua y comenzó a lamérmelo, yo no pude mas que morderme los labios para no gemir de placer, su boca se paso a mi oreja que la mordía suavemente, entre que tenia mis pechos entre sus juguetonas manos y el espacio reducido me estaba volvió mas y mas cachonda.
Me di la vuelta y me subí el jersey mostrando el sujetador que me había dado y como mis pezones estaban durísimos, cogi su cabeza y la baje hacia mis pechos, ella aplico su boca rodeándolos con sus labios y empezó a chupar, mordiéndolos jugueteando con su lengua, lo que no me espere es que su otra mano abriese el botón de la falda pantalón y la deslizase dentro de el; el contacto de su piel era como seda poco a poco fue bajando hasta introducirse dentro de la ropa interior , allí note como sus dedos se movían palpando mi sexo caliente y ya húmedo, uno de ellos presiono mi clítoris, me tuve que morder el labio fuertemente para no gritar de placer, mientras sus otros dedos encontraron el camino hacia mi interior, no tuvieron ninguna dificultad en introducirse por lo húmeda que ya estaba incluso mi flujo resbalaba ya por mis muslos, al introducirlos sentí un placer indescriptible de un tiempo a esta parte estaba mas sensible de lo normal, lentamente empezó a moverlos dentro y fuera de mi despacio sin prisa, mientra su boca jugaba con mis pezones mordiéndolos y disfrutando de su sabor, sus dedos empezaron a moverse con mas brío, cada vez era mas fuerte su dedo se movía alrededor de mi clítoris rápidamente presionándolo, moviéndolo mientras sus otros dedos entraban y salían con una velocidad increíble y muy fácilmente del o húmeda que estaba no tarde mucho en casi hacerme sangre en los labios, pero no fue así Verónica me concia casi al a perfección a si que soltó mis pechos y aplico su boca a la mía en un beso largo y profundo mi grito resonó en su garganta, mis ojos casi se ponen en blanco, las lagrimas resbalaban por mi cara que era de placer, al igual que el flujo manaba de mi entrepierna de manera copiosa, mi vagina tenia contracciones debido al orgasmo.
Cuando dejo de besarme, nuestras lenguas se separaron dejando un rastro de saliva, ella me sonrío de manera lujuriosa, sabia que de esta forma podría tranquilizarme y la verdad no le falto razón.
Pero aun así yo quería sentirla también, así que decidí ponerme en cuclillas y subir aquella falda de cuero y pude ver un tanga de color rojo con encajes era precioso así que lo aproveche lo cogi con una mano y tire de el hacia arriba introduciéndoselo en su sexo con fuerza esto le hizo echar la cabeza hacia atrás y suspirar de placer, así lo hice tres o cuatro veces hasta que vi que el flujo empezaba a manar de ella, esa fue mi señal para bajar aquella ropa interior mojada, y aplicar mi lengua sobre su raja sintiendo aquel flujo resbalarme por las mejillas, era algo pegajoso y caliente pero su sabor me encantaba, mi lengua empezó a juguetear con su sexo ávidamente como si de ella dependiera mi existencia , mi saliva se mezclaba con su flujo, pasado un momento me centre en su clítoris, dándole pequeños mordiscos, y lametones furtivos eso poco a poco la encendió de golpe, agarro una de mis manos y la llevo debajo de su blusa y empezó a moverla en sus grandes pechos, los apretaba y jugaba con ellos mis dedos cogía su pezón y lo retorcían suavemente, yo podía ver como eso le encantaba así que decidí con mi otra mano meter dos dedos en su trasero, al sentirlo casi da un grito de placer pero tuvo que contenerse, no hacia falta ni lubricarlo por lo mojada que estaba así que empecé a moverlo dentro y fuera de ella intentando no quedarme atrás en el movimiento como me había proporcionado ella, seguía lamiendo profusamente, cuando podía incluso metí la lengua dentro de ella para que lo sintiera, sabia que no podía aguantarse mas por el placer, mis manos no paraban de jugar con sus pechos, mis dedos seguían entrando y saliendo dentro de su trasero y mis labios aprisionaban su clítoris suavemente, en uno de esos apretones, aferro mas fuerte mi muñeca, sabia que estaba en su clímax así que puse mi boca como si fuera una copa para recoger todo su flujo caliente dentro de mi garganta, fue como una explosión de placer, no quería perderme nada de el quería tragármelo todo, sentirlo como resbalaba en mi garganta sentir su calor.
Cuando hubo terminado me levante y la bese en los labios su cara era de placer, estaba llorando por la sensación, nuestros labios volvieron a juntarse, saboreamos juntas nuestras salivas y el flujo de su corrida mezclándose con el, me volví a agachar pero esta vez para colocarle bien el tanga y bajarle la falda de cuero, al final si nos tuvimos que refrescar de verdad, cuando nos hubimos arreglado, salimos del baño la mayoría de la gente se nos quedo mirando por un momento ami se me subió los colores a la cara de vergüenza y lo mas seguro que tuviera razón por ello pero me preguntaba si habíamos liado tanto como para que se dieran cuenta o eso o el tiempo que habíamos tardado en salir o el hecho de que hubiéramos entrado las dos a la vez pero bueno, la cosa es que el viaje se me hizo mucho mas relajado hasta le final, de vez en cuando Verónica me lanzaba miradas furtivas y me guiñaba el ojo.
Después de unas cuantas horas llegamos al aeropuerto aquello estaba lleno de gente que iba de un sitio para otro, por lo menos la policía no nos buscaría aquí, así que fuimos al cuarto de baño y Verónica deshizo la ilusión, salimos de la terminal y cogimos un taxi, el camino iba a ser bastante largo, después de un buen rato en el taxi llegamos a un descampado, me percate que Verónica dominaba el idioma de manera esplendida, tuvimos que andar un poco mas el paisaje era magnifico se podían ver las montañas, el cielo estaba completamente despejado, la brisa nos acariciaba los rostros, estaba encantada por aquello, tuvimos que atravesar un pequeño río con un puentecito muy bien hecho y cuidado, llegamos al rato nos fuimos introduciendo lentamente en un bosque de bambú, el sol tímidamente atravesaba aquel sitio, era bastante fresco a pesar de parecer que estaban en verano, a o lejos pudimos ver un templo, en su puerta estaban los grandes estatuas de kitsunes, aquel sitio era inmenso y estaba muy bien cuidado, por fuera había una muralla rodeando el sitio.
Llamamos al aldabón de la entrada, la puerta se abrió y apareció ante nosotros una mujer no muy alta de corpulencia media su cara estaba maquillada completamente de blanco a excepción de sus labios que eran rojos como la sangre, su ojos tenia un color verde profundo su pelo estaba recogido en un moño que lo atrapaba un alfiler, sus ropas eran el típico kimono completo de color rojo fuerte, estaba estampado por flores de loto, en sus pies la típicas sandalias japonesas, sus rasgos eran redondeados quizás demasiado.
-- Kowanba…venimos en busca del sensei del templo…-- dijo Verónica mientras yo observaba absorta el sitio.
-- Kowanba…no se preocupe hablo su idioma, el sensei no esta pero nos dijo de su llegada, si quieren pueden pasar la noche dentro…-- dijo la mujer amablemente aunque no se por que tuve una sensación extraña, pero lo achaque al viaje, estaba convencida que estaría mejor después de descansar.
-- Muchas gracias…necesitamos descansar
-- Adelante pasen les llevare a sus habitaciones…-- dijo la mujer mientras nos llevaba a través del templo.
El patio exterior era precioso tenia varios árboles y un pequeño estanque supuse que habría kois en el, los pasillos por donde nos movimos estaban iluminados por antorchas y velas por casi todos lados, había varias habitaciones abiertas por la que se podía ver grandes estatuas de Buda, rodeado por velas de vez en cuando se podían ver estas moviéndose y también se observaba como las sombras de algo que parecían ser niños corriendo, que me llegaron a sobresaltar.
-- No te preocupes…son Zashiki-Warashi no debes de tenerles miedo…se dicen que traen prosperidad a la casa en donde se encuentran y felicidad…pero no entiendo el motivo de por que están tan alterados…-- dijo la muchacha que venia con rostros que no había pronunciado palabra siquiera durante el viaje.
-- Si tienes razón parecen que están mas alterados de lo normal…-- dijo Verónica mientras miraba las sombras moverse rápidamente.
-- Muy bien aquí tienen sus habitaciones espero que descansen…-- dijo la joven mientras abría una puerta corredera y nos presentaba tres futones típicos, aquella habitación no era muy amplia y estaba iluminada por algunas lámparas de aceite, aunque sabia lo que eran no terminaba de acostumbrarme a las sombras.
Nos dispusimos a pasar la noche…
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
UN VIAJE INESPERADO CAP 3
-- Rubí despierta venga no seas dormilona…despierta…-- dije un poco asustada, pensaba que algo le pasaba pero no sabia que hacer.
Las chicas empezaron a despertarse poco a poco por el aumento de mi voz; se fueron acercando ami para ver que pasaba.
-- ¿Ocurre algo? …¿Le sucede algo? …-- pregunto una de las chicas mientras la zarandeaba.
--No lo se…no despierta…algo le pasa estoy segura…-- dije yo mientras seguía moviéndola pero sin obtener ningún resultado así que decidí no hacer nada mas, solo pude mas que taparla con una de las mantas que encontré para darle calor.
En ese momento vi como por la puerta entraba Catia cabizbaja, por su expresión me temía lo peor. Varias chicas se le acercaron para recibir las malas noticias o en su caso algo diferente. Mientras Verónica se acercaba a mi lado para comprobar el alboroto que se había producido.
-- ¿La has encontrado? …-- pregunto una de las chicas.
-- No había nadie en la arena…ha desaparecido…-- dijo Catia con la voz apagada.
-- No puede ser…es imposible…-- dije con tristeza en mi voz, no podía creer que fuera cierto, por una parte estaba aliviada por que no se había encontrado su cuerpo pero por otra esta completamente desolada, no sabia que hacer.
-- Lo mejor es que nos calmemos y pongamos nuestras prioridades…lo primero es arreglarnos un poco…algunas chicas que vayan a la cafetería a ver que pueden encontrar, haremos turnos en las duchas…Catia será mejor que vayas a la sala de ordenadores…si Akemi esta viva lo mas seguro es que se ponga en contacto con nosotras de alguna forma…y ya que por Rubí no se puede hacer nada es mejor dejarla descansar, lo mismo puede ser algo de su cuerpo o alguna cosa, es mejor que no te preocupes…-- dijo Verónica planeándolo todo y era lo mas sensato que podíamos hacer, pero podía verse la preocupación en su cara y mas allá de la desaparición de Akemi.
Mientras las chicas se disponían a arreglar aquello y demás; Catia se iba a la sala de ordenadores, yo me quede mirando un instante a Verónica mientras me sonreía y seguidamente le daba un beso en la frente a Rubí y otro a mi.
-- Pasa algo con Akemi… ¿Verdad? …-- pregunte yo mientras le observaba el rostro de preocupación.
-- Espero que no ocurra lo peor…sabes que Akemi es una Bakeneko, y tenia controlado su voraz apetito durante años lo ha hecho, pero lo que temo es que se vuelva a convertir en eso… y vuelva a devorar a gente…-- dijo Elvira mientras me miraba a los ojos.
-- No pasara estoy segura…-- dije convenciéndome y esperando que así fuera, manteniendo la esperanza.
-- Esperemos que no pero ahora es momento de ponernos en marcha tengo que hacer algunas llamadas y organizar algunas cosas mas…tu es mejor que vayas a ducharte luego entrare yo…-- dijo Elvira sonriéndome, y cambiando de tema.
En cuanto dijo lo de las llamadas me vino a la mente lo del cristalero, eso si que iba a ser un problema por segunda vez que no estuviera en casa y no podía hacer nada ni ir siquiera, pensé que seria mejor olvidarlo.
Así que me dirigí a las duchas al entrar allí fue todo un espectáculo ver las chicas desnudas que se paseaban por las duchas moviendo graciosamente sus colas, sus cuerpos estaban brillando por el agua mientras resbalaba por ellos, me mente empezó a imaginar varias escenas que ya me hubiera gustado que pasaran, incluso pude observar a mas de una olfatear el aire mientras pasaba cerca de ellas, peor por lo visto de momento no querían acercarse o eso o estaban esperando que yo hiciera algo, aunque no tenia pensamientos para eso así que me duche tranquilamente cerrando los ojos y dejando que todo aquello pasase por mi mente como el agua de un río, al mirarme el cuerpo bajo la ducha, esperaba solo que aquella criatura estuviera bien y que aquellos símbolos extraños que tenia por mi cuerpo aguantasen lo suficiente, de momento no tenia ningún dolor y aquella canción de Rubí había funcionado.
En cuanto me seque me dirigí a la cafetería para poder tomar algo si aun quedaba, escuche el alboroto de siempre por un momento pensé que me encontraba en el instituto pero al entrar vi que no era así las chicas estaban sentadas en las bancas desayunando, una de ellas se levanto y me invito a acompañarlas, el desayuno fue de lo mas animado conversando, riendo contando anécdotas, fue el mejor que había tenido, mi agradable escena fue rota por un relámpago, al parecer el tiempo había cambiado nuevamente para peor al parecer.
Después de haber desayunado me dirigí nuevamente a donde estaba Rubí por si se producía algún cambio pero al parecer ninguno por lo que pude ver, me senté a su lado y recosté mi cabeza en su pecho pidiendo a lo que fuera que existiese que se recuperara lo antes posible, cerré los ojos por un instante al abrirlo me fije en las espadas que estaban apoyadas en la pared y decidí entrenar un poco en el gimnasio que había espacio suficiente y no podría hacer daño a nadie.
En cuanto llegue a el empecé a moverme como me había explicado mi madre pero aquellas espadas no se el motivo pero me parecían mas pesadas que de costumbre, aunque no estaba acostumbrada tanto a su peso como para poder moverlas con ligereza.
-- Así que has decidido entrenar por tu cuenta…yo tendría cuidado de que no te cortes…-- dijo Catia estaba vestida con un chándal de color rojo lo mas seguro que hubiera encontrado en alguna taquilla, le quedaba algo ajustado contorneando su figura.
-- Esperaba poder practicar algo…levo tiempo sin hacerlo y no me gustaría ser una carga…todas aquí me han ayudado han dado incluso su vida por mi no puedo permitir que suceda mas…-- dije pensando que ya había llegado la hora aunque sabia que esto no podría hacerlo de la noche a la mañana.
-- Espera un poco, pásame una de ellas por lo menos podré enseñarte algo; sabes Akemi me enseño su uso hace ya bastante tiempo…-- dijo Catia mientras cogía una de las espadas y se colocaba en posición de defensa, en ese momento la luz de un relámpago se dejo ver, reflejando el rostro de Catia sobre la espada su expresión había cambiado literalmente era espeluznante.
Catia se lanzo a por mi sus golpes eran sucesivos sin dejarme tiempo a casi reaccionar, ya que encima casi apenas podía verla, intente defenderme cuanto podía pero sus ataques se sucedían una y otra vez tirándome al suelo, estaba convencida de que si hubiera sido un duelo de verdad en ese momento estaría muerta, en uno de sus ataques me tumbo al suelo y me puso la espada en la garganta casi me la rozaba su expresión era casi diabólica incrementada por los relámpagos y los truenos que se escuchaban afuera, me quede petrificada mirándole a los ojos, que en ese momento eran como los de un autentico gato.
Estaba segura que si hubiera querido en ese instante me hubiera matado, su expresión era para eso, el sudor resbalaba por mi cara goteando al suelo, otro relámpago me despertó de ese estado y observe como Catia me alargaba la mano para que me levantara y prosiguiera con el entrenamiento.
-- Debes de mejorar tu juego de pies…y tu defensa…gastas demasiada energía en el movimiento…-- dijo Catia aconsejándome, la mejor postura y la mejor forma de movimiento.
-- Gracias…no solo por esto si no por todo lo que has hecho por mí…-- dije agradeciéndole todo, era lo menos que podía hacer.
-- No seas tonta, no he hecho nada si no te hubiera despertado, no habría pasado nada de esto, estarías tan tranquila con tus asuntos…-- dijo Catia auto culpándose, en sus ojos empezaba a aparecer las lagrimas, en ese momento se dio la vuelta y de un movimiento seco lanzo la espada al suelo clavándola.
-- No te preocupes, no creo que me hubiera podido mantener al margen por mas tiempo pero en su lugar has hecho algo maravilloso…me has mostrado a mi verdadera madre he encontrado entre vosotras una verdadera familia…y por eso yo te debería dar las gracias…-- dije mientras me acercaba a ella abrazándola, en ese momento cayo al suelo de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente, yo no se como pero sentía su dolor en mi corazón, intente abrazarla todo lo fuerte que pude para consolarla y que comprendiera que incluso por aquella apariencia de solitaria y dura, tenia alguien en quien podía confiar.
-- Muchas gracias…necesitaba desahogarme, son muchas cosas que se han ido acumulando…la muerte de mis amigas la perdida de Akemi, te lo agradezco…-- dijo Catia mientras me cogía las manos.
-- Bueno es mejor que sigamos entrenando…así no podré hacer nada…-- dije yo intentando cambiar de tema y centrándonos en mi adiestramiento.
-- Es lo mejor…y parece que necesitas mucho…bueno si tienes aun ánimos sigamos…-- dijo Catia mientras se secaba las ultimas lagrimas de la cara.
El entrenamiento continuo yo seguía recibiendo golpes con la parte plana de la espada pero cada vez iba mejorando algo podía ver un poco mejor los movimientos de Catia pero aun así seguía cayendo al suelo, sus embistes eran continuos y muy rápidos, aunque cayese al suelo no me daba tregua de levantarme.
-- Puedes defenderte desde el duelo…crees que el enemigo se parara a que te levantes…-- grito Catia, era increíble el cambio de expresión que tenia, se centraba en las cosas de una manera sorprendente.
Así seguimos durante unas horas más, fue sorprendente recibí incluso más golpes que cuando entrenaba con Akemi, a cada ataque suyo un relámpago se podía ver a través de las ventanas, era incluso que estuviera en unión con la misma naturaleza y la tormenta quisiera expresar su furia.
Al finalizar terminamos rendidas en el suelo las dos tumbadas, sudorosas y eso que acabábamos de ducharnos y otra vez a la ducha y a buscar otra ropa en las taquillas, ni siquiera podía imaginarme cuando volvieran a abrir el instituto lo que pasaría.
-- Aun queda otra parte de tu entrenamiento…-- dijo Catia mientras me ponía de rodillas para que meditara.
-- ¿La meditación? …-- pregunte yo sorprendida no creía que fuera tan importante.
-- ¿Crees que no es importante? … A veces incluso es mas importante que el entrenamiento físico y te advierto soy de la vieja escuela…lo voy a hacer lo mismo que me enseño a mi Akemi…-- dijo Catia mientras me obligaba a concentrarme.
Cerré los ojos y empecé a concentrarme a intentar relajarme, manteniendo la mente en blanco pero era casi imposible, cada vez que me movía, o intentaba abrir los ojos sentía un golpe fuerte en los hombros, para mantener la postura y no desviarme del entrenamiento, así permanecí unas horas cuando al fin pude descansar tenia los pies hechos polvo casi ni los podía mover debido a la postura y los hombros completamente doloridos debido a los golpes, en ese momento estaba cabreada con Catia pero recordé que lo hacia por mi bien y que era necesario.
En cuanto terminamos entro por la puerta la dependienta que me atendió llevaba unos pantaloncitos vaqueros cortos de color azul apagado y en sus piernas unos leggins de color oscuro en sus pies portaba unos botines de color marrón apagado, en su torso llevaba un jersey de lana lo mas seguro por el frío de color violeta sin dibujo alguno, su expresión era de seriedad y algo de despecho llevaba unas bolsas en sus manos de su tienda precisamente que arrojo al suelo delante de mi.
-- No lo conseguirás…No te mereces el honor que te ha sido concedido…hay tienes la ropa que me encargo Verónica y recuerda que eso te lo apunto en tu cuenta…-- dijo la chica fríamente y de la misma forma que había entrado salio del gimnasio.
-- ¿Pero que demonios le he hecho yo a esa? … dije intentando pensar que le habría dicho o hecho para que estuviera así conmigo.
-- Mejor no lo pienses…no a todo el mundo le vas a caer bien eso te lo aseguro…pero estoy convencida que es una buena chica…lo que me pica la curiosidad es ahora ver la ropa que te ha traído Verónica…-- dijo Catia rebuscando entre las bolsas de ropa, literalmente metió la cabeza dentro de ellas y empezó a sacarla.
Lo primero que encontró fue la ropa interior, aunque la verdad para mi gusto era algo atrevida, tenia un color violeta vivo y por delante tenia unos encajes y una pequeña abertura cerrada con un lacito y además se ataban lateralmente, al verlas la cara se me puso roja al momento, el sujetador parecía incluso que le faltaba la copa por que eran precisamente de los que alzaban desde abajo y no tenia nada por delante también era de un color violeta vivo, la parte de arriba era un jersey de tela algo gruesa, de color rojo y con un dibujo de una estrella sonriendo, y por ultimo una falda pantalón de color grisáceo que me llegaba un poco antes de las rodillas, en los pies había optado por unos de tacón bajo de color negro.
-- Wooooow, parece que te esta preparando para algo mas por lo que puedo ver, o eso o quieres que estés supermona…je, je, je…-- dijo Catia mirando la ropa interior e imaginando como me quedaría puesta.
-- Pero en que estará pensando al comprarme esto…y ¿Cómo ha sabido mis medidas? … es increíble… -- dije completamente sorprendida al ver aquella ropa pero bueno era mejor que no tener nada.
Diciendo esto cogi las bolsas y me dirigí hacia las duchas, a refrescarme, deje nuevamente el agua discurrir entre los recovecos de mi cuerpo, al menos de momento no había tenido dolores y eso era buena señal en cuanto termine me seque el pelo cuanto pude y me puse la ropa, que por cierto su tacto era delicioso, sentir como la seda se deslizaba en mi cuerpo, aunque no estaba acostumbrada al sujetador me sentía extraña, en cuanto me puse el jersey se notaba mucho me alzaba los pechos pero el problema era que ahora mismo se marcaban los pezones por el frío, pero que remedio no tenia otra cosa.
Habiéndome vestido me dirigí al auditorio a ver lo que pasaba, al entrar observe como Verónica estaba dirigiendo la situación, pero todo se detuvo un instante las chicas se quedaron mirándome fijamente sobre todo al pecho, a mas de una las orejas de gata se saltaron en su cabeza, era como si hubieran visto un ratón moverse, me sentí como si fuera uno en ese momento y que debía salir corriendo de allí.
-- Vaya…ya has llegado…venga chicas…no nos distraigamos hay cosas que hacer…-- dijo Verónica mientras organizaba a situación al otro lado del auditorio estaba Rubí inmóvil con esa aura aun rodeando su cuerpo.
-- Gracias por la ropa…pero creo que te has pasado un poco en la interior…por decirlo suavemente…-- agradecí su buena intención, pero era mejor remarcarle lo que había hecho.
-- ¿No te gusta? …Si prefieres puedes ir sin nada mucho mas excitante sobre todo para mi…-- dijo Verónica mirándome mientras se relamía al contemplarme de arriba abajo.
-- No es eso…y lo sabes solo que es un poco atrevida eso es todo…pero con muy buen gusto eso si…-- dije yo aclarando aquella situación.
-- No te preocupes mira tengo que hacer unas llamadas será mejor que ayudes por aquí en diez minutos te espero en la clase…-- dijo Verónica obviando aquel tema, para no armar mucho revoleo.
De mientras me puse a guardar colchones y mantas en su sitio, la lluvia arrecio mas si pudiese, al salir del auditorio vi como Catia estaba en la ventana, esperando una respuesta de Akemi, pensé que lo mejor seria dejarla sola.
Pasando los diez minutos me dirigí a la clase para ver que quería Verónica, al entrar observe que se había cambiado de ropa, tenia una falda de color negro de cuero muy ajustada a su muslos, en sus piernas tenia unas medias con portaligas que podían adivinarse, en su pecho una blusa de color pastel con algunos encajes y en sus pies unos zapatos cerrados de tacón bajo, la verdad es que estaba preciosa, aquella ropa le contorneaba su figura de una manera extraordinaria apretando tanto sus muslos, como casi transparentando sus pechos con esa blusa en la silla estaba apoyada una gabardina larga negra de cuero, un conjunto que le quedaba como anillo al dedo.
En cuanto entre, sentí un empujón y como no, aquella chica entro y se puso al lado de Verónica aunque no sintiera celos me sentía como amenazada por ella de alguna forma. Me acerque a ellas, aunque la mirada que tenia sobre mi no era precisamente muy amigable.
-- Muy bien esta es la situación, he podido contactar con el descendiente de mi maestro, y el tiene un libro que puede desbloquearte los canales del Chi…-- dijo Verónica, al menos una buena noticia, pensé que al menos las cosas se irían solucionando.
-- Bien, me alegro por eso…-- dije, pero antes de terminar la frase fui interrumpida.
-- No te alegres demasiado, el problema es que vive en Japón en un bosque y tenemos que ir para allá, otro problema es que seguro que nos están buscando la policía y tendrán los aeropuertos vigilados y los puertos también, y yo no tengo pasaportes aquí ni tu tampoco y a tu casa no puedes ir ni yo a mi tienda…y aunque pudiéramos ir y cogerlos no creo pudiéramos ir tampoco, nuestras caras son reconocibles pero bueno eso es aparte…necesitaríamos pasaportes falsos…-- dijo Verónica exponiendo todo lo que sucedía y tenia razón en todo, empecé a darle vueltas a la cabeza pero no encontraba la solución.
-- En los pasaportes puedo hacer algo…Elvira me debe algún que otro favor…-- dijo Catia entrando por la puerta, con el rostro algo mas animado, desfogarse en el gimnasio le había servidote algo.
-- Muy bien espero que pueda conseguirlos…solo me hace falta eso y nuestras fotos pero eso es fácil…vamos al cuarto baño veras que bien…-- dijo Verónica cogiéndome de la mano y saliendo de la habitación; yo pensaba que ibamos a divertirnos por decirlo de alguna forma pero no era precisamente eso.
Entramos en el cuarto baño y me situó delante del espejo y ella detrás.
-- No es lo que tu piensas…escucha piensa en una amiga y yo pensare en otra intentare hacer que nuestros rostros parezcan de otra persona, esto solo dura un día y será suficiente si podemos saldremos esta noche para Japón…-- dijo Verónica intentando hacer otra de sus magias.
-- Un momento…espera no tengo dinero para ir a Japón y menos aun dejar a Rubí aquí sola podría despertarse en cualquier momento y necesitar alimento o algo…aparte tengo que saber como se encuentra mi padre…-- dije excusando el viaje por varios motivos evidentes.
-- A ver en este viaje te invito yo crees que en todo este tiempo que he vivido, mi tarjeta no ha dado intereses…y no pienses que no te voy a decir mi edad…pero no creo que Rubí se despierte, es como si su cuerpo estuviera en hibernación de alguna forma, y a tu padre puedes llamarlo para comprobar como se encuentra pero yo que tu no lo haría no crees que estarán vigilando al medico…y otra cosa es por salvar a esa criatura y a ti también así que tu eliges…yo no te puedo obligar pero es la mejor opción que tienes…-- dijo Verónica aclarándome la situación, y no le faltaba razón.
-- De acuerdo…si no queda otra… ¿Esto duele? …-- dije aceptando lo que me ofrecía y preocupándome por lo que pudiera pasar.
-- No te preocupes no duele nada…o eso espero…es broma tranquila solo mantén la imagen de alguna de tus amigas…-- dijo Verónica bromeando pero yo no estaba tan convencida de aquello.
Ami mente empezaron a pasar varias chicas del instituto que podría considerar mis amigas o conocidas por así decirlo, pero en seguida se introdujo y no supe el por que la cara de Alexa.
Pude ver como a Verónica le aparecían las orejitas de kitsune y las colas se desplegaban alzándose al igual que las otras veces, coloco sus manos en posición de rezos y empezó a recitar un Sutra como ella lo llamaba sus manos empezaron a hacer gestos al igual que la otra vez pero no con tanta rapidez, en pocos movimientos las manos se detuvieron la luz de cuarto baño se apago al instante, yo empezaba a asustarme, no sabia lo que fuera a pasar.
-- Aaaaaaaaaaaaaah…leche que susto…no vuelvas a hacer esto… ¿Pero como es posible? …Es increíble…-- grite asustada en cuanto se encendieron las luces y al verme la cara de Alexa en el espejo no podía creerlo era idéntica, y Verónica tenia el rostro de Akemi, era sorprendente lo que había hecho.
-- Por favor no hagas eso… ¿Bueno que te parecen? …no han quedado mal…-- dijo Verónica mientras se miraba en el espejo, aunque sin evitarlo tuve que reírme al ver que lo único que no había cambiado eran las orejas y las dos colas.
-- Ja, ja, ja, ja…es increíble…-- me reí por un momento al verla.
-- ¿Qué pasa?… No han quedado mal…-- dijo Verónica mientras revisaba su obra.
-- No es que hayan quedado mal precisamente…es que hay una cosa que no podrás esconder por mucho conjuro que hagas…esas orejas y tus colas…-- dije entre risas mientras las observaba.
-- Dios…en eso tienes razón…casi siempre se me olvidan…y pensaba que con esto se ocultarían pero ya veo que no…bueno no pasa nada mejor esconderlas como siempre…-- dijo Verónica mientras las volvía a esconder.
Al salir del baño vimos como Catia paso a nuestro lado y se quedo mirándonos por un instante, pensé que vernos así le traía recuerdos, su mirada era triste y melancólica pero aun así, sabia que tenia que ser fuerte y mantener la mente fría.
-- Bueno he llamado a Elvira y me ha dicho que estaba loca completamente, que era mejor salir de allí cuanto antes…y que le debía un favor tremendo pero dentro de poco aquí estará con los pasaportes…es mejor que os vayáis preparando…-- dijo Catia intentando aguantarse las ganas de llorar.
-- ¿Tu no vendrás? …-- le pregunte a Catia, aunque creo que intuía la respuesta que iba a darme.
-- No puedo tengo que ocuparme de varias cosas…de las chicas y por si acaso recibimos noticias de Akemi…-- dijo Catia, con la voz algo tristona y melancólica pero tenia razón.
Nos dirigimos hacia el auditorio al entrar las chicas se nos quedaron mirando extrañadas pero no fue mucho el engaño al menos el mío, varias de ellas se pusieron a olfatear el ambiente y me reconocieron casi de inmediato, al igual que con Verónica al menos sabíamos que ellas nos reconocerían.
Escuche la puerta de abrirse, y vi entrar a Elvira mojada con un paraguas en la mano que estaba chorreando yo me dirigí hacia donde estaba Rubí para sentarme junto a ella, a su lado había una de las muchachas mirándola, al menos sabia que estaría atendida mientras estuviera durmiendo. Me quede por un momento mirándola recordando todas aquellas trastadas que hacia, la mirada de su inocencia, su sonrisa, y su cariño, las lagrimas asaltaron mi rostro, no pude evitar darle un beso en su frente, creí por un instante incluso que me sonreía pero lo mas seguro que fuese mi imaginación desde el otro lado podía ver como Elvira discutía con Catia estaba convencida que era por lo que habría tenido que hacer para conseguir los pasaportes, observe como se los paso a Verónica y esta se acercaba ami con el móvil para hacerme una foto y otra a ella, lo mas seguro para pasarla al ordenador y ponerlas en los pasaportes.
Solo esperaba que todo aquel esfuerzo resultara la pena y que al menos algo volviera a la normalidad, pero enseguida vino a mi mente que por mucho que pusiéramos fotos nuevas nuestros datos aun estarían puestos.
Al momento entro de nuevo Verónica por la puerta dándome el pasaporte.
-- Una cosa por mucho leu cambiemos las fotos nuestros datos estarán escritos en ellos…y eso no podemos cambiarlos…-- dije a Verónica exponiendo otro problema mas.
-- He tenido que hacer otro Sutra de ilusión para variar los datos…no te preocupes también pensé en eso…-- dijo Verónica, al parecer la edad si da la sabiduría, siempre estaba mas adelantada de lo que yo pensaba.
-- Será mejor que compruebes los horarios de los aviones…-- dije a Verónica para poder encontrar el que saliera antes.
-- Ya lo he hecho, saldrá dentro de unas cinco horas, es mejor prepararse para irse, dentro de poco llamare un taxi tenemos que estar fuera de aquí, en la otra calle…Es mejor decirle a las chicas lo que pasara y que se vayan preparando también…-- dijo Verónica atando todos los cabos sueltos, mientras yo permanecía al lado de Rubí acariciándole el pelo.
Las horas pasaron rápidamente o eso creí, Verónica me tuvo que despertar para ir a recoger el taxi, al parecer me había quedado dormida, esperando que pasara algo o reaccionara de alguna forma, pero no paso nada, temía dejarla sola o que despertara y no se pudiera alimentar, pero no había otra forma de resolver aquello.
Nos despedimos de las chicas, la despedida no fue muy larga, Catia se acerco a mi y me dio un beso, nuestros labios se juntaron y que ojala hubiera sido eterno y no tuviera que marcharme, pero no fue así salimos de la puerta con el único paraguas el de Elvira en una noche con tormenta poca gente había en la calle, y casi ningún coche circulaba por ella, yo me quede por un momento mirando hacia el cielo y veía como los relámpagos se hacían dueños de la noche rasgando el cielo y con su estruendo ahogándolo todo, no tuvimos que esperar mucho tiempo el taxi llego rápidamente.
Nos montamos en el, de improviso se introdujo también la alumna de Verónica yo no me llegue a esperar aquello pero era mejor que viniera con nosotras aunque no la soportara después de la sorpresa inicial nos dirigimos al aeropuerto en el trayecto no mencionamos ni una palabra, aunque no se por que aquel silencio se me hizo sentir incomoda al llegar pudimos observar que había varios policías por allí, buscándonos por si nos encontraban, aunque me sentía algo nerviosa al menos no creía que dieran con nosotras, tuvimos que esperar sentadas como una hora antes de subir al avión debido al tiempo lo retrasaron un poco mas, así que fuimos a un bar a comer algo y a relajarnos, hablando de nosotras.
En cuanto terminamos nos fuimos a la zona de embarque, al parecer había escogido segunda clase, el dinero no era una de las cosas que le faltaba, subimos al avión y despegamos, yo me sentía con bastante miedo, nunca había volado en avión antes, Verónica me agarro la mano, que la tenia aferrada al asiento, y me tranquilizo, sentí como una presión en el estomago al despegar pero al rato me tranquilice, la mano de Verónica era calida y muy suave, el calor que me daba era como si fluyera de dentro de ella.
Cuando al fin pudimos quitarnos los cinturones de seguridad me sentí completamente aliviada y algo más calmada.
-- Voy al cuarto baño para refrescarme la cara que me hace falta…-- dije esperando calmarme un poco mas, aun no lo había asimilado por completo.
--Espera voy contigo…también necesito refrescarme un poco…-- dijo Verónica, aunque no estaba muy convencida de que fuera a refrescarse como ella decía.
La muchacha no pronuncio ni una sola palabra solo se me quedo mirando de manera fría.
-- ¿Se puede saber que le pasa conmigo? …-- pregunte yo, ya que parecía que le molestaba todo cuanto hiciese.
-- No te preocupes por ella es una buena chica solo que ha sufrido muchas decepciones en su vida…-- respondió Verónica, intentando disculparla.
-- Me supongo pero yo no le hecho nada para que me trate así…-- replique, solo esperaba que al menos que pudiéramos ser amigas pero así era imposible.
Al terminar la conversación Verónica cerro la puerta detrás de nosotras con el cierre de seguridad me apoye contra el lavabo para refrescarme la cara con el agua pero eso pareció encenderla de golpe, su manos se aferraron a mi pecho por encima del jersey y empezó a masajearlos, lentamente sin prisa aunque yo también tenia ganas no podía negarlo; las movía en círculos lentamente mientras con sus dedos agarraba los pezones apretándolos un poco y estirándolos, aquel pequeño dolor combinado con el placer me estaba volviendo loca, su boca empezó a besarme el cuello lentamente con pequeños besos, al momento cambio sus labios por la lengua y comenzó a lamérmelo, yo no pude mas que morderme los labios para no gemir de placer, su boca se paso a mi oreja que la mordía suavemente, entre que tenia mis pechos entre sus juguetonas manos y el espacio reducido me estaba volvió mas y mas cachonda.
Me di la vuelta y me subí el jersey mostrando el sujetador que me había dado y como mis pezones estaban durísimos, cogi su cabeza y la baje hacia mis pechos, ella aplico su boca rodeándolos con sus labios y empezó a chupar, mordiéndolos jugueteando con su lengua, lo que no me espere es que su otra mano abriese el botón de la falda pantalón y la deslizase dentro de el; el contacto de su piel era como seda poco a poco fue bajando hasta introducirse dentro de la ropa interior , allí note como sus dedos se movían palpando mi sexo caliente y ya húmedo, uno de ellos presiono mi clítoris, me tuve que morder el labio fuertemente para no gritar de placer, mientras sus otros dedos encontraron el camino hacia mi interior, no tuvieron ninguna dificultad en introducirse por lo húmeda que ya estaba incluso mi flujo resbalaba ya por mis muslos, al introducirlos sentí un placer indescriptible de un tiempo a esta parte estaba mas sensible de lo normal, lentamente empezó a moverlos dentro y fuera de mi despacio sin prisa, mientra su boca jugaba con mis pezones mordiéndolos y disfrutando de su sabor, sus dedos empezaron a moverse con mas brío, cada vez era mas fuerte su dedo se movía alrededor de mi clítoris rápidamente presionándolo, moviéndolo mientras sus otros dedos entraban y salían con una velocidad increíble y muy fácilmente del o húmeda que estaba no tarde mucho en casi hacerme sangre en los labios, pero no fue así Verónica me concia casi al a perfección a si que soltó mis pechos y aplico su boca a la mía en un beso largo y profundo mi grito resonó en su garganta, mis ojos casi se ponen en blanco, las lagrimas resbalaban por mi cara que era de placer, al igual que el flujo manaba de mi entrepierna de manera copiosa, mi vagina tenia contracciones debido al orgasmo.
Cuando dejo de besarme, nuestras lenguas se separaron dejando un rastro de saliva, ella me sonrío de manera lujuriosa, sabia que de esta forma podría tranquilizarme y la verdad no le falto razón.
Pero aun así yo quería sentirla también, así que decidí ponerme en cuclillas y subir aquella falda de cuero y pude ver un tanga de color rojo con encajes era precioso así que lo aproveche lo cogi con una mano y tire de el hacia arriba introduciéndoselo en su sexo con fuerza esto le hizo echar la cabeza hacia atrás y suspirar de placer, así lo hice tres o cuatro veces hasta que vi que el flujo empezaba a manar de ella, esa fue mi señal para bajar aquella ropa interior mojada, y aplicar mi lengua sobre su raja sintiendo aquel flujo resbalarme por las mejillas, era algo pegajoso y caliente pero su sabor me encantaba, mi lengua empezó a juguetear con su sexo ávidamente como si de ella dependiera mi existencia , mi saliva se mezclaba con su flujo, pasado un momento me centre en su clítoris, dándole pequeños mordiscos, y lametones furtivos eso poco a poco la encendió de golpe, agarro una de mis manos y la llevo debajo de su blusa y empezó a moverla en sus grandes pechos, los apretaba y jugaba con ellos mis dedos cogía su pezón y lo retorcían suavemente, yo podía ver como eso le encantaba así que decidí con mi otra mano meter dos dedos en su trasero, al sentirlo casi da un grito de placer pero tuvo que contenerse, no hacia falta ni lubricarlo por lo mojada que estaba así que empecé a moverlo dentro y fuera de ella intentando no quedarme atrás en el movimiento como me había proporcionado ella, seguía lamiendo profusamente, cuando podía incluso metí la lengua dentro de ella para que lo sintiera, sabia que no podía aguantarse mas por el placer, mis manos no paraban de jugar con sus pechos, mis dedos seguían entrando y saliendo dentro de su trasero y mis labios aprisionaban su clítoris suavemente, en uno de esos apretones, aferro mas fuerte mi muñeca, sabia que estaba en su clímax así que puse mi boca como si fuera una copa para recoger todo su flujo caliente dentro de mi garganta, fue como una explosión de placer, no quería perderme nada de el quería tragármelo todo, sentirlo como resbalaba en mi garganta sentir su calor.
Cuando hubo terminado me levante y la bese en los labios su cara era de placer, estaba llorando por la sensación, nuestros labios volvieron a juntarse, saboreamos juntas nuestras salivas y el flujo de su corrida mezclándose con el, me volví a agachar pero esta vez para colocarle bien el tanga y bajarle la falda de cuero, al final si nos tuvimos que refrescar de verdad, cuando nos hubimos arreglado, salimos del baño la mayoría de la gente se nos quedo mirando por un momento ami se me subió los colores a la cara de vergüenza y lo mas seguro que tuviera razón por ello pero me preguntaba si habíamos liado tanto como para que se dieran cuenta o eso o el tiempo que habíamos tardado en salir o el hecho de que hubiéramos entrado las dos a la vez pero bueno, la cosa es que el viaje se me hizo mucho mas relajado hasta le final, de vez en cuando Verónica me lanzaba miradas furtivas y me guiñaba el ojo.
Después de unas cuantas horas llegamos al aeropuerto aquello estaba lleno de gente que iba de un sitio para otro, por lo menos la policía no nos buscaría aquí, así que fuimos al cuarto de baño y Verónica deshizo la ilusión, salimos de la terminal y cogimos un taxi, el camino iba a ser bastante largo, después de un buen rato en el taxi llegamos a un descampado, me percate que Verónica dominaba el idioma de manera esplendida, tuvimos que andar un poco mas el paisaje era magnifico se podían ver las montañas, el cielo estaba completamente despejado, la brisa nos acariciaba los rostros, estaba encantada por aquello, tuvimos que atravesar un pequeño río con un puentecito muy bien hecho y cuidado, llegamos al rato nos fuimos introduciendo lentamente en un bosque de bambú, el sol tímidamente atravesaba aquel sitio, era bastante fresco a pesar de parecer que estaban en verano, a o lejos pudimos ver un templo, en su puerta estaban los grandes estatuas de kitsunes, aquel sitio era inmenso y estaba muy bien cuidado, por fuera había una muralla rodeando el sitio.
Llamamos al aldabón de la entrada, la puerta se abrió y apareció ante nosotros una mujer no muy alta de corpulencia media su cara estaba maquillada completamente de blanco a excepción de sus labios que eran rojos como la sangre, su ojos tenia un color verde profundo su pelo estaba recogido en un moño que lo atrapaba un alfiler, sus ropas eran el típico kimono completo de color rojo fuerte, estaba estampado por flores de loto, en sus pies la típicas sandalias japonesas, sus rasgos eran redondeados quizás demasiado.
-- Kowanba…venimos en busca del sensei del templo…-- dijo Verónica mientras yo observaba absorta el sitio.
-- Kowanba…no se preocupe hablo su idioma, el sensei no esta pero nos dijo de su llegada, si quieren pueden pasar la noche dentro…-- dijo la mujer amablemente aunque no se por que tuve una sensación extraña, pero lo achaque al viaje, estaba convencida que estaría mejor después de descansar.
-- Muchas gracias…necesitamos descansar
-- Adelante pasen les llevare a sus habitaciones…-- dijo la mujer mientras nos llevaba a través del templo.
El patio exterior era precioso tenia varios árboles y un pequeño estanque supuse que habría kois en el, los pasillos por donde nos movimos estaban iluminados por antorchas y velas por casi todos lados, había varias habitaciones abiertas por la que se podía ver grandes estatuas de Buda, rodeado por velas de vez en cuando se podían ver estas moviéndose y también se observaba como las sombras de algo que parecían ser niños corriendo, que me llegaron a sobresaltar.
-- No te preocupes…son Zashiki-Warashi no debes de tenerles miedo…se dicen que traen prosperidad a la casa en donde se encuentran y felicidad…pero no entiendo el motivo de por que están tan alterados…-- dijo la muchacha que venia con rostros que no había pronunciado palabra siquiera durante el viaje.
-- Si tienes razón parecen que están mas alterados de lo normal…-- dijo Verónica mientras miraba las sombras moverse rápidamente.
-- Muy bien aquí tienen sus habitaciones espero que descansen…-- dijo la joven mientras abría una puerta corredera y nos presentaba tres futones típicos, aquella habitación no era muy amplia y estaba iluminada por algunas lámparas de aceite, aunque sabia lo que eran no terminaba de acostumbrarme a las sombras.
Nos dispusimos a pasar la noche…
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste a todos y muchas gracias .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
UN VIAJE INESPERADO CAP 3
-- Rubí despierta venga no seas dormilona…despierta…-- dije un poco asustada, pensaba que algo le pasaba pero no sabia que hacer.
Las chicas empezaron a despertarse poco a poco por el aumento de mi voz; se fueron acercando ami para ver que pasaba.
-- ¿Ocurre algo? …¿Le sucede algo? …-- pregunto una de las chicas mientras la zarandeaba.
--No lo se…no despierta…algo le pasa estoy segura…-- dije yo mientras seguía moviéndola pero sin obtener ningún resultado así que decidí no hacer nada mas, solo pude mas que taparla con una de las mantas que encontré para darle calor.
En ese momento vi como por la puerta entraba Catia cabizbaja, por su expresión me temía lo peor. Varias chicas se le acercaron para recibir las malas noticias o en su caso algo diferente. Mientras Verónica se acercaba a mi lado para comprobar el alboroto que se había producido.
-- ¿La has encontrado? …-- pregunto una de las chicas.
-- No había nadie en la arena…ha desaparecido…-- dijo Catia con la voz apagada.
-- No puede ser…es imposible…-- dije con tristeza en mi voz, no podía creer que fuera cierto, por una parte estaba aliviada por que no se había encontrado su cuerpo pero por otra esta completamente desolada, no sabia que hacer.
-- Lo mejor es que nos calmemos y pongamos nuestras prioridades…lo primero es arreglarnos un poco…algunas chicas que vayan a la cafetería a ver que pueden encontrar, haremos turnos en las duchas…Catia será mejor que vayas a la sala de ordenadores…si Akemi esta viva lo mas seguro es que se ponga en contacto con nosotras de alguna forma…y ya que por Rubí no se puede hacer nada es mejor dejarla descansar, lo mismo puede ser algo de su cuerpo o alguna cosa, es mejor que no te preocupes…-- dijo Verónica planeándolo todo y era lo mas sensato que podíamos hacer, pero podía verse la preocupación en su cara y mas allá de la desaparición de Akemi.
Mientras las chicas se disponían a arreglar aquello y demás; Catia se iba a la sala de ordenadores, yo me quede mirando un instante a Verónica mientras me sonreía y seguidamente le daba un beso en la frente a Rubí y otro a mi.
-- Pasa algo con Akemi… ¿Verdad? …-- pregunte yo mientras le observaba el rostro de preocupación.
-- Espero que no ocurra lo peor…sabes que Akemi es una Bakeneko, y tenia controlado su voraz apetito durante años lo ha hecho, pero lo que temo es que se vuelva a convertir en eso… y vuelva a devorar a gente…-- dijo Elvira mientras me miraba a los ojos.
-- No pasara estoy segura…-- dije convenciéndome y esperando que así fuera, manteniendo la esperanza.
-- Esperemos que no pero ahora es momento de ponernos en marcha tengo que hacer algunas llamadas y organizar algunas cosas mas…tu es mejor que vayas a ducharte luego entrare yo…-- dijo Elvira sonriéndome, y cambiando de tema.
En cuanto dijo lo de las llamadas me vino a la mente lo del cristalero, eso si que iba a ser un problema por segunda vez que no estuviera en casa y no podía hacer nada ni ir siquiera, pensé que seria mejor olvidarlo.
Así que me dirigí a las duchas al entrar allí fue todo un espectáculo ver las chicas desnudas que se paseaban por las duchas moviendo graciosamente sus colas, sus cuerpos estaban brillando por el agua mientras resbalaba por ellos, me mente empezó a imaginar varias escenas que ya me hubiera gustado que pasaran, incluso pude observar a mas de una olfatear el aire mientras pasaba cerca de ellas, peor por lo visto de momento no querían acercarse o eso o estaban esperando que yo hiciera algo, aunque no tenia pensamientos para eso así que me duche tranquilamente cerrando los ojos y dejando que todo aquello pasase por mi mente como el agua de un río, al mirarme el cuerpo bajo la ducha, esperaba solo que aquella criatura estuviera bien y que aquellos símbolos extraños que tenia por mi cuerpo aguantasen lo suficiente, de momento no tenia ningún dolor y aquella canción de Rubí había funcionado.
En cuanto me seque me dirigí a la cafetería para poder tomar algo si aun quedaba, escuche el alboroto de siempre por un momento pensé que me encontraba en el instituto pero al entrar vi que no era así las chicas estaban sentadas en las bancas desayunando, una de ellas se levanto y me invito a acompañarlas, el desayuno fue de lo mas animado conversando, riendo contando anécdotas, fue el mejor que había tenido, mi agradable escena fue rota por un relámpago, al parecer el tiempo había cambiado nuevamente para peor al parecer.
Después de haber desayunado me dirigí nuevamente a donde estaba Rubí por si se producía algún cambio pero al parecer ninguno por lo que pude ver, me senté a su lado y recosté mi cabeza en su pecho pidiendo a lo que fuera que existiese que se recuperara lo antes posible, cerré los ojos por un instante al abrirlo me fije en las espadas que estaban apoyadas en la pared y decidí entrenar un poco en el gimnasio que había espacio suficiente y no podría hacer daño a nadie.
En cuanto llegue a el empecé a moverme como me había explicado mi madre pero aquellas espadas no se el motivo pero me parecían mas pesadas que de costumbre, aunque no estaba acostumbrada tanto a su peso como para poder moverlas con ligereza.
-- Así que has decidido entrenar por tu cuenta…yo tendría cuidado de que no te cortes…-- dijo Catia estaba vestida con un chándal de color rojo lo mas seguro que hubiera encontrado en alguna taquilla, le quedaba algo ajustado contorneando su figura.
-- Esperaba poder practicar algo…levo tiempo sin hacerlo y no me gustaría ser una carga…todas aquí me han ayudado han dado incluso su vida por mi no puedo permitir que suceda mas…-- dije pensando que ya había llegado la hora aunque sabia que esto no podría hacerlo de la noche a la mañana.
-- Espera un poco, pásame una de ellas por lo menos podré enseñarte algo; sabes Akemi me enseño su uso hace ya bastante tiempo…-- dijo Catia mientras cogía una de las espadas y se colocaba en posición de defensa, en ese momento la luz de un relámpago se dejo ver, reflejando el rostro de Catia sobre la espada su expresión había cambiado literalmente era espeluznante.
Catia se lanzo a por mi sus golpes eran sucesivos sin dejarme tiempo a casi reaccionar, ya que encima casi apenas podía verla, intente defenderme cuanto podía pero sus ataques se sucedían una y otra vez tirándome al suelo, estaba convencida de que si hubiera sido un duelo de verdad en ese momento estaría muerta, en uno de sus ataques me tumbo al suelo y me puso la espada en la garganta casi me la rozaba su expresión era casi diabólica incrementada por los relámpagos y los truenos que se escuchaban afuera, me quede petrificada mirándole a los ojos, que en ese momento eran como los de un autentico gato.
Estaba segura que si hubiera querido en ese instante me hubiera matado, su expresión era para eso, el sudor resbalaba por mi cara goteando al suelo, otro relámpago me despertó de ese estado y observe como Catia me alargaba la mano para que me levantara y prosiguiera con el entrenamiento.
-- Debes de mejorar tu juego de pies…y tu defensa…gastas demasiada energía en el movimiento…-- dijo Catia aconsejándome, la mejor postura y la mejor forma de movimiento.
-- Gracias…no solo por esto si no por todo lo que has hecho por mí…-- dije agradeciéndole todo, era lo menos que podía hacer.
-- No seas tonta, no he hecho nada si no te hubiera despertado, no habría pasado nada de esto, estarías tan tranquila con tus asuntos…-- dijo Catia auto culpándose, en sus ojos empezaba a aparecer las lagrimas, en ese momento se dio la vuelta y de un movimiento seco lanzo la espada al suelo clavándola.
-- No te preocupes, no creo que me hubiera podido mantener al margen por mas tiempo pero en su lugar has hecho algo maravilloso…me has mostrado a mi verdadera madre he encontrado entre vosotras una verdadera familia…y por eso yo te debería dar las gracias…-- dije mientras me acercaba a ella abrazándola, en ese momento cayo al suelo de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente, yo no se como pero sentía su dolor en mi corazón, intente abrazarla todo lo fuerte que pude para consolarla y que comprendiera que incluso por aquella apariencia de solitaria y dura, tenia alguien en quien podía confiar.
-- Muchas gracias…necesitaba desahogarme, son muchas cosas que se han ido acumulando…la muerte de mis amigas la perdida de Akemi, te lo agradezco…-- dijo Catia mientras me cogía las manos.
-- Bueno es mejor que sigamos entrenando…así no podré hacer nada…-- dije yo intentando cambiar de tema y centrándonos en mi adiestramiento.
-- Es lo mejor…y parece que necesitas mucho…bueno si tienes aun ánimos sigamos…-- dijo Catia mientras se secaba las ultimas lagrimas de la cara.
El entrenamiento continuo yo seguía recibiendo golpes con la parte plana de la espada pero cada vez iba mejorando algo podía ver un poco mejor los movimientos de Catia pero aun así seguía cayendo al suelo, sus embistes eran continuos y muy rápidos, aunque cayese al suelo no me daba tregua de levantarme.
-- Puedes defenderte desde el duelo…crees que el enemigo se parara a que te levantes…-- grito Catia, era increíble el cambio de expresión que tenia, se centraba en las cosas de una manera sorprendente.
Así seguimos durante unas horas más, fue sorprendente recibí incluso más golpes que cuando entrenaba con Akemi, a cada ataque suyo un relámpago se podía ver a través de las ventanas, era incluso que estuviera en unión con la misma naturaleza y la tormenta quisiera expresar su furia.
Al finalizar terminamos rendidas en el suelo las dos tumbadas, sudorosas y eso que acabábamos de ducharnos y otra vez a la ducha y a buscar otra ropa en las taquillas, ni siquiera podía imaginarme cuando volvieran a abrir el instituto lo que pasaría.
-- Aun queda otra parte de tu entrenamiento…-- dijo Catia mientras me ponía de rodillas para que meditara.
-- ¿La meditación? …-- pregunte yo sorprendida no creía que fuera tan importante.
-- ¿Crees que no es importante? … A veces incluso es mas importante que el entrenamiento físico y te advierto soy de la vieja escuela…lo voy a hacer lo mismo que me enseño a mi Akemi…-- dijo Catia mientras me obligaba a concentrarme.
Cerré los ojos y empecé a concentrarme a intentar relajarme, manteniendo la mente en blanco pero era casi imposible, cada vez que me movía, o intentaba abrir los ojos sentía un golpe fuerte en los hombros, para mantener la postura y no desviarme del entrenamiento, así permanecí unas horas cuando al fin pude descansar tenia los pies hechos polvo casi ni los podía mover debido a la postura y los hombros completamente doloridos debido a los golpes, en ese momento estaba cabreada con Catia pero recordé que lo hacia por mi bien y que era necesario.
En cuanto terminamos entro por la puerta la dependienta que me atendió llevaba unos pantaloncitos vaqueros cortos de color azul apagado y en sus piernas unos leggins de color oscuro en sus pies portaba unos botines de color marrón apagado, en su torso llevaba un jersey de lana lo mas seguro por el frío de color violeta sin dibujo alguno, su expresión era de seriedad y algo de despecho llevaba unas bolsas en sus manos de su tienda precisamente que arrojo al suelo delante de mi.
-- No lo conseguirás…No te mereces el honor que te ha sido concedido…hay tienes la ropa que me encargo Verónica y recuerda que eso te lo apunto en tu cuenta…-- dijo la chica fríamente y de la misma forma que había entrado salio del gimnasio.
-- ¿Pero que demonios le he hecho yo a esa? … dije intentando pensar que le habría dicho o hecho para que estuviera así conmigo.
-- Mejor no lo pienses…no a todo el mundo le vas a caer bien eso te lo aseguro…pero estoy convencida que es una buena chica…lo que me pica la curiosidad es ahora ver la ropa que te ha traído Verónica…-- dijo Catia rebuscando entre las bolsas de ropa, literalmente metió la cabeza dentro de ellas y empezó a sacarla.
Lo primero que encontró fue la ropa interior, aunque la verdad para mi gusto era algo atrevida, tenia un color violeta vivo y por delante tenia unos encajes y una pequeña abertura cerrada con un lacito y además se ataban lateralmente, al verlas la cara se me puso roja al momento, el sujetador parecía incluso que le faltaba la copa por que eran precisamente de los que alzaban desde abajo y no tenia nada por delante también era de un color violeta vivo, la parte de arriba era un jersey de tela algo gruesa, de color rojo y con un dibujo de una estrella sonriendo, y por ultimo una falda pantalón de color grisáceo que me llegaba un poco antes de las rodillas, en los pies había optado por unos de tacón bajo de color negro.
-- Wooooow, parece que te esta preparando para algo mas por lo que puedo ver, o eso o quieres que estés supermona…je, je, je…-- dijo Catia mirando la ropa interior e imaginando como me quedaría puesta.
-- Pero en que estará pensando al comprarme esto…y ¿Cómo ha sabido mis medidas? … es increíble… -- dije completamente sorprendida al ver aquella ropa pero bueno era mejor que no tener nada.
Diciendo esto cogi las bolsas y me dirigí hacia las duchas, a refrescarme, deje nuevamente el agua discurrir entre los recovecos de mi cuerpo, al menos de momento no había tenido dolores y eso era buena señal en cuanto termine me seque el pelo cuanto pude y me puse la ropa, que por cierto su tacto era delicioso, sentir como la seda se deslizaba en mi cuerpo, aunque no estaba acostumbrada al sujetador me sentía extraña, en cuanto me puse el jersey se notaba mucho me alzaba los pechos pero el problema era que ahora mismo se marcaban los pezones por el frío, pero que remedio no tenia otra cosa.
Habiéndome vestido me dirigí al auditorio a ver lo que pasaba, al entrar observe como Verónica estaba dirigiendo la situación, pero todo se detuvo un instante las chicas se quedaron mirándome fijamente sobre todo al pecho, a mas de una las orejas de gata se saltaron en su cabeza, era como si hubieran visto un ratón moverse, me sentí como si fuera uno en ese momento y que debía salir corriendo de allí.
-- Vaya…ya has llegado…venga chicas…no nos distraigamos hay cosas que hacer…-- dijo Verónica mientras organizaba a situación al otro lado del auditorio estaba Rubí inmóvil con esa aura aun rodeando su cuerpo.
-- Gracias por la ropa…pero creo que te has pasado un poco en la interior…por decirlo suavemente…-- agradecí su buena intención, pero era mejor remarcarle lo que había hecho.
-- ¿No te gusta? …Si prefieres puedes ir sin nada mucho mas excitante sobre todo para mi…-- dijo Verónica mirándome mientras se relamía al contemplarme de arriba abajo.
-- No es eso…y lo sabes solo que es un poco atrevida eso es todo…pero con muy buen gusto eso si…-- dije yo aclarando aquella situación.
-- No te preocupes mira tengo que hacer unas llamadas será mejor que ayudes por aquí en diez minutos te espero en la clase…-- dijo Verónica obviando aquel tema, para no armar mucho revoleo.
De mientras me puse a guardar colchones y mantas en su sitio, la lluvia arrecio mas si pudiese, al salir del auditorio vi como Catia estaba en la ventana, esperando una respuesta de Akemi, pensé que lo mejor seria dejarla sola.
Pasando los diez minutos me dirigí a la clase para ver que quería Verónica, al entrar observe que se había cambiado de ropa, tenia una falda de color negro de cuero muy ajustada a su muslos, en sus piernas tenia unas medias con portaligas que podían adivinarse, en su pecho una blusa de color pastel con algunos encajes y en sus pies unos zapatos cerrados de tacón bajo, la verdad es que estaba preciosa, aquella ropa le contorneaba su figura de una manera extraordinaria apretando tanto sus muslos, como casi transparentando sus pechos con esa blusa en la silla estaba apoyada una gabardina larga negra de cuero, un conjunto que le quedaba como anillo al dedo.
En cuanto entre, sentí un empujón y como no, aquella chica entro y se puso al lado de Verónica aunque no sintiera celos me sentía como amenazada por ella de alguna forma. Me acerque a ellas, aunque la mirada que tenia sobre mi no era precisamente muy amigable.
-- Muy bien esta es la situación, he podido contactar con el descendiente de mi maestro, y el tiene un libro que puede desbloquearte los canales del Chi…-- dijo Verónica, al menos una buena noticia, pensé que al menos las cosas se irían solucionando.
-- Bien, me alegro por eso…-- dije, pero antes de terminar la frase fui interrumpida.
-- No te alegres demasiado, el problema es que vive en Japón en un bosque y tenemos que ir para allá, otro problema es que seguro que nos están buscando la policía y tendrán los aeropuertos vigilados y los puertos también, y yo no tengo pasaportes aquí ni tu tampoco y a tu casa no puedes ir ni yo a mi tienda…y aunque pudiéramos ir y cogerlos no creo pudiéramos ir tampoco, nuestras caras son reconocibles pero bueno eso es aparte…necesitaríamos pasaportes falsos…-- dijo Verónica exponiendo todo lo que sucedía y tenia razón en todo, empecé a darle vueltas a la cabeza pero no encontraba la solución.
-- En los pasaportes puedo hacer algo…Elvira me debe algún que otro favor…-- dijo Catia entrando por la puerta, con el rostro algo mas animado, desfogarse en el gimnasio le había servidote algo.
-- Muy bien espero que pueda conseguirlos…solo me hace falta eso y nuestras fotos pero eso es fácil…vamos al cuarto baño veras que bien…-- dijo Verónica cogiéndome de la mano y saliendo de la habitación; yo pensaba que ibamos a divertirnos por decirlo de alguna forma pero no era precisamente eso.
Entramos en el cuarto baño y me situó delante del espejo y ella detrás.
-- No es lo que tu piensas…escucha piensa en una amiga y yo pensare en otra intentare hacer que nuestros rostros parezcan de otra persona, esto solo dura un día y será suficiente si podemos saldremos esta noche para Japón…-- dijo Verónica intentando hacer otra de sus magias.
-- Un momento…espera no tengo dinero para ir a Japón y menos aun dejar a Rubí aquí sola podría despertarse en cualquier momento y necesitar alimento o algo…aparte tengo que saber como se encuentra mi padre…-- dije excusando el viaje por varios motivos evidentes.
-- A ver en este viaje te invito yo crees que en todo este tiempo que he vivido, mi tarjeta no ha dado intereses…y no pienses que no te voy a decir mi edad…pero no creo que Rubí se despierte, es como si su cuerpo estuviera en hibernación de alguna forma, y a tu padre puedes llamarlo para comprobar como se encuentra pero yo que tu no lo haría no crees que estarán vigilando al medico…y otra cosa es por salvar a esa criatura y a ti también así que tu eliges…yo no te puedo obligar pero es la mejor opción que tienes…-- dijo Verónica aclarándome la situación, y no le faltaba razón.
-- De acuerdo…si no queda otra… ¿Esto duele? …-- dije aceptando lo que me ofrecía y preocupándome por lo que pudiera pasar.
-- No te preocupes no duele nada…o eso espero…es broma tranquila solo mantén la imagen de alguna de tus amigas…-- dijo Verónica bromeando pero yo no estaba tan convencida de aquello.
Ami mente empezaron a pasar varias chicas del instituto que podría considerar mis amigas o conocidas por así decirlo, pero en seguida se introdujo y no supe el por que la cara de Alexa.
Pude ver como a Verónica le aparecían las orejitas de kitsune y las colas se desplegaban alzándose al igual que las otras veces, coloco sus manos en posición de rezos y empezó a recitar un Sutra como ella lo llamaba sus manos empezaron a hacer gestos al igual que la otra vez pero no con tanta rapidez, en pocos movimientos las manos se detuvieron la luz de cuarto baño se apago al instante, yo empezaba a asustarme, no sabia lo que fuera a pasar.
-- Aaaaaaaaaaaaaah…leche que susto…no vuelvas a hacer esto… ¿Pero como es posible? …Es increíble…-- grite asustada en cuanto se encendieron las luces y al verme la cara de Alexa en el espejo no podía creerlo era idéntica, y Verónica tenia el rostro de Akemi, era sorprendente lo que había hecho.
-- Por favor no hagas eso… ¿Bueno que te parecen? …no han quedado mal…-- dijo Verónica mientras se miraba en el espejo, aunque sin evitarlo tuve que reírme al ver que lo único que no había cambiado eran las orejas y las dos colas.
-- Ja, ja, ja, ja…es increíble…-- me reí por un momento al verla.
-- ¿Qué pasa?… No han quedado mal…-- dijo Verónica mientras revisaba su obra.
-- No es que hayan quedado mal precisamente…es que hay una cosa que no podrás esconder por mucho conjuro que hagas…esas orejas y tus colas…-- dije entre risas mientras las observaba.
-- Dios…en eso tienes razón…casi siempre se me olvidan…y pensaba que con esto se ocultarían pero ya veo que no…bueno no pasa nada mejor esconderlas como siempre…-- dijo Verónica mientras las volvía a esconder.
Al salir del baño vimos como Catia paso a nuestro lado y se quedo mirándonos por un instante, pensé que vernos así le traía recuerdos, su mirada era triste y melancólica pero aun así, sabia que tenia que ser fuerte y mantener la mente fría.
-- Bueno he llamado a Elvira y me ha dicho que estaba loca completamente, que era mejor salir de allí cuanto antes…y que le debía un favor tremendo pero dentro de poco aquí estará con los pasaportes…es mejor que os vayáis preparando…-- dijo Catia intentando aguantarse las ganas de llorar.
-- ¿Tu no vendrás? …-- le pregunte a Catia, aunque creo que intuía la respuesta que iba a darme.
-- No puedo tengo que ocuparme de varias cosas…de las chicas y por si acaso recibimos noticias de Akemi…-- dijo Catia, con la voz algo tristona y melancólica pero tenia razón.
Nos dirigimos hacia el auditorio al entrar las chicas se nos quedaron mirando extrañadas pero no fue mucho el engaño al menos el mío, varias de ellas se pusieron a olfatear el ambiente y me reconocieron casi de inmediato, al igual que con Verónica al menos sabíamos que ellas nos reconocerían.
Escuche la puerta de abrirse, y vi entrar a Elvira mojada con un paraguas en la mano que estaba chorreando yo me dirigí hacia donde estaba Rubí para sentarme junto a ella, a su lado había una de las muchachas mirándola, al menos sabia que estaría atendida mientras estuviera durmiendo. Me quede por un momento mirándola recordando todas aquellas trastadas que hacia, la mirada de su inocencia, su sonrisa, y su cariño, las lagrimas asaltaron mi rostro, no pude evitar darle un beso en su frente, creí por un instante incluso que me sonreía pero lo mas seguro que fuese mi imaginación desde el otro lado podía ver como Elvira discutía con Catia estaba convencida que era por lo que habría tenido que hacer para conseguir los pasaportes, observe como se los paso a Verónica y esta se acercaba ami con el móvil para hacerme una foto y otra a ella, lo mas seguro para pasarla al ordenador y ponerlas en los pasaportes.
Solo esperaba que todo aquel esfuerzo resultara la pena y que al menos algo volviera a la normalidad, pero enseguida vino a mi mente que por mucho que pusiéramos fotos nuevas nuestros datos aun estarían puestos.
Al momento entro de nuevo Verónica por la puerta dándome el pasaporte.
-- Una cosa por mucho leu cambiemos las fotos nuestros datos estarán escritos en ellos…y eso no podemos cambiarlos…-- dije a Verónica exponiendo otro problema mas.
-- He tenido que hacer otro Sutra de ilusión para variar los datos…no te preocupes también pensé en eso…-- dijo Verónica, al parecer la edad si da la sabiduría, siempre estaba mas adelantada de lo que yo pensaba.
-- Será mejor que compruebes los horarios de los aviones…-- dije a Verónica para poder encontrar el que saliera antes.
-- Ya lo he hecho, saldrá dentro de unas cinco horas, es mejor prepararse para irse, dentro de poco llamare un taxi tenemos que estar fuera de aquí, en la otra calle…Es mejor decirle a las chicas lo que pasara y que se vayan preparando también…-- dijo Verónica atando todos los cabos sueltos, mientras yo permanecía al lado de Rubí acariciándole el pelo.
Las horas pasaron rápidamente o eso creí, Verónica me tuvo que despertar para ir a recoger el taxi, al parecer me había quedado dormida, esperando que pasara algo o reaccionara de alguna forma, pero no paso nada, temía dejarla sola o que despertara y no se pudiera alimentar, pero no había otra forma de resolver aquello.
Nos despedimos de las chicas, la despedida no fue muy larga, Catia se acerco a mi y me dio un beso, nuestros labios se juntaron y que ojala hubiera sido eterno y no tuviera que marcharme, pero no fue así salimos de la puerta con el único paraguas el de Elvira en una noche con tormenta poca gente había en la calle, y casi ningún coche circulaba por ella, yo me quede por un momento mirando hacia el cielo y veía como los relámpagos se hacían dueños de la noche rasgando el cielo y con su estruendo ahogándolo todo, no tuvimos que esperar mucho tiempo el taxi llego rápidamente.
Nos montamos en el, de improviso se introdujo también la alumna de Verónica yo no me llegue a esperar aquello pero era mejor que viniera con nosotras aunque no la soportara después de la sorpresa inicial nos dirigimos al aeropuerto en el trayecto no mencionamos ni una palabra, aunque no se por que aquel silencio se me hizo sentir incomoda al llegar pudimos observar que había varios policías por allí, buscándonos por si nos encontraban, aunque me sentía algo nerviosa al menos no creía que dieran con nosotras, tuvimos que esperar sentadas como una hora antes de subir al avión debido al tiempo lo retrasaron un poco mas, así que fuimos a un bar a comer algo y a relajarnos, hablando de nosotras.
En cuanto terminamos nos fuimos a la zona de embarque, al parecer había escogido segunda clase, el dinero no era una de las cosas que le faltaba, subimos al avión y despegamos, yo me sentía con bastante miedo, nunca había volado en avión antes, Verónica me agarro la mano, que la tenia aferrada al asiento, y me tranquilizo, sentí como una presión en el estomago al despegar pero al rato me tranquilice, la mano de Verónica era calida y muy suave, el calor que me daba era como si fluyera de dentro de ella.
Cuando al fin pudimos quitarnos los cinturones de seguridad me sentí completamente aliviada y algo más calmada.
-- Voy al cuarto baño para refrescarme la cara que me hace falta…-- dije esperando calmarme un poco mas, aun no lo había asimilado por completo.
--Espera voy contigo…también necesito refrescarme un poco…-- dijo Verónica, aunque no estaba muy convencida de que fuera a refrescarse como ella decía.
La muchacha no pronuncio ni una sola palabra solo se me quedo mirando de manera fría.
-- ¿Se puede saber que le pasa conmigo? …-- pregunte yo, ya que parecía que le molestaba todo cuanto hiciese.
-- No te preocupes por ella es una buena chica solo que ha sufrido muchas decepciones en su vida…-- respondió Verónica, intentando disculparla.
-- Me supongo pero yo no le hecho nada para que me trate así…-- replique, solo esperaba que al menos que pudiéramos ser amigas pero así era imposible.
Al terminar la conversación Verónica cerro la puerta detrás de nosotras con el cierre de seguridad me apoye contra el lavabo para refrescarme la cara con el agua pero eso pareció encenderla de golpe, su manos se aferraron a mi pecho por encima del jersey y empezó a masajearlos, lentamente sin prisa aunque yo también tenia ganas no podía negarlo; las movía en círculos lentamente mientras con sus dedos agarraba los pezones apretándolos un poco y estirándolos, aquel pequeño dolor combinado con el placer me estaba volviendo loca, su boca empezó a besarme el cuello lentamente con pequeños besos, al momento cambio sus labios por la lengua y comenzó a lamérmelo, yo no pude mas que morderme los labios para no gemir de placer, su boca se paso a mi oreja que la mordía suavemente, entre que tenia mis pechos entre sus juguetonas manos y el espacio reducido me estaba volvió mas y mas cachonda.
Me di la vuelta y me subí el jersey mostrando el sujetador que me había dado y como mis pezones estaban durísimos, cogi su cabeza y la baje hacia mis pechos, ella aplico su boca rodeándolos con sus labios y empezó a chupar, mordiéndolos jugueteando con su lengua, lo que no me espere es que su otra mano abriese el botón de la falda pantalón y la deslizase dentro de el; el contacto de su piel era como seda poco a poco fue bajando hasta introducirse dentro de la ropa interior , allí note como sus dedos se movían palpando mi sexo caliente y ya húmedo, uno de ellos presiono mi clítoris, me tuve que morder el labio fuertemente para no gritar de placer, mientras sus otros dedos encontraron el camino hacia mi interior, no tuvieron ninguna dificultad en introducirse por lo húmeda que ya estaba incluso mi flujo resbalaba ya por mis muslos, al introducirlos sentí un placer indescriptible de un tiempo a esta parte estaba mas sensible de lo normal, lentamente empezó a moverlos dentro y fuera de mi despacio sin prisa, mientra su boca jugaba con mis pezones mordiéndolos y disfrutando de su sabor, sus dedos empezaron a moverse con mas brío, cada vez era mas fuerte su dedo se movía alrededor de mi clítoris rápidamente presionándolo, moviéndolo mientras sus otros dedos entraban y salían con una velocidad increíble y muy fácilmente del o húmeda que estaba no tarde mucho en casi hacerme sangre en los labios, pero no fue así Verónica me concia casi al a perfección a si que soltó mis pechos y aplico su boca a la mía en un beso largo y profundo mi grito resonó en su garganta, mis ojos casi se ponen en blanco, las lagrimas resbalaban por mi cara que era de placer, al igual que el flujo manaba de mi entrepierna de manera copiosa, mi vagina tenia contracciones debido al orgasmo.
Cuando dejo de besarme, nuestras lenguas se separaron dejando un rastro de saliva, ella me sonrío de manera lujuriosa, sabia que de esta forma podría tranquilizarme y la verdad no le falto razón.
Pero aun así yo quería sentirla también, así que decidí ponerme en cuclillas y subir aquella falda de cuero y pude ver un tanga de color rojo con encajes era precioso así que lo aproveche lo cogi con una mano y tire de el hacia arriba introduciéndoselo en su sexo con fuerza esto le hizo echar la cabeza hacia atrás y suspirar de placer, así lo hice tres o cuatro veces hasta que vi que el flujo empezaba a manar de ella, esa fue mi señal para bajar aquella ropa interior mojada, y aplicar mi lengua sobre su raja sintiendo aquel flujo resbalarme por las mejillas, era algo pegajoso y caliente pero su sabor me encantaba, mi lengua empezó a juguetear con su sexo ávidamente como si de ella dependiera mi existencia , mi saliva se mezclaba con su flujo, pasado un momento me centre en su clítoris, dándole pequeños mordiscos, y lametones furtivos eso poco a poco la encendió de golpe, agarro una de mis manos y la llevo debajo de su blusa y empezó a moverla en sus grandes pechos, los apretaba y jugaba con ellos mis dedos cogía su pezón y lo retorcían suavemente, yo podía ver como eso le encantaba así que decidí con mi otra mano meter dos dedos en su trasero, al sentirlo casi da un grito de placer pero tuvo que contenerse, no hacia falta ni lubricarlo por lo mojada que estaba así que empecé a moverlo dentro y fuera de ella intentando no quedarme atrás en el movimiento como me había proporcionado ella, seguía lamiendo profusamente, cuando podía incluso metí la lengua dentro de ella para que lo sintiera, sabia que no podía aguantarse mas por el placer, mis manos no paraban de jugar con sus pechos, mis dedos seguían entrando y saliendo dentro de su trasero y mis labios aprisionaban su clítoris suavemente, en uno de esos apretones, aferro mas fuerte mi muñeca, sabia que estaba en su clímax así que puse mi boca como si fuera una copa para recoger todo su flujo caliente dentro de mi garganta, fue como una explosión de placer, no quería perderme nada de el quería tragármelo todo, sentirlo como resbalaba en mi garganta sentir su calor.
Cuando hubo terminado me levante y la bese en los labios su cara era de placer, estaba llorando por la sensación, nuestros labios volvieron a juntarse, saboreamos juntas nuestras salivas y el flujo de su corrida mezclándose con el, me volví a agachar pero esta vez para colocarle bien el tanga y bajarle la falda de cuero, al final si nos tuvimos que refrescar de verdad, cuando nos hubimos arreglado, salimos del baño la mayoría de la gente se nos quedo mirando por un momento ami se me subió los colores a la cara de vergüenza y lo mas seguro que tuviera razón por ello pero me preguntaba si habíamos liado tanto como para que se dieran cuenta o eso o el tiempo que habíamos tardado en salir o el hecho de que hubiéramos entrado las dos a la vez pero bueno, la cosa es que el viaje se me hizo mucho mas relajado hasta le final, de vez en cuando Verónica me lanzaba miradas furtivas y me guiñaba el ojo.
Después de unas cuantas horas llegamos al aeropuerto aquello estaba lleno de gente que iba de un sitio para otro, por lo menos la policía no nos buscaría aquí, así que fuimos al cuarto de baño y Verónica deshizo la ilusión, salimos de la terminal y cogimos un taxi, el camino iba a ser bastante largo, después de un buen rato en el taxi llegamos a un descampado, me percate que Verónica dominaba el idioma de manera esplendida, tuvimos que andar un poco mas el paisaje era magnifico se podían ver las montañas, el cielo estaba completamente despejado, la brisa nos acariciaba los rostros, estaba encantada por aquello, tuvimos que atravesar un pequeño río con un puentecito muy bien hecho y cuidado, llegamos al rato nos fuimos introduciendo lentamente en un bosque de bambú, el sol tímidamente atravesaba aquel sitio, era bastante fresco a pesar de parecer que estaban en verano, a o lejos pudimos ver un templo, en su puerta estaban los grandes estatuas de kitsunes, aquel sitio era inmenso y estaba muy bien cuidado, por fuera había una muralla rodeando el sitio.
Llamamos al aldabón de la entrada, la puerta se abrió y apareció ante nosotros una mujer no muy alta de corpulencia media su cara estaba maquillada completamente de blanco a excepción de sus labios que eran rojos como la sangre, su ojos tenia un color verde profundo su pelo estaba recogido en un moño que lo atrapaba un alfiler, sus ropas eran el típico kimono completo de color rojo fuerte, estaba estampado por flores de loto, en sus pies la típicas sandalias japonesas, sus rasgos eran redondeados quizás demasiado.
-- Kowanba…venimos en busca del sensei del templo…-- dijo Verónica mientras yo observaba absorta el sitio.
-- Kowanba…no se preocupe hablo su idioma, el sensei no esta pero nos dijo de su llegada, si quieren pueden pasar la noche dentro…-- dijo la mujer amablemente aunque no se por que tuve una sensación extraña, pero lo achaque al viaje, estaba convencida que estaría mejor después de descansar.
-- Muchas gracias…necesitamos descansar
-- Adelante pasen les llevare a sus habitaciones…-- dijo la mujer mientras nos llevaba a través del templo.
El patio exterior era precioso tenia varios árboles y un pequeño estanque supuse que habría kois en el, los pasillos por donde nos movimos estaban iluminados por antorchas y velas por casi todos lados, había varias habitaciones abiertas por la que se podía ver grandes estatuas de Buda, rodeado por velas de vez en cuando se podían ver estas moviéndose y también se observaba como las sombras de algo que parecían ser niños corriendo, que me llegaron a sobresaltar.
-- No te preocupes…son Zashiki-Warashi no debes de tenerles miedo…se dicen que traen prosperidad a la casa en donde se encuentran y felicidad…pero no entiendo el motivo de por que están tan alterados…-- dijo la muchacha que venia con rostros que no había pronunciado palabra siquiera durante el viaje.
-- Si tienes razón parecen que están mas alterados de lo normal…-- dijo Verónica mientras miraba las sombras moverse rápidamente.
-- Muy bien aquí tienen sus habitaciones espero que descansen…-- dijo la joven mientras abría una puerta corredera y nos presentaba tres futones típicos, aquella habitación no era muy amplia y estaba iluminada por algunas lámparas de aceite, aunque sabia lo que eran no terminaba de acostumbrarme a las sombras.
Nos dispusimos a pasar la noche…
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
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Mazoku
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UNA AMIGA DESCONOCIDA CAP 4
Aunque no teníamos mucho sueño decidimos meternos en los futones y descansar, nos descalzamos antes de entrar en la habitación y pusimos nuestra ropa bien doblada a los pie de la cama, apagamos las lámparas de aceite y nos dispusimos a dormir un poco el viaje había sido largo y algo cansado.
No pasaron mas de cuatro horas cuando sentí como si alguien me tapara la boca, pensé que querían secuestrarme y todo había sido una trampa por aquella mujer que nos recibió, pero al abrir los ojos vi que era la chica que nos acompañaba al parecer quería investigar lo que pasaba por los alrededores.
-- Shhhhhh, será mejor que no hables, Verónica me ha dicho que te despierte será mejor que vayamos a ver que ocurre…-- dijo la chica quitándome la mano de la boca.
-- ¿Pasa algo? …-- pregunte extrañada, mientras veía como Verónica se vestía.
-- Vístete deprisa…si pasa algo y me extraña mucho que este esa mujer en este lugar, donde nunca se admitieron mujeres, o en su caso yo fui una excepción y mas aun que no haya visto ningún discípulo del sensei…además los Zaraki están alterados cosa que nunca lo habían estado, siempre están tranquilos o jugando sin causar problemas lo normal que cuando estén enfadados es que rompan pequeñas cosas o cambien los objetos de lugar, pero no que estén corriendo sin motivo…-- respondió Verónica, explicándome la situación aunque, también me era extraño que solo esa mujer nos hubiera recibido.
Una vez vestida empezamos a inspeccionar el lugar la luna estaba preciosa completamente llena se podía ver incluso mucho mas grande su luz iluminaba el patio del que había un silencio sepulcral solo roto por los grillos y alguna ave nocturna.
Empezamos investigando las habitaciones de los monjes no eran muy grandes al igual que la muestra, solo tenían un futon y poco mas sus ropas estaban allí pero no había ni rastro de ellos.
Nos pasamos por la sala del gran Buda visto de cerca era inmenso y la sala muy grande en la pared varias velas la iluminaban y aquellas pequeñas sombras se veían correr, mire al suelo y pude ver pisadas hechas con ceniza por donde pasaban.
-- No te preocupes son las marcas que dejan a veces…-- dijo la joven mientras yo miraba las huellas con asombro.
-- Noriko es mejor que cojas una de las armas de la pared y tu también Amanda no se por que pero creo que tendremos problemas…-- dijo Verónica mientras sus orejas aparecían y salían a la luz sus colas de zorro.
Me acerque a una de las paredes lo mismo que Noriko y cogí la katana me pareció algo mas pesada que las que llevaba yo por su parte Noriko cogio una de las naginata aunque me lo suponía por la ultima vez que la vi manejarla estaba muy bien entrenada con ella.
-- ¿Tu no vas a coger ninguna? …-- pregunte extrañada, aunque nunca la había visto coger ninguna con su magia le bastaba.
-- No me hace falta, no te preocupes por eso es mejor que estéis prevenidas por si acaso pasase algo, que estoy segura que pasara…-- respondió Verónica mientras salíamos de aquella habitación para seguir inspeccionando el resto del lugar.
Pasamos por la cocina, un sitio bastante grande estaba en la semi penumbra la luz de la luna entraba por uno de los ventanucos, el lugar estaba completamente en orden no había señales de nada.
Salimos de la cocina para dirigirnos al sótano del sitio, bajamos por unas escaleras algo estrechas allí no entraba nada de luz, Verónica se concentro por un momento y aparecieron dos especies de fuegos fatuos acompañándola para iluminar la estancia, con una luz muy suave; estaba llena de sacos de arroz y vegetales apilados pero nada que resaltar salvo algunas arañas dándose un paseo por el sitio.
-- Que extraño…estas arañas no son muy normales…-- dijo Verónica mientras las miraba.
-- ¿Por qué dices eso? …-- pregunte con curiosidad.
-- Fíjate bien, en su espalda llevan un dibujo de un ojo, si te das cuenta es como si nos mirara o se moviese…-- dijo Verónica mientras las seguía con la mirada hacia donde se escapaban.
-- Seguro que son imaginaciones algunos cuadros parecen que hacen lo mismo y no por eso están vivos…-- dije intentando quitarle importancia al asunto.
Al momento Verónica se fijo en algo extraño; apartando uno de los sacos vio una mano, yo no pude mas que taparme la boca para no gritar al quitar varios sacos pudo ver los cuerpos de varios de los alumnos con heridas por el cuerpo, sus ropas estaban destrozadas y ensangrentadas, el rostro de Verónica cambio de golpe esperaba no encontrar a su sensei allí y por lo visto no estaba fue un alivio para ambas.
Salimos con el rostro de Verónica desencajado por lo que había visto, quien podía haber hecho algo así era imposible.
-- Al parecer nos estaban esperando…-- dijo Noriko cogiendo con mas fuerza en el arma entre sus manos.
-- Eso parece pero quien ha podido hacerles eso…no le hacían daño a nadie…por lo visto no quieren que recuperes tus poderes…solo espero que no hayan tocado al sensei si no se las verán conmigo…y esto ya es personal…-- dijo Verónica mientras cerraba el puño con fuerza.
-- Lo que mas me extraña es que no esta esa mujer por ningún lado…la que nos abrió la puerta…-- dije intentando averiguar por donde estaría.
-- Nos queda otra sala, la de entrenamiento…pero no creo que sea ella…a menos que…-- dijo Verónica dejando la frase a la mitad, en ese momento acelero sus pasos hacia la sala de entrenamiento, yo casi no podía seguirla de lo rápido que caminaba.
Al llegar abrimos unas puertas bastante grandes la habitación era enorme con un tatami de color crema en el suelo había estantes para diversas armas puestas en las paredes y solo la luz de la luna entrando por uno de los ventanucos de la estancia, al fondo pudimos ver la figura de esa mujer, leyendo uno de los ideogramas de la pared.
Al momento las lámparas de aceite se fueron iluminando una tras otra, pudimos ver una horrible escena, varios cuerpos estaban colgados del techo envueltos completamente en una telaraña y aquellas extrañas arañas se paseaban por ellos, en el techo había algunas colgadas con aquellos extraños ojos mirándonos.
-- ¿Quién eres? …¿Y que has hecho con el sensei? …-- pregunto Verónica enfadada, en su tono podía verse la rabia e incluso el odio.
-- Mi nombre es Aya, fui invocada para proteger a esta gente de personas como vosotras, pero por lo visto llegue tarde, y ya habéis realizado vuestro trabajo…-- respondió Aya acusándonos de haber sido nosotras quien hubiera asesinado a los habitantes del lugar.
-- Espera un momento… ¿Has sido invocada? …¿Y crees que nosotras hemos hecho esto? …responde… ¿Quién te ha invocado? …-- volvió a preguntar Verónica aunque su tono denotaba sorpresa por completo.
-- Parecéis sorprendidas…o eso me queréis hacer creer; soy una Jorougumo y mi invocadora ha sido, una , kitsune Yako me dijo que vendríais de nuevo…así que se acabaron las charlas…-- respondió Aya revelando la identidad de su invocadora, por lo visto habíamos llegado demasiado tarde alguien les había dicho a donde pensábamos ir y la única persona era Akemi.
-- ¿Una Jorougumo? …¿Que es eso? …-- pregunte extrañada.
-- Es una criatura mitad mujer mitad araña, puede convertirse en una mujer completa por lo que ves…pero nunca pensé que eran malvadas…-- respondió Noriko, resolviendo mis dudas.
-- No puede ser, Akemi es imposible que nos traicionara, a menos que…no es posible, ha cambiado a su forma de demonio la debe de haber torturado esa kitsune…-- dijo Verónica sacando conclusiones.
-- No puede ser…no quiero perderla…-- dije completamente asustada por la posible perdida de mi madre.
-- No te preocupes, intentaremos salvarla…pero ahora tenemos otro problema entre manos…-- dijo Verónica poniéndose de pie sus colas se alzaron como si estuviera preparándose para algo Noriko se puso a un lado de Verónica y yo al otro para poder protegerla.
En ese momento por el ventanuco entraron dos sombras destruyéndolo que se pusieron al lado de Aya, cuando pudimos verlas eran dos miembros de la bandada de La Gran Madre, portando unas espadas; Verónica tenia razón en todo, al parecer llegaron antes y estaban controlando a la Jorougumo o la habían engañado.
Aya empezó a transformarse ante nuestros ojos sus piernas fueron cambiando en un gran abdomen de araña del cual salieron varias patas, en lo alto de su lomo se sitúo un gran loto negro en su cabeza salieron unas antenas y varios ojos mas alineados salieron en su frente, yo me quede sin palabras literalmente al ver aquello.
-- Serra mejor que os preparéis esta lucha será bastante difícil…yo atacare a Aya…-- dijo Verónica formulando la estrategia.
-- Es mejor que hayas aprendido algo con Catia no me gustaría tener que defenderte a ti también…-- dijo Noriko con frialdad, como si fuera un estorbo.
Las hermanas se lanzaron contra nosotras Noriko se defendía bastante bien de los ataques yo hacia lo que podía contra los embistes empezaba a cogerle el truco a los movimientos pero aquella espada se me hacia mas pesada que las mías, Verónica se lanzo contra Aya sus movimientos eran al mas puro estilo Kung-Fu aunque aya no dejaba tregua a pesar de su gran tamaño parecía saber cada uno de sus movimientos incluso antes de lo que los realizara, en las pocas oportunidades que pudo para ver el sitio me di cuenta que aquellas arañas eran como sus ojos, viendo todo el sitio.
Al parecer a Noriko le estaba costando un poco deshacerse de su contrincante esta vez estaban mas entrenadas de lo normal, sus ataques aunque tenían fuerza y eran precisos no acertaban en el blanco yo por mi parte la fatiga empezaba a hacer mella en mi, aquella arma empezaba a cansarme pero no podía flaquear.
Verónica dio un salto hacia atrás y empezó a mover sus manos como si hiciera uno de sus Sutras, varias palabras japonesas aparecieron a su alrededor con un resplandor abrió su boca y de ella salio una luz en dirección a Aya, esta de un soltó se colgó en el techo y el ataque se estrello contra la pared haciendo un gran agujero.
-- Crees que con ese simple Fuego de Zorro podrás derrotarme, tengo ojos por todos sitios y no podrás sorprenderme con tus ataques…-- dijo aya desde el techo.
Verónica se lanzo de un salto contra ella, Aya volvió a bajar y de su abdomen salieron varios hilos de seda que alcanzaron las muñecas de Verónica que termino estrellada contra la pared e inmovilizada. Aya se le acercaba muy peligrosamente, dispuesta a acabar su trabajo.
Noriko aun estaba peleando contra su rival que no le daba tregua parecía que no se cansaban ami sin embargo el abdomen empezó a dolerme de forma muy aguda era como si me estuvieran atravesando literalmente, lo único que pude es detener uno de los ataques de mi contrincante y caer al suelo de espaldas por el dolor, cosa que aprovecho mi atacante para lanzarse contra mi con su espada para atravesarme ami mente vino la imagen de Rubí, Catia, Akemi, Verónica y a todas las que conocí cerré los ojos esperando el final.
Pero al momento sentí algo caliente en mi cara pensé que era mi propia sangre la que estaba derramada y me había salpicado al abrirlos pude ver el rostro de Noriko encima mía y el filo de aquella espada atravesándole el pecho.
Me quede de piedra completamente, no sabia que hacer, ni el por que había arriesgado su vida, mi mente estaba en blanco ni siquiera le dolor que tenia llegaba a sentirlo, pude ver como me sonreía levemente.
-- Lo siento…te pido perdón…por todo lo que te he dicho…se que eres una excelente chica…Verónica esta muy orgullosa de ti me lo contaba todo sobre ti, se que…no te he demostrado aprecio…pero en el fondo te quería como todas las demás…siéntete orgullosa de tu don…-- dijo Noriko mientras otra espada la volvía a atravesar haciendo que su sangre me salpicara nuevamente.
--Nooooooooo,… ¿QUE LE HABEIS HECHO? …-- grito Verónica como si le hubieran arrancado parte de su alma.
Cuando la mire, su rostro empezaba a cambiar poco a poco tenia rostros mas zorrunos, empezaba a tener algo de morro, los dientes crecieron hasta transformarse en colmillos sus ojos eran completamente rojos y tenia la pupila como la de los gatos, sus uñas crecieron en forma de garras los fuegos fatuos empezaban a aparecer a su alrededor y aumentaban su luminosidad.
Aya al ver aquello empezó a retroceder lentamente no se esperaba esa reacción y temía lo peor, y no se equivocaba, de un tironee rompió las ataduras que la apresaban en ese momento todo rastro de Verónica desparecio, con una velocidad pasmosa solo vi una de las cabezas de las hermanas rodar por el suelo, la otra se alejo de mi un poco, y al momento observe como una de las garras de Verónica atravesaba el pecho de un solo golpe de la pobre hermana dejándola en el sitio, después se fue acercando lentamente a Noriko y se arrodillo a su lado, yo intente levantarme lentamente, el miedo que tenia casi me paralizaba, no podía creer que hubiera hecho aquello y la transformación que había tenido, me acerque poco a poco a Aya su rostro era de pavor, al momento Verónica giro su cabeza mirando de reojo a Aya de su boca salía incluso humo; se lanzo a por ella para eliminarla pero me puse en medio apelando a su parte humana si todavía estaba dentro de ella, al instante note una ráfaga de viento y una de sus garras se paro a escasos centímetros de mi corazón.
Aquellos ojos eran los de un demonio furioso sediento de sangre y venganza, su odio era tal que incluso podía sentirse en el ambiente.
-- APARTA DE MI CAMINO…QUIERO SU CORAZON…-- grito Verónica llena de furia.
-- No…tendrás que matarme y no creo que lo hagas…además ella no ha tenido la culpa como dijo antes Noriko es posible que la hayan engañado o estén controlándola de alguna forma y no pienso que manches tus manos con su sangre…-- dije apelando a su corazón que sabia que por mucha rabia que tuviera estaba segura que aun estaba hay dentro parte de ella.
-- APARTA DE MI CAMINO…-- volvió a gritar Verónica y de un movimiento de mano me arrojo contra el suelo estrellándome contra una de las paredes.
-- No puedes matarla…Noriko no lo querría así y se que tu tampoco lo harías… mírala esta aterrorizada por completo lo mismo que yo…se que tu no eres así…Noriko dio su vida por algo en que creía…crees que yo quise esto alguna vez piensas que alguna vez lo quise…si mi muerte arreglara algo y pudiera protegeros lo haría sin dudar, ya viste lo que hice en el gimnasio por unas chicas que no conocía…ahora solo te pido que confíes un poco que el sacrificio de Noriko no haya sido en vano que no te vea desde donde este de esa forma…estoy segura que no querrá que manches tus manos con la sangre de una criatura inocente…-- dije yo intentando apelar a algo de la humanidad que tenia escondida por alguna parte, antes que cometiera un error, del que se arrepentiría toda la vida.
Al escuchar estas palabras se quedo un momento mirándola a los ojos el rostro de Aya era de pánico, sabia que ella no era la responsable de aquello, en cuanto se giro, sus rasgos empezaron a transformarse nuevamente en normales se dirigió hacia Noriko y arrodillándose ante ella empezó a llorar desconsoladamente yo me quede un momento en el suelo intentando recuperarme del dolor que sentía.
Aya se acerco a mí y me ofreció su mano para levantarme, sabia que no me equivocaba y estaba convencida de que ella no era culpable de lo que pasaba allí.
-- Lo siento… todo es culpa mía solo me dieron unas ordenes que cumplir, al entrar estaban todos muertos, y esa kitsune me dijo específicamente… que conservara a unos cuantos en unas telarañas y así lo hice…-- dijo Aya disculpándose y explicando todo lo que le había sucedido.
-- ¿Pudiste verle el rostro…a esa kitsune…?…-- pregunte a Aya mientras me colocaba una de las mano en mi abdomen.
-- No, lo siento era lo mismo que ella cuando se ha transformado…-- respondió Aya sin mas noticias.
-- Si es así tenemos mas problemas de los que había pensado…Por casualidad… ¿No tendrás en una de tus telarañas al sensei? …-- pregunto Verónica con voz llorosa aun.
-- Si así es…fue el primero que me dijeron de conservar…-- dijo Aya subiendo a una de las paredes y deshaciendo uno de los capullos de seda y bajando el cuerpo.
En cuanto lo bajo pude ver que era un hombre no muy mayor y calvo, sus ropas eran las típicas de entrenamiento de artes marciales, aunque no era muy corpulento; tenia las vestiduras llenas de sangre y entre sus brazos tenia aferrado un libro, al parecer no pudieron quitárselo.
Verónica al verlo volvió a llorar, al parecer tenia en mucho aprecio al sensei, pero sacando fuerzas de flaqueza cogio el libro y empezó a repasar lentamente las paginas mientras yo volvía a arrodillarme en el suelo por el dolor que cada vez aumentaba mas de intensidad, aquellos sellos empezaban a disolverse lentamente desaparecían ante mi vista.
-- Si pudieras darte…un poco de prisa…el dolor empieza a ser insoportable…-- dije yo mientras caía al suelo sujetándome el abdomen con ambas manos.
En el podían verse como unas especies de manos que intentaban salir de mi, destrozándome por dentro el tiempo se acababa y esperaba que pudiera encontrar aquello.
En ese momento Verónica cerro el libro de golpe y se acerco hizo varios gestos con su manos en sucesión rápida y empezó a golpear varios sitios claves, el dolor en ese momento fue desapareciendo poco a poco, incluso mi piel y aquellas marcas empezaron a desaparecer.
-- ¿Qué tal te encuentras…?…-- pregunto Verónica, viendo que todo volvía a la normalidad, lentamente.
Me incorpore lentamente el dolor había desaparecido por completo, al parecer funciono, y además podía ver una especie de aura rojiza alrededor de Verónica, pero no lograba ver ninguna alrededor de Aya.
-- El dolor ha desaparecido, y es extraño puedo ver un aura de color rojizo a tu alrededor…pero Aya no tiene ninguna…-- dije extrañada mientras intentaba averiguar por que podía ver eso, al parecer mis sentidos estaban algo mas ampliados nuevamente, incluso podía sentir la humedad del ambiente.
-- No te preocupes eso pasara enseguida…son nuestras auras…lo tendrás por un momento y es normal que ella no tenga…Pero bueno hablando de otra cosa, no se si podrás hacerlo…-- dijo Verónica peor me extrañaba nunca me había pedido un favor hasta ahora.
-- Si puedo hacerlo no te preocupes…-- dije asintiendo si podía hacerlo lo tendría.
-- Noriko acaba de morir y quiero que seas tu la que la acompañes a la puerta de los muertos y le des consuelo, se que te resultan raras estas palabras…pero te ayudare a hacerlo…-- dijo Verónica y la verdad esa petición me extraño y por que no decirlo incluso me asusto.
-- ¿Pero como voy a hacerlo…?…-- dije extrañada ante la petición de Verónica.
-- No te preocupes tu sigue lo que te vaya indicando…y estoy segura que lo lograras…-- dijo Verónica mientras me hacia sentar y con las manos en un posición de meditación.
-- Muy bien esperemos que resulte…-- dije esperando cumplir su favor como mejor pudiera.
-- Cierra los ojos…concéntrate en tu parte Nekomata siéntela, sigue mis palabras imagina un campo lleno de flores…o un bosque en pena noche por el que discurre un pequeño río…-- dijo Verónica, ami mente empezaban a venir lentamente las imágenes que me iba relatando, llego un momento en que no escuchaba sus palabras solo el rumor del río y la brisa nocturna en mi cara.
Cuando abrí los ojos me vi en un bosque bastante frondoso iluminado por luciérnagas y la luz de la luna llena, un pequeño riachuelo que discurría delante mía en mi cabeza note de nuevo aquellas orejas blancas y de mi espalda salían aquellas dos colas me sentí mas aliviada; seguí el riachuelo hasta llegar a un claro de aquel sitio donde se encontraba una gran puerta hecha por varios troncos de madera de color rojo en la parte superior había un cartel negro con letras doradas japonesas que no comprendía.
A sus pies estaba un figura como si esperara algo, cuando me acerque vi que se trataba de Noriko llevaba el kimono de las Miko estaba preciosa y con su pelo recogido. Me acerque a ella algo asustada, pero tranquila al mismo tiempo.
-- Gracias…por haber venido, he visto todo lo que ha pasado y me alegra que le hayas hecho entender, eres estupenda, se que ha llegado mi hora y también que nos volveremos a ver, dile que no pierda la esperanza, que no desfallezca y que no se rinda por que yo estaré protegiéndola…ahora ya puedo descansar tranquila…-- dijo Noriko mientras yo le daba la mano y juntas atravesábamos esa puerta en cuanto lo hicimos su cuerpo desaparecía lentamente pude ver que se marchaba con una sonrisa en su rostro.
Paso un momento cuando escuche una voz que provenía de la puerta al momento me sonó como la voz de Alexa, mi corazón se lleno de alegría, pero no llegaba a distinguirla bien, pensé que ya mismo volvería a verla, volví a cerrar los ojos y cuando los abrí estaba en el tatami junto a Verónica y Aya.
-- ¿Qué te ha dicho…? …¿Has podido hablar con ella? …-- pregunto Verónica ansiosa y con curiosidad.
-- Estaba preciosa…con su vestido de Miko me ha dicho que no desfallezcas ni te rindas que ella te estará protegiendo y que se alegra que no hicieras eso y que esta segura que algún día os volveréis a ver de nuevo…se marcho en paz y alegre…-- respondí a Verónica relatándole todo lo que me había dicho.
Las lagrimas afloraron a sus ojos, no pude mas que abrazarla y estar así un rato consolándola, sabia que lloraba de pena por la perdida pero a la vez de alegría por saber que descansaba en paz.
-- Muchas gracias…-- dijo Verónica entre sollozos.
Pasado un momento volvimos a la habitación por la mañana tendríamos trabajo haciendo algunas tumbas para los del templo, en cuanto amaneció mire si estaba Verónica pero no se encontraba en el otro futon, me vestí y me fui a la cocina allí pude ver como aya estaba poniendo el desayuno, en cuanto me volví observe como me sonreía, parecía estar mas tranquila, pero aun estaba segura de que no se fiaba mucho de Verónica.
-- Buenos días…espero que tengas apetito…-- dijo Aya con alegría.
-- Buenos días…si tengo algo de hambre muchas gracias por hacer el desayuno… ¿Dónde esta Verónica…? …-- pregunte con curiosidad al no verla por allí.
-- Ha salido temprano se ha duchado en el lago y se ha ido a rezar por los muertos…-- explico Aya, aunque la verdad no me extrañaba que hubiera hecho eso.
Cuando termine de desayunar me fui aquel lago que me indico por donde se encontraba Aya, aunque no me hacia gracia tener que meterme en agua helada no había otra, así que saque el valor que tenia y me metí en aquel sitio y lo dicho el agua estaba helada pero dicen que es buena para la piel aunque habiéndolo comprobado no me lo creía, donde este el agua caliente que se quite lo demás.
Cuando hube terminado me arregle un poco y me dirigí a la habitación del gran Buda estaba segura que se encontraría allí, y Aya se encontraba en la puerta; precisamente como había pensado estaba rezando, me acerque a ella, al verme se levanto.
-- Bueno es hora de marcharse…-- dije ya que no nos quedaba nada mas que hacer por aquí.
-- Escucha te iras tu sola, Aya y yo nos quedamos aquí…-- dijo Verónica, no sabia el por que de esa decisión incluso Aya se asusto un poco al escucharlo, pero no quiso decir nada.
-- Pero… ¿Por qué? …-- pregunte interesada quería saber la respuesta.
-- Lo siento pero debo quedarme y no se por cuanto tiempo…no te preocupes podrás volver y demás…pero necesito un tiempo conmigo misma y con Aya…-- dijo Verónica aunque la verdad no me rebelaba mucho.
-- Muy bien ya nos veremos, espero que tengas suerte y tu también Aya…hasta pronto…-- dije despidiéndome de las dos y esperando encontrarlas pronto.
FIN DEL CAPITULO 4
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LA BUSQUEDA CAP 1
El regreso en avión fue de lo mas normal pero cada vez que miraba por la ventana no solo veía las nubes si no también me acordaba de la pobre Noriko de lo que hizo por mi, confiaba en mi, y no podía defraudarla intentaba darle vueltas a la cabeza el por que se había quedado Verónica en aquel lugar y que estaría buscando, y de la pobre Aya que a pesar de todo no era tan malvada como parecía, solo fue una victima de todo aquello.
Pero bueno al fin volvía a estar entera completamente y ahora estaba mas convencida que nunca de combatir los planes de La Gran Madre, solo quería volver y ver de nuevo a Rubí y ver como se encontraba y las noticias de mi padre si se había recuperado.
Al llegar al aeropuerto pude ver en la puerta a algunas de las chicas que me estaban esperando, con la vista miraban a ver si podían encontrar a Verónica o a Noriko por alguna parte, al verme corrieron para saludarme.
-- No veo a Verónica contigo… ¿Le ha pasado algo? … -- pregunto una de las chicas extrañada.
-- ¿Y Noriko esta bien? …-- pregunto otra de ellas.
-- Verónica ha decidido quedarse por un tiempo en el templo cuando llegamos todos los habitantes estaban muertos…y la pobre de Noriko…ha muerto defendiéndome…-- respondí ocultando los detalles de la transformación de Verónica y de lo que había sucedido.
Aquella noticia resulto ser un jarro de agua helada para las chicas sus rostros cambiaron de golpe entristeciéndose por la noticia al parecer quería mucho a Noriko.
Cogimos un taxi y nos dejo cerca del local aunque no lo entendía muy bien el por que, entramos en los restos del ennegrecido edificio, por lo visto la entrada a la arena estaba intacta, bajamos por una escalera iluminada por algunas lámparas al llegar abajo pude ver que la parte de abajo estaba como transformada en un improvisado piso subterráneo, en cuanto entre varias de las chicas salieron corriendo a abrazarme y darme la bienvenida, al fondo podía ver a Catia esta vez vestía unos pantalones vaqueros cortos de color azul apagado en sus piernas lucia unas medias de rejilla y en su torso un top con mangas de color rosado en su cuello una cinta de color negro y en sus pies unos botines de color rosado. Se quedo por un instante mirándome, como las chicas me abrazaban y me daban la bienvenida.
Una de ellas me llevo a las habitaciones que habían improvisado, era una sitio no muy grande con una cama al fondo, un armario en una de las paredes no tenia ventanas salvo un conducto de ventilación y toda la luz era proveniente de una lámpara en el techo, se sentaron ami alrededor para saber lo que había pasado, la noticia de la muerte de Noriko fue un duro trago para todas ellas.
En un momento Catia entro por la puerta la mayoría de ellas se retiraron para seguir reconstruyendo aquel sitio, cerró la puerta y al momento se sentó a mi lado.
-- ¿Qué tal te encuentras…?…-- pregunto Catia mirando me a los ojos sabia que algo me pasaba.
-- Me siento mal…por dentro no sabría como explicártelo, es como un vacío…que me esta devorando…y además me siento culpable por la pobre Noriko…no esperaba que hiciera eso…no debía haber hecho eso…-- respondí mientras me levantaba de la cama y paseaba de un sitio a otro.
-- ¿Crees que hizo mal al hacerlo…?…-- pregunto Catia, haciendo de psicóloga, pero me venia muy bien sacar los sentimientos que tenia guardados.
-- No lo se…se que tengo estos poderes…pero si solo fue por eso…no mereció la pena que lo hiciera ella era mas valiosa que yo y sobre todo para Verónica, la pobre esta hecha polvo al menos sabe que ella descansa en paz y esta feliz…-- respondí yo con tono triste y bajando la cabeza.
-- Escúchame…ella no se sacrifico por tus poderes…si no por ti por que cree en ti y todas las chicas de aquí lo hacen incluso yo y lo sabes…tu madre mas que nadie…así que no debes entristecerte…además estoy segura de que Verónica aparecerá pronto solo debe de poner en orden sus pensamientos, no seas tan dura contigo… se que tu también te sacrificarías por nosotras si fuese necesario…ya me lo contó Verónica lo que hiciste por mis amigas…y te lo agradezco…-- respondió Catia intentando consolarme pero en verdad lo hizo, al momento se levanto y me abrazo sentí toda la fuerza que tenia dentro de ella invadiéndome.
-- Sabes te tengo una sorpresa…que estoy convencida que te gustara mucho…-- dijo Catia mientras salía de la habitación cerrando tras de ella.
Al instante entro una jovencita, un poco alta en sus pies llevaba unos zapatos de tacón bajo de color rojo, sus piernas estaban contorneadas y preciosas portaba unos leggins de color negro que casi podía decirse que eran de cuero, en su torso una blusa de color blanco dejando un escote muy apetecible aparte de que el hecho se podía notar unos pechos redondeados y con la forma perfecta, me parecía creer que era Alexa pero en aquel momento todo me lo dijo cuando vi una cola moverse detrás de sus piernas, no podía ser estaba despierta; toda aquella hibernación había sido una fase de su cuerpo para poder acomodarse a su crecimiento su cara era preciosa tenia una combinación de jovencita y niña pequeña que era deliciosa y seguía teniendo el pelo de color verde al parecer le habían hecho dos coletas, y en su frente aquellos cuernecillos ya estaban algo crecidos, sus labios eran de un color rojo fuerte y aquellos maravillosos ojos que no había visto en tiempo que tanto me encantaban, incluso sus pequeñas alas ya eran mas grandes.
-- Mamiiiiiiii…-- dijo Rubí lanzándose a mis brazos, sus labios se acoplaron a los míos y su lengua se deslizo por dentro de mi boca empezando a jugar ávidamente con ella saboreándome por completa, no se ni cuanto duro aquel beso solo que no quería que acabase al terminar separo sus labios muy tiernamente, quedándose abrazada por un momento a mi.
-- Rubí…estas impresionante…creía que te había pasado algo…estaba muy preocupada por ti…-- dije con lagrimas en mis ojos pero con alegría en mi rostro y corazón.
-- Rubí estar bien…solo ser hibernación de crecimiento…Rubí echar mucho de menos a mami y a hermanita, ella estar muy alegre de volver a tenerte…-- dijo Rubí explicándome lo que había sucedido.
-- ¿Puedes escuchar a la hermanita…?… -- pregunte algo desconcertada.
Rubí se agacho un poco acercando el oído a mi vientre y sonriendo con su inocencia característica.
-- Rubí escuchar a hermanita…y estar muy feliz…-- dijo Rubí mientras me volvía a abrazar.
Parecía que hubiera sido un siglo en que no me hubiera visto ni yo a ella, al fin estaba conmigo de nuevo.
Estaba feliz pero cansadísima el viaje había sido largo, viendo la cama decidí desnudarme salvo la ropa interior y descansar, Rubí como de costumbre se acostó a mi lado abrazándome, me fascinaba volver a sentir aquel calor llenándome por completo, me quede dormida acariciando su pelo mientras ella me cubría tiernamente con sus alas.
Justamente a media noche me desperté, mi estomago gruñía y tenia algo de hambre, con cuidado salí de la habitación y me dispuse a investigar por suerte no tuve que ir muy lejos vi un cartel que ponía comedor y era lo mejor baza que tenia para saciar algo el gusanillo, el lugar era bastante grande tenia como una mesa de auto-servicio con bandejas al fondo una puerta daría a la cocina y en el centro una gran mesa con varias sillas a los costados no tenia ninguna ventana, pero las luces estaban encendidas varias de las chicas estaban comiendo al parecer no fui la única que tenia hambre, en cuanto me vieron me invitaron a acompañarlas una de ellas se levanto para acercarme una de las bandejas, llevaba un picardías de color rosa apagado pero transparente abierto por delante y un tanga de color blanco, sin embargo no llevaba ningún sujetador y sus pechos eran mas bien grandes y se movían mientras andaba aparte cuando mire a sus caderas por mi mente se pasaron muchísimas cosas al poder contemplar aquella cola negra moviéndose al ritmo, aunque mi imaginación fue detenida por una pregunta de las chicas.
-- ¿Qué tal te encuentras? …¿Ya no sientes dolor? …-- pregunto una, al parecer mi estado les preocupaba bastante.
-- Desde que Verónica pudo neutralizar el bloqueo, me siento genial incluso mejor…-- respondí explicándolo, pero se podía ver en su rostros a pesar de su alegría estaban preocupadas por Akemi.
-- ¿Piensas tener a la cría? …-- pregunto otra.
-- Si, deseo tenerla al principio dudaba bastante pero ya estoy convencida, aunque debería de ir a una ginecologa…y no creo que pudiese ya que no podemos usar la magia de Verónica ni conozco ninguna…-- respondí en que eso me era necesario y no sabia lo que fuera a pasar tampoco ni como seria.
-- No deberías de preocuparte por eso…tengo una amiga en un hospital en el que trabajo y podría ayudarnos…estoy segura que podrá verte…-- respondió una de ellas mientras saboreaba algo de atún.
-- Muchas gracias me vendría genial…al fin algo que se soluciona pero, pero como hacemos para que parezca distinta…-- dije yo intentando pensar la forma de camuflarme.
-- Eso es fácil, te maquillaremos y te teñiremos el pelo, seguro que serás distinta…-- dijo otra proponiendo una solución.
-- Muchas gracias a todas de verdad sois increíbles…-- dije yo con alegría, solo podía pensar que eran maravillosas siempre ayudándose entre ellas.
Axial nos pasamos un rato hablando entre nosotras bromeando y demás hasta que la puerta se abrió y apareció Catia bostezando, llevaba unas braguitas bastante ajustadas que redondeaba su trasero de color rojo con encajes en la parte de arriba y al parecer aquí casi ninguna dormía con sujetador, sus pechos eran magníficos aparte tenia los pezones duros debido al cambio de temperatura, en mi imaginación solo podía mas que relamerme de gusto.
-- Se puede saber que hacéis levantadas, mañana tenemos trabajo, venga volved a las camas…-- ordeno Catia, y me pareció bien en ausencia de Akemi alguien debía de llevar el orden y tenían mucho por hacer.
-- Perdón…es mejor que recojamos todo esto…hasta mañana Amanda…-- dijeron las chicas mientras recogían sus cosas.
-- Amanda es mejor que descanses mañana tendremos un duro entrenamiento…recupera fuerzas…-- me aconsejo Catia y pensé que seria lo mejor al parecer me tenia preparada toda una sesión de entrenamiento, aparte tenia que llamar por teléfono al hospital para ver como se encontraba mi padre.
En cuanto recogí aquello, me fui para mi habitación y observe que aun estaba dormida Rubí, decidí meterme en la cama intentando no despertarla, al hacerlo note su calor que me arropaba amorosamente y me quede dormida.
A la mañana note algo extraño sentía como mas calor del normal, levante las sabanas y me encontré a Rubí en mi entre pierna lamiendo, al parecer la había sorprendido.
-- Mami…Rubí tener hambre…-- dijo Rubí sonriéndome, ese fue el mejor despertar volver a sentirla conmigo y me encantaba.
Solo pude mas que atraerla la cabeza hacia mi sexo que ya estaba húmedo su lengua se introdujo dentro de mi, recorriendo todo mi interior entraba y salía rítmicamente pero con mucha suavidad yo no paraba de manar flujo mientras gemía de placer, ella lo saboreaba con su lengua incluso llegaba a mojar las sabanas, note que casi rozaba la entrada de mi útero, y empecé a gemir de manera viva intentando apagarlos por si despertaba a alguien fue maravilloso volver a sentir aquella lengua deslizarse, entrar y salir de mi vagina deseosa de tenerla, pasado un momento que estaba casi a punto de llegar al clímax Rubí se detuvo en seco y dándose la vuelta me coloco su pene que esta vez era mas grande y grueso no pensaba incluso que pudiera caberme en la boca, me coloco el glande en mis labios esperando mi lengua, mientras me miraba con su carita ruborizada y sus ojos casi llorosos al parecer había estado esperando aquello por tiempo y no pensaba defraudarla, le di un beso al glande, muy suave y fui abriendo la boca poco a poco notando como iba introduciéndose dentro de mi, notaba su sabor salado y a la vez dulzón mientras se deslizaba mi lengua empezó a juguetear recorriéndolo y enroscándose mientras lo llenaba de saliva, mis manos se aferraron a el como si mi vida dependiera de ello y empezaron a moverlo al ritmo que entraba y salía al compás de su pelvis, podía notar que me llegaba a la garganta de lo que había crecido, note como mis mandíbulas me dolían por lo gordo pero no me importaba solo quería sentirla que disfrutara como nunca, mientras ella volvía a empezar a lamerme yo seguía chupando, estábamos en perfecta compenetración, su lengua no paraba de moverse de chupar de entrar y de salir mi flujo manaba con mas fuerza manchándome los muslos y la cama sus gemidos se mezclaban con los míos, aquello acelero mas los movimientos de su pelvis quería corredse y yo también que ambas saboreáramos nuestros néctares, yo seguía chupando y moviéndola con las manos, hasta que al final sentí como un espasmo los dedos de los pies se me encogieron, y cerré los muslos para apresarla entre ellos pero sabia que no haría falta que Rubí me saborearía con apetito, mientras note que su pene se introdujo de golpe en mi boca con una fuerza inusitada descargando todo su semen en mi garganta directamente yo no pude mas que tragar saboreando lo espesa y caliente que estaba como si fuera el mas delicioso desayuno tanto para mi como para Rubí, su boca se apoyo en mi sexo y no dejaba escapar ni una gota incluso mientras me corría note como su lengua seguía dentro de mi notando mis espasmos, el semen ya me desbordaba incluso se salía por las comisuras de los labios era demasiado, pero a pesar de todo quería mas y mas mis ojos se pusieron llorosos por el placer, pasado un momento saco aquel magnifico miembro chorreando de saliva y mezclado con su esperma, aun goteando mi cara era de placer y cansancio pero no sabia que no fuera a darme descanso, aunque viendo que aun lo tenia erguido y desafiante me lo imaginaba.
Aun yo cansada Rubí se levanto y me cogio de espaldas a ella por los muslos dejándome abierta de piernas yo gire la cabeza para mirarle a sus ojitos tiernos y la bese en los labios, al parecer estaba esperando como mi permiso para continuar, apoye la cabeza de su miembro en la entrada de mi trasero esperando su empujo pero fue al revés la introdujo lentamente, venciendo la resistencia estaba deleitándose con aquel momento no quería desperdiciar ni un solo momento del placer que iba sintiendo, al principio me dolió un poco pero poco a poco fue desapareciendo, sustituyéndolo por el placer que siempre me daba mi pequeña Rubí, la mire a los ojos y pude ver su cara de placer era una sinfonía para mi, esta vez pensé que me moría parecía no acabar de introducirse dentro de mi, al final llego hasta la base, casi podía sentirla golpear mi estomago, sin embargo note algo mejor sus pechos contra mi espalda como sus pezones me la rozaban, estaban duros era una sensación maravillosa, al momento empezó a moverse al principio lentamente pero una vez hubo llevado un rato mi trasero comenzó a mojarse solo mezclado por la saliva y el esperma que aun tenia consigo, el movimiento y era rítmico entraba y salía dentro de mi con total libertad era maravilloso sentirla otra vez conmigo, yo estaba en el cielo pero no me esperaba lo siguiente que iba a ocurrir, aunque la verdad me encanto, mientras Rubí seguía moviéndose y mi mente ya estaba en la gloria escuche como la puerta se abría, y entro Catia tenia un espectáculo increíble delante de ella, estaba abierta de piernas, preparada para que ella me embistiera, esto iba a ser un sueño, no pude mas que abrazarme al cuello de Rubí y relamerme invitándola a nuestra fiesta.
No tardo ni mucho en unirse además no necesitaba casi ni desvestirse, se acerco a nosotras sin decir palabra mientras Rubí seguía moviéndose a su ritmo Catia empezó a lamerme mi vagina húmeda y caliente con su lenga áspera, necesitaba sentir eso de nuevo como se movía por toda ella saboreándome incluso llego a morderme suavemente el clítoris eso hizo que diera un grito de placer parecía no estar en este mundo, su lengua era un sueño áspera y sedosa a la vez, mi flujo empezaba a gotear por su boca cayendo al suelo dejando algunos pequeños charcos, cuando lo creyó oportuno se levanto, y se saco aquel pene maravilloso, restregó el glande contra mi sexo ansioso de tenerlas a las dos dentro de mi yo ya no podía resistir mas apoyo el glande rojo y vivo en la entrada y empezó a entrar lentamente, a cada centímetro yo gemía mas y mas no sabia si había caído en el cielo o en el infierno cuando al fin la sentí entera dentro de mi note como mi sexo lo aprisionaba aun mas fuerte, Catia empezó a moverse rítmicamente al compás de Rubí aquello era maravilloso, no paraba de manar flujo que se mezclaba Catia empezó a gemir, aquellos penes entraban y salían de mi a un ritmo demencial era maravilloso, sentirse llena nuestros pechos se bamboleaban al ritmo, los pezones de Catia rozaban con los míos poniéndose aun mas duros, sentía el pecho de Rubí contra mi espalda moverse y su aliento, volví la cabeza por un instante y la bese, apagando nuestros gemidos, brevemente nuestra saliva se mezclo con el sabor d e su esperma en nuestras bocas era esplendido, al momento volví a girarla y bese los labios de Catia fundiéndonos en un beso maravilloso, no se ni siquiera el tiempo que pasaría, pero note como sus penes se endurecían de golpe, sabia que estábamos cerca del orgasmo, y necesitaba sentir una cosa mas, aquella maravillosa bola de carne creció dentro de mi, apretándome por dentro, parecía querer partirme en dos, mis ojos casi se pusieron en blanco las lagrimas las abordaban mis mejillas, incluso era mas grande que antes Rubí tenso su cuerpo descargando dentro de mi todo su placer una riada de leche me recorrió por dentro inundándome, caliente espesa, Catia a su vez hizo lo mismo al notar aquella bola, sentí su leche recorrerme dentro de mi, mientras yo me corría entre espasmos casi llegue a desmayarme aunque no fue así, lo curioso que el miembro de Catia quedo aprisionado haciendo que se corriera aun mas, cosa que me encanto las tres gemimos fuertemente ya no nos importaba si nos escucharan aquello fue una explosión de placer sin control, mis paredes vaginales daban espasmos aprisionando el pene de Catia mientras aquella bola de carne me hacia gemir mas y mas de placer su vibración era muy rápida; mientras Rubí daba empujoncitos para llenarme todo lo que podía, debido al esfuerzo caímos al suelo, Catia no podía sacarla de mi interior, y nos quedamos durante diez minutos, hasta que al fin aquella maravilla de Rubí se aflojo un poco y pudo salir, yo notaba la leche salir dentro de mi a pequeños chorros incluso tenia un poco el abdomen mas abultado y mi trasero estaba mas dilatado incluso podría asegurar que si me hubieran metido un puño hubiera entrado con total facilidad, estando allí cogi ambos penes y los fui lamiendo sin prisa alguna saboreando los restos de cada una mezclándolos con mi saliva, hasta dejarlos limpios, había sido algo maravilloso.
Pasado un momento Catia se levanto algo agotada tambaleándose se dirigió al armario y lo abrió allí habían varias prendas de entrenamiento.
-- Ufff...…ha sido maravilloso…estoy hecha polvo…pero no tenemos otra mas que ponernos a entrenar, en el armario tienes algunas… ropas de entrenamiento aparte querrás ducharte…date prisa…te espero en la arena…-- dijo Catia mientras salía de la habitación dando algunos tumbos y apoyándose contra la pared.
Yo mire a Rubí su carita estaba ruborizada tenia los colores subidos completamente y una cara de felicidad, que no podía describir pero tenia razón Catia tenia que ir a entrenarme.
-- Bueno Rubí espero que estés por hoy saciada…para mi ha sido algo maravilloso…pero ahora debemos ducharnos…-- dije dándole las gracias a lo que había hecho Verónica no solo por esto si no por mucho mas, la recupere a ella y a la pequeña.
-- Rubí querer ducharse con Mami…Rubí estar saciada y contenta -- dijo Rubí sonriéndome, mientras me abrazaba al parecer adopto esa costumbre.
Diciendo esto me levante y me dirigí al armario la verdad que había poco donde elegir, aparte de unos leggins de color crema y un pequeño kimono para estar cómoda, pero bueno no se podía pedir mas.
Cogi la ropa y me fui a las duchas, al llegar me quede en blanco todas las chicas estaban allí, era un sitio bastante grande tenia un improvisado vestidor para deshacerse de la ropa y por dentro había una habitación separada por un muro de piedra delante arriba estaban las duchas, al entrar la mayoría se me quedaron mirando, incluso vi mover alguna de sus orejitas, incluso Rubí se dio cuenta lo que hizo que me abrazara marcando como si fuera de su propiedad; incluso alguna de ellas se relamía, abrí el grifo y cerré los ojos sentí el agua caliente de nuevo limpiarme por entera incluso pude notar como si el alma se despejara, era maravilloso sentirla recorrerme el cuerpo, no tarde ni cinco segundos en abrirlos, aquel sitio estaba desierto, de algunos grifos aun goteaban agua, las luces parpadeaban de vez en cuando, incluso la oscuridad parecía haber tomado vida propia, sentí un escalofrío recorrerme la espalda.
Las orejas y las dos colas se manifestaron sabia que aquello no era real, era otra premonición comencé a caminar entre las duchas mirando si pudiera encontrar alguna de las chicas pero no había nadie, salí al pasillo esperando encontrar a alguien.
-- Chicas… ¿Dónde estáis…? …-- pregunte sin obtener respuesta, el silencio se apodero del lugar.
Al momento las luces de la ducha se apagaron y desde atrás una oscuridad empezó a recorrer el pasillo apagando cada lámpara, el miedo se apodero de mí y comencé a correr intentando salir de aquel lugar pero por más que lo hiciera parecía que no avanzaba del sitio.
-- ERES MIA!!! …-- grito una voz desde esa oscuridad pude ver unos ojos de color rojo como el fuego acercándose mas y mas.
-- ALEJATE DE MI, VETE, DESAPARECE…-- grite desesperada viendo que se acercaba mas y mas, al momento sentí como aquella oscuridad me cogia del brazo, caí al suelo y empezaba a arrastrarme dentro de ella, intente liberarme forcejeando pero no había forma, al instante resbale y caí al suelo aquella cosa seguía arrastrándome dentro de ella.
Enseguida vi una imagen de mujer no muy delgada, alta con unas alas de murciélago y cuernos pensé que era La Gran Madre que había venido a ver como era devorada pero no podía verla con claridad estaba como envuelta en oscuridad pero era muy distinta a la que me estaba engullendo, acerco su mano, para ayudarme aunque no tenia mucho donde elegir.
-- Coge mi mano, si quieres sobrevivir no tengas miedo tu me conoces muy bien…-- dijo aquella mujer, no me quedaba otra alternativa, en cuanto la cogi sentí su piel calida; abrí los ojos y me encontraba en las duchas con las chicas mientras se cambiaban y demás.
Rubí se me quedo mirando extrañada yo me mire el brazo, tenia la señal de una garra, al parecer no fue tan sueño como parecía ser, estaba temblando aun sintiendo el agua caliente recorrerme, decidí olvidarme de momento mientras le lavaba el pelo a Rubí, mientras ella jugaba con las burbujas de jabón, pasamos así un buen rato disfrutando de aquello, cuando salimos me puse las ropas de entrenamiento y me cepille el pelo ami y a Rubí le puse la coleta suya de costumbre, Rubí de momento se puso la misma ropa, aunque ya le iba siendo necesaria mas y la que compre estaba aun en mi casa y estaba convencida que seria mejor no ir.
Fui al comedor esta vez había un gran revuelo las muchachas copian las bandejas para desayunar al menos parecían que las provisiones no escaseaban, me senté en una de las mesas aquel desayuno fue uno de los mejores bromeando y charlando casi nunca tuve desayunos tan amenos, al terminar me dirigí a la arena de entrenamiento Rubí subió a la parte de arriba para observarme, dentro de ella estaba Catia con la misma ropa que yo y dos espadas de bambú por un momento me pareció ver a Akemi allí dentro, la echaba demasiado de menos.
-- Muy bien…prepárate intentaremos ponerte en forma lo mas rápido posible…-- dijo Catia mientras me lanzaba una de las espadas de bambú.
-- Una cosa Catia…después de esto tengo que llamar al hospital para ver como sigue mi padre…-- dije preocupada por su estado.
-- Eso es mas difícil no tenemos teléfono ninguno… tendremos que ir a la calle a una cabina y es mejor que no tardes en llamar, lo mas seguro que le estén vigilando…-- dijo Catia previendo lo que pudiera pasar y era cierto.
-- Bueno será mejor que empecemos…-- dije yo mientras cogia una de las espadas de bambú.
Catia se lanzo de golpe atacándome a toda velocidad mi visión esta vez era mas precisa, casi podía adivinar sus movimientos pero me seguía costando un poco varios de sus ataques se los pude detener, pero terminaba cayendo al suelo, al verme me daba la mano para levantarme avisándome que el enemigo nunca haría eso que incluso desde el suelo se podía ganar una pelea, así continuamos por mas de tres horas esta vez acabe con menos moratones.
-- Vaya parece que estas mejorando, eso esta bien…pero aun te falta mucho concéntrate en la sangre de Nekomata que tienes en tu interior…y nunca pierdas de vista a tu adversario, mira siempre a tu alrededor a veces es la mejor estrategia…y recuerda que el enemigo nunca te dará tregua…-- dijo Catia aconsejándome lo mejor que podía.
Así seguimos por un buen rato, yo empezaba a cogerle el truco a los ataques y los movimientos mi vista se acostumbraba a esa velocidad.
-- Bueno ahora toca otra cosa mas…como sabrás bien no siempre tendrás luz para poder ver a tu adversario…así que esta vez concéntrate en tu sangre y lucharemos a oscuras…-- dijo Catia previendo otra situación, yo sabia que eso era mucho mas difícil pero tenia que conseguirlo.
Diciendo esto Catia hizo un gesto para que apagaran las luces yo cerré los ojos intentando concentrarme en mi interior pero al abrirlos, note una presencia sabia que no era, Rubí ni Catia quien estaba ami lado, era fría casi llegaba a helarme la sangre se podía notar su maldad a mi alrededor, al fin pude ver sus ojos aquellos ojos rojos que fuesen lagos de sangre, casi me veía ahogar en ellos, empezaba a faltarme el aire.
-- AHHHHHHHHHH…-- grite desesperada, esperando que alguien encendiera la luz.
Catia al escucharme gritar encendió las luces rápidamente, sabia que no había sido ella ni siquiera había empezado a moverse.
-- ¿Qué te ocurre…?…-- pregunto Catia alterada, no sabia lo que había ocurrido.
En cuanto se acerco a mi me pudo ver aterrada en un rincón, con Rubí delante mía intentando defenderme de lo que pudiera pasarme.
-- ¿Estas bien…?… ¿Qué te pasa? …-- pregunto Catia sobresaltada al verme; estaba pegada a una de las paredes con los ojos que casi se salían de las orbitas y con la cara desencajada por el miedo no pudo hacer otra cosa que zarandearme un poco intentando que recuperara el conocimiento.
-- Rubí sentir algo malvado…Rubí defender a Mami…-- dijo Rubí mientras estaba nerviosa mirando en todas direcciones.
-- La oscuridad se…la oscuridad…se abalanzo sobre mi…-- dije tartamudeando por el miedo que aun me recorría por el cuerpo.
-- ¿Pero que ha pasado…?…-- volvió a preguntarme Catia intentando que respondiera.
-- No lo se…en cuanto apagaste las luces note algo a mi alrededor, era completamente frío, se notaba la maldad, sus ojos eran rojos… como profundos lagos de sangre…me vi en ellos ahogarme y morir…-- respondí entrecortadamente, lo que me había pasado pero mi descuido fue peor, cuando por error mostré el brazo con la señal de la garra que tenia marcada.
-- ¿Amanda pero…que es eso? …-- pregunto Catia asustada al ver la marca que me había dejado.
-- Antes en las duchas tuve…una premonición rara…las duchas estaban vacías y me vi perseguida por eso…y al parecer me agarro…alguien no se quien fue me ofreció su mano era una mujer…tenia las mismas alas que Rubí y cuernos…pensé que era ella…-- respondí resumiendo mi premonición en los baños.
-- Rubí no ser…no poder hacer eso…-- dijo Rubí extrañada.
-- Tu conoces alguna amiga tuya…quiero decir algún miembro de otra bandada… -- dije intentando averiguar quien hubiera podido salvarme de esa oscuridad.
-- Rubí conocer a miembros de otras bandadas…pero no ver por ciudad…ni olerlas solo estar la de La Gran Madre…casi todas ser pacificas…-- dijo Rubí mientras intentaba recordar si había algunas mas en la ciudad.
-- ¿Por qué dices eso…?…-- pregunto Catia extrañada.
-- Por que esa mujer me dijo que la conocía muy bien…-- respondí yo mirándole a los ojos.
-- Esto es rarísimo pero es mejor que nunca estés sola…y menos cuando haya oscuridad…Rubí ocúpate de que nada le pase en cuanto ocurra algo me avisas a mi o alguna de las chicas…es mejor que te duches y vayamos a llamar al hospital a ver que tal esta tu padre y recuerda no podemos tardar mucho…-- ordeno Catia su expresión había cambiado, parecía que creía saber lo que era pero no estaba convencida aun.
-- Rubí proteger a Mami no dejar que pase nada… -- dijo Rubí mientras me cogia en brazos, era sorprendente la fuerza que tenia cuando se encontraba saciada, sentí el mismo calor, que cuando aquella mujer me cogio de la mano.
-- Bueno ya puedes bajarme no te preocupes cariño…estoy bien ahora es mejor que me de una ducha y encuentre algo de ropa, pregúntale a Catia si tiene algo…-- dije mientras me iba desnudando, pero como siempre Rubí se quedaba hasta que me desnude entera, ya parecía que si no me miraba ella no estaba a gusto, le hice gestos con la mano para que se diera algo de prisa, era encantador como me protegía.
Mientras Rubí salio corriendo en busca de alguna ropa yo volví a sentir el agua nuevamente, recorrer mi cuerpo por entero, era como si algo de seda se pasease por el, por un momento cerré nuevamente los ojos, pero al parecer esta vez no sucedió nada extraño, en cuanto termine vi a Rubí sentada al lado de mi ropa sonriendo y esperarme verme mientras me vestía.
Le sonreí un poco mientras cogia la ropa interior, era de color violeta y con un lacito en la parte delantera de color rojo y tenia algunos encajes era muy linda, al parecer Catia no quiso darme sujetador, me dio un top con tirantes estampado lleno de flores, era muy lindo y de paso una minifalda con vuelo de color blanco y en los pies unos botines negros que se abrochaban con cremallera lateral, mientras me vestía Rubí no perdía ojo de mi, mis manos fueron al abdomen y lo sentí algo mas abultado de lo normal aparte aquel símbolo ya era una llama completa de color rojo vivo, pero no era posible no había pasado el tiempo suficiente para eso, o esta raza se desarrolla mas rápido de lo normal era otra posibilidad, de todas formas esperaba ir a la ginecóloga pronto, me cepille el pelo y me lo recogí en una cola de caballo como la de Rubí.
Pero poco me iba a durar, al instante entraron las chicas corriendo, me agarraron de los brazos me metieron en una habitación de ellas que tenia un tocador y un espejo con bombillas, en la mesa había varios cosméticos y aparte de algunos tintes para el pelo.
-- Bueno chicas que opináis, le queda mejor… ¿El negro o el cobrizo? …-- pregunto una de las chicas sin ni siquiera darme tiempo a responder.
-- El negro!!! …-- respondieron las tres al unísono, tuve que decirle adiós a mi color de pelo pero al menos esperaba que eso sirviera de algo.
Mientras una me teñía el pelo, la otra me estaba pitando las uñas y la otra me maquillaba, cuando terminaron me mire al espejo y no parecía la misma, ni siquiera llegaba a reconocerme en el espejo.
-- Bueno Rubí… ¿Qué te parece…? …-- pregunto una de ellas mientras me daba la vuelta.
-- Mami estar muy guapa…-- dijo Rubí abriendo la boca mientras me miraba.
-- Bueno estas lista para salir…esperemos que nadie se fije…nosotras al menos podemos reconocerte por ese olor que tienes…-- dijo una de ellas mientras me guiñaba un ojo con complicidad.
-- Muchas gracias a todas de verdad…os agradezco mucho lo que estáis haciendo…-- dije agradeciéndole todo su esfuerzo.
-- No hace falta que nos lo agradezcas…todas nos ayudamos…-- dijo otra mientras se reían, era increíble que a pesar de todo lo que estuvieran pasando seguían teniendo buen humor y como se ayudaban siempre entre ellas.
Diciendo esto abandone la habitación con Rubí afuera me esperaba Catia, vestía un pantalón de color rojo que le llegaba al trasero dejando mostrar un tanga de color blanco llevaba un top con mangas de color negro estampado con estrellas de lentejuelas y encima una chaqueta vaquera ligera, en sus pies unos zapatos abiertos por los dedos de color negro, en cuanto me vio me lanzo otra chaqueta vaquera para que me la pusiera.
-- Es mejor que no tardemos…y a propósito estas preciosa…han hecho un esplendido trabajo, si te viera por la calle ni te reconocería…-- dijo Catia halagándome, mientras me observaba de arriba abajo.
-- Bueno es mejor salir y darse prisa vámonos…-- dije mientras subíamos las escaleras para la superficie, yo casi había perdido la noción del tiempo al estar allí.
Cuando llegamos arriba pude ver que estaba atardeciendo, había mucha gente por las calles, de un lado para otro el ambiente estaba algo cargado, y los coches de policía estaban patrullando al parecer había mas de lo habitual, buscándome estaba convencida, pasamos algunas calles hasta llegar a una cabina, Catia me presto unas monedas para llamar.
-- ¿Doctor…? …Soy Amanda me gustaría saber como se encuentra mi padre…-- pregunte intentando meterle prisa todo lo que podía, sabia que el tiempo era esencial.
-- Amanda que sorpresa…espera un momento…-- dijo el doctor estaba segura que estaba intentando ganar algo de tiempo estaba convencida que le tenían vigilado como me había dicho Catia.
-- Date prisa cuanto mas tiempo estamos aquí peor es…-- dijo Catia metiéndome prisa para salir de allí cuanto antes.
-- Lo se…pero que quieres que haga…-- dije algo malhumorada por la prisa que me daba.
-- Perdona Amanda… ¿Pero tu padre no esta contigo? …-- pregunto el doctor extrañado.
-- No… ¿Por qué…? …-- pregunte totalmente extrañada, por la afirmación del doctor.
-- Por que según los registros, tu madre ha venido a por el y se lo ha llevado, según ella prefería tenerlo en casa…-- respondió el doctor.
-- Pero como es posible…-- dije asustada y al a vez sorprendida, el mundo se me había caído al suelo, para que lo querría mi madre.
No tuve ni tiempo de terminar la frase Catia me arrebato el teléfono de la mano y colgó de golpe.
-- ¿Qué ha pasado? …-- pregunto Catia extrañada por la expresión de mi rostro.
-- A mi padre lo han secuestrado…-- respondí yo con el semblante pálido.
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
LA BUSQUEDA II
-- Será mejor que salgamos de aquí cuanto antes y volvamos al refugio, allí lo explicaras mejor – dijo Catia con una mezcla de tono entre sorpresa y esperando que eso pasaría mas tarde o temprano.
Salimos de allí todo lo rápido que pudimos para llegar al refugio, cuando entre observe que Catia se quedo por un momento intentando oler el aire, parecía que nos hubieran seguido.
-- ¿Pasa algo…?…-- pregunte algo extrañada, auque no debería por que me andaban buscando.
-- Nada…solo que es raro he olido algo de nebeda en el ambiente…y es extraño habrá sido un lapsus solamente mejor bajemos…-- dijo Catia mientras esas orejitas de gata aparecían en su cabeza.
-- Catia las orejas…escóndelas…-- dije intentando que no llamara la atención.
-- No me había dado ni cuenta…será mejor que bajemos…-- dijo Catia mientras bajábamos por las escaleras al llegar abajo las chicas estaban como siempre de un lado para otro para adecentar aquello el ambiente era muy agradable incluso pude ver a Rubí como estaba ayudando al verme dejo las cosas y se lanzo a por mi.
-- Mamiiiiii… ¿Mami ocurrir algo…? …-- dijo Rubí mientras se lanzaba a mis brazos para abrazarme enseguida vino a mi mente de cuando era pequeña y hacia lo mismo, pero sin embargo por mucho que creciera seguía siendo la misma.
-- Auch! …vaya parece que alguien esta también enfadada…-- dije yo mientras me pasaba una mano por el abdomen.
Rubí al ver que soltaba una exclamación de dolor se agacho y puso su oído en mi vientre, parecía que estaba escuchando como le decía algo.
-- Siempre me sorprende, como logra hacer eso…y por lo visto se te va notando el vientre aunque es raro no ha pasado el tiempo correspondiente…-- dijo Catia mientras veía como Rubí se agachaba para oír.
-- ¿Pasa algo Rubí…?…-- pregunte yo extrañada.
Rubí solo comenzó a cantar esa cancioncilla que me gustaba escuchar, la mayoría de las chicas se detuvieron para poder escucharla con atención, incluso calmo mis nervios.
-- Hermanita…estar asustada…-- respondió Rubí algo preocupada.
Las chicas se acercaron con curiosidad para ver que me ocurría.
-- ¿Qué ocurre? …¿Pasa algo? …¿Te encuentras bien…? …-- preguntaron algunas de ellas.
-- No os preocupéis y volver a lo que estabais haciendo tenemos mucho que hacer…-- dijo Catia intentando poner orden en aquello.
-- Crías crecer mas rápido que los humanos…Hermanita ya estar dormida…-- dijo Rubí alegre como siempre explicando aquello.
Aunque me dijera que ya estaba dormida empezaba a preocuparme y no sabia muy bien el por que pero había algo en todo aquello que me tenia nerviosa y probablemente aquel nerviosismo se transmitió a la pequeña y lo detecto.
-- Vamos al comedor… ¿Rubí te acuerdas de las chicas que maquillaron a Amanda? …Pues avísalas que se reúnan en el comedor…-- pregunto Catia, al parecer quería tener una charla con ellas o planear algo.
-- Rubí recordar amigas de mami ir a avisarlas…-- dijo Rubí mientras me besaba y se marcha a avisarlas.
Fuimos al comedor a esperarlas al momento entro Rubí con las cuatro chicas que me maquillaron.
-- Bueno decidme…-- dijo Catia esperando noticias de ellas.
-- He podido contactar con la ginecóloga podríamos ir esta noche a ver como se encuentra el bebe…no habrá problemas la conozco de hace mucho tiempo…-- dijo una de las chicas.
-- Bueno algo que va mejor…Escuchadme dos de vosotras junto conmigo acompañareis a Amanda a la ginecóloga…no se por que pero hay algo que no me gusta…-- dijo Catia nerviosa, al parecer empezó a morderse las uñas.
-- Catia… ¿Ocurre algo…? …-- pregunto una de ellas algo asustada.
-- No lo se pero al entrar he notado un olor a nebeda ligero en el ambiente…al principio no le he prestado importancia…pero no me gusta…puede no ser nada…-- dijo Catia con un tono de preocupación.
-- Y… ¿Pasa algo con ese olor? …-- pregunte yo extrañada, no creía que fuese nada importante.
-- Ese olor a veces hace que aparezcan las orejitas o la cola de gata…y no quiero imaginar si eso se descubriera…seriamos como monstruos…-- dijo una de ellas con miedo en su voz.
Y la verdad no era para menos podrían capturarlas o algo peor y eso seria le fin para ellas.
-- Avisad a las demás no me gustaría que pasase nada…pero debemos estar preparadas para lo que pueda ocurrir si es que pasa…Amanda te espero en la sala de entrenamiento…no te preocupes tendré cuidado que no darte en el vientre…solo quiero que practiques algunos movimientos que he visto que no se te dan bien…-- dijo Catia mientras se marchaba para cambiarse de ropa.
Me encamine hacia los vestuarios para cambiarme de ropa, Rubí no se separaba de mi tal como le había dicho Catia que hiciese, era un encanto y esperaba que la cría también lo fuera pero era verdad ya se empezaba a notar el abdomen y me preguntaba hasta cuando podría estar de un sitio para otro como hasta ahora, deje de darle vueltas a la cabeza y decidí cambiarme por suerte aquel pantalón era elástico y me lo pude colocar pensé también que necesitaría los leggins que tenia en mi casa y las faldas de mi madre si aun las tenia, ella era de cintura mas ancha y seguro que me valdrían, aparte de alguna ropa interior y demás, en cuanto me vestí sentí las ganas de ir al servicio, esto ya lo había visto y seguro que serian mas veces las que tendría que ir, una vez arreglada, me dirigí hacia la arena para practicar los movimientos.
Allí me encontré a Catia junto con otra chica tenia unas orejas de color pardo con unos mechones de pelo blanco que salían de ellas, su pelo era rizado y de color negro le llegaba hasta los hombros, sus ojos tenían un color azul muy bonito sus rasgos eran un poco angulosos y sus labios carnosos, tenia una complexión media y no media mas que yo, vestía el kimono para entrenar, aunque el escote lo tenia un poco mas abierto y dejaba entrever un pecho que aunque fuese algo pequeño era muy bonito, los pantalones se ajustaban a sus muslos a la perfección y al final de su espalda una cola parda que no dejaba de moverse.
-- Muy bien…esta vez no seré yo quien te entrene…si no ella se llama Akiko y practica artes marciales…-- dijo Catia previendo la situación por si pasara algo.
-- Encantada…-- dije yo algo tímida, aun no tenia mucha confianza y no esperaba que las artes marciales me ayudaran mucho aunque era lo mejor si no pudiera llevar las armas.
-- Igualmente…bueno es mejor que nos pongamos a ello…-- dijo Akiko tímidamente al parecer no era de las que hablaban mucho y se le notaba cierta timidez encantadora.
-- Si será lo mejor…-- dije y al instante mire hacia arriba y allí estaba Rubí sin perderse detalle sonriéndome.
-- Yo iré para tu casa…estoy segura que necesitaras algo de ropa y de interior también…lo mismo hay alguna pista de tu padre…-- dijo Catia sabiendo que lo mismo encontraría algo.
-- Muchas gracias…y si puedes entra en el cuarto de mis padres y coge algo de ropa de mi supuesta madre…tenia una talla mayor y estoy segura que me valdría la de ella…sobre todo los leggins…-- dije remarcándole la ropa que debía de coger y que lo mas probable me sentaría bien.
-- Estate preparada…para cuando yo venga…iremos directamente a la ginecóloga…-- dijo Catia preparándome para su vuelta.
-- Muy bien estaré preparada…-- dije mientras se marchaba.
Akiko comenzó a moverse aunque los movimientos eran lentos y fluidos me costaba seguir su ritmo pensé que eso no servia para nada pero fui notando como me iba calmando y sintiendo paz interior, me costo bastante seguirle el ritmo pero al final lo conseguí mi mente estaba mas concentrada, incluso note como aquellas orejas salían es como si hubiera unido mi mente y espíritu con aquellos movimientos no se ni siquiera el tiempo que paso, pero me pareció que fue cortísimo.
-- Bueno ya hemos terminado…es mejor que te prepares para cuando venga Catia…-- dijo Akiko tímidamente, con los colores subidos.
-- Gracias por todo…si es mejor prepararse iré a las duchas y al servicio de paso…-- dije mientras me retiraba con algo de prisa para llegar al servicio, estaba que no podía aguantarme, por el camino sentí como aquellas orejitas desaparecían nuevamente.
Cuando termine en el servicio me metí en las duchas aquello estaba desierto completamente solo Rubí que permanecía mirándome sin perderme ojo.
-- No es necesario que estés siempre vigilándome…no te preocupes de verdad…no pasa nada…-- dije mientras me estaba duchando y dejaba que el agua aclarara mis pensamientos.
-- Catia decir que…debo de estar con mami y protegerla…y Rubí hacerlo…-- dijo Rubí convenciéndose así misma de lo que le habían ordenado, y estaba segura de que lo haría.
Salí de la ducha y me coloque una toalla cogi uno de los cepillos que por allí había y empecé a cepillarme el pelo, echaba de menos el color que tenia pero no quedaba otra forma, pasado un momento entro Catia malhumorada y soltó varias bolsas ami lado, parecía que había tenido un encontronazo con alguien.
-- Se puede saber que te pasa o es privado…-- dije intentando hacer que me lo contara.
-- Fui a tu casa tuve que romper las maderas que había en una de las ventanas pensé que seria el camino mas rápido…pero cual fue mi sorpresa que me encontré a Elvira en la casa…y empezamos a discutir…que por que había venido que si no sabia que estaría vigilando…etc. Le dije que esto te era necesario y que teníamos que ir a la ginecóloga que no tenias ropa…y siguió dándome la murga con que es mejor que no apareciera mas por que podría incriminarme en ser cómplice…es que a veces odio a esa mujer…y a propósito no he encontrado nada sobre tu padre…lo siento…-- dijo Catia mientras se movía de un sitio a otro completamente enfadada, hizo el amago de golpear una de las taquillas pero se contuvo al final.
-- Bueno es mejor que te relajes…ahora me vestiré e iremos a ver a la ginecóloga…-- le dije mientras miraba el contenido de las bolsas, al menos parte de la ropa esperaba que le sirviera a Rubí también.
Escogí unas bragas un poco anchas por que ya los tanga como que no me Iván a servir, la ropa interior era de mi madre y me sentía un poco mejor, aunque no eran muy bonitas tenían algo de encaje y el típico lacito en la parte superior de color rojo, me tuve que poner un sujetador de mi madre de color crema y que tenia rejilla en las copas, al colocármelo sentí como un cosquilleo en los pezones muy agradable, por lo visto estaban creciéndome los pechos y los tenia mas sensibles de lo normal, me puse unos leggins de color rojo, al menos lo sentía mas cómodos y menos apretados, en la parte de arriba un jersey de mi madre de color negro con algo de escote, era de un material muy suave y cómodo y con algo de pelo por fuera, y de zapatos unos de tacón bastante bajo y abiertos por los dedos, en el pelo me puse una coleta lateral.
-- Bueno ya estoy lista…-- dije mientras me anudaba la coleta.
-- Vaya parece ser que han crecido bastante por lo que parece…me encanta…-- dijo Catia mientras me miraba los pechos.
-- Mami estar muy guapa…Rubí notar un resplandor en la cara…-- dijo Rubí mientras no se perdía ojo mientras me vestía y terminaba de arreglarme.
-- Eso suelen decir de las embarazadas…que tenemos un resplandor especial y estamos más guapas…-- dije mientras le daba un beso a Rubí en la boca, me encantaba sentir ese calor tan especial de su cuerpo.
-- Eh,…que yo también quiero…-- protesto Catia como una niña por aquel beso.
Me acerque a ella y le di otro beso, juntamos nuestros labios, que se fundieron en un apasionado beso que casi me dejo sin aire
En ese momento entraron las dos chicas cociéndonos con las manos en la masa o mejor dicho con los labios.
-- Ejem…nos podemos unir o es una fiesta privada…-- dijo una de ellas observando aquello y con las orejas sacadas.
-- Será mejor que nos vayamos…tenemos que ir a la ginecóloga es lo mejor…-- dijo Catia mientras me miraba directamente a los ojos, los tenia llenos de deseo y lujuria, note como incluso la cola nos enroscaba a ambas por la cintura quería tenerme nuevamente entre sus brazos y yo de sentirla conmigo, pero no podíamos perder el tiempo ahora mismo.
-- Si es lo mejor…-- dije yo suspirando y devolviéndole la mirada, ella sabia perfectamente que la deseaba, no se pero creo que aquello fue desde el primer momento, pero no quería admitirlo.
-- Vámonos…-- dijo Catia soltándome del abrazo, las chicas incluso se desilusionaron un poco al ver que no habría ninguna fiesta pero no perdían la esperanza de tenerla.
-- Rubí viene con nosotras…-- dije mientras nos dirigíamos hacia la salida.
-- Es mejor que no venga…da demasiado la nota…no siempre va a colar eso de los disfraces además los cuernos se notan demasiado…-- objeto Catia explicándome las razones, aunque lo le faltaba razón.
-- Catia…escucha es la única que sabe mas de su raza y si me pasa algo es la que puede ayudarme…no te digo que la ginecóloga no sea buena ni nada parecido…pero ella sabe mas…-- dije exponiéndole mis razones e intentando hacer que las aceptara.
-- Muy bien vendrá con nosotras…es mejor que busquéis un pañuelo o una gorra para poder taparle los cuernos…e intenta plegar las alas para que no se vean tanto…y la cola no la muevas…-- dijo Catia intentando hacer que parecieran complementos pero cada vez resultaba mas difícil sacarla afuera.
Al momento una de las chicas trajo un pañuelo de color rosado, le arreglaron algo el pelo y se lo colocaron tapando en gran parte aquellos cuernos.
La primera en salir fue Catia mirando por si encontraba a alguien por los alrededores se la notaba bastante nerviosa desde aquel olor y no paraba de mirar en todas direcciones y de vez en cuando de olfatear el ambiente.
-- Venga daos prisa ir saliendo no hay nadie…-- dijo Catia mientras aligeraba la marcha.
En cuanto salí sentí el aire fresco por llamarlo de alguna manera aunque el ambiente seguía bastante cargado las luches las notaba como un poco mas fuerte incluso el ruido de los coches era mas estruendoso, intente relajarme y concentrarme como en los ejercicios que practique con Akiko y resulto ser bastante efectivo el ruido y el brillo cesaron un poco, eso fue un gran alivio.
En la calle había bastante revuelo parecía ser fin de semana y se notaba, que los pubs y centros comerciales estaban mas llenos al menos desde fuera por el movimiento; Catia avanzo un poco para detener un taxi, en cuanto entramos el hombre se quedo mirando a Rubí por un momento pero no hizo ninguna pregunta al menos eso me alivio pensaría lo mismo de siempre.
-- A la clínica…San Juan…y si puede darse un poco de prisa mejor…-- dijo Catia intentando meterle prisa, no quería detenerse por mucho tiempo.
-- Muy bien…-- dijo el conductor mientras arrancaba.
El edificio de la clínica era bastante grande, el la parte derecha había una ambulancia con varios enfermeros preparándola por si existían aunque en la puerta no había mucho movimiento, en cuanto bajamos nos recibió una mujer, un poco mas alta que yo en su rostro podía verse que ya tenia una avanzada edad pero no mas de cincuenta, aquellas arruguitas en los ojos la delataban, su rostro era bastante anguloso, tenia los ojos de color marrón y lucia un pelo corto y liso que le llegaba hasta los hombros, vestía una bata blanca y debajo de esta una blusa de color celeste que no llegaba a marcar el pecho, en sus piernas unos pantalones vaqueros algo sueltos y en sus pies unos zuecos de hospital, en su cuello llevaba una gema de color azul atada a una cadenilla de plata y en sus orejas unos pendientes de perla, en su cuello portaba el típico fonendoscopio. Parecía que no estaba de muy buen humor.
-- Es el ultimo favor que te hago…entiendes esto podría poner en peligro mi carrera…perdonad es un asunto entre ella y yo me llamo Samantha…-- dijo Samantha mientras me ayudaba a salir del taxi.
-- ¿Pero que demonios es ella…? …-- dijo Samantha sorprendida y algo asustada al ver a Rubí.
-- Mejor ni lo pienses…ya te lo explicare mas adelante…necesito que me hagas ese favor…-- dijo una de ellas, intentando apresurarla.
-- Tendrás que darme una explicación… ahora será mejor que subamos y te haga una ecografía…-- dijo Samantha mientras pasábamos por el pasillo en dirección al ascensor.
Al pasar en el hospital varias personas se nos quedaron mirando, pero al parecer el guardia de seguridad no nos presto mucha importancia solo al trasero de Catia, cosa que en ese momento tuve que agradecer.
Subimos por el ascensor a la cuarta planta el ambiente que había era algo tenso cuando salimos pude ver un largo pasillo con las típicas lámparas fluorescentes y las de emergencia; varios celadores llevando carritos de medicinas y algunas enfermeras transportando la cena a los pacientes, aquel sitio me puso los pelos de punta nada mas entrar había un ambiente raro que no podría describir.
Entramos en una habitación bastante grande con una cama al fondo y el aparato de ecografías al fondo las paredes eran de color blanco, Samantha me señalo la cama para que me recostara.
-- Acuéstate…y súbete el jersey…sentirás el gel frío así que no te preocupes…-- dijo Samantha poniéndome el gel y encendiendo la maquina.
Sentí un escalofrío en cuanto me lo puso, enseguida encendió la maquina y me puso encima del vientre el aparato, empezó a pasarlo suavemente por el, en el monitor podía ver mi bebe.
-- Parece ser que estas de cinco meses y…hay tienes a tu bebe…esta muy sano… ¿Pero que es eso…? …-- dijo Samanta sorprendida por algo.
-- ¿Le pasa algo…? …-- pregunte algo asustada, no quería que le ocurriese nada.
-- Esto es increíble…mira el bebe esta completamente sano…pero si puedes mirar en el monitor veras que al final de su espalda tiene una cola…no se si es un vestigio o una mal formación o algo…pero lo dudo ya que termina en forma de corazón…Alguna me lo podría explicar… ¿Quien es el padre de esta criatura?…-- pregunto Samantha con los ojos abiertos como platos, no podía creerse lo que estaba viendo eran demasiadas sorpresas en un momento.
-- El supuesto padre… es ella…-- dijo una de las chicas señalando a Rubí.
-- Estarás de broma… ¿Verdad? …No puede ser es una chica…vale que algo rara…pero una mujer…y si la naturaleza no ha cambiado hasta ahora…eso es imposible…-- dijo Samantha asustada mientras observaba a Rubí, no daba crédito a esas palabras.
-- Rubí podrías mover las alas y la cola y después enseñarle tu sexo…-- le dije a Rubí para que le mostrara que aquellos supuestos adornos eran de verdad.
Rubí desplegó un poco las alas y movió la cola enseguida mostró su sexo, cosa que la doctora se quedo bastante sorprendida, incluso pude observar los colores como se le subían a las mejillas, también sus ojos aunque intentaba ocultarlos se veían llenos de lujuria y deseo.
-- Esto es increíble…no puede ser…es una maravilla…sorprendente…-- dijo Samantha su mente científica empezaba a darle vueltas a todo lo que estaba viendo.
Al momento no se lo que me paso con certeza pero empecé a quedarme dormida lentamente, los parpados me pesaban muchísimo solo pude escuchar unas palabras antes de dormirme por completo.
-- Algo le pasa…-- dijo Catia asustada.
Cuando me desperté observe que me encontraba sola en la misma sala, así que me decidí ir a investigar sabia que era otra de mis premoniciones note las orejas salidas en mi cabeza, salí al pasillo para investigar esta vez lo que seria, cuando estuve en el pasillo vi como las luces parpadeaban incesantemente una especie de neblina había en el suelo mire detrás mía y esta vez no existía ninguna oscuridad fue un alivio, tampoco por los pasillos había nadie seguí avanzando lentamente por aquel sitio, al instante vi al fondo del pasillo como una imagen envuelta en tinieblas y oscuridad de la misma altura que yo pero con cuernos y alas de murciélago, era la misma mujer que la otra vez me salvo de aquella cosa.
-- ¿Quién eres? …¿Qué es lo que quieres de mí…? …-- pregunte algo asustada a la imagen.
-- No te preocupes…no te haré ningún daño…tu me conoces mejor que nadie…solo quiero mostrarte lo que pasara mas adelante…cada una de esas puertas te mostrara un futuro de cada personas a las que quieres…-- dijo la imagen señalándome las puertas del hospital.
Abrí la primera y pude ver como si fuera una sala de cine y una película pasara delante mía una batalla Catia peleaba sin cesar, varios de sus adversarios eran la bandada de La Gran Madre y alguien que no podía reconocer, al instante vi como recibía un golpe de una mano enorme hecha de hueso y caía al suelo sin vida.
-- No, no, no puede ser…-- dije yo asustada, al ver como moría.
Cerré la puerta de golpe no quería ver aquello, fui a la siguiente puerta al abrirla presencie como Rubí en su forma de combate se deshacía de varios adversarios y como me protegía pero corrió la misma suerte un garrazo de aquella cosa la hizo caer al suelo.
-- Es imposible no puede ser…me niego a creerlo…-- dije yo negando aquellas imágenes que se me presentaban delante mía.
Estaba completamente asustada de lo que pudiera esconder la siguiente puerta, la abrí con temor, y pude ver un ser con los ojos muy grandes y una boca enorme llenos de colmillos, tenia orejas de gato pero mas pronunciadas, sus manos acababan en garras y el pelaje era bastante prominente, cuando logre fijarme un poco mas me di cuenta de que era Akemi, mis ojos se abrieron como platos, no podía creérmelo, era imposible.
-- No, es imposible esa no es mi madre…me estas engañando…-- dije mientras a mis ojos empezaban a aparecer las lagrimas, y yo me hincaba de rodillas cerrando la puerta, negándome ami misma que ese fuera el futuro.
-- Esto son simples futuros…que te he enseñado…pero recuerda que a cada momento el futuro se reescribe…-- dijo la sombra como si pudiera evitar todo eso pero no sabia como.
Ami mente vinieron las imágenes de Verónica y Aya, que aunque no la conociera mucho le había cogido algo de cariño.
-- ¿Pero que pasara… con Verónica? …-- pregunte con curiosidad mientras me secaba las lágrimas que recorrían mis mejillas.
-- Por Verónica no puedo decir… nada ella tiene escrito su propio… destino y de Aya tampoco puedo ver nada…sus destinos están cubiertos por una neblina…Ahora será mejor que regreses te están esperando…-- dijo la sombra despidiéndose y dejándome con muchas preguntas en la mente, pero lo que tenia que hacer era impedir aquel nefasto futuro como fuera.
En cuanto desperté observe a Catia con cara de preocupación y a Rubí a mi lado, las chicas también estaban preocupadas esperando ver que me pasaba.
-- Samantha, ha despertado…parece que ya esta consciente…-- dijo una de las muchachas aliviada al verme.
-- Menudo susto nos has dado…-- dijeron Catia y Samantha casi al unísono, se quedaron por un momento mirándose.
-- Mami… ¿Estar bien…? …-- dijo Rubí preocupada, mientras me apretaba la mano suavemente.
-- Si no os preocupéis…me habré quedado dormida…o una bajada de tensión…no os preocupéis de verdad…-- dije intentando quitarle importancia pero, lo que había visto me tenia en tensión, no podía dejar que ocurriese pero no sabia como evitarlo.
-- Mira será mejor que te tomes estas vitaminas…pero no te preocupes el bebe esta completamente sano…y después de visto lo visto con Rubí…no me extraña que tenga esa cola…me gustaría seguir tu embarazo si no es molestia claro…o si no tienes otra ginecóloga…-- dijo Samantha, su curiosidad científica estaba a flor de piel.
-- Si ellas estan…de acuerdo no hay problema por mi parte…-- dije yo esperando su aprobación al menos tendría una ginecóloga para el parto.
-- Nos vendría genial…gracias…-- dijo una de ellas por lo menos estaban de acuerdo.
-- Estáis donde siempre en el club… ¿no? …-- pregunto la doctora para saber a donde dirigirse, al p arecer no había escuchado las noticias.
-- El club fue destruido por completo…pero si esperas afuera y me dices sobre la hora que vienes yo saldré y te llevare hasta lo que queda…-- respondió Catia, al menos podría acompañarla.
-- Lo siento de verdad…toma aquí tenéis mi numero de teléfono…llamadme y yo iré a verla…-- dijo la doctora mientras nos entregaba una tarjeta de visita.
-- Bueno…entonces… ¿Podemos irnos ya…? …-- pregunte impaciente no podría aguantar mas allí y el sueño se iba apoderando de mi poco a poco.
-- Si claro…ya podéis iros…-- dijo Samantha mientras, me limpiaba el gel del vientre.
Diciendo esto baje el jersey y nos despedimos de la doctora, había sido muy amable con nosotras, nos dirigimos al ascensor y salimos de allí, cogimos el Pier taxi que encontramos, mire por la ventana viendo todas las luces que había por la ciudad parte de mi desapareció por completo, me acorde del instituto y que estaría haciendo si hubiera seguido con mi vida normal, a mi mente vinieron recuerdos que siempre tendría presentes y sobre todo donde estaría mi padre y por que lo habría raptado La Gran Madre y por que no había dado señales de vida o para que lo quería, el tiempo se me paso en nada hasta la llegada, nos bajamos unas calles antes para no levantar sospechas.
En cuanto bajamos del taxi la lluvia hizo acto de aparición aquellas pequeñas gotas parecían borrar los recuerdos de aquella visión que había tenido pero sabia que no era posible, llegamos a los derruidos restos del edificio y bajamos por la trampilla, las chicas me a cogieron como siempre con su calor y amistad intentando hacer que olvidara un poco de todo aquello, ahora mismo debía de concentrarme en mi bebe y en lo que fuera a pasar en un futuro.
-- ¿Qué tal? …¿Cómo ha ido? ... ¿Esta bien el bebe? …-- preguntaron varias de ellas, la impaciencia se hacia notar y también la alegría que tenían, era sorprendente que hubieran pasado todo aquello y seguían apoyándose las unas a las otras, aquello siempre me llenaba de felicidad.
-- Si no os preocupéis…el bebe esta sano…todo ha ido bien…-- respondí a cada una de las preguntas, o eso intentaba.
-- Bueno venga es mejor que vayáis preparando la cena…-- ordeno Catia intentando poner orden y dejarme algo de respiro.
-- Y yo es mejor que vaya al servicio…esto es una de las partes que odio del embarazo…-- dije intentando darme toda la prisa que podía.
Cuando salí me dirigí al comedor allí me estaban esperando todas las chicas, me invitaron a sentarme con ellas como siempre ami lado estaba Rubí mirando hacia todas partes y estando atenta de todo l o que pasaba, bromeamos sobre lo todo nos contamos parte de nuestras vidas y yo de la mía, pude observar como Akiko comía silenciosamente se le notaba que era bastante tímida, intente animarla un poco haciendo que se uniera a nosotras hablando y bromeando y conseguí que se abriera un poco, era una muchacha estupenda y de una gran personalidad escondida en esa timidez.
Después de todo aquello, recogimos las cosas y nos dirigimos a nuestras habitaciones, me fui desnudando, mientras Rubí seguía estando entre las sabanas jugueteando como la niña pequeña que era. En cuanto termine me metí en la cama y le di un beso en la frente a Rubí y ella me cubrió con sus alas, me sentía encantada con aquello, siempre dormía de maravilla cuando hacia eso, pero aquella visión hizo que estuviera despierta por mas tiempo de lo que pensaba, al final aquel calor me dejo dormida por completo mañana seria un DIA largo.
La noche paso casi sin darme cuenta, al despertarme pensé que me encontraría a Rubí en mi entrepierna pidiendo el desayuno como siempre pero fue mi sorpresa que seguía dormida, no pude hacer otra cosa mas que quedarme mirándola a su carita durante un momento en el cual, Catia entro en la habitación para despertarme tenia que entrenar o perfeccionar movimientos, así que desperté a Rubí de su sueño con un beso, aunque fue mi sorpresa no me esperaba aquello, sus labios se juntaron a los míos con pasión, casi con una lujuria inusitada, su lengua se enrosco en la mía jugando y saboreando el primer beso de la mañana sus alas me envolvían casi por completo, sus brazos me abrazaron fuerte mente su cola paso entre mis piernas rozándome le entrada de mi sexo eso me encanto y casi termino poniéndome caliente, pero de la misma forma que había empezado termino, me dejo sorprendida.
-- Vaya despertar tienes… ¿Hoy no quieres desayunar…? …-- pregunte esperando a ver como reaccionaba si seguía con lo que estaba haciendo.
-- Mamiiiiiii…Rubí estar llena…necesitar menos comida…Rubí dar beso de buenos días… ¿Mami gustar…? …-- pregunto con su carita de felicidad y sonriente.
-- Me encanta…eres maravillosa…ojala todos los despertares fuesen así…-- respondí dándole un beso en la frente.
-- Woow, eso si que es un buen comienzo del día…venga tienes que desayunar y entrenar algo…yo tengo que hacer algunas cosas…-- exclamo Catia algo celosa pensaría que lo mas seguro ojala hubiera sido ella la que me hubiera despertado así.
Cogi del armario uno de los trajes de entrenamiento me cepille el pelo y me despeje algo, me di la vuelta y le dije a Rubí que viniera se sentó y empecé a cepillarle el pelo, eso me relajaba mucho y estaba feliz, pero preocupada seria mejor no darle mas vueltas, cogi de las bolsas un semi tanga de color celeste muy bonito con encajes y se lo coloque a Rubí seguidamente unos pantalones de color crema que me dieron pena hacerles un agujero pero no había otro remedio, estuve por un momento peleándome o divirtiéndome con su cola para que entrara por aquel agujero, después le coloque un jersey de color rosa pálido al que por desgracia también tuve que hacerle unos agujeros esto resulto un poco mas difícil de encajar las alas, cerca del cuello tenia unas estrellitas bordadas con perlitas pequeñas y en los pies unos zapatos de tiras que se anudan en los gemelos, cuando la mire daban ganas de comérsela a besos.
Lo primero que hice fue dirigirme al servicio no podía aguantarme y seguidamente me di una buena ducha la necesitaba que todo aquello se borrara como el agua, por lo visto las chicas se levantaban mas temprano que yo, no encontré ninguna en la ducha, Catia me había dado mas tiempo de sueño y se lo agradecía me hacia falta, cuando salí cogi el cepillo y me cepille el pelo esta vez lo deje sin coleta ninguna, me fui para le comedor para desayunar allí estaba mi bandeja y Akiko que me saludo tímidamente esperando que desayunara y fuéramos para la arena a practicar algo, cuando termine nos dirigimos a la arena para hacer algo de Tai-chi y practicar movimientos de artes marciales, el tiempo paso rápidamente también observe como algunas muchachas entraban a practicar en la arena, con armas y acrobacias para mantenerse en forma era increíble observarlas como lo hacían, algunos saltos parecían casi increíbles de realizar, me dieron bastante envidia, quería intentarlo pero en el estado que me encontraba iba a ser un poco difícil de hacer.
Las horas pasaron y fui cogiendo algo de practica, al menos ya no me costaba tanto seguir aquellos movimientos y me sentía mucho mas cómoda, note como las orejitas y la cola partida aparecían repentinamente.
-- Parece que…aprendes con rapidez…-- dijo Akiko tímidamente, viendo mis progresos.
-- Si se me esta dando mucho mejor…pero… ¿Por qué salen las orejitas y la cola…? …-- pregunte extrañadas al verlas.
-- Te concentras en tu cuerpo…y en tu espíritu…y consigues la unión perfecta…ese es el símbolo de que estas en armonía…-- respondió intentando aclararme el porque de aquello.
Pasaron unas horas mas ni siquiera me di cuenta que ya era la hora de comer, y el olor que me llegaba del comedor era delicioso poco a poco mis sentidos iban despertando así que me apresure a ir a las duchas, a esta hora era un verdadero espectáculo, ves aquella colección de chicas bañándose, viendo como aquellas colas se paseaban, casi llegue a ponerme pero no era plan tampoco de hacerlo así que decidí ducharme y ponerme algo mas cómodo, aunque no tuviera mucho donde elegir, me decidí por unas bragas un poco mas grandes, aunque no me hacían gracia la verdad de color blanco y con encajes, la ropa premamá no me gustaba en absoluto, me puse una falda mas amplia de color crema me llegaba un poco antes de las rodillas pero no estaba mal, me puse en las piernas unas medias de color blanco hasta los muslos con una blonda de encaje en los pies unos zapatos sin tacón planos parecía mas baja de lo normal, tuve ya que coger uno de los sujetadores de mi madre mis pechos habían crecido un poco y estaba seguro que los de ella me sentarían bien y no tan apretados, tenia un color rojizo con un lazo rosa y de copa ancha, los sentí mucho mejor y una blusa de color blanco, y con una chaqueta de color grisáceo vaquera me cepille el pelo cuanto pude dejándomelo suelto sin coleta, en ese momento Rubí me abrazo por la espalda, sentía su calor invadiéndome era delicioso, alce un poco la cabeza y la bese en los labios saboreándola todo cuanto pude, nuestros labios eran uno solo lo mismo que nuestras lenguas, parecía no querer soltarme de aquel beso y la verdad no me importaba, peor al instante se detuvo en seco como si se contuviera de alguna forma, y me resulto muy extraño.
-- ¿Rubí…te ocurre algo? …¿Te noto muy extraña…? …Y también muy cariñosa aunque eso no me importa…pero te noto rara…-- pregunte extrañada por lo que hacia era como si se contuviese de alguna forma.
-- Rubí sentirse rara…extraña no saber que pasar…pero estar bien…-- respondió Rubí intentando ocultar algo pero creo que ni siquiera ella sabia lo que era.
-- ¿Segura que no tienes hambre…? …-- pregunte intentando saber que es lo que era, pero ella sabría mejor que yo si tenía hambre.
-- Rubí no tener hambre estar llena…pero sentirse rara…-- dijo Rubí algo extrañada consigo misma, mientras se miraba sus manos.
-- Seguro que solo tienes que acostumbrarte… a tu nuevo cuerpo eso es todo…no te preocupes…-- dije intentando sacar una explicación a aquello.
Diciéndole esto me levante la cogi de la mano y nos fuimos a los comedores para saborear lo que había olido el ambiente era muy animado, estaban charlando como siempre y sonriendo en cuanto me vieron me ofrecieron una silla para que me sentara estaba y comiera con ellas pero aunque estuviera alegre y animada aquellas imágenes no dejaban de rondarme la cabeza, cuando miraba a Catia era como si no pudiera verla, su imagen desaparecía lentamente de mi vista, lo mismo que Rubí no podía creer que pasara eso tenia que impedirlo como fuera, mejor no pensarlo mas me decidí por comer y seguir con aquella charla en cuanto termine salí todo lo deprisa que pude para el servicio, no soportaba tener que ir cada dos por tres, pero no había otro remedio.
Después de todo eso me fui a mi habitación para descansar un poco, me acosté en la cama y Rubí a mi lado, yo me puse a acariciarle el pelo y ella a cantar esa canción de nana que me gustaba y así nos quedamos dormidas durante unas cuantas horas, hasta que escuche la voz de Catia despertarme.
-- Despierta…tengo que hablar contigo…-- dijo Catia despertándome del sueño con lo a gusto que estaba.
-- Dime…dije yo entre abriendo los ojos…por el sueño y despejándome un poco…-- dije intentando despejarme un poco de la morriña, aunque Rubí seguía durmiendo tranquilamente.
-- Creo que se como encontrar a tu padre…si no tenemos información será mejor ir a conseguirla…Rubí tiene el olfato para encontrar a su bandada…seguro que debe de haber algunas…de caza por la noche…tendremos que pasear por la ciudad y puede ser un peligro peor no queda otra…-- dijo Catia intentando sacar un plan.
-- No lo se…sabes que cuanto mas salimos…mas nos exponemos y es un peligro tanto para Rubí como para mi no creo que este disfraz dure por mucho tiempo…-- dije objetando lo peligroso que podía resultar.
-- Es la mejor oportunidad que tenemos y es mejor no desperdiciarla no creo que se lo esperen…y menos que hagamos eso…-- dijo Catia intentando apresurar nuestro golpe.
-- Muy bien lo haremos…Rubí, cariño despierta tenemos que salir afuera…-- dije yo mientras la zarandeaba un poco.
Al instante Rubí se despertó como siempre sonriéndome.
-- Rubí ir con mami…-- dijo Rubí, no quería quedarse sola y no lo entendía, tenia bastantes ganas de salir.
-- Rubí… ¿Tú puedes olfatear a las de tu manada? …-- pregunto Catia, y esperaba que pudiera.
-- Rubí poder…olfatear a bandada…-- dijo Rubí.
-- Perfecto es mejor que salgamos cuanto antes… es de noche y no podemos dejar pasar esta oportunidad…-- dijo Catia intentando aprovecharla, pensaba que ya las tenía en su mano.
Nos despejamos un poco y nos dispusimos a salir, Catia salio primera mirando si había alguien por los alrededores, seguidamente salimos nosotras, nos pusimos a buscar el lugar donde se encontrarían alguna de su bandada, la gente cuando pasábamos se nos quedaba mirando entre las alas y demás de Rubí y mientras olfateaba cada lugar éramos el cotilleo de la gente.
Nos adentramos entre algunos callejones hasta llegar a una discoteca que se llamaba “Las Tres Pistas”, al parecer había bastante cola, en la puerta un gorila bastante grande dejando entrar a la gente nos acercamos a el y de inmediato nos dejo pasar al parecer no tuvimos dificultad, al entrar vi tres pistas en cada una de ellas había unas chicas bailando animando a la gente a que bailase casi no se podía ver entre las luces que parpadeaban para mi aquello era una tortura tanto visual como acústica, no es que no me gustara solo que estaba demasiado fuerte o ami me lo parecía, abajo había varias personas bailando al fondo un DJ con los discos, me di cuenta como Catia olfateaba el aire y empezaba a mirar hacia todas partes pero no pareció darle importancia; Rubí entre tanto seguía olfateando y nos dirigimos a un pasillo que nos llevo al cuarto de baño, donde había varias chicas saliendo y entrando.
-- Rubí olfatear…miembro de bandada…y comida…-- dijo Rubí inocentemente con las muchachas presentes.
-- Mejor mantén silencio…-- dijo Catia tapándole la boca por unos instantes aquellas chicas se nos quedaron mirando pero no prestaron mucha atención.
Entramos en le servicio aquello era bastante grande había un gran espejo en la pared y varios lavabos al fondo unas puertas que llevarían a los servicios, de ellos provenían una serie de gemidos sordos.
-- Venga id saliendo…daos prisa…-- dijo Catia con un tono casi de amenaza a las muchachas fueron saliendo rápido y dejaron vacío aquello.
Catia intento abrir la puerta de donde provenían los gemidos pero estaba errada con el cerrojo, así que le dio una patada esto hizo que se abriera de golpe, pudimos ver a una chica de pelo color rojo que le llegaba hasta los hombros vestía un top de lentejuelas y una minifalda muy ajustada de color púrpura, en sus pies unos zapatos de tacón abiertos y en sus piernas unas medias de rejilla que redondeaban sus muslos, delante de ella sentada en el servicio estaba otra joven su cara era de increíble placer, pero al escuchar el portazo, su expresión cambio completamente los colores subieron a sus mejillas y se arreglo todo lo que pudo, e intento salir de allí a toda prisa.
-- ¿Pero que demonios…?…-- pregunto la chica con sorpresa mientras se volvía para mirar quien había hecho aquello, tenia un rostro muy maquillado y los labios de un color negro, sus rasgos eran redondeados, sus pechos eran bastantes grandes y apretados por aquel top, por un instante me quede mirándolos, saboreándolos mentalmente.
-- Vaya mira que tenemos aquí…una de ellas alimentándose…muy bien ahora vas a soltar todo lo que queremos saber…o será tu ultima comida…-- dijo Catia amenazándola, en sus ojos podía verse el odio que les tenia.
-- Mira que nos ha traído el gato… a la gran Catia, a la famosa Amanda y a esa cría rebelde…-- dijo la joven mientras se levantaba y se arreglaba un poco el vestido, al parecer nos conocía a todas.
-- Rubí no ser cría…ser adulta…ser grande…-- dijo Rubí defendiéndose de lo que había dicho.
-- Escucha pequeña cría…y lo seguirás siendo así…hasta que conviertas a alguien…seguro que Amanda…ya habrá notado algo raro en ella que no es muy habitual…hasta el momento has estado bajo la falda de ella…-- dijo la muchacha haciéndome saber algo que no me esperaba.
-- ¿Estas diciendo que…Rubí tiene que convertir a alguien…para poder calmarse…? …-- pregunte algo sorprendida por aquello.
-- Seguro que la has visto mas cariñosa de lo normal…y con ganas de sexo…pero que se detiene al instante…es nuestra naturaleza…tiene que convertir a alguien…si no esa bestia de su interior saldrá y será peor para todas vosotras…-- dijo la muchacha explicando la situación.
Gire la cabeza mirando a Rubí, esta se quedo asustada y sorprendía por aquello sabia que ella no seria capaz de hacer aquello.
-- Escucha Rubí no te preocupes…veremos la forma de que no tengas que hacer eso…no te preocupes no te pienso dejar…-- dije abrazándola e intentando que se calmara, ella me abrazo con fuerza sentía sus lagrimas rodar por sus mejillas, parecía que me estuviera pidiendo perdón por ser lo que era, pero ella no tenia la culpa.
-- ¿Por qué la quiere La Gran Madre…?…-- pregunte nuevamente con curiosidad.
-- Fíjate bien en ella…como puedes ver tiene…cuernos y en cuanto a otra cosa que te habrás dado cuenta seguro es de su sexo…es una procreadora y la siguiente reina en la bandada…y solo lo será cuando venza a La Gran Madre…-- respondió la muchacha aclarándome la situación.
Los problemas no hacían más que seguir produciéndose, y echándose encima nuestra, Rubí no dejaba de llorar, estaba segura de que no podría cometer semejante acto.
-- Muy bien vale ya de eso…Solo quiero saber donde se encuentra el padre de Amanda y seguro que tu sabes donde esta…-- dijo Catia acercando su cara y mirándola fijamente a los ojos, podía verse incluso que sus pupilas se habían contraído como la de los gatos, estaba dispuesta incluso a torturarla si fuera necesario.
-- Si, he oído que lo han raptado…pero no tengo idea de donde esta…-- dijo la joven intentando vencer aquel duelo de miradas.
-- Escucha estoy segura de que lo sabes…y si no lo dices por las buenas…será por las malas…-- dijo Catia intentando amenizarla haciéndole saber que iba en serio y que no era ningún farol.
-- Te he dicho que no lo se…pero se de otra cosa que te puede interesar…-- dijo la joven intentando pactar su salida de allí.
-- ¿Qué es…habla…? …-- dijo Catia con impaciencia.
-- Pero no va a ser gratis todo tiene un precio…-- dijo la muchacha proponiendo le negocio que tenia en mente.
-- Vale…ponlo…-- dijo Catia intentando saber las condiciones.
-- Quiero probarla…-- dijo la joven señalándome, mientras se relamía sus labios con lujuria.
-- ¿Qué…a mi? …-- dije sorprendida aunque le precio me pareció algo raro.
-- Ni de broma!!! …-- exclamo Catia negándose al trato.
-- Acepto…lo haremos…-- dije envalentonándome además no creo que tuviera que perder en eso.
-- ¿Estas loca…? …A saber lo que quiere con eso…-- dijo Catia intentando protegerme de aquello.
-- Relájate…no creo que quiera hacerme ningún daño…además le ha quedado claro que si me pasa algo terminaría muerta por ti…y no creo que Rubí quisiera que me pasara nada tampoco…no tenemos elección…-- dije mientras me levantaba con Rubí abrazándome dejándole claro a la muchacha que si me pasara algo no saldría de aquí con vida.
-- Muy bien…si es lo que quieres hacer esperare fuera…no te molestara nadie…Rubí ven conmigo…Pero recuerda una cosa y que te quede clara como le pase algo a ella o al bebe…terminaras siendo pasto para los peces…-- dijo Catia amenazándola y cogiendo a Rubí para salir fuera del servicio.
Nada mas salir aquella chic se fue acercando a mi, saco la cola dejándola aparecer por detrás del vestido, sus alas aparecieron de golpe era una visión terrorífica para quien no estuviera acostumbrado a verla pero a la vez, muy bonita, la joven empezó a andar rodeándome sin prisa muy lentamente cuando dio una vuelta completa se pudo a mi espalda y con sus manos agarro mis pechos yo notaba en la espalda los suyos presionándome, como sus pezones crecían lentamente y se endurecían.
-- ¿Por qué…nos…ayudas…? …-- pregunte yo entre gemidos, mientras me masajeaba los pechos lentamente sin prisa sus dedos jugaban con mis pezones apretándolos.
-- No todas estamos de acuerdo con las intenciones de La Gran Madre eso es todo…-- dijo la muchacha mientras seguía con sus masajes.
La muchacha no se daba prisa seguía con sus masajes en mis pechos en el momento los soltó y sus manos empezaron a bajar lentamente por mi cintura hasta llegar a la altura de la falda, mi cuerpo temblaba de emoción y mi respiración estaba agitada no se si seria por la excitación o el miedo que tenia, subió la falda e hizo que me inclinara un poco para tener una vista completa de mi trasero y de mi sexo, aparto un poco la ropa interior que ya estaba empezando a mojarse bastante; con sus dedos aparto un poco los labios de mi sexo para dejarlo completamente a su vista, gire la cabeza un momento y vi que su expresión era de lujuria de poder saborear aquel momento con pasión pero sin prisa, metió su lengua era parecida a la de Rubí y empezó a pasearla por todo mi interior, entraba y salía de manera deliciosa, incluso la sentía casi en las puertas de lo mas profundo de mi era maravillosa, sus dedos buscaron un hueco introduciéndose con relativa facilidad de lo mojada que estaba mi flujo mojaba ya mis medias, reclamando un sitio dentro de mi yo seguía jadeando de placer a la vez que escuchaba sus gemidos lo mas seguro que estuviera masturbándose al ritmo mientras introducía y sacaba su lengua dentro de mi, en un momento con sus labios apretó mi clítoris encendido y pulsante yo sentí una descarga eléctrica recorrerme la espalda y un calor tremendo que me recorría el bajo vientre era maravilloso, casi llegue a gritar pero me contuve para no llamar la atención, estaba casi a las puertas del orgasmo, el embarazo me había vuelto mucho mas sensible de lo normal, una de mis manos cogio mi pecho y empezó a moverlo y a pellizcar suavemente aquellos pezones erectos y grandes, mientras la otra empujaba su cabeza entre mis muslos para sentirla mas y mas era maravillosa su lengua estaba endiablada y su dedos no dejaban de coger velocidad aquella sensación era indescriptible mi vagina se dilataba acogiéndolos, nuestros gemidos iban acompasados, yo no podía aguantar mas y estaba segura de que ella tampoco era una maravilla, en un momento casi llegamos a gritar de placer, note como todo mi flujo se pasmaba en la cara de la muchacha y chorreaba por su cara de cómo mi vagina se contraía intentando dejar dentro aquellos dedos maravillosos.
Ella me miro con ojos de tener ganas de otra ronda mas…y no la defraude me quite la chaqueta y la blusa junto con el sujetador me deshice de la falda dejándola a un lado y me quede en el suelo abierta de piernas completamente esperándola ella sin dudarlo, se levanto un poco la falda y se quito el tanga de color azul que estaba mojado por completo se bajo aquel top apretado dejando en libertad sus pechos, eran preciosos y bastante grandes, se tumbo en el suelo juntando nuestros sexos en un tijera maravillosa, note como su cola buscaba entre mis nalgas el agujerito de mi trasero y poco a poco se fue introduciéndose, sentí que engordaba de una manera maravillosa como si fuera un pene una vez lo hubo dejado dentro de mi, empezó a moverse lentamente mientras nuestras paginas se rozaban y nuestros flujos se mezclaban, notaba como nuestros clítoris incluso se rozaban suavemente produciéndonos un placer indescriptible, nos empezamos a mover rápidamente con furia, disfrutando de aquella sensación, la cola no dejaba de entrar y salir ya no había resistencia mi trasero estaba completamente dilatado incluso y mojado por los flujos de ambas nuestros gemidos se compenetraban, mientras nuestros muslos se empapaban con todo el fajo que soltábamos; yo estaba como loca no podía aguantarme quería correrme de nuevo sentir aquel calor invadirme el vientre sentir esa felicidad era maravilloso, seguimos así disfrutando del movimiento hasta que nuestros gritos sin importar nada expresaron nuestro placer, saco su cola lentamente quería que disfrutara hasta el ultimo momento, quedamos por unos instantes en el suelo descansando pero quería que se acordara de mi de aquel momento que había pasado, así que viéndola como estaba abrí sus piernas y aplique mi lengua comencé a moverla saboreando sus flujos, que chorreaban por sus muslos y se mezclaban con mi saliva, era como degustar una copa de un vino, de su sexo no dejaba de soltar flujo que yo seguía saboreando veía como sus manos cogian sus pechos y los apretaban masajeándolos y pellizcando sus pezones, introduci mi lengua dentro de ella junto con mis dedos y comencé a moverlos ambos, mis oídos se deleitaban con sus gemidos, ella no pudo mas que atraer mi cabeza hacia su sexo, notaba que ya estaba apunto de correrse nuevamente y aumente la velocidad de mi lengua y mis dedos no dejaban de entrar y salir mojándose con el flujo que estaba caliente y su sabor era delicioso, apreté el clítoris con fuerza con mis labios y sentí en mis dedos como su vagina me los aprisionaba por las contracciones y su flujo me inundaba tanto a ella por sus muslos como ami fue una sensación maravillosa incluso creo que me corrí otra vez por la emoción sus gemidos, eran la oda final de aquello, esperaba que estuviera satisfecha.
-- Ufff...…ha sido maravilloso…no me esperaba esto…-- dijo la muchacha mientras veía como sus piernas temblaban y su sexo aun tenia algunas contracciones por el clímax que había tenido, aunque el mío Nome quedaba atrás tampoco.
-- ¿Espero que ya…estés satisfecha…? …-- pregunte yo mientras intentaba levantarme, las piernas me temblaban de aquello.
-- Ha sido maravilloso…creo que nos veremos mas seguido…estoy segura de eso…-- dijo la muchacha como previendo mas encuentros.
-- Bueno puedes contarse eso…que decías…-- dije recordándole la parte de nuestro acuerdo, mientras me arreglaba un poco y me refrescaba la cara por el sudor.
-- Claro…La Gran Madre ya tiene sangre…para el corazón de Aloque pero necesita la tuya y el artefacto...este se encuentra en un museo que esta en la plaza central piensan ir a por el…mañana por la noche…-- dijo la muchacha desvelando las intenciones de ella, mientras se ponía de pie aun temblorosa por lo que habíamos hecho y se arreglaba también un poco.
-- Muchas gracias…por todo…-- le dije entrecortadamente tenia que tranquilizarme un poco más.
-- Gracias a ti cariño…ahora se por que Rubí te debe de querer…tanto…-- dijo la joven guiñándome un ojo, como si me invitara de nuevo.
Salí de allí algo cansada pero satisfecha, vi como Catia estaba en la puerta vigilándola para que nadie entrara mas de una chica creo que termino maldiciéndola por aquello, Rubí al verme se abrazo a mi en silencio, aquella noticia la había impactado de sobremanera.
-- Vaya ya has salido… ¿Qué te ha dicho…? …-- pregunto Catia con interés.
-- Será mejor que salgamos de aquí…después te lo digo en cuanto lleguemos al refugio…-- dije, sabia que aquel lugar no era el oportuno para contarle aquello.
Catia miro hacia delante y vio como dos gorilas de la puerta venían hacia nosotras entre el gentío.
-- Será mejor que vayamos por la otra puerta, y salgamos cuanto antes no quiero empezar a liarla y esos que vienen no tienen buenas intenciones…-- dijo Catia mientras corríamos hacia el pasillo de la salida de emergencia.
Al salir aquel sitio solo una farola iluminaba aquel sitio era un callejón oscuro y lleno de porquería el olor era algo nauseabundo pero soportable, di las gracias por haber salido de aquel sitio, al fondo pudimos ver una tipo bastante grande, llevaba una camiseta de color rojizo pegada y unos pantalones vaqueros oscuros, en sus pies unas botas con puntera metálica, al llegar a la luz pude ver con mas claridad que era calvo sus rasgos eran aguileños y sus cejas estaban algo pobladas, una cicatriz cruzaba su cara por en medio.
-- Vaya mira tu por donde hoy tendremos diversión con la gatita…-- dijo aquel tipo sosteniendo en su mano una pequeña esfera de color oscuro.
Catia empezó a olfatear un olor que le llegaba de aquella especie de esfera, en un instante aquellas orejitas de gato aparecieron de golpe en su cabeza.
-- ¿Pero que…? …Al parecer me han descubierto y eso es nebeda…Escucha no tengo la noche para escuchar tus gilipolleces entiendes…así que apártate antes de que termines muerto…-- dijo Catia amenazándole mientras notaba aquellas orejas en su cabeza.
De la puerta salieron rápidamente dos hombres uno se puso detrás de mi y me coloco un cuchillo de monte en la garganta, notaba aquel metal frío y casi cortante, Rubí se puso furiosa en un instante, al ver como estaba y que amenazaban mi vida, pero otro de ellos se pudo detrás de Rubí con otro cuchillo en su garganta.
-- Vaya parece que hemos conseguido el premio gordo…Ja, ja, ja…escucha gatita o haces lo que te digo o no volverás a ver a las otras muchachas…-- dijo aquel hombre mientras sacaba un puño americano y se lo colocaba en su mano, preparándose para la pelea…
FIN CAPITULO 2
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
UNA SORPRESA DESAGRADABLE
La situación no era muy agradable, aquel mastodonte estaba dispuesto a darle una paliza a Catia, y nosotras no estábamos en muy buena situación. No sabia que hacer cualquier cosa que hiciese Rubí o Catia por liberarnos terminaríamos muerta, al parecer alguien mas sabia como hacer que se descubrieran, y quien podría saberlo seria Elvira, puesto que el cuerpo de Mizuki fue a parar al forense de su comisaría, tendríamos que preguntárselo a ella.
-- Suéltalas…Ahora mismo…-- dijo Catia, casi como una amenaza pero sabía que no estaba en condiciones de hacerlo.
-- Mira gatita no estas en situación de negociar…o haces lo que te digo…o no saldrán vivas de aquí…entiendes eso…-- dijo el tipo, haciéndole entender la situación de aquello.
-- Maldito seas…muy bien que es lo que quieres…-- dijo Catia sabiendo que no tenia alternativa.
-- Te convertiré en mi esclava particular…y lo primero es que te arrodilles delante mía…ya sabes para que… ¿Verdad?…-- dijo el hombre mientras chocaba su puño contra la mano.
-- Ni muerta…te aseguro que no…-- dijo Catia manteniendo su orgullo.
Ojala hubiera podido hacer algo pero había tres vidas en juego y ninguna de nosotras podíamos arriesgarnos estaba segura que si existiera alguna posibilidad Rubí reaccionaria y hubiera acabado con aquellos tipos en un abrir y cerrar de ojos.
-- Muy bien tendremos…que domesticarte a las malas…me gustan los retos…-- dijo aquel tipo acercándose a Catia dispuesto a pegarle una paliza.
Catia se quedo allí inmóvil sin hacer nada con la cabeza bajada mirando al suelo, el tipo se acerco y lanzo un golpe a su estomago, debido al dolor el rostro se le desencajo, los ojos se le abrieron como platos y un grito salio de su garganta, retrocediendo unos pasos por el impacto, su cuerpo casi no soportaba el empuje de tal bestia obligándola a toser.
-- Muy bien lo vas a hacer…o tendré que seguir domesticándote…tenemos toda la noche…-- dijo el hombre saboreando el instante.
-- Eso es todo…lo que sabes hacer…pegas como una niña…no te sientes hombre…si no pegas a una mujer verdad…cof, cof …si no las tuvieras a ellas terminarías muerto…-- dijo Catia mientras tosía, su mirada era de desafío estoy segura que si hubiera podido le destrozaría y el estaría pidiendo perdón en el suelo.
-- Maldita seas…no volverás a pronunciar palabra…eres una gatita mala y debes ser educada…-- dijo aquella mala bestia, acercándose a ella para darle otro golpe.
El hombre cogio a Catia por la ropa y la alzo un poco para volver a golpearla nuevamente en el estomago, esta vez el dolor fue mayor y de su boca salio sangre que cayo en la cara del tipo, Catia estaba casi al limite, sabia que dos o tres golpes mas de esos terminaría matándola.
-- DEJADLA EN PAZ!!!…haré todo lo que queráis…pero dejadla…-- grite yo intentando detener aquella masacre.
-- Cállate zorra…-- dijo el tipo que estaba detrás de mi acercándome más el cuchillo a mi garganta, dispuesto a rajármela.
Rubí se sobresalto un poco al ver que mi vida estaba mas en peligro si cabía, pero no sabia que hacer.
-- No te preocupes…cariño a ti te tenemos reservado… algo especial…-- dijo el tipo guiñándome un ojo.
-- No…te metas Amanda…este asunto es entre este imbecil y yo…-- dijo Catia mientras tosía sangre, algunas gotas cayeron al suelo.
-- Vaya veo que no tienes bastante…no te preocupes no te decepcionare…gatita…-- dijo el mastodonte, mientras se disponía para darle otro golpe mas.
En ese momento se escucharon varios disparos desde el otro extremo del callejón, los cuchillos salieron volando de las manos y uno de ellos acertó en la mano de aquel mastodonte.
Rubí se puso delante mía para protegerme y yo me acerque a Catia corriendo, su estado era lamentable tenia sangre por toda su ropa y casi estaba inconsciente debido a la paliza que le había dado.
El tipo se cogio la mano por el dolor y los otros dos entraron corriendo de nuevo al bar para perderse lo mas seguro entre la multitud.
-- Vaya siempre metiéndote en líos…no es verdad Catia…-- dijo una voz que me era muy conocida.
-- Te has tomado tu tiempo…verdad…-- dijo Catia entrecortadamente.
Aquella figura se fue acercando lentamente a la luz cuando la logramos ver vi que se trataba de Elvira, de no ser por ella no estaríamos con vida suspire alivada.
-- Tenia cosas que hacer…al menos he llegado a tiempo…-- dijo Elvira mientras apuntaba aquel tipo con el arma.
-- ¿Como sabias que nos encontrarías aquí…? …-- pregunte yo interesada nadie la había avisado.
-- Se lo dije yo…la avise por el móvil…en cuanto entramos en la discoteca…note un olor extraño a nebeda que no me convencía…no fue suficiente para que salieran las orejas…pero si el suficiente para que prestara atención…el mismo que tenia cuando nos conocimos en el autobús…es una forma de reconocernos…al menos has venido…pero podrías haberte dado un poco de prisa…-- dijo Catia mientras tosía y se recuperaba de la paliza.
-- Como dicen mas vale tarde que nunca…-- dijo Elvira riendo, estaba aliviada de haber llegado a tiempo.
En ese momento su pelo estaba recogido y vestía una jersey negro liso en sus piernas unos vaqueros nuevos y de marca, en sus pies unos zapatillas de deporte por si tenia que correr, me alegro que hubiera llegado pero aquella, alegría fue vana, en un instante vi como una sombra se pudo detrás de ella, sus ojos se abrieron por un instante, no pronuncio palabra alguna y yo me temí lo peor, el tiempo se detuvo por un instante vi como esa sombra se alejaba corriendo, mientras el cuerpo de Elvira caía al suelo en su espalda podía verse un cuchillo clavado a la altura de los pulmones.
-- NOOOOOOO!!! …ELVIRAAAA!!!…-- grito Catia mientras se levantaba a toda prisa para recogerla ni siquiera la paliza que le habían dado servia para mantenerla quieta.
-- Catia…espera…-- dije mientras corría hacia Elvira para cogerla.
Cuando llego a su altura, arranco el cuchillo lentamente de su espalda y presiono la herida para evitar la hemorragia, pero la sangre salía por la herida manchando sus manos y su ropa. Aquel tipo nada más que hizo fue ponerse en un rincón a cogerse la mano y quejarse por el dolor.
-- Debías de haber tenido cuidado…eres tonta…Elvira no debiste de descuidarte…no te preocupes te pondrás bien…Amanda ven y presiona la herida…yo tengo cosas que hacer con ese tipo…-- dijo Catia ni siquiera la paliza que había recibido era suficiente para romper su espíritu, se podía ver la furia y la rabia en sus ojos, una cólera que solo seria calmada con sangre.
Me acerque a Elvira y presione la herida la sangre empezó a salir en menor cantidad pero estaba segura de que necesitaría una transfusión, Catia se acerco al tipo lentamente, quería su cabeza y nadie le iba a convencer de otra cosa.
-- Vaya…tu amiga ha tenido un accidente que pena…-- dijo el tipo irónicamente, regodeándose de la situación.
-- Levántate…si no lo haces me dará lo mismo para arrancarte la cabeza…-- dijo Catia llena de furia sanguinaria.
-- Catia piensa en lo que vas a hacer…por favor eso no solucionara nada…-- dije intentando convencerla.
-- Amanda coge a Rubí y a Elvira y salid del callejón…estoy segura de que un coche patrulla vendrá dentro de poco y es mejor que no te vean aquí…yo me encargare de el…estoy segura de que hablara…-- dijo Catia mientras se acercaba a él.
-- Catia por favor…salgamos de aquí…-- dije casi suplicándole que nos fuéramos.
-- HE DICHO QUE SALGAIS!!!…no perdáis tiempo…por favor…-- grito Catia en una mezcla de furia y ruego.
-- Muy bien…pero recuerda una cosa no merecerá la pena y todo lo que habéis hecho por mantener en secreto esto… si te dejas atrapar por la policía no habrá servido de nada…-- dije mientras Rubí cogia el cuerpo de Elvira y nos alejábamos de allí, cuando estábamos casi afuera escuchamos unos gritos pero esta vez no fueron de Catia si no del tipo que le había pegado la paliza, dentro de mi me alegre de que pudiera resarcirse, pero a la vez sentí pena por aquel hombre.
Al momento escuche unas sirenas de policía que se acercaban y unos pasos que llegaban del fondo del callejón, apresuradamente dejamos a Elvira en el suelo en un lugar que pudieran encontrarla y salimos corriendo del lugar, Catia no dejaba de mirar atrás para comprobar que la encontraba la policía, al momento llego un coche patrulla y llamaron a una ambulancia, después de esto volvimos al refugio al parecer había otro grupo detrás nuestra y no con muy buenas intenciones al parecer.
Bajamos por las escaleras al entrar las chicas se asustaron al ver el estado en que se encontraba Catia, y como estaba yo, se llevaron a Catia a una de las habitaciones a cuidarla, y ami me llevaron a mi cuarto lo que me extraño es que Rubí no había pronunciado palabra en todo el viaje de vuelta sus ojos estaban perdidos y tristones nunca los había visto así, las chicas me ayudaron a quitarme la sangre de la ropa y a ponerme algo mas cómoda, en cuanto estuve sola con Rubí quise saber que le pasaba me senté en la cama y la invite a sentarse a mi lado, recostó su cabeza en mi hombro.
-- Rubí ser un monstruo…nadie querer monstruo…-- dijo Rubí con un tono de tristeza al que no estaba acostumbrada.
-- Escucha cariño…tu no eres ningún monstruo…sencillamente no eres de aquí…y tu naturaleza es distinta a las demás…no por eso significa que seas un monstruo ni nada por el estilo…hay gente que es mucho peor que tu te lo puedo asegurar…-- dije intentando animarla no quería verla así.
-- Rubí tener que convertir a alguien para…calmar bestia interior…Rubí no querer hacer daño a nadie…Rubí no querer matar a nadie…no importar ser líder de bandada…Rubí solo querer estar con mami y hermanita…-- dijo Rubí alzando la cabeza las lagrimas resbalaron por sus mejillas mientras me miraba, su cara solo expresaba pena y temor.
-- Rubí te prometo que no tendrás que convertir a nadie…ni tendrás que matar a nadie…estoy convencida que tiene que haber otra solución a todo esto para que no tengas que hacerlo…te prometo que la encontraremos…ahora es mejor que descansemos un poco…mañana por la mañana veremos todas las cosas de forma diferente…-- dije intentando animarla, pero sabia que lo que había prometido seria mas difícil de cumplir que cualquier otra promesa que hubiera hecho antes.
Rubí asintió y me dio un beso, me abrazo y puso el oído en mi vientre y empezó a cantar su canción que tanto me gustaba solo pude mas que acariciarle el pelo, al momento, nos metimos en la cama, para descansar me acosté mirándole a los ojos que siempre estaban alegres y ahora solo había pena, sus alas me abrazaron pero no sentí lo mismo esta vez fue una sensación distinta que me envolvía, la tristeza la embargaba por completo, aunque no quisiera demostrarlo veía las lagrimas seguir saliendo y rodando por sus mejillas se me partía el alma cada vez que la veía.
A la mañana siguiente note frío, estaba helada y no sentía las alas de Rubí rodeándome, me desperté sobresaltada no había nadie a mi lado, la habitación estaba en silencio por completo, salí a fuera para ver si estaba en alguna parte, todo estaba en silencio, fui al comedor pero no estaba allí ni en la arena, ni siquiera en las duchas, no podía ser que se hubiera ido, entre en la habitación de Catia asustada esperando que estuviera allí, pero solo vi a Catia con el torso vendado y descansando, la paliza había sido bastante fuerte para ella y necesitaba descansar, al rato las puertas de las chicas empezaron a abrirse para empezar el día, algunas se me acercaron intrigadas.
-- ¿Amanda te encuentras bien…?… ¿Sucede algo? …-- preguntaron algunas de ellas.
-- No encuentro a Rubí…no esta en mi cuarto…ni en ningún sitio…-- respondí asustada esperaba que no hubiera ido a convertir a alguien, aquella revelación había sido demasiado para ella.
-- Chicas…empecemos a buscar…Amanda es mejor que te vistas…si vas a salir Akiko ira contigo…-- dijo una de ellas, las chicas empezaron a buscar por todas partes.
De mientras me fui para la habitación para vestirme por si tenia que salir aunque estaba convencida de que así seria, me coloque una especie de bragas amplias, una falda oscura que no me llegaba mas debajo de la mitad de los muslos y era algo amplia con un correa en la parte de arriba que se dejaba caer, un jersey de color celeste y unos zapatos bajos, me cepille el pelo lo mejor que pude anudándolo con una coleta.
Al rato de haberme vestido entro Akiko con la cabeza baja, iba vestida con unos pantalones cortos de color celeste y unas medias de color rojo en sus pies unos zapatos de tacón abiertos por arriba de color blanco en su torso lucia una blusa de color rojizo, estampada con flores, su pelo iba recogido con unos bao-bao, llevaba un maquillaje muy suave sus labios estaban pintados de color rojo y tenia unas sombras de color celeste pálido, esta monísima, me pareció ver una muñequita, allí de pie mientras jugueteaba con su cola.
-- Buenos…días…-- dijo Akiko con timidez, con la cabeza agachada.
-- Buenos días Akiko…venga no seas tímida…tranquilízate…-- dije yo intentando que se calmara.
Al momento entro por la puerta una de las chicas con rostro de preocupación.
-- Amanda…tendrás que salir a buscarla…no esta por ningún lado…lo siento…-- dijo la muchacha con preocupación.
-- No os preocupéis…no es culpa vuestra…espero no llegar tarde…y que haya cometido una tontería…dejad a Catia que descanse y no le digáis nada…Akiko vámonos…-- dije esperando que no fuera demasiado tarde pero algo me decía que ya lo era.
-- Si…vamos…-- dijo Akiko sonriéndome, no se por que pero esa sonrisa me recordaba a la de Alexa de alguna forma, era como si la tuviera delante.
Salí del refugio apenas había amanecido el aire no estaba tan cargado los autobuses ya estaban empezado a moverse pude ver a las chicas de mi instituto cogerlos eso me produjo algo de nostalgia, todo había cambiado en mi vida desde que conocía Catia pero no me arrepentía en absoluto, había sido mi decisión, las tiendas aun no abrían sus puertas era bastante de madrugada apenas despuntaban algunos rayos de sol, empezamos mirando por los callejones y demás pero no encontrábamos nada, estuvimos como cerca de dos horas mirando callejones y demás sitio pero no dábamos con ella, cuando pasamos por uno Akiko se detuvo, intentando concentrarse en algo que había escuchado.
-- Espera…Amanda…creo que he escuchado algo…-- dijo Akiko mientras íbamos para el interior del callejón, el día ya empezaba a despuntar y se iba pudiendo ver mejor, las farolas apagaban sus luces.
-- Socorooo!!! ... Por favor que alguien me ayude…-- grito una voz de una mujer.
De aquel sitio venia un olor bastante desagradable, podía ver algunas ratas entre los cubos de basura pasearse, cuando hubimos andado un poco pude escuchar como unos gritos de una chica, empezamos a correr cuando llegamos a una parte del callejón que se hacia mas grande, allí vi a Rubí como estaba amenazándola sus manos eran garras.
-- Rubí…detente por favor…-- dije intentando frenarla, esperando que aun mi voz sirviera de algo.
-- Aléjate de mi monstruo…vete…-- dijo la mujer aterrorizada, tenia la cara desencajada por el terror, estaba arrinconada contra la pared del edificio, no sabia donde irse o esconderse, en un momento Rubí profirió un gruñido haciendo que se desmayara del miedo.
Rubí se dio la vuelta su cara era completamente angulosa, los colmillos eran mas grandes de lo normal, sus ojos eran dos lagos de sangre que miraban tu alma atravesándote, estaba convertida completamente, al verme se lanzo a por mi dispuesta a darme un zarpazo, pero por suerte Akiko se interpuso, recibiéndolo ella en el hombro y cayendo al suelo, aun así Rubí siguió acercándose, retrocedí unos pasos no sabia que hacer, esperaba que algo de ella siguiera hay dentro luchando por salir.
-- Rubí por favor…cálmate soy yo Amanda…-- le suplique intentando que reaccionara, pero aquella cosa no dejaba de avanzar.
En un momento levanto una de sus garras para atacarme por suerte, pude esquivarla, destrozando una tubería, estaba segura que si me hubiera dado estaría muerta en ese instante.
-- Rubí por favor reacciona…soy yo Amanda…recuérdame…tu hermanita esta aquí contigo también…-- intente hacerle entrar en razón.
-- Amanda corre…no puedes hacer nada…-- dijo Akiko cogiendose el hombro por el dolor.
-- Estoy segura que no volverá a atacarme…no pienso irme y dejarla…-- dije envalentonándome lo que pude aunque no estaba segura de lo que podía hacerme.
Rubí se pudo cerca de mi levantando su garra para asestarme el golpe, se detuvo por un momento olisqueándome, un dolor agudo me atenazo el vientre y me hizo caer al suelo era imposible que sucediese esto, estaba completa no tenia que suceder, al mismo tiempo Rubí se llevo las manos a su cabeza de dolor y cayo de rodillas al suelo, sus rasgos empezaban a desaparecer poco a poco junto con mi dolor.
Cuando hubo recuperado su forma normal las lagrimas empezaban a inundar sus ojos mirándome con pena y temor de lo que pudiera hacer, no podía creer lo que había pasado era como si aquella cría de mi interior supiera lo que iba a pasar y hubiera reaccionado de alguna forma.
-- Rubí sentirlo…Rubí no querer hacerlo…-- dijo Rubí entre llantos, la culpa la atenazaba por completo.
Yo me arrodille a su lado y no se si seria la rabia u otra cosa pero le solté un bofetón, esto hizo que Rubí me mirara asustada pero aun seguía llorando no pude hacer otra cosa mas que abrazarla.
-- Rubí eres tonta…no se te ocurra volver ha hacer eso…no voy a perderte me escuchas…encontraremos la forma de que puedas salir de esta como sea…pero que nos e ocurra de nuevo volver a irte…me entiendes eres una de las personas mas valiosas en mi vida…-- dije mientras yo al mismo tiempo comenzaba a llorar también, sentí como sus brazos me rodeaban lo mismo que sus alas cubriéndome por completo esta vez si sentí el calor que tenia siempre,
Akiko al ver aquello, se ocupo de la mujer saliendo del callejón y dejándonos un momento a solas.
Rubí empezó a besarme al principio fueron besos muy fugaces agradeciéndome lo que había hecho pero se fueron transformando poco a poco en besos apasionados que empezaron por mi cuello lentamente y siguieron en mis labios, sabia que tendría hambre ese esfuerzo había sido demasiado para ella; me encantaba tenerla de vuelta y esperaba que fuera por mas tiempo y encontrara la forma de que no tuviera que convertir a nadie, pero en ese momento me deje llevar sus labios se fundieron por completo su lengua era maravillosa mientras nos saboreábamos con sus brazos me abrazaba fuerte y delicadamente a la vez me sentía en la gloria por completo, no se cuanto duro aquel beso pero fue maravilloso cuando los separamos saboree aquel hilo de saliva que los unía me levante y me apoye contra la pared, y me levante un poco la falda y baje mi ropa interior dejándole mi sexo por completo a su vista, sin dudarlo se acerco y empezó a lamerlo con delicadeza metiendo su lengua mi adentro de mi, a la vez sus dedos se fueron introduciendo lentamente, mojándolos con los flujos que ya salían de mi, mis gemidos empezaron a ser cada vez mas fuertes mientras su lengua seguía saboreando mi sexo con pasión su lengua no dejaba de entrar y salir, era maravilloso, al parecer mis gemidos la pudieron mas caliente que de costumbre, en un momento dejo de lamerme y me dio la vuelta haciéndome que me arrodillara delante de ella, sabia perfectamente que quería, agarre su pene con las manos notando su calor como palpitaba, como sus venas latían, lo acerque a mi boca lentamente sin pausa y lo bese suavemente el glande, Rubí soltó un suspiro ahogado estaba deseándolo y eso me encantaba una de mis manos bajo a mi entre pierna caliente y húmeda e introdujo lentamente, mis flujos ya goteaban en el suelo, y empecé a introducirlos lentamente, sintiendo cada centímetro de mi interior de mientras mi lengua fue saboreando todo lo largo que era llenándolo de saliva después de eso lo introduje en mi boca poco a poco sin prisa mi lengua jugaba con su agujerito ensalivándolo, saboreando lo salado y dulce que estaba al mismo tiempo comencé a moverlo dentro y fuera de mi boca llenándolo de saliva lubricándolo bien, preparándolo para lo que me esperaba que sabia que seria maravilloso, Rubí no paraba de gemir yo lo intentaba pero tenia la boca llena de su pene gordo y caliente casi me dolían las mandíbulas de lo gordo que estaba, al instante sus manos agarraron mi cabeza y lo introdujo de un golpe mis ojos se abrieron de golpe casi se quedaron en blanco la note introducirse dentro de mi garganta por un momento incluso podía verse el bulto, pero al momento la saco y empezó a moverla rápidamente, solo podía tragar y tragar aquel pene delicioso, sus venas palpitaban dentro de mi boca su calor crecía y mi saliva ya salía por las comisuras de los labios resbalándose por mi cuello, casi pierdo la consciencia, sus caderas se movían casi salvajemente con su ritmo sus gemidos se aceleraban, en un momento tenso su cuerpo de golpe y me la volvió a introducir completamente en la garganta, se aferro con fuerza y sentí como su leche se deslizaba garganta abajo caliente y espesa iba directamente a mi estomago, era maravilloso poder sentirlo resbalar, intente tragar todo lo que pude pero era demasiado parte de ella se resbalaba por mi barbilla mezclándose con la saliva era maravilloso sentir ese calor dentro y fuera de mi al mismo tiempo, pasado un instante soltó mi cabeza de aquella presa y no tuve mas remedio que toser, me quede mirándola con un instante su carita era preciosa, era una mezcla de lujuria e inocencia, Rubí me miro por un instante mientras yo me relamía mis labios y la comisura, viendo que yo aun no había llegado a correrme, se tumbo en el suelo aun con el pene erecto y goteando leche por el, yo la comprendí enseguida, saque mis dedos de mi interior mojados y calientes para que aquella cosa reclamara su espacio dentro de mi y me hiciera cabalgar por el séptimo cielo, me puse encima de ella y abrí mi vagina con los dedos poco a poco me agache y la fui introduciendo nada mas entrar el glande solté un gemido no por dolor si no por lo sensible que estaba, fui bajando lentamente, saboreando el placer que me recorría, Rubí gemía mientras veía como sus pechos se movían arriba y bajo agitadamente por la respiración, al poco tiempo note como su pene llegaba a la entrada de mi útero quería haberlo introducido por completo notar su potencia dentro de mi pero era imposible y tenia que ir con cuidado, así que comencé a bajar y subir primero despacio sin prisa notando como rozaba contra las paredes de mi vagina y me proporcionaba el mayor placer de este mundo y el otro, nuestros sudores de mezclaban al igual que nuestros flujos, quería notarla dentro de mi todo lo posible las caderas de Rubí empezaron a aumentar de ritmo cada vez mas rápido, nuestros gemidos se mezclaban junto con el ruido del trafico que iba en aumento, Rubí agarro mis caderas y empezó a moverlas mas rápidamente, dentro y fuera sentía como incluso resbalaba de mi interior era maravilloso, mis pechos se movían alocadamente, pasado un momento note que su pene creía un poco mas en mi interior sus venas se podían sentir, mi vagina incluso quiso apresarlo dentro para que no se saliera en ese precioso momento, note como una riada de semen me inundaba por completo un calor delicioso, una maravilla, incluso llegaba a salir fuera de mi manchándome las piernas y mezclándose con mi flujo, nuestros gemidos se mezclaron llenando aquel callejón, pero sabia que no estaba satisfecha por completo sabia que quería mas y se lo ofrecí me levante lentamente saboreando aquel momento cuando estuvo fuera la volví a ver allí erguida maravillosa, pulsante como un pequeño corazón, de mi vagina aun seguía saliendo una cantidad considerable de semen cayendo encima del abdomen de Rubí, me di la vuelta y la coloque a la entrada de mi trasero con algo de esfuerzo por el tiempo que llevaba sin hacerlo logre introducir el glande dentro de mi no fue necesario lubricación el propio semen y mis flujos lo habían lubricado por completo, fue entrando de manera maravillosa , mi trasero fue engullendo centímetro a centímetro aquel maravilloso pene que tanto amaba, podía ver un poco de bulto en mi estomago; cuando al fin sentí, que había entrado por completo empecé a moverme lentamente arriba y abajo, necesitaba sentirlo como me llenaba por dentro, estaba llena de ella pero no me esperaba lo siguiente me agarro por las piernas y me levanto quería tenerme ensartada por completo, apoyo mis pies contra la pared y empezó a bombear lentamente sus gemidos eran música celestial notaba sus pechos moverse detrás mía con sus pezones erectos, pero ella quería mas su cola fue subiendo lentamente hasta introducirse nuevamente en mi vagina, sin dificultad mi cuerpo ya no daba para mas estaba extasiada por completo, no quería que aquello acabase nunca, nuestros gemidos se empezaron a acelerar mas y mas mis pechos no dejaban de moverse al compás de los suyos, sus caderas se movían cada vez mas deprisa nuestros gemidos se mezclaban, era un éxtasis notaba como aquella cola engordaba un poco mas llenándome mi interior, ella quería estar dentro de mi y yo sentirla por completo que me lo diese todo, mi cuerpo ya no daba mas estaba a punto de perder el conocimiento cuando note que la base de su pene engordaba de sobre manera, ese era el momento que quería, aquella bola empezó a presionar mi trasero, sin dejar espacio a nada mas, mi trasero ya no daba mas de si y Rubí soltó una riada de leche que me lleno por completo su cuerpo convulsionaba por la explosión de placer, nuestros gemidos se unieron al ruido de la gran ciudad fue maravilloso, mi trasero intentaba cerrarse pero era imposible aquella bola golpeaba como un vibrador dentro de mi era maravilloso mis ojos casi se volvieron en blanco, del gemido deje la boca abierta la saliva resbalaba por mis labios por el placer que tenia en mi interior, era una maravilla indescriptible, Rubí cayo de espaldas y yo encima de ella, soltando leche por el poco espacio que quedaba en mi trasero, así nos amaneció los rayos de sol nos iluminaron en aquel callejón mientras Rubí seguía descargando en mi interior, estuvimos como unos diez minutos aquel momento, cuando al fin consiguió sacarla yo intente aprisionarla un poco mas, para que no saliera enseguida Rubí comprendió que no quería que saliera y nos quedamos unos momentos mas, mientras yo notaba el calor de su semen en mi interior, cuando al fin nos levantamos de mi trasero salio una gran cantidad de su leche caliente, cuando termino de salir la suficiente note lo dilatado que estaba incluso podían caber cuatro dedos era increíble, me levante temblándome las piernas y algo dolorida en mi trasero entonces me arregle un poco para poder salir de allí al menos Rubí había cogido la costumbre de vestirse antes de salir pero teníamos las manchas de porquería del callejón.
Al salir observe que Akiko estaba esperando apoyada contra el callejón, estaba vigilando que nadie entrara a molestarnos.
-- Bueno…he solucionado lo de la mujer…será mejor que os vayáis…al refugio…-- dijo Akiko mientras miraba hacia otro lado sonrojada.
-- ¿Tu no vienes? …-- pregunte algo extrañada.
-- No será mejor que…mire donde esta Elvira y si esta bien…seguro que Catia querrá…saberlo…-- respondió Akiko, se adelantaba a lo que seguro Catia iba a preguntar.
-- Muy bien pero no te retrases…lo mas seguro es que despierte pronto…-- dije metiéndole prisa.
Nos separamos allí e intentamos no llamar mucho la atención pero eso era ya algo difícil, Rubí no tenia la gorra y aquellos cuernos nos delataban demasiado, lo mismo que las alas, y encima era la hora de los estudiantes cogieran el bus, esperaba no tener que encontrarme con ninguno de mi clase, los coches patrulla hacían sus recorridos de costumbre, estaba convencida de que me seguirían buscando, nos metimos lo mas pronto posible en el refugio di gracias a Dios por no encontrarme a nadie conocido aunque aquel tinte empezaba a notarse y necesitaba un repaso, al bajar vi que algunas chicas estaban en la puerta esperándome nerviosas, al verme entrar me abrazaron, fue la mejor bienvenida que tuve.
-- ¿Estas bien?... ¿Ha pasado algo?...— preguntaron varias de ellas con curiosidad.
-- No os preocupéis estoy bien…solo necesito un baño y un repaso a estos pelos…y no ha pasado nada llegamos a tiempo…-- respondí a sus preguntas, pero había algo que me tenia pensativa aun, de cómo el bebe sabia lo que iba a pasar y de cómo reacciono pero no le preste atención al menos de momento al menos se lo pude agradecer.
Cuando termine de hablar con ellas nos dirigimos a las duchas a ponernos algo mas cómodas y limpiarnos aquella porquería, Rubí seguía con la cabeza baja sin pronunciar palabra y eso me dolía mas que cualquier otra cosa que hubiera hecho.
Deje que el agua nos cubriera y barriera aquel recuerdo del callejón, mientras me lavaba el pelo me quede observándola por unos momentos y pensé que era el mejor momento para tener una conversación y poder animarla algo.
-- Rubí…mírame… ¿Qué te pasa? …¿Aun estas preocupada por eso?…-- pregunte aunque sabia la respuesta de sobra.
-- Rubí ser monstruo…y mas tarde convertirse en uno…Rubí no querer hacer daño a nadie…no querer convertirse en líder de bandada…-- dijo Rubí mientras le resbalaba las lagrimas por la cara mezclándose con el agua.
-- Escúchame cariño…es tu naturaleza es distinta nada mas pero como te he dicho y te repito…estaré siempre contigo…buscare la forma de que no tengas que hacer eso…para mi no eres un monstruo…eres maravillosa y extraordinaria…no deberías de preocuparte…seguro que hallaremos el método de que no tengas que convertir a nadie…si no quieres ser líder de bandada no te preocupes por eso tampoco…como te prometí estaré siempre a tu lado y no te pienso dejar nunca…así que alégrate un poco quiero ver esa sonrisa maravillosa que tienes…y estoy segura que tu hermanita también le gustaría…-- le dije mientras me miraba el abdomen y pasaba un mano por el aquella llama ya era completamente visible y de un color rojo vivo.
Rubí rompió a llorar abrazándome así nos quedamos unos momentos en la ducha mientras el agua nos recorría limpiando la tristeza que había dentro de su corazón.
Al salir tuve que ir otra vez al baño estaba agotadísima así que me cepille el pelo y se lo cepille a Rubí dejándolo suelto, me puse un picardías rosa pálido con encajes y abierto por delante, unas bragas un poco mas amplias y una zapatillas aunque no eran las mías pero bueno algo es algo no había otra cosa, a Rubí le puse un tanga cómodo de color negro y con encajes en la parte de arriba y un sujetador a juego con encajes, estaba para comérsela la cogi de la mano y nos dirigimos al dormitorio de Catia para ver como se encontraba, mientras pasaba mas de una vi como se nos quedaban mirando, con aquellas orejitas moviéndose o la cola, parecía un pajarillo atrapado entre tanto gato pero me gustaba aunque me sentía extraña.
Abrí la puerta muy despacio allí dentro estaba una de las chicas arreglando los vendajes, Catia al parecer estaba dormida aun, en cuanto me vio se levanto recogió el botiquín y antes de salir me interese por su estado.
-- ¿Cómo esta Catia…?…-- pregunte interesada por como evolucionaba.
-- No sabría decirte…tiene algunas costillas rotas…la suerte es que no hay perforación de pulmón…aparte de eso no se nada mas…le he dado un calmante para que descanse…estará dormida unas horas es mejor que se recupere…-- respondió la muchacha dando un resultado aproximado de cómo se encontraba.
Me acerque a ella y me senté en la cama, la veía tan indefensa en ese estado y se que saldría siempre había sido una luchadora y no se daba por vencida, Rubí se sentó ami lado mientras miraba a Catia.
-- Catia…no se como darte las gracias por lo que hiciste…de no ser por ti estoy segura de que hubiéramos terminado mal…se que te pondrás bien estoy convencida y no se te ocurra morirte…te lo digo en serio si no tendré que ir a por ti al otro lado…-- dije mientras las lagrimas inundaban mis ojos y lloraba no se si era por tristeza o por lo que fuera pero solo esperaba que se recuperase por completo.
-- ¿Gata estar bien? …-- pregunto Rubí en su inocencia.
-- Estoy segura que se pondrá bien…no te preocupes…ha sido muy valiente y ahora necesita descansar lo mismo que yo…así que vamos a dormir un poco…lo necesito…-- respondí mientras bostezaba, sabia que esto era normal las embarazadas casi siempre tienen sueño.
-- Rubí dormir con mami…prometer que no escaparse esta vez…-- dijo Rubí y sabia que podía confiar en ella.
Salimos de la habitación intentando no hacer ruido cerramos la puerta despacio y nos dirigimos a la habitación a tumbarnos y descansar un poco, me acosté como siempre mirando a Rubí a los ojos y arropada por sus alas pero esta vez su cola se enrosco en mi cintura ahora se por que a Verónica le gustaba tanto era una sensación de seguridad increíble y maravillosa.
Nos quedamos dormidas al poco tiempo no hizo falta ni siquiera su canción de cuna, como a las tres horas me desperté sin saber el por que, me deshice lentamente de la cola que me apresaba intentando no despertar a Rubí, no sabría explicarlo era consciente de lo que hacia pero no me controlaba, mire en la habitación y no note nada raro ni oscuridad ni nada por el estilo sabia que era un sueño, tenia las orejas fuera y las cola partida también pero era demasiado real, intente pellizcarme por lo que suelen decir que en los sueños no se siente dolor alguno, pero era falso sentí el pellizco.
Salí de la habitación en dirección a la de Catia no podía ver nada mas que sombras moviéndose eran las chicas, intente gritar pero no salía ningún sonido de mi garganta, mire para todos lados, no podían verme, me di cuenta que las luces parpadeaban un poco, era esa cosa de nuevo esta vez estaba dominándome en este sueño pero no sabia que es lo que quería, abrí la puerta de la habitación note como la oscuridad lo invadía todo solo se podía ver el cuerpo de ella descansando placidamente, me acerque a su altura levante la mano y la oscuridad tomo forma sólida en mi mano no podía creer aquello tenia un puñal y estaba a punto de matar a Catia esto era una locura intente gritar pero no había forma, estaba aterrada de toda la habitación se escucho una voz que retumbo en mi cabeza, no podía resistirme a aquello estaba atrapada.
-- MATALA…-- grito esa voz que ya iba siendo familiar.
Cerré los ojos no quería verlo, no podía detenerme baje el puñal y note algo caliente; me asuste pensé que la había matado…
FIN DEL CAPITULO 3
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
PELIGRO EN EL MUSEO
-- Abre los ojos…-- dijo una voz calida y que me era muy familiar.
Cuando los abrí observe que la sangre no era de Catia ni siquiera había llegado a tocarla, aquel puñal estaba atravesando la mano de aquel ser que ya me había ayudado y mostrado aquellas visiones, su cuerpo seguía envuelto en sombras.
-- MATALAAAAAA…-- grito la voz nuevamente mi mano proseguía descendiendo poco a poco, solo se detuvo temporalmente.
-- NOOOOO…-- grite intentando resistirme pero era imposible, mi mano proseguía bajando amenazando la vida de Catia.
-- Escucha Amanda…concéntrate se que puedes vencerla…hazlo…-- dijo la sombra dándome ánimos.
Volví a cerrar los ojos por mi mente pasaron muchas imágenes sobre todo las de Catia, Rubí, Akemi y todas las chicas que me habían ayudado tanto, sentí su calor y su amor eso me dio las fuerzas suficientes; una luz salio de mi interior inundando la habitación por completo, toda aquella oscuridad se desvaneció en el acto cuando volvió la habitación a la normalidad mire a Catia que aun dormía y respire aliviada no se lo que paso pero la vista se me nublo por completo el lugar daba vueltas a mi alrededor estaba mareada lo mas seguro por el esfuerzo y caí al suelo inconsciente.
Al abrir los ojos me encontré en mi habitación, Samantha estaba haciéndome unas pruebas para comprobar que todo estaba bien, mientras Rubí me cogia de la mano sentada en la cama, tenia el rostro de preocupación casi podía verse las lagrimas por su rostro.
-- ¿Qué me ha pasado…? …-- pregunte intentando incorporarme.
-- Al fin despiertas…menudo susto nos has dado…-- dijo Samantha preocupada, mientras me ocultaba con el fonendoscopio.
-- ¿Mami estar bien…?…-- pregunto Rubí casi llorando.
-- No te preocupes Rubí estoy…bien…seguro que ha sido algún sobre esfuerzo o bajada de tensión…-- dije yo intentando quitarle importancia al asunto y esperara que no tuviera mucha.
-- Por lo visto no ha sido nada…una bajada de tensión y por lo poco que puedo hacer al parecer no le ha pasado nada al feto parece estar bien deberías de pasarte por la clínica…y volver a hacerte de nuevo una ecografía para estar segura, no podemos correr riesgos…tendríamos que ir ya…-- dijo Samantha mientras guardaba sus cosas en un maletín de cuero negro.
-- Lo siento pero esta noche no puedo ir…tengo cosas que hacer y son importantes…-- dije poniendo una excusa no quería decirle la verdad, por que si no estaba segura que no me dejaría ir.
-- Escucha estas en unos meses delicados…es mejor que ese asunto no represente nada de peligro…entiendes y que no haya sobresaltos…debes descansar…-- dijo Samantha con preocupación.
-- No te preocupes…no pasara nada te lo prometo…-- dije intentando convencerla de que no pasaría nada, pero sabia que esa promesa no iba a poder cumplirla.
-- Mas vale que sea así…nos veremos pronto Amanda…cuídate y no te olvides de ir a la clínica…-- dijo Samantha mientras salía de la habitación y al mismo entraba Akiko.
-- ¿Cómo…te encuentras…?…-- pregunto Akiko sonrojada y casi tartamudeando.
-- Algo mejor no te preocupes…y tu… ¿Cómo esta tu hombro…? …-- respondí preocupando por el garrazo que había sufrido.
-- Me lo han vendado…estoy bien…-- dijo Akiko mientras jugaba nuevamente con su cola.
-- ¿Qué has averiguado de Elvira…? …-- pregunte para comprobar que se encontraba bien y así lo esperaba.
-- Se encuentra en el hospital San Juan el mismo que Samantha y esta vigilada por policías en su puerta…su pronóstico es reservado…-- respondió Akiko como si me hiciera un informe, al menos estaba tranquila y esperaba que se recuperara.
-- ¿Se puede…? …-- pregunto una voz fuera de la habitación.
-- Si claro…pasad…-- respondí ya pensaba que tardaban demasiado en venir.
Al abrirse la puerta entraron las chicas a interesarse por mi estado al fondo vi como se quedaba Akiko tristona y algo solitaria.
-- Akiko…ven siéntate aquí…-- dije intentando que se integrara mas en el grupo, sabia lo que era estar así, y no quería que ella lo sufriera también.
Al decir esto Akiko se acerco y en su rostro podía verse una sonrisa de felicidad incluso se podría decir que de agradecimiento.
Nos quedamos unos momentos hablando y riendo intentando pasar aquel momento todo lo mejor que pudiéramos, entonces la puerta se abrió y apareció Catia con la mano en sus costillas aun dolorida por la paliza, el silencio se hizo presente de golpe.
-- Vaya una fiesta… ¿Puedo unirme…? …-- dijo Catia aunque siempre la había visto seria con las chicas sabia que dentro de ella era amable diciendo esto se único al grupo charlando y demás así se nos paso el tiempo volando.
-- Tengo algo de hambre…-- dije notando que el estomago me gruñía.
-- Venga chicas…ya es suficiente es mejor que…nos pongamos a trabajar algo y hacer la comida yo también estoy hambrienta…-- dijo Catia intentando poner algo de orden estaba segura que si las hubiera dejado se hubieran quedado allí todo el tiempo, me sentía genial entre ellas.
-- Ante de irte Akiko… ¿Cómo esta Elvira…? …-- pregunto Catia mientras se sentaba a mi lado en la cama.
-- No te preocupes esta en el hospital San Juan…tiene pronostico reservado de momento…y su puerta esta siendo vigilada…-- respondí para que no tuviera que volver a repetir aquello.
-- Gracias Akiko…por todo…ve a ayudar si puedes…-- dijo Catia agradeciéndoselo, al hacerlo Akiko salio de allí con una sonrisa.
-- Bueno… ¿Y a ti que te ha pasado?… -- pregunto Catia no sabia si contarle la verdad o no pero seria mejor no hacerlo de momento.
-- Un sobre esfuerzo…al parecer y eso ha repercutido en una bajada de tensión…nada grave…tendré que ir nuevamente a hacerme una ecografía…eso es todo…-- respondí intentando quitarle importancia al asunto.
-- ¿Qué te dijo la succubus del bar? …-- pregunto Catia con una mirada fría, cada vez que hablaba de ellas parecía que su comportamiento cambiaba de golpe pero nunca la había visto así con Rubí, pudiera ser que le cayera mejor.
-- Esta noche en el museo de la plaza central…iran a por el corazón a Aloqua…no podemos dejar que lo cojan…-- dije resumiéndole lo que iban a hacer.
-- Muy bien…se lo diré a las muchachas para que se preparen…y tu es mejor que no vayas…te quedaras aquí descansando…-- dijo Catia como si me ordenara.
-- De eso nada…tu también deberías descansar después de la paliza que te han dado y mira dispuesta a que te den otra…no pienso quedarme de brazos cruzadas después de todo lo que hemos hecho…aun puedo moverme…-- proteste increpándole que no debía preocuparse por mi estado, aunque en parte tenia razón.
-- Lo mío no es nada…en tu estado podría pasarle algo al feto…o a ti y ni Akemi ni yo ni ninguna de aquí nos lo perdonaríamos jamás y estoy segura de que Rubí tampoco se lo perdonaría…-- dijo Catia poniéndome sus razonamientos y tenia razón, no lo podía negar pero no quería que me pusieran como un peso muerto.
-- Rubí proteger mami…y no dejar que pase nada…ni a hermanita…Rubí prometer…-- dijo Rubí intentando convencer a Catia.
-- Bueno parece que voy a perder…en esta pelea…pero atiende bien ni se te ocurra arriesgarte en absoluto…Rubí siempre estará a tu lado entiendes…y pobre de ella si a ti te pasa algo…-- dijo Catia como si la amenazara, pero sabia que en su interior estaba preocupada por las dos.
-- Bueno arréglate un poco y vamos a comer… nos hará falta reponer fuerzas…-- dijo Catia mientras salía de la habitación.
Rubí en ese momento se acerco a mi y me beso en los labios fue un beso largo y lleno de un calor especial con mucho amor sabia que estaba bien en sus manos, ese momento pareció congelarse ni siquiera se el tiempo que paso, pero no me importaba en absoluto.
Cuando se paro sus labios observe como aun tenia los ojitos cerrados saboreando cada pequeño momento, al abrirlos la mire por unos instantes a sus lindos ojos viendo ese color rojizo que era precioso no entendía como aquella criatura podía convertirse en aquella cosa, pero era su naturaleza y tenia que aceptarla, sus pire por un momento y busque entre las bolsas que tenia y vi un vestido blanco con las mangas cortas y amplio pensé que seria la mejor opción, así que me lo puse y unos zapatos también del mismo color, a Rubí le cambie los pantalones vaqueros por un falda con una abertura lateral de color rojo a juego con sus ojos para que tuviera algo de movimiento, aunque al principio se sintió rara con eso.
Me dirigí al comedor allí vi como siempre el ambiente alegre que había no tarde mucho en coger una del as bandejas y disponerme a comer algo, aun tenia sueño pero era mejor que me despejase y también entrenase algo para esta noche, estuvimos hablando y bromeando a veces observaba como Catia se tocaba en las costillas aun le tenia que doler, y pensaba en lo que había pasado en su habitación, al momento sentí como si la cría me hubiera dado un patada o se hubiera movido.
-- Se ha movido! …he sentido una patada…-- exclame sorprendida al sentirla por primera vez ahora entiendo lo que decía mi madre era una experiencia maravillosa poder sentirlo.
-- ¿De verdad? …Déjame tocarlo…Yo también quiero…-- dijeron algunas chicas entusiasmadas.
Las chicas se arremolinaron a mi alrededor poniendo sus manos en mi abdomen para sentirlo, creo que la cría al notar aquello se volvió a mover, las expresiones de las muchachas era increíble era de felicidad completa, incluso Catia y Akiko se acercaron pude contemplar en sus rostros alegría.
--Se mueve…si esta dando patadas…-- dijeron algunas de ellas.
-- Venga ya es suficiente es mejor que os vayáis preparando para esta noche ir recogiendo todo esto…algunas os quedareis aquí…para vigilar el sitio…-- dijo Catia intentando poner orden en aquello.
-- Vale yo iré a entrenar un poco con Akiko, me gustaría practicar algo de meditación me vendrá bien…-- dije intentando que no se preocupara por los ejercicios que hiciera.
-- Si…vamos…es lo mejor ahora mismo…-- dijo Akiko casi tartamudeando mientras recogía sus cosas y aceleraba su paso.
Cuando recogí lo mío me dirigí a la arena, estando allí Akiko me indico que me pusiera en la forma típica de meditación y que intentara solo fijar mi mente en un punto y me concentrara, siempre pensé que eso de la meditación no servia para nada pero estaba muy equivocada.
Pasaron unos momentos y mis oídos empezaron a captar todos los sonidos del lugar, incluso los dos corazones el mío y el del bebe, era sorprendente momentáneamente incluso pude hacerme una idea del lugar aunque solo veía pequeñas luces de las que supuse que eran las muchachas, dos de ellas brillaban de manera especial sabia que era la de Rubí distinta a todas y la otra era la de Akiko tenia una especie de fulgor muy brillante era maravillosa.
Aquella meditación estaba haciendo salir mi parte de Nekomata que tenia y eso mejoraba por momentos esperaba que algún día pudiera controlarla totalmente.
No se ni cuanto tiempo estuve de esa forma explorando mis nuevos sentidos, necesitaba controlarlos cuanto antes y era la mejor oportunidad que tenia así no seria ningún estorbo para ellas.
Fueron pasando las horas no podía creer que estuviera tanto tiempo así poco a poco me fui haciendo con el control de aquello pero aun me resultaba complicado y algo cansado mantenerlo, en ese instante note una mano en mi hombro era la de Catia que veía a indicarme que iba siendo la hora de irse.
-- ¿Estas preparada…? …-- dijo Catia con la expresión fría parecía que helaba la sangre, en su mano derecha portaba una katana su mango era un dragón tallado y la funda tenia color negro por completo lo único que tenia que resaltar era un lazo rojo cerca de la empuñadura.
Yo asentí levantándome la acompañe hasta la salida con nosotras venían diez de ellas las otras se quedaban protegiendo el lugar con nosotras iba Akiko al parecer se había enrolado en esto que seguro que acabaría en una lucha, no podíamos dejar que se lo llevaran.
Salimos de allí y empezamos a caminar hacia la plaza central no se encontraba muy lejos las calles estaban casi desiertas era de madrugada y había poco trafico la luna estaba escondida entre las nubes como no queriendo presenciar lo que se avecinaba, podría decir que era casi de madrugada el ambiente estaba despejado y las calles mojadas había llovido recientemente, la poca gente que había se nos quedaba mirando pero no nos prestaba mucha atención y era lo mejor, estuvimos caminando cerca de media hora hasta llegar al edificio
A simple vista era impresionante, estaba rodeado por varios jardines y una fuente central con un caballo echando agua por su boca, la verdad siempre me había parecido excesivo las construcciones de los museos, tenia varios focos iluminándola en las esquinas del edificio había estatuas de gárgolas adornándolo parecían que nos estuvieran observando; sentí un escalofrío recorrerme la columna y eso no era un buen presagio.
Catia le ordeno a dos de las chicas que investigaran el lugar, estuvimos esperándolas como unos diez minutos.
-- Hemos encontrado un guardia…vigilando por fuera, lo hemos dejado inconsciente tienen una alarma conectada…habrá que desconectarla y lo mas seguro que por dentro haya mas gente…-- dijo una de ellas como si realizara un informe, me pareció estar delante de un comando armado en ese momento.
-- Muy bien nos iremos adelantando mirad si existe alguna puerta o ventana por donde entrar al museo y desconectad la alarma…-- dijo Catia como si se tratara de un general al mando de su batallón en estas circunstancias cambiaba por completo su forma de ser.
Atravesamos los jardines dirigiéndonos a la puerta principal la, antes de la entrada había dos columnas de mármol que brillaban con la luz de las farolas del lugar a sus pies dos leones de mármol protegían la entrada, la puerta era bastante grande de doble hoja, no tuvimos que esperar mucho para entrar al momento se abrieron el lugar estaba oscuro casi no se podía ver, pero esa circunstancia no era muy relevante pude ver que casi todas tenían las orejas sacadas, yo intente concentrarme para conseguirlo pero no pude, en ese momento las envidiaba no pude mas que agararme al brazo de Rubí y seguirla, el sitio estaba en completo silencio, la poca luz que había entraba por algunos ventanales de la pared el recibidor era bastante grande lleno de estatuas, seguimos avanzando mas adelante había una escalera que se partía en dos bajando abajo, en el centro de ese sitio había un pedestal y en el un corazón de cristal encerrado en una caja de cristal que lo mas seguro tuviese alarma, por los alrededores había estantes lleno de antigüedades y estatuas de gárgolas y otras criaturas lo en otros pedestales, al fondo había otra escalera que llevaría a otra zona lo mas seguro, en la parte de abajo dos entradas a otras salas de exposición.
-- Valla así que habéis venido…-- dijo una voz muy familiar para mi era la de Miriam, sabia que tenia que ver en esto.
Nos detuvimos en seco antes de bajar miramos hacia el otro lado de la sala pudimos ver dos siluetas, una de ellas avanzo un poco mostrándose ante la poca luz que entraba por la ventana se trataba de Miriam, llevaba un jersey de color negro de tirantes que marcaban sus pechos de una manera sorprendente, un pantaloncito corto vaquero de color blanco junto con unas medias que le llegaban a los muslos de color negro en sus pies unas zapatillas de deporte de color azul el pelo lo tenia recogido en una coleta trenzada a su lado había una silueta que me parecía familiar podía ver unas orejas pero que no eran de gato si no de zorro y detrás de ella podían verse tres colas moviéndose. Pensé por un momento que se trataba de Verónica pero era imposible, no CREI que ella se hubiera pasado al otro bando.
-- No cojeras ese corazón...tendrás que pasar por encima de mi cadáver…-- dijo Catia mientras desenvainaba la espada las demás chicas bajaron un poco por las escaleras para tomar posiciones, yo me quede arriba con Rubí que se coloco delante mía para protegerme.
-- Siempre tan dramática… Catia nunca cambiaras…pero esta vez no podrás impedirlo…-- dijo Miriam regodeándose en lo que decía estaba segura de que no podría conseguirlo y eso me hacia sospechar.
-- ¿Y que te hace decirlo tan segura?...que yo sepa no veo que hayas traído gente contigo…-- dijo mirando hacia todas partes y comprobando que así era.
-- Eso es lo que tu piensas…-- dijo Miriam chasqueando los dedos en cuanto la cristalera encima de la sala se rompió en pedazos y varias hermanas entraron volando no llegaban a superarnos en numero pero no iba a ser fácil, al momento escuche un gruñido delante mía que resonó en la sala, al parecer Rubí se había transformado para protegerme las chicas tomaron una posición de defensa preparándose para lo que pudiera pasar, en ese momento la silueta que estaba en la semi penumbra se acerco, era una mujer con el pelo suelto y liso de color negro en su cabeza había unas orejas de zorro, su rasgos eran muy suaves, sus pupilas estaban contraídas y eran de un color plata casi sobrenatural, sus labios estaban pintados de color negro, vestía el mismo uniforme que Verónica era el típico uniforma de miko de su espalda podían verse las colas de zorro moverse.
-- Será mejor que me des tiempo para realizar el Sutra…y no me decepciones…-- dijo la sacerdotisa a Miriam como si fuera una orden.
-- Escucha tu haz lo tuyo…y tendremos ese corazón…-- dijo Miriam mientras sonreía maliciosamente.
Al verla supe que ella fue la que invoco a la pobre de Aya y la engaño era la otra kitsune y si era así habían conseguido una importante baza en su ejercito, en ese momento eche de menos a Verónica y Aya que estuvieran allí con nosotras a saber de lo que seria capaz de hacer.
La kitsune empezó a realizar el Sutra sus manos se movían a toda velocidad, al parecer necesitaba un tiempo de concentración, mientras las hermanas se lanzaban a la lucha para darle tiempo Catia salto por encima de la balconada hacia el corazón al mismo tiempo que Miriam, en la parte de abajo un resplandor fue el inicio a la batalla, Catia y Miriam chocaban sus espadas sus movimientos eran demasiado rápido como para seguirlos pero no parecían darse tregua alguna, mientras las chicas luchaban contra las hermanas, sabia que de aquí no pocas iban a salir con vida, una de ellas se lanzo contra Rubí, esta se lanzo contra ella los garrazos se sucedían son descanso en uno de ellos Rubí acertó en el estomago la hermana soltó un chillido desgarrador, cayendo al suelo, la sangre hizo un charco en el suelo que relumbraba con la luz que entraba yo me quede impresionada mirándola por un instante, pero seguía escuchando los rezos que no se detenían el combate seguía, varias hermanas habían caído al suelo, mientras Miriam y Catia seguían en un descuido Miriam hirió a Catia en el hombro entre eso y la herida de las costillas empezaba a flaquear.
-- Vaya parece que estas en baja forma al parecer…-- dijo Miriam mirándola mientras estaba de rodillas agarrandose el hombro por el corte.
AAAAAAAHHHHHH…-- grito Catia como si estuviera poseída lanzándose al combate nuevamente.
Al instante vi como unos símbolos extraños japoneses rodeaban a la kitsune a su alrededor empezaban a concentrarse los fuegos fatuos pensé que seria un “Fuego de Zorro”, como la otra vez pero estaba equivocada detrás de ella apareció un pentagrama lleno de símbolos extraños.
-- Retiraos…dijo Miriam haciendo retroceder a las hermanas varias de las chicas estaban bastante heridas las que quedaban sanas fueron a recogerlas.
Miram de un golpe salto hacia atrás hacia donde estaba la kitsune poniéndose a su lado al parecer el Sutra estaba completo no sabíamos lo que podía salir de allí o lo que sucedería.
-- “Casa de la Muerte” ven a nuestra dimensión…-- dijo la kitsune cerrando el Sutra.
Aquel pentagrama se volvió negro como la noche de el salieron varias manos esqueléticas mis visiones se estaban volviendo realidad no podía ser estaba paralizada por el miedo.
Pero al parecer una de ellas se lanzo por Miriam esta por suerte pudo esquivarla a tiempo.
-- ¿Pero se puede saber que estas haciendo?... ¿Te has vuelto loca…? …-- pregunto Miriam al ver lo que había pasado.
-- Ya no le sirves a La Gran Madre y me dijo que te eliminara…y en eso estoy quitando la basura…-- dijo la kitsune con una voz casi sádica, como si disfrutara de aquello.
-- Maldita seas!!! …-- exclamo Miriam volviéndose a mover con un salto.
Aquellas manos empezaron a moverse como intentando agarrar todo lo que pudiesen, una de ellas acertó en algunas chicas estas cayeron al suelo al momento vi como sus almas eran arrastradas a aquel agujero una de ellas se lanzo contra mi, no podía moverme estaba paralizada mis músculos no respondían por el miedo, solo vi que Rubí se puso delante aquella cosa carro su espíritu y se lo llevo dentro, sus rasgos volvían a la normalidad yo no pude mas que arrodillarme, la rabia y la furia me invadieron al ver el cuerpo de Rubí en el suelo.
-- NOOOOOOOOOO…-- grite desconsolada hay estaba el cuerpo de Rubí sin vida no podía creérmelo.
Otra de ellas se volvió a lazar nuevamente pero me resultaba algo difícil reaccionar a tiempo, solo cerré los ojos deseando que acabara rápido y fuera donde Rubí se la habían llevado, pero por extraño que fuese no sentí nada cuando abrí los ojos observe a Miriam delante mía sosteniendo la mano.
-- ¿Pero…?... ¿Por qué…? …-- dije extrañada al verla defendiéndome.
-- Si te digo…la verdad…no lo se…sencillamente he reaccionado…y te pido perdón por todo lo que…he hecho…-- dijo Miriam mientras sus ojos se inundaban de lagrimas y era agarrada por aquella mano, intente moverme para buscar un sitio seguro y esconderme, corrí todo lo que pude pero no fue suficiente otra de aquellas manos esqueléticas volvió a lanzarse contra mi, esta vez estaba perdida no había solución, pero nuevamente Catia se puso en medio con su katana aguantando aquellas cosas, aunque fue inútil termino agarrada y llevada aquel sitio.
No puede ser todo lo que vi se estaba realizando de verdad era imposible no podía creérmelo. Observaba impotente como todas a las que quería están muriendo una detrás de otra incluso la pobre de Miriam, que al final se arrepintió de todo.
Solo vi una sonrisa malévola en la cara de la kitsune mientras veía lo que estaba haciendo, su mirada se fijo en mi ese momento se congelo por un instante no sabia que hacer ni donde ir no tenia ningún escondite, solo veía como aquellas manos venían por mi, intente concentrarme todo lo que pude pero ni la cola ni las orejas aparecieron para que narices tenia aquellos poderes si no servían cuando los necesitaba, solo espere que me llegase la hora ya poco me importaba lo que me pasase todo estaba perdido habían ganado…
FIN DEL CAPITULO 4
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste a todos y muchas gracias .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
TODO ESTA PERDIDO…
En ese momento ya nada me importaba, pero al momento escuche un golpe sordo, como un chocar de manos, abrí los ojos y gire la cabeza lo que vi me asusto de sobremanera, era una especie de gigante de color rojo con dos cuernos en su cabeza su cara era completamente angulosa sus ojos brillaban de sobremanera en su boca había colmillos su pelo estaba alborotado, sus manos acababan en garras vestía una especie de taparrabos de estilo felino en sus brazos tenia pelaje y en su cabeza, se podía ver a Verónica, con sus colas alzadas y recitando un Sutra como si lo controlara, no creía que hubiera venido, pero no me importaba ya todo estaba perdido completamente.
-- Aya coge a Amanda…-- grito Verónica en mi cintura note como si algo tirara de mi hacia atrás, al momento me vi en los brazos de Aya en la pared me fije en el techo y vi montones de esas arañas con ojos mirando hacia todas partes.
-- ¿Te encuentras bien…? …-- pregunto Aya, no pude responder nada, estaba completamente deprimida, solo quería morirme y desaparecer.
-- Vaya veo que has venido…-- dijo la otra kitsune, al parecer la estaba esperando.
-- No te saldrás con la tuya…Aya pueden tus arañas… ¿Recoger a las demás…? …Mientras yo me encargo de ella…-- pregunto Verónica mientras mantenía la concentración al parecer le estaba costando mucho.
-- Si, no hay problema…-- dijo Aya, al momento de su boca salieron una especie de gritos rarísimos y todas aquellas arañas reaccionaron bajando del techo y recogiendo a las chicas.
-- Coged a Miriam también…-- dije esperaba poder salvarla, sabia que no era tan malvada como hacia ver, solo que escogió el bando equivocado.
-- ¿Pero Amanda…te has vuelto loca…? …Ella nos traiciono…-- dijo Verónica haciendo recordar lo que paso.
-- Verónica no hay tiempo para hablar…Cógela…por favor…-- dije casi suplicando, no se por que pero algo me decía que no debía dejarla allí.
Verónica asintió y aquellas arañas empezaron a sacar de aquel lugar a todas las chicas, aquel sitio estaba por caerse, y la policía no tardaría en venir si no había sonado ya la alarma, pero por el ruido estaba segura que habría despertado a mas de uno de los alrededores, con un empujón de aquel gigante, las manos retrocedieron metiéndose en aquel pozo de oscuridad, una esas manos esqueléticas cogio el corazón de Aloqua arrastrándolo consigo.
-- Nos volveremos a ver…-- dijo la otra kitsune sonriendo diabólicamente, y de un salto se introdujo también en ese portal.
Empezamos a darnos toda la prisa que pudimos para salir, el edificio se derrumbaba a cada paso que dábamos pero por suerte salimos a tiempo, en cuanto estuvimos fuera el edificio cedió de golpe, Verónica dejo de concentrarse y aquel ser con un rugido desapareció vi en su pelo dos líneas de color plata cruzándolo.
-- Vaya te han salido canas…-- dije con desanimo pero algo extrañada.
-- Suele pasarme, cuando el Sutra… requiere mucha concentración…-- dijo Verónica cansada y jadeando.
Afuera nos esperaba Akiko, su cara se torno en miedo y sorpresa a la vez no creía lo que estaba viendo Catia, Rubí incluso Miriam estaban en el suelo sin vida sus cuerpos estaban blanquecinos casi completamente.
-- Dios… ¿Qué ha pasado…? …-- pregunto Akiko asustada al ver aquello, no daba crédito a sus ojos.
-- Es mejor que nos vayamos la policia…no tardara en venir y será peor si nos encuentran por aquí…-- dije intentando romper aquella situación.
Nos introdujimos por callejones para evitar la mayoría de la gente, y que no nos viera cuando estuvimos a unos cuantos metros del lugar Akiko se detuvo en seco, empezó a olisquear el aire intentando identificar un olor.
-- ¿Pasa algo Akiko…?…-- pregunto Verónica, mientras veía como olfateaba el aire, mientras estaba en los brazos de Aya no dejaba de mirar los cuerpos de mis amigas, allí sin movimiento, era como en mis premoniciones se había hecho realidad esta vez y no pude hacer nada por evitarlo, mis ojos se inundaban de lagrimas lentamente, la angustia y el dolor se apoderaban de mi corazón, no pude mas que acurrucarme en los brazos de Aya apoyando mi cabeza contra su pecho.
Aya no pronuncio ni palabra solo me abrazo mas, intentando aliviar mi dolor pero sabia que no seria posible.
-- Que raro…estoy oliendo a Nebeda…me encanta…-- dijo Akiko mientras cerraba los ojos disfrutando del olor.
Las orejitas de Akiko aparecieron casi sin darse cuenta lo mismo que su cola, iba como hipnotizada hacia donde estaba ese olor, al momento Verónica la agarro por detrás frenando su caminata.
-- ¿Pero estas tonta?…¿Se puede saber que te pasa…? …-- dijo Verónica regañándole y con razón.
-- Lo siento…es como si me atrajera ese olor…iré a investigar a ver que es lo que pasa…-- dijo Akiko totalmente sonrojada por el fallo que había tenido.
-- Aya déjame en el suelo…gracias…-- dije intentando reponerme, recordé aquel momento en el dojo cuando pude entrar en el camino de los muertos; si estaban muertas estaba segura de que podría verlas de nuevo o encontrármelas allí.
Akiko se dirigió hacia el lugar, yo y Verónica las seguimos, la poquísima gente que pasaba se quedaba mirando a Akiko con extrañeza, era mejor eso que ver a una araña gigante seguirnos.
Al entrar pudimos ver a varios matones, unos de ellos ya los conocía me los encontré en la hamburguesería aquel día que estaba con Rubí, a los otros no tenia ni idea de quienes eran lo que si observe es que portaban cadenas y algunos jugaban con navajas, estaban sentados en la entrada y al parecer no se habían dado cuenta de ella.
-- Vaya mira lo que nos ha traído el gato…-- dijo uno de ellos, su apariencia para mi dejaba mucho que desear, tenia el pelo alborotado, sus facciones eran aguileñas en su ceja llevaba un piercing al igual que en su labio, vestía una chupa de cuero sin nada por dentro unos pantalones vaqueros rotos por algunos sitios y unas botas con puntera metálica de color negro, en su mano portaba una cadena que le daba vueltas.
-- Si es la tía que nos retorció el brazo… ¿Donde esta tu amiguita la rara…?... – pregunto otro de ellos recordando el suceso.
Aquella pregunta me repateo el estomago, ahora mismo no tenia ganas de nada pero sus palabras me empezaban a enfadar.
-- Largaos de aquí…-- dijo Verónica como si se lo ordenara.
-- Vaya…aquí tenemos otra tía rara…que eres una Friki de esas que le gusta lo japonés…además aquí estamos muy bien… ¿Nos vas echar tu?... – pregunto uno de ellos desafiándola, mientras le daba vueltas a una mariposa en su mano.
-- Mira he tenido mala noche…y es mejor que no me cabrees…entiendes…-- dijo Verónica amenazándolo y tenia toda la razón aunque creía que no estaba en condiciones de liarse en una pelea, había gastado demasiada energía.
-- Vaya…así que quieres pelea…muy bien si nos quieres echar adelante…-- dijo el chico mientras se acercaba y le movía la navaja delante de su cara.
-- Y que tenemos por aquí…que monada de gatita…nos dijeron que por aquí había un club y que trabajaban chicas disfrazadas de gatas y decidimos esperar a ver si venia alguna y parece ser que hemos tenido el premio gordo…-- dijo el mismo mientras miraba a Akiko que se escondía detrás de Verónica, aunque no era de miedo en sus ojos podía verse la furia contenida.
-- Fuera…de aquí…-- dijo Akiko casi gritando, aquello rompió la situación que había entre Verónica y los macarras de golpe.
-- Vaya la monada quiere que nos vayamos…ven aquí a echarnos guapa…-- dijo el joven mientras retrocedía unos pasos para iniciar una pelea.
-- Ni se te ocurra…-- dijo Verónica pero no el dio tiempo a terminar la frase.
-- Déjalo Verónica…me ha retado a mi…es cosa mía…-- dijo Akiko incluso su seriedad me sorprendió no la había visto así ni en los entrenamientos, siempre era muy reservada y tímida.
-- No me vayas a arañar eh…Ja, ja, ja…-- dijo el matón burlándose de Akiko.
Akiko junto sus manos como si rezara, e hizo unos movimientos preparándose para la pelea, el chico se acerco a ella y empezó a mover la navaja delante intentando acertarla, pero ninguno de sus golpes la alcanzaba sus movimientos eran como un baile perfectamente sincronizado no podía creerlo, eran casi perfectos, el joven recibía algunos pequeños golpes en las manos y en los brazos no pensé que eso fuera suficiente para poder desarmarle o tirarle.
-- ¿Me tienes miedo…?… ¿No quieres romperte una uña…? …-- dijo el matón burlándose nuevamente mientras sus compañeros le animaban a continuar con la pelea.
-- Ya te estoy…atacando…mírate en los brazos…-- le dijo Akiko mientras volvía a adoptar otra pose de defensa, ni yo ni Verónica nos creíamos lo que estábamos viendo, los brazos del chico estaban llenos de moratones, incluso su manos empezaba a temblar por los golpes, que había recibido pero era imposible aquellos pequeños golpes hubieran hecho eso.
-- ¿Pero que me has hecho…zorra…?…Esto lo pagaras caro…Atacadla…-- dijo el matón amenazándola, la navaja resbalo literalmente de su mano, mientras los demás la rodeaban para darle una paliza entre todos.
-- ¿Pero que…?…-- dije sin terminar la frase mientras Verónica me señalaba al techo.
Al azar la mirada observe que había algunas arañas colgando del techo, Aya estaba siguiendo el combate por si acaso tenia que actuar.
-- Creo que serian ellos los que necesitarían ayuda…no Akiko…incluso yo tendría problemas con ella…-- dijo Verónica mientras me interrumpía.
Los matones la rodearon moviendo las cadenas y navajas delante de ella, Akiko solo cerro los ojos, concentrándose aquellas orejitas lo captaban todo a su alrededor, el momento parecía eterno era como si esperaran la señal de comienzo uno de ellos se lanzo de improviso, Akiko abrió los ojos la navaja ni siquiera llego a rozarla, una de sus manos acertó en su cuello dejándolo en el suelo de un golpe, esta volvió a tomar otra pose distinta, los matones no sabían como reaccionar, los ojos de Akiko eran fríos como el hielo, estaba concentrada completamente en la pelea varios de ellos volvieron a lanzarse de nuevo, Akiko empezó a moverse ágilmente entre ellos, sus movimientos eran una sinfonía no fallaba ni un solo golpe los matones eran como niños pequeños atacándola se podía ver la superioridad que tenia, varios de ellos cayeron al suelo nuevamente, tenían moratones por las partes que había golpeado mientras ella no tenia ni siquiera un solo rasguño.
-- Seréis imbeciles es solo una chica…acaso no podéis con ella…-- dijo el jefe de ellos insultándoles, aunque no le faltaba razón, el estilo de Akiko era casi perfecto.
Varios de ellos nuevamente se volvieron a lanzar contra ella esta vez uno de ellos acertó con la cadena en uno de sus brazos, aunque esto no fue dificultad para ella con un movimiento el matón termino en el suelo y la cadena en las manos de Akiko era sorprendente que aquella jovencita tan tímida fuera tan peligrosa en el combate, al momento el jefe saco esa esfera negra de Nebeda que hizo que Akiko se desconcentrara de la pelea cosa que aprovecho otro con la cadena para darle un golpe, su cuerpo cayo contra el suelo al momento.
-- Vaya parece que esas orejitas no son un adorno verdad…-- dijo el matón mientras se acercaba a ella.
No sabia que hacer no quería que le pasase nada no podría soportar perder a otra de ellas seria demasiado para mi, varios de ellos se nos acercaron por la espalda, amenazándonos con las navaja, mientras una de las botas pisaba la cabeza de Akiko haciéndola gritar de dolor.
En un instante aquellos tipos que estaban detrás de nosotros dieron un grito sordo, miramos para atrás y ya no estaban era como si hubieran desaparecido en un momento, el matón se quedo mirándonos extrañado.
-- ¿Qué le habéis hecho…? …-- pregunto el matón algo asustado al ver que sus amigos no estaban.
-- Nosotras no nos hemos movido…-- dijo Verónica casi riéndose, por un momento tuvo que contener la risa.
-- No juguéis conmigo…zorras…-- dijo el matón amenazándonos con la navaja mientras la movía delante de nosotras.
-- Mira en eso tienes razón a medias…la zorra aquí soy yo solamente…-- dijo Verónica diciéndole la verdad a la cara, aunque estaba convencida que se refería a otra clase de zorras.
-- ¿Qué estas de graciosa…? …Entiende que conmigo no se juega…-- dijo el matón mientras apoyaba la navaja en la garganta de Verónica.
Al decir esto se escucharon otros gritos y varios de ellos esta vez habían desaparecido, el matón se giro estaba completamente asustado ya casi no le quedaba banda la mayoría estaba mirando hacia todas partes nerviosos se podía ver en sus rostros el miedo, no sabían lo que estaba pasando pero yo me imaginaba lo que era, alce un poco la vista para el techo y vi a los matones en el techo pegados a el mientras Aya me guiño un ojo, era sorprendente.
Por lo visto el matón se dio cuenta y miro al techo, aunque lo que vio no fue precisamente la cara agradable de Aya, sino una muy distinta, en su boca tenia colmillos y en su frente aquellos ojos en línea, el matón no sabia que hacer, el miedo atenazaba su mente estaba paralizado por aquella cosa que estaba viendo aparte de sus compañeros liados en capullos que colgaban del techo pidiendo ayuda.
El macarra no pudo mas que soltar la navaja y salir corriendo del sitio y los pocos que pudieron también salieron detrás de el, Aya soltó los capullos al suelo Verónica cogio una navaja de las que habían soltado y los abrió, la cara de ellos era de espanto y terror.
-- Bueno vosotros elegís… ¿U os quedáis aquí y servís de comida a mi amiga...? …u ¿Os marcháis a toda leche y no os vuelvo a ver en mi vida…? …-- pregunto Verónica mientras le miraba con una sonrisa casi sádica.
Los matones vieron la cara de Aya por un momento mientras se relamía, como si fueran a ser su cena, los matones soltaron un grito y escaparon corriendo como si el diablo les persiguiera.
Verónica se acerco y abrió los capullos con la navaja, aquellos tipos se quedaron mirando a Aya asustados en esto que soltó un gemido bajo como si se tratara de una amenaza que enseguida entendieron y salieron corriendo.
-- ¿De verdad te los hubieras comido…?…-- pregunte extrañada, aunque no creía que lo hubiera hecho.
-- Para nada no soy una caníbal…pero mis crías se alimentan así…-- dijo Aya explicándomelo, un escalofrío me recorrió el cuerpo.
Me dirigí hacia donde estaba Akiko, que aun se recuperaba de lo que le habían hecho, estaba completamente avergonzada, pero me encantaba verla ruborizada.
-- ¿Te encuentras bien…?…-- pregunte preocupada por si le hubieran podido hacer alguna herida.
-- Si,…lo siento…me desconcentre…al oler la Nebeda…-- respondió Akiko mientras cogia su cola para juguetear con ella, creí que incluso la derrota le había hecho mas daño que otra cosa.
-- No tienes que pedir perdón…es tu naturaleza nada mas…además nos ayudaste muchísimo…-- dije intentando animarla mientras la ayudaba a levantarse, no quería que se estuviera auto culpando por eso.
-- Bueno será mejor que entremos ya mismo amanecerá…-- dijo Verónica mientras ya se escuchaban los coches de policías y bomberos ir hacia el museo.
Akiko abrió la compuerta y bajamos las escaleras, las chicas empezaban a despertarse, pero aquel día no iba a resultar precisamente el mejor lo primero que vieron fue a Aya delante de ellas en su forma de araña algunas de ellas que se habían despertado al verla se quedaron paralizadas no sabían que hacer pero reaccionaron tomando una posición de defensa, Aya no pudo mas que pararse en seco en el sitio.
-- Pero que demonios…Alto hay…-- dijo una de ellas en camisón, no habían tenido ni tiempo de cambiarse de ropa.
-- Alto parad…viene con nosotras…-- dijo Verónica intentando calmarlas aunque la apariencia de Aya la verdad era para asustarse.
-- Aya es mejor que tomes tu apariencia humana…-- dije intentando hacerles ver que no era ninguna amenaza.
El cuerpo de Aya empezó a transformarse nuevamente su ropa era el mismo kimono que vimos en el dojo, siempre me sorprendía ver esa transformación, aquellas arañas que transportaban los cuerpos se introdujeron dentro de el, es como si formaran parte de la ropa.
La sorpresa fue aun mayor cuando vieron entrar los cuerpos sin vida de Catia y las demás el asombro no las dejaba reaccionar por un momento el silencio se hizo dueño del lugar, había sido un duro golpe para ellas.
-- Será mejor que las llevéis a una habitación…y las pongáis en una cama…-- dijo Verónica mientras las chicas se acercaban a recoger los cuerpos casi sin vida.
Mientras se llevaban los cuerpos pude ver algunas de las chicas que al salir de su habitación volvían a encerrarse, no parecían que les gustase mucho las arañas, pero mi mente estaba en otra cosa, no podía ser que mis premoniciones se hubieran hecho realidad de que aquellos poderes que tenia no hubieran servido de nada.
Me dirigí a mi habitación, para descansar un poco, al entrar me acosté en la cama pero el sueño no se apoderaba de mi no sabia que hacer me quede por unos instantes mirando al techo con la mirada perdida, afuera escuchaba las chicas como estaban asustadas yendo de un sitio para otro mientras Verónica le enseñaba el lugar a Aya.
Al momento me levante me puse de frente a la pared y empecé a golpearla, sentí en el golpe un dolor fuerte en mi mano, pero no me importo seguí dándole otro golpe y otro mas, la sangre recorría mi mano, pero poco me importaba todo estaba perdido que mas daría lo que pasase en ese instante, entro Verónica viendo lo que estaba haciendo.
-- ¿Pero se puede saber que estas haciendo…? …¿Te has vuelto loca o que…? …-- pregunto Verónica mientras me detenía lo que estaba haciendo.
-- Dime una cosa…de que sirve todo esto…de que sirven estos poderes que tengo si no los puedo usar…de que sirve tener esta cría dentro de mi…de que sirve nada…-- dije mirándole a la cara casi llorando, las lagrimas estaban a punto de salir por mis ojos.
Verónica me miro por un instante a mis ojos llorosos, sabía que estaba buscando una respuesta pero dentro de mí estaba convencida de que no la encontraría, en ese mismo instante Verónica me dio un bofetón que me hizo retroceder unos pasos.
-- ¿Te crees que todo esto no me afecta…? …¿Piensas que la perdida de Noriko no me afecto? …Que soy insensible claro que todo esto me afecta de alguna manera nos afecta a todas, que tus poderes no funcionan cuando los necesitas, puede ser por muchas cosas, que tu cuerpo no este preparado aun, que crees que mis poderes surgieron del día a la noche, que no me costaron sudor poder dominarlos que no me fallaron cuando los necesitaba, que incluso me fallaron cuando quería ocultarlos, todas hemos sufrido lo nuestro en ese camino, y esa cría no tiene la culpa de nada, es algo que te gustaría tener y lo se así que no te tortures mas en el museo ha pasado eso y no se pudo evitar no estas acostumbrada a nada de esto, tu no tuviste la culpa, al menos se que siguen vivas solo hace falta que vayamos a ese sitio…-- dijo Verónica intentando animarme mientras me abrazaba y me apoyaba contra sus pechos, aquella sensación calida me envolvió por completo era como si estuviera en paz y tranquilidad conmigo misma, paso un rato que me pareció eterno pero me encanto.
-- ¿Has dicho que están vivas…?…-- pregunte en su respuesta hubo una luz de esperanza.
-- Si no me equivoco ese Sutra se llama “Casa de la Muerte”…y lo que hace es atrapar a las almas y retenerlas en una dimensión distinta tenemos que llegar hasta ella y rescatarlas…lo malo que no creo que nos lo ponga fácil…-- dijo Verónica explicándome la situación aunque no lo parezca aquellas palabras iluminaron mi corazón de poder volver a verlas de nuevo.
-- Tenemos que ir a por ellas…como sea…-- dije reuniendo todo el valor que aun tenia.
-- Tranquilízate lo primero que debemos de hacer es vendarte la mano…y lo siguiente es enseñarle a Akiko como abrir ese puente, necesitare su ayuda…así que arréglate algo y ve a ver a Catia y a las demás…-- dijo Verónica intentando animarme y la verdad lo había conseguido.
Salimos de la habitación y me dirigí a donde se suponían que estaban las demás, al llegar todas se me quedaron mirando, algunas incluso estaban llorando, en cuanto me vieron la mano se apresuraron a vendármela yo me senté al lado de ellas.
-- Tranquilas…según Verónica las traeremos de vuelta…no os preocupéis…-- dije intentando calmarlas, en ese instante sentí como si el bebe estuviera llorando por la perdida.
Al rato una de ellas entro por la puerta, con la cara de sorpresa, esperaba que no fueran mas malas noticias.
-- En la puerta hay una mujer…dice que te conoce Amanda…-- dijo la chica, sorprendida; aunque no tenia ni idea de quien pudiera ser.
Salí de la habitación en dirección a la puerta y abajo me encontré aquella sucubus de la discoteca esta vez tenia un vestido de color negro con un cinturón grande y dorado colgando de su cintura en sus pies unos zapatos de tacón atados a los tobillos, su pelo estaba recogido en una cola de caballo.
-- Vaya, así que aquí es donde estas…me ha costado lo mío saber donde era…espero que no te moleste si me estiro algo…-- dijo la sucubus mientras realizaba unos estiramientos algo provocativos.
En ese momento de su espalda surgieron unas alas, y de debajo de su vestido apareció la típica cola terminada en corazón al verlo las chicas casi le saltan al cuello, para destrozarla.
-- Tranquilas no pasa nada…la conozco…pero lo que mas me extraña es…saber como has dado con esto…-- dije picándome la curiosidad.
-- ¿Crees que no me ha costado averiguarlo…? …He estado dando vueltas por toda la ciudad, a propósito menuda habéis liado en el museo podíais ser un poco mas discretas…-- dijo la sucubus como si fuera un sermón.
--Bueno a todo esto… ¿A que has venido…? …-- pregunte extrañada no creía que fuese tan atrevida de entrar y de ser así seguro que La Gran Madre sabría donde nos encontrábamos.
-- Tranquila…no te preocupes por La Gran Madre…seguro que estabas pensando en eso solo…soy una mensajera…como te dije algunas de nosotras no nos interesa lo que esta haciendo…y decidimos vivir a nuestra manera…siguiendo el pacto que creo Akemi…varias de nosotras caímos por no obedecer a La Gran Madre…pero otras pudimos escapar…hace poco me encontró…sorprendiéndome siempre intento ocultarme lo mejor que puedo y me dio un mensaje para ti…si quieres a tu padre tienes que ir al cementerio a media noche…lo veras encima de una tumba…no te preocupes sigue vivo quieres que vayas sola…-- dijo la sucubus explicándome lo que le habían contado.
-- Es imposible…entonces para que lo querría…se lo llevo sin mas para luego devolvérmelo…algo no huele bien aquí…bueno a propósito… ¿Tienes un nombre…? …-- dije intentando pensar el motivo por el cual se lo había llevado.
-- Puedes llamarme Eve…encantada Amanda…-- dijo Eve mientras se acercaba ami estrechándome la mano.
-- Encantada…-- dije algo desconfiada.
-- ¿Me podrías hacer un favor...?…-- pregunto Eve, con una sonrisa en su rostro.
-- Tú dirás…si esta en mi mano…-- respondí aunque la verdad no sabría si pudiera hacerle otro favor, como el de la otra vez.
-- Sabes…estoy harta de ir de un sitio para otro…cansada de ir vagando…de hotel en hotel…me vendrá bien un sitio fijo además…si me ayudas podría recoger información…es un trato…aparte hay varias sucubus mas que te podrían ayudar…-- dijo Eve intentando cerrar el trato, aunque la verdad me vendría muy bien estar informada de todo lo que pasase fuera, pero no llegaba a fiarme aun por lo que pudieran hacerle a las chicas.
-- Hay un problema…no me gustaría que las chicas…se viesen involucradas o convertidas de alguna forma…-- dije intentando saber que decía la verdad y que ninguna de ellas correría peligro.
-- Como te he dicho…algunas de nosotras seguimos el pacto de Akemi y entre esas estoy yo…pero si quieres te lo volveré a prometer…ninguna de ellas sufrirán daño alguno…te lo prometo por mi sangre…-- dijo Eve en su mirada podía ver que decía la verdad, al momento sentí una sensación era como si el bebe me dijera que estaba diciendo la verdad.
-- No confío en ella Amanda…Estas metiendo al enemigo en casa…-- dijeron dos de ellas, y la verdad no les faltaba razón, y se que algunas de ellas no estarían de acuerdo pero yo tenia la certeza que hacia lo correcto.
-- ¿Tenemos habitaciones libres…? …-- pregunte a las chicas.
-- Si, tenemos…pero Amanda estas segura de lo que haces…-- pregunto una de ellas algo asustada.
--Escucha recuerda el dicho…”Mantén cerca de tus amigos y a tus enemigos aun mas cerca”…además ellas creo que saldrían de noche y no tendríamos problemas… ¿verdad?...Además como han dicho ellas respetan el pacto que Akemi hizo… -- dije intentando convencerlas, de que seria la mejor opción.
-- Exacto no habrá ningún problema, te lo aseguro…-- dijo Eve cerrando el trato.
-- Muy bien ve a abrir la puerta…estoy segura que habrá venido con algunas de ellas…-- dije yo previniendo la situación.
Una de las chicas subió por la escalera se escucho un sonido metálico y unos pasos no sabría decir cuantas eran, pero al verlas me di cuenta que eran siete de ellas casi todas llevaban el mismo traje como el que llevaba Rubí cuando la encontré, estaban asustadas sus ojos no dejaban de mirar hacia todas partes, tenían mas miedo ellas de nosotras que al revés.
Las chicas no dejaban de observarlas, algunas salieron de las habitaciones al escuchar los pasos, cuando las vieron terminaron asustándose, aunque la primera reacción no se hizo esperar escuchaba varias quejas detrás de mi, la mayoría no querían ni verlas también escuchaba que terminarían corrompidas y cosas por el estilo decidí no prestarles atención y hacer de Akemi en aquella disputa como estoy segura que ella también lo había hecho, es como si se repitiera la historia de alguna forma.
-- Escuchadme todas…estoy segura que Akemi habría hecho lo mismo, y que lo hizo en su tiempo, debemos darle una oportunidad estoy convencida que no todas son malvadas y como Eve algunas siguen el pacto que se hizo contra mas seamos mejor podremos combatir, debemos de permanecer unidas…por favor incluso si las echáis yo tendría que irme ya que Rubí es una de ellas y el bebe este es fruto de ella y esta cría me dice que esta bien…escuchadme si pasara algo soy la primera en decirles que se fueran…por favor hacedlo por mi prestadme vuestra confianza…-- dije intentando aplacar los rumores que había, poco a poco fueron acallando.
En un momento el silencio se hizo dueño del lugar, aquel momento estaba congelado no se ni lo que duro pero pareció eterno las miradas se cruzaban de un sitio a otro, pero al final una de ellas copio de la mano a una sucubus dirigiéndola a la habitación las demás siguieron sus pasos al parecer, había resultado me sentí orgullosa de ello.
-- Muy bien es un trato…gracias por todo… ¿Dónde podría descansar…estoy hecha polvo…?…-- pregunto Eve mientras bostezaba se la veía cansada.
-- Puedes entrar en mi habitación…descansa…yo iré a tomarme una ducha me hace falta…-- dije mientras le abría la puerta de la habitación.
En cuanto entre cerré la puerta y me dirigí a las duchas el revoleo era aun mayor acomodando a las sucubus en distintas habitaciones veía como algunas chicas aun estaban recelosas pero intentaban esforzarse todo lo que podían, en mi camino a las duchas vi salir de la arena a Verónica y Akiko ambas se quedaron con la boca abierta y sorprendidas.
-- ¿Amanda se puede saber que haces...? …-- pregunto Verónica algo alterada al ver a las sucubus.
Akiko por su parte estaba asustada no sabia donde meterse, su mirada estaba de nuevo fija en el suelo mientras jugueteaba con su cola.
-- Verónica a una sucubus la conocí en un bar…es una especie de informadora… muchas de ellas siguen aun el tratado que se firmo con Akemi estoy segura que ella en estos tiempos hubiera hecho lo mismo que he hecho yo…dales una oportunidad…por favor y Akiko no te preocupes…note harán nada…tranquila…-- dije mientras levantaba un poco la cara de Akiko para verla directamente a los ojos, sus mejillas estaban encendidas daban ganas de comérsela.
-- Muy bien…confiare en ti…espero que no te equivoques…He enseñado a Akiko los nuevos movimientos…me tendrá que ayudar al mismo tiempo…para poder abrir la puerta a esa dimensión espero que estés lista…-- dijo Verónica preparándome para cuando nos fuéramos.
-- Ha habido otra cosa…Eve la sucubus me ha dicho que La Gran Madre dejara a mi padre en el cementerio a media noche quiere que vaya sola y sin nadie…lo encontrare encima de una tumba pero que esta vivo…-- dije explicándole lo que me había dicho Eve para ver si tenia algún plan.
-- No pensaras ir sola… ¿verdad? … esta claro que se trata de una trampa…-- dijo Verónica previendo la situación.
-- No puedo hacer otra cosa…no puedo ir con nadie…lo mismo puede ser una trampa pero debo de arriesgarme es mi padre y no quiero que sufra…ya lo ha hecho bastante…si pasa algo os llamare por el móvil…-- dije intentando mantener la comunicación abierta.
-- Y también podríamos hacer otra cosa…que Aya ponga te ponga una araña encima y con ella podríamos saber que es lo que pasa…-- dijo Verónica poniendo otra solución para ver lo que pasaba y si necesitaba ayuda ir a rescatarme.
-- Muy bien pero he de decirte que odio las arañas espero que no la vea…-- dije sintiendo un escalofrío por mi espalda de solo pensarlo.
-- Muy bien voy a tomar una ducha me hace falta…-- dije volviendo a lo que iba a hacer.
-- Akiko vente conmigo…voy a ver que es lo que hacen las invitadas…y como lo están llevando las nuestras…-- dijo Verónica mientras iba a comprobarlo todo.
De camino a las duchas escuche una especie de rezos en la habitación donde estaba Rubí y las demás, al entrar observe a algunas de las sucubus de rodillas como si la adorasen de alguna forma.
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espor que os guste y muchas gracias a todos .
Inició el tema
Mazoku
627
3.573 ATC
[spoiler]MI PADRE Y EL ENGAÑO…
Me acerque a ver que pasaba al verme una de ellas se levanto y se acerco a mi, mientras las demás seguían con sus oraciones si podía llamársele así.
-- ¿Qué hacéis…? …-- pregunte extrañada al ver que le estaban rezando a Rubí, por lo menos no le estaban haciendo daño ni nada parecido.
-- Es una oración por la nueva reina…algunas de nosotras creemos…que es la siguiente y así debe de ser…-- dijo la sucubus tímidamente, aunque la verdad si no le hacían nada no me importaba cada uno tenia su fe en lo que necesitaba o quería y no seria yo quien se lo impidiese, mientras no molestasen a nadie.
-- Muy bien seguid…con lo que estáis haciendo…lo siento si os he interrumpido…-- dije yo pidiendo disculpas, mientras salía de la habitación.
-- Gracias…-- dijo la sucubus volviendo a sus rezos.
Me sorprendió bastante sus costumbres aunque no eran tan alejadas de las nuestras en cierto sentido, cuando llegue a las duchas vi como no había nadie, abrí el grifo y deje que el agua resbalara por mi, que limpiara tanto mi mente como mi cuerpo de todo aquello, pero no se me iban de la mente lo que les había pasado a ellas me apoye mis manos contra la pared dejando que el agua hiciera su trabajo, mientras estaba en mis pensamientos, ni siquiera escuche quien se acercaba a mi.
-- ¿Te encuentras bien…?…-- pregunto Eve, mientras entraba en la ducha.
-- ¿Eh? …si, perdona…es que estaba pensando en lo que les había ocurrido a Rubí, Catia y las demás, no puedo creérmelo, que se haya producido…hace un rato estaban aquí conmigo y ahora están tumbadas sin vida…-- dije mientras veía como el tinte de mi pelo corría cañería abajo, necesitaba teñirlo de nuevo.
-- No solo tu has perdido a tus amigas, mas de una de nosotras hemos perdido parejas…por decirlo de alguna manera o hermanas…todos perdemos personas importantes…yo por ejemplo perdí a mi madre…no aquí, si no del sitio de donde procedo…hubo una gran lucha…mi madre era una de las combatientes y la mataron…pero ya ves debes animarte…seguir adelante por ti, por ellas…y sobre todo por esa cría…-- dijo Eve mientras el agua resbalaba por su cuerpo.
-- Tienes razón…ahora es cuando no debo flaquear…-- dije dándome ánimos, no podía venirme abajo.
En ese momento Eve se pudo detrás de mi sus manos pasaron delicada mente por mi abdomen, sentí una sensación indescriptible; fue como un éxtasis de placer pero sin haber hecho nada, estaba como hipnotizada no podía ni siquiera moverme o no quería hacerlo, su lengua paso por el lóbulo de mi oreja sentí una especie de corriente eléctrica recorrerme la espalda, sus alas me abrazaron aquel delicioso calor no era solo del agua, parecía el de Rubí, tan tierno y dulce, ahora entendía el por que de las demás personas se quedaban extasiadas con los sucubus.
Eve plegó las alas y se metió entre mis brazos me beso en la boca juntamos nuestras lenguas jugueteando, picaronamente mientras el agua nos besaba a las dos, estuvimos un rato besándonos después lentamente empezó a bajar su lengua por mi cuello sentía su saliva mas caliente que la propia agua que me recorría, llego a mis pechos que estaban mas grandes y sensibles de lo normal, una de sus manos jugueteo con uno de mis pechos dándole vueltas pellizcando suavemente el pezón me encantaba, la combinación perfecta, su boca se aplico a el chapándolo, enroscando su lengua alrededor note incluso como salía algo de leche de ellos, casi nada estaba en completo placer mi mente ni siquiera se acordaba de nada fue como una descarga de stress por completo y me hacia falta, al rato su lengua siguió bajando haciendo un camino de saliva y agua, cuando llego a mi sexo aplico su boca a el y su lengua entro dentro de mi, era maravilloso notar como me invadía y rozaba las paredes incluso intente contraerlas para poder sentirla mas intensamente, mi flujo no paraba de salir mis gemidos se aceleraron, lo mismo que mi respiración note como una de sus manos subía amarrándome el pecho y masajeándolo jugaba con mis pezones hinchados entre sus dedos, mientras su lengua no dejaba de entrar y salir, mi flujo no paraba de manar era como una fuente estaba en pleno éxtasis, aquella lengua era mejor incluso que la de Rubí, mi clítoris pulsaba y latía lo mismo que un corazón, sus labio se aplicaron a el apretándolo y aprisionándolo, mis gemidos empezaron a escucharse por toda la ducha, su lengua no dejaba de saborearme era sorprendente mi mente estaba en otra parte, pasado un rato solo pude mas que cogerle la cabeza y atraerla a mi entre pierna todo lo que pude me apoye contra la pared esperando no caerme, sentía una corriente de flujo caliente en mi interior, incluso note como aquella llama ardía en mi bajo vientre, cuando al final descargue la boca de Eve recogió todo el flujo en su boca, tragándoselo al igual que el agua que le resbalaba por las comisuras de los labios, mi grito inundo la ducha, aquel stress se había ido por completo de mi estaba extasiada las piernas incluso me flaquearon, si no llega a ser por Eve qué me sujeto me habría caído, subió y me dio un beso muy suave en los labios.
-- ¿Qué tal te encuentras…? …-- pregunto Eve mirando mi cara, aun con el placer qué había tenido.
-- Mejor muchas gracias…estaba estresada por completo…-- respondí agradeciéndoselo sabia que no era el momento de aquello pero necesitaba algo para desahogarme.
-- Y parece que la cría se esta desarrollando bien…me alegro por eso…-- dijo Eve mirando la llama.
-- ¿Cómo lo sabes…? …-- pregunte interesada cada vez me gustaba mas las cosas de su mundo.
-- Es fácil…es por la marca que tienes en forma de llama…es de un color rojo vivo…si no estuviera el bebe no estaría bien…es como un indicativo en nuestra raza…-- dijo Eve explicándomelo, era fascinante incluso en los embarazos sabían si algo les pasaba a sus bebes.
-- Bueno será mejor que salgamos de la ducha y nos vistamos…tengo algo de hambre y seguro que las tuyas querrán salir a comer algo…diles que tengan cuidado…-- dije advirtiéndoles de lo que podría sucederles.
-- Si será lo mejor…y no te preocupes tendremos cuidado…y tenlo tu también esta noche…-- dijo Eve preocupándose por mi, en un instante no se porque pero sentí algo sorprendente por ella, pero pensé qué había sido el momento.
-- No te preocupes lo tendré…-- dije mientras nos mirábamos a los ojos aquel momento me pareció congelarse en el tiempo mientras el agua nos recorría a las dos besando las partes mas intimas y calientes de nuestro cuerpo, tenia mas ganas de ella pero no era el momento, tenia que hacer algunas cosas.
Me dirigí a las taquillas para vestirme mientras Eve seguía en las duchas refrescándose, elegí una braga faja la verdad que era espantosa pero lo mejor en aquel momento, una falda amplia con algo de vuelo de color rojo y que abrochaba arriba con dos botones de color blanco una jersey de tirantes de color blanco con unos corazones bordados en la parte derecha, en las piernas unas medias hasta los muslos de color blanco con una blonda de encaje y en los pies unos zapatos de color negro cerrados, me pase un tiempo cepillándome el pelo y arreglándolo tenían que volver a teñírmelo tocaba sesión de peluquería con las chicas, cuanto salía vi a Eve secarse con una de las toallas mientras me guiñaba un ojo, me quede mirando su cuerpo desnudo y bien contorneado aquellos pechos esplendidos pero no era el momento de pensar en eso había cosas mucho mas apremiantes.
El estomago me empezaba a gruñir así que fui a comer, al llegar vi a las chicas hablando de lo que había pasado, muchas de ellas tenían dudas aun de lo que había hecho pero pensé que seria lo mejor, además no había otra manera, en cuanto me vieron me invitaron a sentarme con ellas como siempre.
-- Mirad se que lo mismo os molesta que haya hecho eso, pero pienso que es lo mejor, se que Akemi lo hubiera hecho y en su día también habría dudas…-- dije mientras me sentaba intentando calmar los ánimos.
-- Lo sabemos, pero lo que no queremos es que pase alguna cosa, los ánimos están algo crispados…-- dijo una de ellas mientras algunas asentían.
En ese momento entro Aya que cogio una de las bandejas las chicas la miraron de una forma algo rara pero no tenían tantos prejuicios como con las sucubus.
-- Perdón solo entre para…coger algo de comida…-- dijo tímidamente como si hubiera interrumpido algo.
-- No te preocupes si quieres ven a sentarte…-- dije invitándola a comer con nosotras, las chicas no pareció molestarle solo que algunas prefirieron no estar cerca de ella, tenían miedo a las arañas y eso era comprensible.
-- Aya no te preocupes…es normal muchas personas tienen miedo a las arañas y eso incluso entre ellas es normal…-- dije para qué no se sintiera excluida.
-- No me preocupa…se que mucha gente debe de tener miedo a las arañas…pero bueno es así…no se puede remediar…-- dijo Aya auto consolándose.
-- Bueno como os iba diciendo…yo soy la primera que haré algo si pasa algo con vosotras os lo aseguro pero tenemos que darle ese voto de confianza…solo os pido eso…por favor…además me hace falta que me tiñáis el pelo nuevamente…este va desapareciendo…-- dije mientras me veía el pelo y algunos sitios empezaba a recuperar mi color normal.
-- Es mejor que te pases después y te lo volveremos a teñir, pero también te vendría un corte aunque…no creo que ninguna de nosotras se atreva no somos peluqueras…-- dijo una de ellas.
-- Perdón…yo se algo de peluquería…podría cortártelo y arreglártelo…-- dijo una de las sucubus que se encontraba en la parte de la cocina.
-- Claro por que no…dentro de un momento nos vemos donde siempre…-- dije animándome un poco.
Guarde los cubiertos y la bandeja y me dirigí a mi habitación para descansar un poco esa noche seria movidita y tenia algo de sueño, el cuerpo me lo estaba pidiendo a gritos, nada mas entrar cerré la puerta y me tumbe me quede por un momento mirando al techo y los ojos lentamente empezaron a cerrárseme, extrañamente esa vez no tuve ninguna premonición ni sueño extraño, al cabo de un rato note como me zarandeaban cuando abrí los ojos vi a las chicas, llamándome para ir a teñírmelo.
-- ¿Qué hora es…? …-- dije aun somnolienta, aunque había descansado bien hacia tiempo que no lograba conciliar tan bien el sueño, pero no podía sentirme a gusto me faltaba las alas de Rubí.
-- Son casi las diez y media, tenemos qué teñirte el pelo y prepararte para irte…dijo una de ellas…-- dijo una de ellas mientras me zarandeaba, para despertarme.
Nos dirigimos a la habitación de siempre allí me tumbe me lavaron el pelo quitándome los restos de tinte secándomelo y demás, al rato vi como entraba la sucubus cogio unas tijeras y se dispuso a cortarme el pelo, mientras lo hacia veía como si otra fase de mi vida empezara, al rato termino y notaba como me teñían el pelo, en todo ese rato no pronunciaron palabra alguna habían sido demasiadas sorpresas para un solo día, al rato la sucubus empezó a contar sobre lo que había visto por la ciudad y cuanto hacia que había llegado, las chicas empezaron a hablar y a soltarse un poco, aquel silencio parecía incomodarle a nuestra invitada y la verdad resulto de un gran alivio así pasamos el resto de la sesión de peluquería.
-- Bueno ya esta…espero que te guste como ha quedado…-- dijo una de ellas, abrí los ojos y vi que tenia el pelo corto y algo de punta por delante aquellos rizos habían desaparecido y ahora era de un color rubio intenso, no podía ni reconocerme en el espejo.
-- Es increíble…os ha quedado perfecto…muchas gracias…-- dije sorprendida por el trabajo que habían hecho.
Al instante abrió la puerta y apareció Verónica, como haciéndome saber que había llegado la hora de irme, solo esperaba qué mi padre se encontrara bien.
Salí al pasillo y vi qué había algo de revuelo las sucubus salían para cazar en la noche tal como habían dicho, lo mismo que Eve que me sonrío mientras pasaba por mi lado.
Nos dirigimos al comedor para poder hacer algún plan por si pasaba algo, al llegar vi que allí estaban Akiko y Aya esperándonos.
-- Muy bien…te llevaras el móvil y lo tendrás abierto…aparte Aya te colocara una de sus arañas para saber lo que te pueda ocurrir…-- dijo Verónica completamente seria, siempre me sorprendía.
En cuanto dijo lo de colocarme la araña un escalofrío surco mi espalda de arriba abajo siempre había tenido miedo a las arañas y ahora encima tener que llevar una encima.
-- ¿Te ocurre algo…? …-- pregunto Aya en cuanto me vio la expresión en la cara.
-- No te ofendas Aya… pero nunca he soportado las arañas lo siento…-- dije mientras ponía cara de asco, esperaba que Aya no se lo tomara a mal.
-- No te preocupes…ni siquiera sabrás qué la tienes date la vuelta así no la veras…-- dijo Aya casi sonriendo por lo que le había dicho.
Me di la vuelta y cerré los ojos esperando que ni siquiera sintiera las patas de la araña y así fue no la sentí pero solo el hecho de saber qué la tenia encima me daba repelús.
-- Listo ya la tienes…y no te preocupes…como te he dicho ni siquiera la sentirás…-- dijo Aya mientras intentaba mantener la risa.
Ni siquiera pronuncie una palabra solo cogi el móvil y salí de allí, no sabia como nadar siquiera, aunque no sentía esa araña encima mía sabia que la tenia y no podía apartar de momento ese pensamiento, en cuanto salí vi que era de noche estaba completamente despejado y podía ver la luna llena y otra vez las luces me deslumbraban un poco, el ruido era un poco mas alto de lo normal, la añoranza venia a mi mente de lo que podría haber estado haciendo si no me hubiera pasado esto, pero ya no era momento de eso; no sabia siquiera en que día de la semana estaba pero no me importaba, tenia que ir para ver que es lo que me encontraba en el cementerio.
Fui a una de las calles para coger un autobús que me dejara lo mas cerca posible del cementerio al menos tenia el bonobús intacto, no tuve que esperar mucho tiempo; al subir vi que no había mucha gente, debía de ser un día de semana, me senté en la parte de atrás en cuanto lo hice me vino a la mente Catia aquel día que pude oler su perfume, casi todo lo que veía me traía recuerdos de ellas incluso de Alexa lo que hizo en el autobús eso por un momento me hizo sonrojar al instante, no tardamos mucho en llegar no había mucho trafico y cogimos casi todos los semáforos en verde.
Al bajar un viento helado se había levantado, que me hizo estremecer, el autobús me dejo a poca distancia del cementerio, me puse a caminar por la calle habían pocas personas a pesar de estar bien iluminada la zona me parecía ver incluso como las sombras me jugaban malas pasadas, en cuanto llegue vi una verja rodeando todo el sitio, no había estado muchas veces solo por la muerte de mis abuelos pero no recordaba mucho de ellos, la entrada estaba vigilada por la estatua de dos ángeles de piedra en actitud de oración, la verja extrañamente estaba abierta, aquello era un campo impresionante lleno de lapidas y tumbas por doquier en el centro del todo alzándose podía verse un mausoleo lo mas seguro de alguien importante.
Al entrar note algo raro en la cabeza me palpe y note de inmediato las orejas, de golpe la falda subió un poco hacia arriba habían aparecido las colas, al parecer la influencia de un cementerio, hacia salir la parte de Nekomata, era interesante al momento mis oídos empezaron a captar con mas claridad todos los sonidos incluso llegue a escuchar lamentos de ultratumba, aquellos sonidos empezaban a acumularse en mi mente, mis ojos podían ver pequeños fuegos fatuos que se movían entre las tumbas, aquel sitio al instante se volvió terrorífico, incluso las sombras habían tomado vida, por las tumbas había varias neblinas de color blanquecino dando vueltas, recordé las lecciones de Akiko y me concentre intente relajarme todo lo que pude y poco a poco, las voces fueron cesando, pero no podía dejar de ver los fuegos fatuos, que cada vez se acercaban mas ami, cuando estuvieron a mi altura lo único que hicieron fue empezar a darme vueltas, intente tocarlos su contacto era frío pero pude sentir un gran cariño y amor a su alrededor, no sabia muy bien de quien eran pero era una sensación maravillosa, como si me envolviera.
Por un momento mi mente voló del sitio, solo por un instante pero recordé a lo que había venido, empecé a moverme entre las tumbas, mirando hacia todos lados no sabia ni siquiera hacia donde ir, aquello era un laberinto al rato de estar caminando escuche como un aleteo, que me era familiar mire al cielo y vi una sombra de alguien con alas que aterrizaba al otro lado del cementerio, me dirigí hacia allí al llegar observe que se trataba de mi supuesta madre, su vestimenta era la misma que la del cuarto de baño de aquella vez, estaba apoyada en una tumba y mi padre estaba encima de ella tumbado con el pijama del hospital.
-- Vaya veo que has venido sola…y que el cementerio tambien tiene su efecto en ti…eso si que es una sorpresa…ademas no pensé que te atreverías…-- dijo La Gran Madre esperando que me hubiera acobardado.
-- Aquí estoy… ¿Qué es lo que quieres por el…? …-- pregunte intrigada, ya qué no entendía los motivos de llevárselo y ahora devolverlo.
-- Vaya directa al grano…se te ha pegado lo de Catia…apropósito que pena…solo ha salido a la mitad de lo que pretendía…-- dijo La Gran Madre regodeándose en de lo que había sucedido.
-- No comprendo por que le hiciste eso a Miriam…ella te ayudo…no había razón para que le hicieras eso…-- dije recordando todo lo que había hecho mi corazón se llenaba de rabia e ira.
-- No me era de mas utilidad…ya había hecho su cometido…era solo una gata mas molesta y caprichosa…a propósito te sienta bien el embarazo…-- dijo La Gran Madre mientras caminaba de un sitio a otro guardando las distancias.
-- El embarazo no es de tu incumbencia…es mejor qué no cambiemos de tema… ¿Qué es lo que quieres por el…? …-- pregunte nuevamente para intentar salir de allí.
-- ¿Yo querer…?…nada ya tengo lo que quería quédatelo…a propósito yo que tu me daría un poco de prisa…recuerdas a tus amigas del instituto…creo que han sido unas niñas malas…y tu madre tendrá que castigarlas…-- dijo La Gran Madre con misterio no sabia a lo que se refería, tenia qué ver mis compañeras del instituto en todo esto y Akemi
-- ¿A que te refieres…?…-- pregunte extrañada por lo que había dicho.
-- Tus compañeras de clase están en una de las naves del puerto la numero quince…encerradas en una jaula…que esta a punto de abrirse…y sabes lo que pasa cuando pones a una Bakeneko que lleva mucho tiempo sin probar bocado y se le saca de su entorno controlado…puede ser una carnicería…-- respondió La Gran Madre haciéndome recordar varias cosas.
A mi mente vino la imagen de mi madre, que había desaparecido y que por lo visto la tenia ella, todo este tiempo no lo podía creer.
-- Es imposible no te habrás atrevido…no tienes corazón…-- dije pensando en lo que podría pasar, aquello seria un asesinato en masa, tenia que evitarlo como fuera.
-- Así son las cosas…así qué mejor date un poco de prisa, creo que te queda como una hora antes de qué la jaula se abra…y créeme que Akemi tiene mucha hambre…-- dijo La Gran Madre mientras levantaba el vuelo alejándose del lugar.
En cuanto se perdió en la distancia cogi el móvil para decírselo a Verónica.
-- No te preocupes saldré para aya ahora mismo…-- dijo Verónica, que se entero de todo lo que había pasado.
-- Espera…Dios no se qué hacer, escucha venid tu y Akiko para aquí, tenemos qué llevarnos a mi padre…y que Aya vaya yendo hacia el puerto intenta liberar a las chicas…solo eso que no se meta con Akemi…-- dije intentando hacer un plan de alguna forma.
-- ¿Hay rehenes…? …Pero no tenemos tiempo…-- dijo Verónica algo asustada.
-- Escucha lo que importa son las chicas que hay encerradas si las sacan; solo se quedara mi madre dentro…si no lo hacemos aquello será una masacre…al menos ganaremos algo de tiempo…-- dije intentando hacer algún plan, por lo menos sola no podría matar a nadie.
-- Muy bien estaremos hay en poco tiempo…-- dijo Verónica mientras colgaba.
No llego a pasar ni media hora, cuando escuche unos pasos acercarse a toda prisa, al llegar ambas se quedaron sorprendidas, por le cambio que había sufrido de golpe.
-- ¿Como que has cambiado…? …--pregunto Verónica sorprendida, al verme.
-- Estas preciosa…-- dijo Akiko con cara de sorpresa al verme.
-- Por lo visto, todo apareció de golpe al entrar en el cementerio pero será mejor que os lo explique luego…Akiko coge a mi padre y llama por teléfono al hospital en el que se encontraba diles que lo has encontrado aquí…cuando vengan escóndete y asegúrate de que se lo llevan…Verónica vámonos hacia el puerto todo lo deprisa que puedas…-- dije esperando que Aya hubiera llegado y hubiera sacado a las pobre chicas.
-- Espera un momento voy a coger un poco de esta tierra…podré hacerte un amuleto…-- dijo Verónica intentando hacer que pudiera utilizar mis poderes.
Nos dimos toda la prisa que pudimos aunque poco podía correr estando en mi estado, nos metimos en el coche y Verónica acelero todo lo que pudo al menos a esas hora no había mucho trafico por las carreteras no tardamos mas de media hora en llegar al puerto, solo esperaba que Aya hubiera tenido el tiempo suficiente para sacarlas de allí.
El sitio estaba desierto, allí habían varias naves y muchísimos contenedores, era una especie de laberinto, al menos sabíamos el numero del sitio, se podía oír a lo lejos las sirenas de los barcos y una ligera niebla inundaba el lugar, aquellas orejitas habían desaparecido lo mismo que la cola, al parecer el cementerio era donde mis poderes se concentraban, la luna empezó a ocultarse entre las nubes poco a poco como no queriendo ver lo que iba a suceder allí.
Tardamos como unos diez minutos en dar con el sitio, al llegar vimos a Aya transformada y todas las chicas atadas unas con otras muertas de miedo al parecer se había tomado demasiado en serio eso de protegerlas.
-- ¿Eres tu? ... Amanda…estas cambiadísima…¿Pero que…haces aquí?…no me digas que estas con ellas…-- dijo una de ellas en su cara podía verse el miedo mientras miraba de reojo a Aya aunque la verdad daba gracias al cielo de que no hubiera puesto su peor rostro.
-- Escuchad no hay tiempo para nada…es mejor que os vayáis todo lo deprisa que podáis y os pido un favor como vuestra compañera…que no digáis a nadie lo que me habéis visto por favor…mas adelante os explicare lo que ha pasado…-- dije casi rogándoles esperaba que no dijeran nada.
-- Escucha…vas a tener qué explicarnos muchas cosas…pero no te preocupes no diremos nada…-- dijeron las chicas mientras salían de allí a toda prisa en cuanto lo hicieron un rugido sonó dentro del almacén, incluso Aya retrocedió un poco en su cara podía verse el miedo contenido.
-- Tranquila Aya, no tienes por que entrar si no quieres esto es asunto mío…y gracias por haber liberado a las chicas y hazme otro favor…coge a tu cría y llévatela…-- dije entrándome un repelús por la espalda.
-- No hace falta qué te preocupes te podré cubrir desde el techo…además tendré una visión mejor de todo…-- dijo aya mientras me acercaba la mano a mi pelo y sacaba a la cría.
-- También es asunto mío…iré contigo...podría pobrar un Sutra de sello pero necesitare bastante tiempo y poder acertar en su frente para qué resulte efectivo…solo tendremos una oportunidad este tipo de conjuros requiere mucha energía y mas con una Bakeneko…-- dijo Verónica intentando buscar una solución, tenia que darle tiempo pero mis reflejos estaban un poco adormecidos aparte de por el peso que tenia de mas al menos Aya estaría desde el techo cubriéndome y podría alzarme en cualquier momento.
Revise la puerta y estaba cerrada con un candado y forzarla no era la mejor opción.
-- Aya… ¿Cómo sacaste a las chicas de aquí…? …-- dije ya qué no veía otra entrada posible.
-- En la parte de arriba…hay dos ventanas abiertas…-- dijo Aya, ya que parecía ser la única entrada la edificio y lo peor de todo es que estaríamos encerradas.
-- No queda otra…Aya súbenos; primero a Verónica…desde hay entraremos y veremos que podemos hacer…-- dije intentando trazar un plan de alguna manera.
Aya subió a la parte de arriba sin ninguna dificultad desde allí lanzo una de sus redes y nos fue subiendo a medida qué subí Verónica podía verle que no estaba muy acostumbrada a las alturas y no se sentía muy segura estando arriba. La siguiente fui yo y la verdad me gusto, recordaba como si estuviera en los columpios de cuando era pequeña, al llegar arriba vimos las ventanas que estaban abiertas, intentamos mirar con la poca luz que había un buen sitio donde colocarnos y tener algo de visión, por si nos atacaba.
-- Amanda…seria mejor que tú no bajaras…dijo Verónica, intentando protegerme debido a mi estado.
-- Si he llegado hasta aquí…debo de bajar…además es mi madre la qué esta hay abajo…-- dije algo enfadada, sabia qué tenia razón por mi estado pero quería ser yo quien intentara primero razonar con ella.
-- Pero en tu estado…seria peligroso…podría pasarte cualquier cosa y no podemos arriesgarnos…-- dijo Verónica protegiéndome.
-- Se que estoy en un estado algo peligroso… pero no te preocupes todo saldrá bien…mientras Aya me tenga segura con su red…podrá alzarme en cualquier momento alejándome del peligro…-- dije, estaba completamente segura de que aya no me fallaría.
-- De eso estoy convencida…pero lo que no me fío es de lo que pueda pasar…hay algo raro en todo esto…sobre todo cuando hemos escuchado el rugido…si tu madre se ha convertido va a ser difícil capturarla y ponerle el sello… -- dijo Verónica su tono me decía qué empezaba a desconfiar o que tenia miedo.
-- Seguro que todo saldrá bien…hay es un sitio perfecto en ese lugar…-- dije señalando un sitio por el que las pocas luces que entraban incidían en el, dándonos algo de visión.
Aya bajo a Verónica con su red al centro del lugar seguidamente iba yo pero no despejo de mi los hilos por si acaso había que alzarme a toda prisa.
-- De acuerdo empieza a concentrarte…y esperemos poder acertar a la primera…-- dije esperando que saliera bien, ya qué no tendríamos otra oportunidad.
El sitio estaba repleto de cajas por todas partes, aquello era un nido de escondites para Akemi, aparte de que la luz no ayudaba mucho al sitio al fondo pude ver unas escaleras que llevaban a una oficina, los contenedores estaban apilados por todas partes, el ambiente era algo opresivo aparte de ser el sitio enorme.
Verónica empezó a recitar el Sutra, poco a poco aparecieron aquellas orejas y las colas empezaron a moverse, un ligero color blanco la rodeo como una especie de aura a su alrededor, al momento empezamos a escuchar unos gruñidos pero no sabia de donde venían, el sonido rebotaba en todo el sitio y así seria bastante complicado saber donde se encontraba.
-- Así no podré saber donde se encuentra…tengo una idea…-- dije acordándome del cementerio y del puñado de tierra que había traído Verónica.
Cogi el puñado de tierra haciendo un circulo a nuestro alrededor, en cuanto cerré los ojos, las orejitas aparecieron lo mismo que la cola, mi vista aumento de manera considerable, incluso mi oído podía percibir nuestras respiraciones y la de mi madre no estaba precisamente muy calmada.
Por un momento me quede mirando hacia un lugar del sitio pude ver unos ojos completamente rojos, brillando en la oscuridad unos dientes afilados como cuchillas en una boca inmensa, también pude ver el brillo casi inhumano de sus garras, al momento volvió a desaparecer entre las cajas parecía que estuviera jugando con nosotras al gato y al rato y no éramos los gatos.
Escuche sus gruñidos claramente sabia que la estaba viendo y esperaba el momento oportuno para atacarnos, al momento escuche un rugido, cuando mire me encontré en el aire alzada por Aya me libre por los pelos cuando mire abajo vi que mi madre estaba completamente cambiada era como una bestia salvaje sus rasgos estaban mas alargados de lo normal, en ese instante miro hacia arriba y lanzo un rugido como si estuviera enfada por no haber conseguido a su presa, por suerte paso por alto a Verónica al parecer me quería ami.
-- Mama despierta…se qué hay algo de ti aun hay dentro por favor no queremos hacerte daño…-- dije mientras mi madre desaparecía entre las cajas nuevamente y Aya volvía a descenderme.
Verónica proseguía con el Sutra esperaba que lo terminara pronto, a pesar de poder ver mejor y poderla sentir, no me sentía segura de ninguna forma, los gruñidos seguían viniendo de todo el sitio, al momento escuche como algo se lanzara detrás de mi ni siquiera aya le dio tiempo a reaccionar, pero por lo menos pude agacharme a tiempo pero no sabia que aquel salto no iba por mi si no para cortar la telaraña que me sujetaba.
-- Amanda…ha cortado la telaraña…no puedo hacer nada…-- dijo aya desde arriba, aparte estaba segura que si lanzaba otra volvería a cortarla nuevamente y si ella bajaba seria la primera en ser atacada.
-- No te preocupes…intentare distraerla hasta que Verónica lo termine…dije por qué la verdad no podía hacer otra cosa.
Seguí mirando hacia todas partes el problema radicaba es que se movía con demasiada rapidez y el sonido rebotaba al parecer La Gran Madre había escogido el sitio pensando en eso.
El aura de Verónica empezó a aumentar de intensidad pensé que ya estaba a punto de terminar, solo debía de esperar un poco mas, aunque no podía descuidarme escuche que se acercaba detrás de mi pero no pude reaccionar a tiempo en el salto logro acertarme en el brazo haciéndome unas heridas, intente aguantarme el dolor para no desconcentrar a Verónica.
Intente calmarme tenia el corazón acelerado por completo, no dejaba de saltar incluso tenia una sensación extraña proveniente de la cría no sabia qué es lo que quería decirme, me intente concentrar todo lo posible, la escuchaba respirar, moverse incluso escuchaba su corazón pero aquel sitio me confundía.
-- Listo termine… ¿Pero que te ha pasado…? …-- dijo Verónica mientras me agarraba el brazo, intentando detener la sangre. Por lo visto el olor de la sangre altero mas aun ami madre.
Una especie de rugido casi sobrenatural parecía salir del mismo infierno sacudió el lugar, en mi cuerpo sentí una sacudida de miedo, mire a Verónica y la vi atemorizada casi no podía ni moverse tenia casi el rostro desencajado por el miedo, sus ojos estaban abiertos como platos incluso pude ver como algunas gotas de sudor resbalaban por su rostro, me era extraño ni siquiera con los tipos con navaja estaba así de aterrorizada.
-- Reacciona…Verónica despierta por favor…te necesito…-- dije intentando hacer qué despertara de aquel estado en que se encontraba, por suerte pudo volver a si misma.
Se agacho para poder ayudarme, nos pusimos espalda contra espalda, al menos tendríamos más oportunidades de verla venir, los gruñidos de antes se transformaron en rugidos debido al olor.
-- Escucha un momento…si me pasara algo…solo quiero decirte que ha sido maravilloso conocerte y que tu madre… no se equivocaba contigo…-- dijo Verónica como si fueran sus ultimas palabras y eso me asusto mas que todos los rugidos.
-- Pero que estas diciendo…no digas tonterías…saldremos las tres de aquí…-- dije preocupándome por sus palabras no sabia lo que pretendía hacer pero me asustaba, note su mano como cogia la mía con fuerza.
Verónica se separo de mi y se puso de espalda contra una de las cajas, no sabia lo que pretendía, pero al momento supe lo que quería hacer.
-- Aquí estoy Akemi…acabemos esto de una vez…-- dijo Verónica, intentaba sacrificarse y darme una oportunidad pero no sabia para que.
Mire la mano y vi que me había pasado el sello, intentaba ser el cebo para qué se lo pudiera colocar.
-- Aya…llama a Akiko…y dile que venga todo lo rápido que pueda si no esta ocupada la vamos a necesitar…-- dije intentando anticipar lo que iba a pasar.
Casi al instante de que hubiera terminado la frase observe como la bestia se lanzo contra Verónica sus zarpazos era demasiado rápido solo podía ver como la sangre de Verónica caía al suelo por las heridas, no sabia qué hacer en cuanto acabo el cuerpo de ella cayo al suelo, seguidamente me miro con aquellos ojos diabólicos como si fuera su siguiente plato, no podía reaccionar estaba paralizada por completo, pero en cuanto se iba a lanzar contra mi, vi como con las pocas fuerzas de Verónica, la agarro por la espalda, dándome una oportunidad de colocarle el sello.
-- AHORA…HAZLO!!! …-- grito Verónica casi desesperada sabia qué no el quedaban muchas fuerzas.
En ese momento me lance pero tuve mala suerte la presa que realizaba Verónica no fue suficiente para retenerla, en cuanto se soltó una de sus garras impacto en mi abdomen, aunque mi mano logro alcanzar su frente y colocarle el sello, con un rugido que mas bien parecía un grito de dolor cayo al suelo su cuerpo estaba recuperando su apariencia normal, vi como mi abdomen sangraba y como la sangre manchaba mi mano mientras caía al suelo en ese momento no pude contener mas la consciencia la habitación me daba vueltas y caí con ellas…
FIN DEL CAPITULO 2
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P.D: Bueno dejo el siguiente capitulo espero que os guste y muchas gracias a todos .
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