Normalmente pondría esto en el foro de literatura pero creo que sería algo injusto. Este tema es más una revelación personal mía en lugar de ser demostraciones sobre literatura. Yo, como sabrán algunos, me llamo en la vida real Gerónimo Daniel Zarza Aquino. Ahora, año 2018, estoy planeando publicar un thiller criminal en septiembre de este año, que vendría siendo mi tercera novela. Se llamará "La familia Phillips". Por supuesto, y gracias a Dios, no se me ha subido el humo a la cabeza. No soy un bestseller, y en mi país (Paraguay) soy parcialmente conocido pero difícilmente podría decirse que soy admirado. Soy socio de otros escritores de mi ciudad conocidos como J.F. Gímenez y Adam Benitez, y de otros grupos de escritores. Debido a que recién llevo 3 libros publicados, aún me considero un novato en esto. Quizá algún día me haga famoso. De momento, soy solamente un jovencito que publica libros. No soy un dios literario como Stephen King, aunque me gustaría serlo.
No es fácil ser la oveja negra de la familia. Pero es mucho menos fácil ser la "oveja escritora" de la familia. Especialmente en Paraguay, un país donde según encuestas solamente el 10% de la población e incluso menos se dedica a la lectura como hábito de ocio. Pero también en donde ese 10% normalmente lee libros que no son lo que deberían ser.
Con este artículo no pienso describir como son las desventajas de todos los escritores, ya que cada escritor tiene sus propios métodos, sus propias virtudes y sus propios defectos. Simplemente quiero contar cuales son las desventajas que yo he tenido siendo escritor. Ya que, publicando novelas y poesía, desgraciadamente no todo es color de rosa. Y omitiendo la felicidad de que la gente te felicite por tus prosas o que deseen que continues tu carrera, generalmente el oficio de escritor podría ser uno de los oficios artísticos más frustrantes, incluso más que el oficio de mangaka, músico, pintor o director de cine.
Las desventajas como escritor son:
Bueno, esto es todo. Espero que nadie se tome a mal estas "desventajas". Porque, de hecho, ser escritor también tiene ventajas. Muchas ventajas, además del talento crítico o artístico. Al publicar este artículo no estoy quejándome de mi pasión y compromiso con la literatura sino simplemente mostrarle, a cualquier persona que quiera dedicarte a eso, que escribir no es todo sonrisas y sueños. Es algo que puede ser agotador, pero una vez que lo logras y la gente te felicita, resulta satisfactorio.
Y ojalá que haya escritores, o futuros escritores, leyendo esto. No se olviden de lo que dije.
No es fácil ser la oveja negra de la familia. Pero es mucho menos fácil ser la "oveja escritora" de la familia. Especialmente en Paraguay, un país donde según encuestas solamente el 10% de la población e incluso menos se dedica a la lectura como hábito de ocio. Pero también en donde ese 10% normalmente lee libros que no son lo que deberían ser.
Con este artículo no pienso describir como son las desventajas de todos los escritores, ya que cada escritor tiene sus propios métodos, sus propias virtudes y sus propios defectos. Simplemente quiero contar cuales son las desventajas que yo he tenido siendo escritor. Ya que, publicando novelas y poesía, desgraciadamente no todo es color de rosa. Y omitiendo la felicidad de que la gente te felicite por tus prosas o que deseen que continues tu carrera, generalmente el oficio de escritor podría ser uno de los oficios artísticos más frustrantes, incluso más que el oficio de mangaka, músico, pintor o director de cine.
Las desventajas como escritor son:
- Leer ya no es lo mismo que era antes. Una vez que escribes un libro (o en mi caso, que he escrito 3 y el año que viene pienso publicar 2, si Dios lo quiere así), no puedes volver a poner un libro en tus manos sin querer analizarlo más detalladamente. Las personas que no escriben pero que les encanta leer generalmente meditan en cuanto a los libros que los dejan maravillados, preguntándose cosas como "cómo se le ocurrió al novelista semejante cosa". Una vez que publicas un libro (o tienes borradores preparados para alguna publicación futura) eres capaz de meterte con mucha mayor facilidad y detalles en la psique de otros escritores, y meditando en cuanto al asunto, eres capaz de razonar (eso, sumado a lo que averigües de ellos en sus biografías) cómo es que a dichos escritores se les ocurrió escribir lo que escribieron.
- La gente te pone en un pedestal, incluso si no eres famoso. No es chiste. Cualquiera que en este foro desee dedicarse a escribir, y no hablo de fanfict de wattpad o de relatos cortos de misterio sino libros serios y derechos, debe de saber que, incluso si tu libro no es bueno (yo, particularmente, no me siento orgulloso de mi primer libro, el cual era una historia de ciencia ficción y zombis), la gente que te conoce te pondrá en un pedestal y actuarán como si fueras una figura pública. Para tus conocidos e incluso para tus parientes, tú te conviertes automáticamente en "el escritor". ¡Como si al ser escritor dejásemos de ser seres humanos, por Dios Santo! Yo he conocido a muchos escritores paraguayos. No sé si en otros países sea igual, pero en Paraguay a los escritores nos gusta mantenernos en contacto. Javier Viveros, un escritor de ficción histórica, Carlos Benítez del Puerto, un teólogo evangelista y cuentista. Adam Benítez, un apasionado de la ciencia ficción y los universos paralelos. J.F. Gímenez, un escritor de fantasía. Y yo, pues, un escritor psicológico. Creo que nos gusta mantenernos en contacto entre todos para no olvidarnos que, aparte de escritores, seguimos siendo seres humanos. Tenemos nuestros defectos, nuestras inquietudes, y a pesar de nuestra inteligencia, a nosotros también nos afectan las mismas preguntas filosóficas que a todo el mundo. Nos enfermamos, nos accidentamos, vamos al baño, estudiamos y aprendemos. Somos escritores pero seguimos siendo como los demás.
- La gente que te conoce bien, entiende tus libros demasiado "bien". No es sorpresa que muchos escritores utilicemos, cuando la imaginación nos llega a su límite, algunos aspectos biográficos nuestros en nuestras historias para ir agilizando un poco las cosas. Eso es lo que hacemos los novelistas. Stephen King utilizó mucha de su propia experiencia personal y matrimonial para escribir "El Resplandor", una de sus mejores novelas de terror. Anthony Burgess utilizó un asalto que le hicieron a su casa en 1944 para redactar la distopía de ciencia ficción "La Naranja Mecánica", de la cual después salió la aclamada película. Por supuesto que estas cosas tarde o temprano acaban sabiéndose, pero tus parientes se enteran antes. Si tú estás acostumbrado a decir una frase en particular (por poner un ejemplo, te gusta decir "Lo veo pero no lo creo" cuando algo te asombra), y en uno de tus libros el protagonista dice esa frase (o quizá otro personaje lo dice), inmediatamente lo asocian contigo. Y cuando escribes sobre tus propios traumas personales, e incluso sobre secretos íntimos, la gente se acaba enterando. Y no siempre lo entienden como deberían.
- Siempre te preguntan lo que te inspira. Eso no es del todo una desventaja, pero cuando docenas y docenas de personas, ya sean tus conocidos o tus admiradores, te hacen la misma pregunta una y otra vez, puede tornarse molesto. Y lo peor es que no podemos acostumbrarnos a repetir las mismas palabras porque la gente tarde o temprano se acaba dando cuenta y dirán que estamos mintiendo. Siempre tenemos que encontrar miles de cosas que nos inspiren, o que creemos que nos inspiran, para contestarle a cada persona en particular.
- La gente SIEMPRE te pregunta si se gana bien vendiendo libros. La gente de esta estirpe sin duda es la peor. No hay nada peor que ver la literatura como un negocio, especialmente si se es escritor. En Paraguay, a lo menos, los que somos escritores no lo somos por el dinero. De hecho, somos nosotros quienes perdemos dinero cada vez que publicamos una obra nuestra, ya que la pagamos de nuestros bolsillos. Pero la gente siempre se obstina, deseando creer que vivimos de lo que ganamos escribiendo. Puede que a los bestsellers de Estados Unidos y Japón les ocurra así, pero en Paraguay escribir es una pasión, no un oficio. De hecho, ningún escritor paraguayo (eso me incluye) es "sólo escritor", cada uno tiene sus propias vocaciones y de hecho ninguno de nosotros se dedica 100% a la literatura. Yo quiero ser psicólogo (quizá psicólogo infantil), otro socio mío es ingeniero, otro estudia en la universidad todavía, otro es un teólogo cristiano, otro es un educador, y otro es historiador. Escribir, para nosotros, no cuenta como nuestro oficio sino como una pasión que deseamos entregarle al mundo.
Bueno, esto es todo. Espero que nadie se tome a mal estas "desventajas". Porque, de hecho, ser escritor también tiene ventajas. Muchas ventajas, además del talento crítico o artístico. Al publicar este artículo no estoy quejándome de mi pasión y compromiso con la literatura sino simplemente mostrarle, a cualquier persona que quiera dedicarte a eso, que escribir no es todo sonrisas y sueños. Es algo que puede ser agotador, pero una vez que lo logras y la gente te felicita, resulta satisfactorio.
Y ojalá que haya escritores, o futuros escritores, leyendo esto. No se olviden de lo que dije.
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