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Jonathan 1 2 1215

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#1
16 Dec 16 Hortaliza
PRÓLOGO

Arrodillado bajo el suelo rojizo, alzo la vista hacia mi padre.

_Como hijo mío y heredero, ya sabes qué tienes que hacer.

_Sí, padre.

Agacho la cabeza y cierro los ojos.

_Levántate y márchate.

Obediente, me levanto.

Mi cuerpo se convulsiona, hasta adoptar un aspecto humano.

Oculto mis alas negras, membranosas, plegándolas dentro de mi espalda.

Mis ojos se abren, de un brillante rojo intenso.

CAPÍTULO 1

Camino por todas partes, recorriendo todo este mundo.

Deslizándome entre los humanos.

Sus cuerpos, sus labios, sus pieles.

Los seres femeninos de este mundo son criaturas fascinantes.

No importa cuántas veces lo intente, siempre acabo atrapado y cautivado por ellas.

Sonrío.

Una sonrisa siniestra, mostrando todos mis colmillos en una curvada sonrisa.

CAPÍTULO 2

Me han descubierto.

_¡¡¡Al traidor!!! _Gritan furiosos.

Alzan sus antorchas y objetos puntiagudos.

“Él se ha acostado con la reina de nuestro reino.”

“Merece la muerte.”

“Muere.”

“Mal nacido.”

“Necio.”

“Idiota.”

“Nunca debiste haber nacido.”

“¡¡Monstruo... MONSTRUO!!”

“Torturémosle hasta que muera.”

Me tiran al suelo.

Patean y queman mi cuerpo.

No dejo de sonreír.

Noto algo afilado rozando mi piel.

Unas cuerdas sujetando mis manos y pies.

Una puñalada.

Otra. Otra. Otra.

La sangre cae, manchando el suelo.

Abren mi espalda a puñaladas.

Vomito sangre.

Abro los ojos en una expresión desorbitante por el dolor.

Mi boca sigue con una sonrisa.

Parten mis costillas y las separan a los lados, sacándolas de mi cuerpo.

Noto unas manos aferrando con fuerza mis órganos internos.

Un dolor punzante atraviesa todo mi cuerpo.

La sonrisa no desaparece de mí.

Sacan mis pulmones, dejándolos en el exterior.

Inconsciente, cierro los ojos.

CAPÍTULO 3

Despierto, colgado en el interior de una iglesia.

Mis pies y manos clavados en la pared.

Mis pulmones a cada lado, aún realizando sus funciones vitales.

Sobresaliendo a cada lado de mi espalda.

Abro los ojos.

Veo muchos rostros contemplándome con sorpresa y desprecio.

“El Ángel Sangriento.”

“Esto es lo que les pasa a los infieles, a los traidores.”

Cierro los ojos.

“Los seres impuros no merecen existir en este mundo.”

Mis pulmones inspiran y espiran.

Cuando vuelvo a despertar ya no hay nadie.

No se cuántos años han pasado.

Sonrio, jadeante.

“¿Por qué?”

Las lágrimas resbalan por mi rostro y caen al suelo.

Cada parte de mi ser late dolorida, destrozada.

“Quería sentir... saber...

...qué es esto que sienten...

...ellos.”

_Solo quería ser uno más.

Cansado, dejo que el dolor fluya.

Grito, aúllo.

Mi rostro empapado en lágrimas, quemado, destrozado.

Agonizante.

CAPÍTULO 4

El tiempo pasa.

Días, meses, años...

Mi cuerpo va regenerándose muy lentamente.

Todo va volviendo a donde tiene que estar.

Mis pulmones vuelven a su sitio.

Mis costillas vuelven a unirse dentro de mi cuerpo.

Las heridas van cicatrizando.

Suelto una carcajada, fruto de la desesperación.

Noto un golpe sordo en mi nuca.

Alguien me quita los clavos que me retenían allí.

Caigo al suelo.

Cuando vuelvo en sí, me arrastro lentamente hacia la salida.

Al salir, veo la luz del sol.

El amanecer.

Mis ojos contemplan maravillados, contrayendo las pupilas.

Me tapo el rostro con una mano para protegerme del sol.

Me levanto, tambaleante y me marcho de aquel lugar.

CAPÍTULO 5

He encontrado un lugar donde me siento integrado.

Hay más seres como yo.

Puedo reír, hablar y jugar con ellos.

Disfrutar como nunca pensé que lo haría.

Y entonces...

_Hola.

Unos largos cabellos dorados azotados por la brisa, cayendo por sus caderas.

Unos inocentes ojos marrones me observan, brillantes.

Una hermosa chica de piel blanca y un cuerpo adornado con delicadas y sensuales curvas.

_Encantada. Me han dicho que eres uno de los guardianes de aquí.

Sonríe al mirarme.

Le miro sorprendido.

_Jonathan.

_Lirio.

Su rostro luce con una cálida y tierna mirada.

Su voz es dulce.

“¿Qué hace una mortal aquí?”

CAPÍTULO 6

Cinco siglos atrás...

Me levanto con resaca.

Me visto y salgo en busca de trabajo para poder comer.

Al final de las calles veo el enorme castillo alzarse, tan lejano y a la vez tan cerca.

Extiendo una mano y la tuerzo en un gesto delicado.

Camino sin detenerme.

Hasta encontrarme ante sus puertas.

Me dejo caer en la pared de sus altos muros para tomar aliento.

_ ¿Qué se le ha perdido por aquí? _Me pregunta uno de los guardias.

_Disculpe, solo venía a…

Las puertas se abren.

Una hermosa mujer, de belleza inalcanzable.

Su cabellera rubia recogida en un elegante tocado.

Su rostro adornado con el maquillaje más simple y a la vez tan…

La contemplo, sin aliento.

Su vestido de encaje de distintos tonos rosados, con una enorme falda sin dejar al descubierto su calzado.

_Usted.

_D-Disculpad… _Titubeo sorprendido.

Sus ojos marrones, adornados con largas pestañas, me miran con una mirada serena.

_Acompañadme.

_Pero... yo…

_Mi señora… _Le reprochan los guardias.

Extiende su brazo, dejando la palma de su mano abierta frente a ellos, callándolos.

_Venga conmigo.

Acepto.

Camino a su lado en silencio, nervioso, sin saber qué decir.

Le miro de reojo y aparto la mirada ruborizado.

_Necesito hacer unas compras.

“Le he visto a usted muy a menudo por las calles de mi reino.

“Parece ser… ¿Cómo decirlo…?

Diferente.”

_No he sido uno de sus mejores súbditos.

Sonríe y suelta una pequeña risa, tapando sus labios carmín con una mano.

Cuando termina, le acompaño hasta las puertas de palacio.

_Pase.

_ ¿Disculpe? _Le pregunto con sorpresa.

_ ¿Va a rechazar una invitación real? _Me pregunta con una sonrisa.

Camino tenso hasta atravesar las puertas de palacio.

Doy un brinco al escucharlas cerrarse.

Escucho otra vez su risa.

Dulce, limpia.

_Quiero que sea mi primer guardaespaldas. He visto que conoce muy bien todo el pueblo.

A la luz de la luna su piel, tan pálida, del blanco más claro y puro que jamás haya visto.

Sus cabellos de un color dorado intenso.

Sonríe al ver mi expresión.

Mi rostro se ruboriza entero.

Agacho la cabeza.

_Te enseñaré tus aposentos.

Entro en palacio.

CAPÍTULO 7

Todo está decorado con el gusto y la sencillez más exquisita.

El inmobiliario, tanto muebles como ventanas.

La luz de la noche entra con toda nitidez.

Camino tras ella.

Pasamos por varios pasillos, subimos varias escaleras.

_Este será tu cuarto.

Abre la puerta y enciende la luz.

_Es… un desván. _Se me escapa. _Pero... pero no está mal, es simple y tiene un lugar donde dormir. _Digo, tratando de suavizar la situación.

_Te dejo...

Trago saliva.

_...para que vayas acostumbrándote, tomate todo el tiempo que necesites. _Termina de decirme.

“Mañana te necesitaré.”

“Necesitarme…

...alguien como yo...”

Cierro los ojos, tumbado en la cama, con el ligero viento de la noche entrando por la ventana.

CAPÍTULO 8

_ ¿Listo? _Me pregunta cuando me ve salir del baño.

_Por supuesto. _Respondo, poniéndome rígido y llevándome la mano a la cabeza haciendo un saludo militar.

Ella ríe.

Y yo sonrió al oírla.

Lleva un enorme y pomposo vestido morado, acompañado con un sombrero de plumas.

Salimos.

Un carruaje nos lleva…

_Disculpe mi ignorancia… ¿A dónde nos dirigimos? _Pregunto.

_Asuntos reales. _Me responde mientras mira el paisaje por la ventana.

Me inclino hacia atrás.

Entrecierro los ojos, hasta quedarme dormido.

Unas horas más tarde…

_Mi señora, ya hemos llegado. _Le dice el cochero. _ ¿Mi señora?

Se gira.

La reina está acariciando mi cabello, mientras duermo apoyado en su hombro.

Muevo la cabeza, rozando su cuello con mi aliento y un hilo de saliva cayendo por mi boca.

Gimoteo como un niño pequeño al sentir sus dedos.

Me mira dormido, con ternura.

El cochero suspira, suelta un bufido, molesto, nos da la espalda y espera.

Ella introduce un dedo suyo en mi boca.

Abro los ojos de golpe, al sentir algo.

Me incorporo rápidamente.

_Lo siento. _Repito una y otra vez.

Se levanta y sale, con ayuda del cochero para no estropear su vestimenta.

Bajo torpemente.

Entramos en otro palacio, procedente de un reino lejano.

Espero en un asiento junto a la puerta, justo donde al otro lado hay una reunión importante.

Las voces se alzan por un momento.

Escucho su voz, alterada.

Luego silencio.

La puerta se abre.

Estoy encorvado con las manos en mis mejillas y mis brazos apoyados en las piernas.

Pensativo, giro mi rostro en dirección a la puerta, recién abierta.

La veo salir.

Al instante noto su nerviosismo.

_Vámonos.

_Mi señora…

_¡¡YA!! _Me exige.

Me levanto, poniéndome de pie ante ella.

Me inclino, ofreciéndole mi brazo como un caballero.

Se muerde levemente su labio inferior, al ver mi gesto.

Alza mi rostro, acariciando mi mejilla con suavidad.

“Gracias.” Me susurra al oído.

Cierro mis ojos, suspiro.

El débil roce de sus dedos desaparece.

Envuelve mi brazo con sus manos, firmemente.

Nos marchamos de allí.

Acompañados el uno del otro.

“Reina y sirviente. Leal y súbdito.”

CAPÍTULO 9

Al llegar, al parecer, hay otra reunión.

_Ve y descansa. _Me dice.

Asiento y me dirijo al desván.

Me apoyo en la pared de madera, dejado caer en la cama, mirando por la ventana.

Escucho voces.

“Se está despidiendo.”

Un portazo.

Me levanto, salgo y bajo a ver qué ha pasado.

Le encuentro de pie, apoyada contra la puerta.

Su mano aferrada al pomo.

Tiene el rostro lleno de lágrimas.

El maquillaje de sus ojos cae por su rostro.

Sus pestañas no están rizadas.

_ ¿Qué le ha pasado?

Siento duda e incertidumbre al preguntar.

_No es de tu incumbencia. _Me responde, apartando la mirada.

Su cabello cae por sus hombros y su espalda.

Se levanta y pasa por mi lado.

Sin decir una palabra.

Fría, esbelta.

_Te he causado problemas. _Admito.

“Voy a por mis cosas.”

Vuelvo a mi cuarto.

Empiezo a meter todo en una maleta.

Aprieto los dientes.

Me detengo.

Una lágrima cae por mi rostro, impotente.

CAPÍTULO 10

La puerta de mi dormitorio se abre.

Me tenso y giro mi rostro.

Dejo la maleta a medio hacer.

_ ¿Quién está…?

Me interrumpe posando un dedo en mis labios.

_Shh.

Cierra la puerta tras de sí.

_ ¿Qué…? ¿Por qué…? _Balbuceo.

_Calla. _Me dice con dureza. _Y escucha.

“Estoy comprometida con alguien.

Es un matrimonio concertado.

He intentado oponerme de todas las maneras posibles…

...pero es imposible.”

_ ¿Qué quiere decirme con esto? _Le pregunto confundido.

Sonríe con amargura.

_Te quiero.

Mi corazón se detiene por un momento.

“¿Está enamorada de mi…?

¿Qué está pasando?

Esto no debería ser así.

¿Por qué de todas las personas…?

No… ¿De todos los seres…?

¿Tengo que ser yo…?”

Sollozo resignado.

Toma mi rostro entre sus manos y me besa.

Callando mis lamentos.

Calmándome.

Entrecierro mis ojos.

Mis lágrimas resbalan por sus dedos.

Mueve sus labios sobre los míos.

Despacio, lentamente.

Mis manos tocan su cintura.

Me siento en la cama, empujado por ella.

Notando el roce de sus labios.

Mi boca se mueve junto a la suya, correspondiéndole.

Sus manos bajan hasta mis hombros.

Aparta su boca de la mía.

Agacha mi rostro, colocándolo bajo su cuello.

Cierro mis ojos, al notar sus manos por mi cabello, hasta llegar a la nuca.

“Detente.” Pienso.

Muevo mis manos por su cintura, sus caderas.

Suspiro.

_ ¿Le conoces? _Pregunto.

_De la infancia. Aunque cuando le vea… apenas le reconoceré. _Me responde.

Bajo mi cabeza hasta sus senos.

Sus manos me desnudan.

Noto sus dedos por mi espalda, subiendo y bajando.

Muevo mis manos temblorosas.

Consigo quitar su vestido.

Su corsel.

Toda la ropa cae bajo nuestros pies.

Acaricio sus senos con la comisura de mis labios.

Besándolos.

Aprieto levemente sus pezones.

Escucho un leve gemido.

Muerdo uno de ellos.

Aprieta sus manos en mi espalda, estremeciéndose.

Cae sobre mí, tumbada encima mía, en la cama.

_Preciosa. _Susurro.

La tumbo a mi lado, mirándonos a los ojos.

Rodeando nuestros cuerpos.

Sus labios carmín se deslizan por mi cuerpo.

Beso y lamo su cuello, marcándolo con mis labios.

La pasión.

El calor, la excitación.

Nos inunda.

Hacemos el amor.

Cada gemido suyo, su piel, su voz, su mirada.

Sentirla.

Me hace alcanzar el éxtasis.

CAPÍTULO 11

Abro los ojos.

Recostado sobre su cuerpo, mi cabeza descansa entre sus senos.

Los beso y toco con ternura y delicadeza.

Una de sus manos se hunden en mi cabello y echa mi rostro hacia atrás.

Abre sus ojos marrones.

Se incorpora, sentándose en la cama.

_Buenos días. _Me dice sonriente.

Jadeo.

Acerca sus labios a mi oído.

Susurros con voz sensual.

Respiro acelerado.

Noto su aliento en mi oído.

El roce de sus labios por la piel de mi cuello.

Sube hasta juntar su boca con la mía.

Gimoteo.

Toma mi rostro con firmeza entre sus manos.

Noto sus senos en mi cuerpo.

Aparto mis labios de los suyos.

Con la respiración entrecortada.

Noto su mirada penetrante, sus ojos brillantes.

_Espera… por favor… _Le suplico.

Las puntas de sus dedos se deslizan por la comisura de mis labios temblorosos.

_ ¿Lo sabías…? _Le pregunto.

Mis ojos se encuentran con los suyos.

Nos miramos, viéndonos reflejados en los ojos del otro, una mirada penetrante.

Mueve su cuerpo junto al mío.

Mi boca acaba en sus senos, lamiendo con ansia sus pezones.

Gime al sentir el roce de mi lengua en ellos.

Abro mis ojos y levanto la mirada.

Observo su rostro.

Sus mejillas ruborizadas.

Sus ojos entrecerrados.

Los gemidos que salen de su garganta y escapan por sus labios.

Cada vez más fuertes.

Sus brazos y manos me envuelven con fuerza.

Penetro su piel.

_Sabes lo que soy. Lo sabías. _Susurro en su oído.

Grita de placer.

Sus manos se aferran a mi espalda y mis hombros.

_Dímelo. Respóndeme. _Le susurro con dulzura.

Aparto los mechones de su rostro.

Mis manos se detienen en los pómulos de sus mejillas.

Mis ojos se tornan de un rojo intenso mientras contemplo la expresión de su rostro.

Acelero mis movimientos.

Cierra sus ojos.

Abre su boca.

Sus gemidos son más débiles.

_Yo…

_Mírame.

Abre sus ojos.

Sostiene mi mirada.

Alzo su rostro, inclinándolo por la barbilla hacia atrás.

_Sí. Desde el principio.

Mis ojos se abren del todo, sorprendido.

_ ¿Por qué? ¿Acaso querías mi poder?

Sus manos bajan hasta tocar mis omóplatos.

_No. Yo solo quería…

Le penetro con fuerza.

Envolviéndola entre mis brazos.

Noto como se agita y gime.

No me detengo, hasta sentirme dentro de ella por completo.

Hasta inundar su cuerpo.

Nuestros cuerpos arden.

Le doy todo el placer que se merece.

Todo y más, mucho más.

Grita con fuerza, aferrándose a mí.

La callo besando su boca con pasión.

Gimotea al sentir el roce de mis labios con los suyos.

Mi lengua en su boca, hasta llegar a su garganta.

Todo su cuerpo se estremece.

_Eso es… _Le repito en voz baja, al oído, posando un dedo sobre sus labios.

“Quiero ser el único...”

CAPÍTULO 12

La puerta se abre de un portazo.

Los soldados me agarran por los hombros, apartándome de ella con brusquedad.

Miro horrorizado como me alejan de ella.

Otros guardias la retienen, sujetándola por las muñecas.

_¡¡¡LIRIO…!!! _Grito con desesperación extendiendo mi brazo para alcanzarla.

Los guardias me agarran por los brazos, llevándolos a mi espalda.

Noto como me esposan.

_¡¡¡JONATHAN…!!! _Grita Lirio con lágrimas en los ojos. _¡¡No es lo que pensáis…!!

_Déjese de jueguecitos su alteza. _Le dicen los guardias.

Ninguno de los dos entendemos nada.

Aprieto los dientes, llorando cabizbajo, de rodillas.

“Solo quería ayudarte…

...no sabes de lo que los humanos son capaces…

...Te amo... por favor, créeme...”

Me sacan de allí a rastras.

Dejándola ahí, llorando en silencio.

“_Hay algo que no sabían… _Continúo contándole.

La reina estaba embarazada.”

CAPÍTULO 13

Sentada en una mecedora.

Mirando por la ventana.

Acaricia su vientre.

_Todo esto será tuyo. _Dice mirando su vientre con ternura.

Hace una mueca de dolor al notar una punzada.

_¡¡Que alguien llame al doctor…!! _Grita un guardia. _¡¡La reina ha empezado a tener contracciones…!!

“_Me corrijo. _Le digo. _Si sabían que estaba embarazada.

Pero dieron por hecho que el padre era su prometido.

Sonrio.”

Un precioso niño de piel blanca y de alta cuna.

Todos estaban felices en palacio.

El tiempo les dio la respuesta que esperaban.

Cuando abrió los ojos, estos eran de color rojo.

Al comenzar a crecer, su cabello era de un color azul celeste.

“_ ¿Ever…? _Pregunta.

_ ¿Sorprendida? _Le digo, mirándole directamente a los ojos.”

CAPÍTULO 14

Miro al infinito con tristeza.

Escucho como se abre la puerta.

Vislumbro una silueta femenina.

Ese contorno, esas formas.

_Lirio… _Susurro.

Anda con pasos ligeros hacia mí.

Coloca una escalera para subir hasta alcanzarme.

Agacho la cabeza y sonrió al notar el roce de sus dedos.

_Jonathan… Oh… _Susurra.

Giro mi rostro para sentir la palma de su mano en mi mejilla.

Suspiro.

_Has escapado de palacio.

_No podía quedarme de brazos cruzados, no de esta manera…

Echa la cabeza hacia atrás y observa todas las pintadas y letreros.

“Monstruo, escoria, deshonra, deshecho.

Asqueroso.

Arderás en el infierno.”

_… por usurpar el cuerpo de la reina. _Lee entre susurros.

“Ángel Sangriento.”

Las lágrimas brotan de sus ojos.

Mira mi cuerpo, viendo como mis pulmones inspiran y espiran cada uno a un lado de mis costados.

Toma mi rostro con ambas manos y lo estrecha contra su cuerpo.

_Tranquila… Escúchame… por favor… _Le pido.

“No es culpa tuya, solo querías evitar esto.

Tarde o temprano iba a pagar por mis pecados.

Pecados carnales.

Tú no eres la primera que ha pasado por mí.

Por mi cuerpo.”

_No... No... ¡No...! No eres nada de esto… _Solloza.

Aparto mi rostro de ella y le miro directamente a los ojos.

Mis pupilas se tornan de un rojo brillante, intenso.

Mi mandíbula se endurece, mostrando unos colmillos afilados.

_Soy un demonio. Eso no puede cambiarlo nada ni nadie.

“No lo eres, nunca lo has sido.

Desde el primer momento en que te vi.

Hasta que decidí acercarme, invitarte a mi mundo.

No me di cuenta… ese mundo eras tú.

Mi vida, mi amor, mi cuerpo.

Te deseaba como humano y como lo que eres.

Lo se todo.”

Unas lágrimas de un rojo oscuro caen por mis mejillas.

“Te amo.”

Cierro los ojos y sonrio, llorando.

Noto su aliento, el roce de sus labios.

Tocando mi boca, con movimientos suaves, delicados.

Mi cuerpo se estremece.

Le correspondo moviendo mis labios junto a los suyos.

Aparto mi boca, jadeante.

Baja sus manos por mi cuello, mi pecho, mis piernas.

Las sube lentamente acariciando mi cuerpo desnudo hasta llegar a mis manos.

Suspiro.

Vuelve a hundir sus labios en mi boca.

Dejando caer su cuerpo contra el mío.

Un leve gemido escapa de mi garganta.

Noto sus dedos entrelazados con los míos.

_ ¿Cómo es él? _Le pregunto con voz entrecortada.

Acerca sus labios a mi oído, notando su aliento cálido.

“Tiene el cabello azul como el cielo tan claro y despejado que había ante nosotros cuando nos conocimos.

Unos ojos de un rojo brillante, intenso como los tuyos.

Una piel suave y blanca como la mía.”

Desliza sus labios por mi oreja.

Bajan y suben por mi cuello.

Entrecierro los ojos, con la mirada perdida en algún lugar de aquel sitio.

_Shhh… _Coloca sus dedos sobre mis labios.

Observa la expresión de mi rostro, memorizando cada detalle.

_Justo así. _Me dice con dulzura.

“Igual de bello y fuerte que su padre.”

Mi expresión cambia.

Muevo mis labios, sonriendo con una mirada llena de ternura y calidez, sin apartar mis ojos de los suyos.

“Señora mía.

Amada mía.”

Beso su rostro, sus pómulos, su barbilla, su frente.

Inspiro el aroma de su cabello.

“No nos olvidaremos nunca el uno del otro.”

Esa fue la promesa que nos hicimos.

Una promesa que mantuvimos por el resto de nuestras vidas.

EPÍLOGO

La chica que tengo en frente me mira.

Sus ojos marrones están abiertos, húmedos, con lágrimas que resbalan tibiamente por su blanca piel.

Su rostro enrojece, mirándome con tristeza.

Coloca con manos temblorosas una corona de flores sobre mi cabeza.

“Feliz San Valentín.”

Me rodea con sus brazos, aferrándose a mí con fuerza.

Tapando su rostro en mi camiseta.

Sonrio, rodeando sus hombros.

Su cabello rubio se mueve por la brisa del viento.

“Está todo bien, Lirio.”

Justo como aquel día.

Ahora la tengo ante mí, entre mis brazos.

Como una joven, frágil y tierna chica.

“Dándome su compañía.

Su amor.

Deseándome como aquel entonces...”

Beso su cabello, oliendo su aroma.

La felicidad inunda todo mi ser.

“Gracias.

Te amo.”
Gracias a Muffet y a Voldia por sus Firmas.

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#2
16 Dec 16
Muy bien hecho amigo mío.
丹尼尔
다니엘
دانيال
ដានីយ៉ែល
දානියෙල්
ડેનિયલ
डैनियल
דניאל
ダニエル
Даниил
แดเนียล
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