3 MENTES 1 SOLO RECUERDO
1.- MENTE DE LOCURA
─ Soy una niña buena, soy una niña buena…─ me repetía una y otra vez mientras estaba sentada en mi habitacion abrazando con lso dedos entrelazados a una muñeca que me regalaron cuando tenia cinco años.
Me encuentro a oscuras mirando al vacío mientras me balanceo, siento como las manos están pegajosas por la sangre, que estaba salpicada por todo mis ropas e incluso mi cara, a mi lado hay un cuchillo ensangrentado que relumbra cuando lso relámpagos cruzan la ventana en plena noche.
Escucho como la lluvia repiquetea y el sonido del trueno apaga esas voces que me dijeron que hiciera aquello.
No se por que ahora viene a mi mente ciertas imágenes pasadas, aunque no me resultan desagradables; la primera es cuando me regalaron esta muñeca aquella sorpresa me puso muy contenta daba saltos de un lugar a otro bese a mi padre y a mi madre y sobre todo me acuerdo de aquella tarta de chocolate y apagando las velas de un solo soplido, como jugaba con mis amigos un recuerdo muy feliz, que me hace esbozar una sonrisa.
Pero todo aquello se desvanece cuando un relámpago ilumina temporalmente la habitacion y me fijo en mis manos ensangrentadas y pegajosas de un color rojo apagado.
─ Vamos a jugar…─ dijo una voz de manera muy infantil proveniente de la muñeca que tengo entre mis brazos, todo hubiera sido muy normal si no es por que la muñeca que no es de las que hablan y aquella voz en verdad la escucho en mi mente.
Es la misma voz que se repitió una y otra vez mientras hacia aquella masacre, cuando escuchaba los gritos de mis padres preguntándome.
─ ¿Por qué…?...─ preguntaban mi padre una y otra vez mientras yo solo escuchaba aquella frase en mi mente y volvía a incrustar el cuchillo una y otra vez en su carne notando como la sangre saltaba de las heridas y me salpicaba solamente esbozaba una sonrisa.
─ NO!, NO!...─ grito mi madre con todas sus fuerzas una y otra vez al salir de la cama raudamente hacia el cuarto de baño para huir de mi.
Despues de haber terminado aquello y satisfecha con lo que habia echo deje el cuerpo de mi padre inerte en la cama cubierto de sangre y con la mirada de terror en sus ojos, aquella expresión me hacia estremecer de placer.
Despues de aquello sin darme prisa me acerque hacia el cuarto de baño pasando el cuchillo por la pared dejando un rastro de sangre en mis huellas.
Mientras caminaba podia escuchar en mi voz aquella voz una y otra vez repitiéndose sin descanso.
Al llegar la cuarto de baño tome el pomo sintiendo como mi mano resbalaba un poco debido a la sangre que tenia en ella, lo movía repetidamente una y otra vez pero sin éxito mi madre se habia encerrado en el cuarto de baño.
─ ALEJATE!, FUERA!...─ grito mi madre con todas sus fuerzas con tono de desesperación y miedo, pero no podia dejar que siguiera viva.
Así que golpee varias veces la puerta con el cuchillo viendo como se clavaba en la madera sin ningun resultado, viendo que no podría entrar decidí esperar, no tenia ninguna prisa y tarde o temprano saldría.
Así que volvi y tome a la muñeca en mis brazos abrazándola con fuerza manchando sus ropas con la sangre de mis manos.
Estuve esperando un buen rato hasta que escuche la puerta abrirse, me escondí en mi cuarto con la puerta entre abierta para esperar que regresara hacia donde estaba mi padre.
Estaba completamente emocionada por lo que habia echo pero quería que esas voces terminasen.
Pude ver a mi madre caminando despacio mirando hacia todas partes en alerta para ver si me encontraba por algún lugar.
Cuando por fin entro en su habitacion, abrí la puerta de la mía lentamente y me dirigí hacia la suya.
Nada mas verme dio un grito de miedo al verme, asustada empezó a acorralarse contra la cama diciéndome que me fuera que llamaría a la policía.
Me acerqué lentamente hacia ella, cuando estuve a su altura pude ver como lloraba, en su rostro solo habia miedo y desesperación aquello me encantaba.
Estremecía mi cuerpo ante tal placer podia sentir como me ponía la piel de gallina, pero no podia dejar que siguiera estando viva.
─ Vamos a jugar…AAAAAAHHH!...─ dije de manera suave y despues grite con todas mis fuerzas gritando con fuerza enarbolando el cuchillo por encima mía, caí sobre mi madre clavándoselo en el pecho viendo como de la herida brotaba la sangre y como aquellas voces se apagaban en mi mente.
Con una furia inusitada le calve el cuchillo varias veces en el pecho, sintiendo como la sangre caliente salpicaba mi cara y resbalaba lentamente, a pesar de que ya hubiera muerto seguí asestando puñaladas un rato tanto en su cuello como en su pecho, cuando por fin me quede satisfecha.
Me baje de encima de mi madre y me dirigí hacia mi cuarto para sentarme y descansar mientras, las imágenes de mis padres muertos y sus rostros mirándome aterrorizados se clavaban en mi mente.
Ahora mismo solo tengo un recuerdo en mi mente: MUERTE.
2.- MENTE DE SANGRE
─ Ha sido una cena excelente, gracias señora Steven…─ dije mientras me limpiaba los labios con una servilleta, pero al mirar a mi alrededor, recordé de nuevo lo que habia pasado.
Esta cena habia sido un tanto especial, a la mesa estaba el padre de un amigo mío del instituto, pero esta vez yo había sido quien me habia cobrado venganza aunque un tanto especial.
Esa misma tarde llame a la puerta y una señora con el pelo negro y largo, de ojos marrones pálidos y con algunas arrugas en su rostro, salio a recibirme.
─ Hola Joseph…─ dijo la mujer amablemente sonriéndome mientras esbozaba una sonrisa.
─ ¿Esta Peter…?...Le traigo unas cosas…─ pregunte esperando que me dejara pasar, aunque no tenia en mente precisamente por lo que tenia que darle.
─ Ahora mismo no esta en casa pero si quieres subir a esperarlo a su habitacion, no creo que tarde mucho…─ respondió la mujer invitándome a que subiría a su habitacion y que le esperara en su habitacion, no pude mas que aceptar su invitación y sonreírle.
Subí por las escaleras y entre en la habitacion allí por un momento me quede sentado en la cama mirando al suelo, escuchando aquellas voces que se clavaban en mi mente una y otra vez.
─ Vamos a jugar…─ decía una y otra vez esa voz clavándose en mi mente, no podia soportarlo.
Así que sin pensármelo mucho baje hacia la cocina y me encontré a la señora haciendo la cena, estaba tan ensimismada en lo que estaba haciendo que ni siquiera se fijo que habia entrado.
Mire por todos lados hasta que mi mirada se fijo en unas tijeras que estaban encima de la encimera.
Las tome y las puse a mi espalda ocultándolas, me acerque a la mujer y le golpee suavemente en el hombro esta se dio la vuelta sonriéndome algo sobresaltada por que ni me habia escuchado entrar.
─ Oh.¿Necesitas algo…?...─ pregunto la mujer mientras dejaba unos filetes en la mesa con una sonrisa.
─ Vamos a jugar…─ conteste con una sonrisa en mis labios, auqneu aquella respuesta dejo fría a la mujer que no sabia que decir.
─ ¿Qué…?...─ pregunto la mujer entre confusión y sorpresa ante lo que habia dicho.
Pero en ese momento me lance por ella enarbolando las tijeras y clavándolas en su pecho una y otra vez esta comenzó a gritar con fuerza mientras la sangre salpicaba por todas partes, no podia parar de hacerlo aquellas voces se acallaban con lo que estaba haciendo y era un alivio.
Ni siquiera pensé las veces que incruste las tijeras en aquel cuerpo y la cantidad de sangre que salía de este, su rostro estaba horrorizado y podia ver como la vida se le escapaba de su débil cuerpo hasta que sus gritos al fin se acallaron.
Su sangre resbalaba por mi rostro y salpicaba el suelo de la cocina pero en cuanto hube acabado aquellas voces empezaron de nuevo.
Cuando saque las tijeras de su cuerpo ensangrentadas podia ver como la sangre goteaba de ellas dejando charcos en el suelo, su cuerpo estaba inmóvil con los ojos abiertos y aterrorizados, su cuerpo acribillado a cuchilladas, a pesar de todo me sentía aliviado.
─ ¿Cariño pasa algo…?....─ pregunto un hombre de pelo negro con algunas canas ya, al ver el escenario su rostro cambio enseguida se horrorizo, llevándose la mano a la boca y retrocediendo unos pasos.
Al verme se quedo paralizado no sabía que decir, ni hacer por unos segundos se quedo mirando el cuerpo inerte de la mujer.
Pero esas voces volvieron de nuevo azotando mi mente sin pensarlo dos veces me lance por el hombre lanzando cuchilladas este interpuso sus manos delante de el para defenderse pero no sirvió de mucho puesto que la sangre empezó a brotar de sus brazos por los envites.
Los ataque se sucedieron este retrocedió unos pasos y al final cayo al suelo, me lance encima de este y empecé a acometer nuevamente clavándolas en su pecho y en su garganta, escuchaba sus gritos que cada vez eran mas ahogados, la sangre lo inundaba todo solo podia ver el color rojo intenso y saborear su gusto metálico.
No podia dejar de clavar las tijeras en su cuerpo blando, me sentía cada vez mejor mas lleno de vida, cuando al fin acabe caí al suelo rendido por el esfuerzo mientras notaba la humedad del suelo, en ese momento solté las tijeras, incluso me dolían los dedos de lo fuerte que las habia apretado.
Descanse unos momentos , cuando me levante me quede mirando el espectáculo el suelo estaba completamente manchado de sangre, me fije en los filetes que había preparado la mujer y sin pensarlo dos veces tome su cuerpo arrastrándolo hasta llevarlo hasta el salón y la senté en un silla, hice lo mismo con el hombre dejando un rastro de sangre por todo el suelo y empecé a poner la mesa como si fuéramos a cenar.
Despues de aquello coloque los platos y comencé a cenar tranquilamente, seguidamente tome la servilleta y me limpie los labios y hasta aquí, pero en ese momento escuche las llaves en la puerta principal.
Tome un cuchillo y lo coloque detrás de mi levantándome esperando para ver quien era.
─ Mama, papa…─ dijo una voz que enseguida reconocí era mi gran amigo al que estaba esperando.
Al entrar se quedo paralizado al ver aquel dantesco escenario no sabia que hacer ni decir, solamente se acerco unos pasos con la mano en la boca sin percatarse de que estuviera allí.
─ Vamos a jugar…─ dije con tono de alegría en mi voz, y en ese momento mi gran amigo se giro para ver quien era quedándose atónito.
Ahora mismo solo tengo un recuerdo en mi mente: MUERTE.
3.-MENTE SANTIFICADA
─ Podéis ir en paz…─ dije acabando como tantas veces hacia en la misa, ese día tenia que hablar con los niños para los que iban a hacer la primera comunión pero no imaginaba si quiera lo que iba a ocurrir.
Despues de unos momentos la gente empezó a salir por las puertas, en ese momento baje del pulpito y una vez que me hube quitado las ropas de misa salí por la puerta para hablar con los padres y con la hermana Maria.
Nada mas que salí por la puerta los padres se pudieron a mi lado hablándome sobre el sermón de aquel día todo iba muy bien.
─ Necesito que los niños y las niñas, junto con la hermana Maria que me acompañen al despacho, así nos los repartimos para los estudios de la catequesis…─ cuando dije esto los padres dijeron a sus hijos que me acompañan y amablemente la hermana Maria me ayudo.
Volvimos a entrar de nuevo en la iglesia y avanzamos hasta le fondo de esta hasta llegar a la habitacion que estaba.
Cuando hubieron entrado todos n ose por que cerré el cerrojo interior, seguidamente la hermana Maria empezó a explicar lo que íbamos a hacer.
Me dirigí hacia un mueble y empecé a rebuscar entre los cajones, en ese momento empecé a escuchar una voz al principio preferi no prestarle atención pero cada vez se hacia mas y mas fuerte.
─ Vamos a jugar…─ decía una y otra vez en mi mente resonando, los demás pensamientos parecían perderse en la oscuridad.
Al pasar un rato ni siquiera tenia pensamientos propios solo aquella voz, despues de unos segundos y mientras la hermana Maria seguia explicando lo que iban a hacer, encontré en los cajones unas tijeras bastante grandes, enseguida las tome, me quede un momento intentando quitarme aquella voz de mi mente pero no había forma.
─ Hermana Maria, es su turno…─ dije dándole el turno para que empezara a hablar, pero en ese momento sentí un temblor en mi mano apretando las tijeras con fuerza entre mis dedos.
─ Padre Steve, ¿se encuentra bien…?...─ pregunto la hermana Maria con tono de extrañeza y confusión al ver que no me daba la vuelta y comenzaba a hablar.
Pero sin ni siquiera pensarlo me gire rápidamente y le clave las tijeras en la garganta de la hermana Maria, su rostro cambio de inmediato a terror y se puso las manos en la garganta de la que empezaba a manar sangre como si fuera una fuente podia notar el calor de ese liquido en las manos resbalándome.
─ Vamos a jugar…─ dije sin pensar aquello era una pesadilla pero cuando lo hube echo la voz se acalló pero enseguida volvió a repetirse.
Los niños enseguida empezaron a gritar con fuerza asustados y se apelotonaron en la puerta intentando abrirla, sus gritos me parecían como música celestial mientras me acercaba con las tijeras manchadas de sangre y goteando.
Empecé a mover las tijeras clavándolas a diestro y siniestro en lso niños sintiendo como se hundían en su carne y como a cada muerte la frase que escuchaba en mi mente se iba acallando pero no era suficiente necesitaba que desapareciera por completo.
Sus voces de miedo y ayuda inundaban la habitacion mientras la sangre salpicaba toda la habitacion, su carne era blanda y fácil de atravesar.
En mi rostros solo se dibujaba una sonrisa a cada muerte, la sangre lo inundaba todo solo podia ver en un tono de color rojizo, mientras seguida dando puñaladas y cortando gargantas.
Sus voces se fueron apagando lentamente hasta no quedar ninguno, mientras esa frase se acalló por completo despues de aquello me dirigí hacia la mesa y me senté soltando las tijeras en el suelo con charcos de sangre por todas partes y los cuerpos de los niños muertos, me quede así un buen rato hasta que escuche que los padres golpeaban la puerta.
Despues de unos segundos empecé a escuchar los gritos de miedo de las mujeres y los gritos de los padres para que abriera la puerta, viendo que no tardarían mucho en entrar volvi a tomar las tijeras y me senté en el escritorio esperando que entraran y de nuevo aquella voz inundo mi mente con fuerza.
Ahora mismo solo tengo un recuerdo en mi mente: MUERTE.
FIN
1.- MENTE DE LOCURA
─ Soy una niña buena, soy una niña buena…─ me repetía una y otra vez mientras estaba sentada en mi habitacion abrazando con lso dedos entrelazados a una muñeca que me regalaron cuando tenia cinco años.
Me encuentro a oscuras mirando al vacío mientras me balanceo, siento como las manos están pegajosas por la sangre, que estaba salpicada por todo mis ropas e incluso mi cara, a mi lado hay un cuchillo ensangrentado que relumbra cuando lso relámpagos cruzan la ventana en plena noche.
Escucho como la lluvia repiquetea y el sonido del trueno apaga esas voces que me dijeron que hiciera aquello.
No se por que ahora viene a mi mente ciertas imágenes pasadas, aunque no me resultan desagradables; la primera es cuando me regalaron esta muñeca aquella sorpresa me puso muy contenta daba saltos de un lugar a otro bese a mi padre y a mi madre y sobre todo me acuerdo de aquella tarta de chocolate y apagando las velas de un solo soplido, como jugaba con mis amigos un recuerdo muy feliz, que me hace esbozar una sonrisa.
Pero todo aquello se desvanece cuando un relámpago ilumina temporalmente la habitacion y me fijo en mis manos ensangrentadas y pegajosas de un color rojo apagado.
─ Vamos a jugar…─ dijo una voz de manera muy infantil proveniente de la muñeca que tengo entre mis brazos, todo hubiera sido muy normal si no es por que la muñeca que no es de las que hablan y aquella voz en verdad la escucho en mi mente.
Es la misma voz que se repitió una y otra vez mientras hacia aquella masacre, cuando escuchaba los gritos de mis padres preguntándome.
─ ¿Por qué…?...─ preguntaban mi padre una y otra vez mientras yo solo escuchaba aquella frase en mi mente y volvía a incrustar el cuchillo una y otra vez en su carne notando como la sangre saltaba de las heridas y me salpicaba solamente esbozaba una sonrisa.
─ NO!, NO!...─ grito mi madre con todas sus fuerzas una y otra vez al salir de la cama raudamente hacia el cuarto de baño para huir de mi.
Despues de haber terminado aquello y satisfecha con lo que habia echo deje el cuerpo de mi padre inerte en la cama cubierto de sangre y con la mirada de terror en sus ojos, aquella expresión me hacia estremecer de placer.
Despues de aquello sin darme prisa me acerque hacia el cuarto de baño pasando el cuchillo por la pared dejando un rastro de sangre en mis huellas.
Mientras caminaba podia escuchar en mi voz aquella voz una y otra vez repitiéndose sin descanso.
Al llegar la cuarto de baño tome el pomo sintiendo como mi mano resbalaba un poco debido a la sangre que tenia en ella, lo movía repetidamente una y otra vez pero sin éxito mi madre se habia encerrado en el cuarto de baño.
─ ALEJATE!, FUERA!...─ grito mi madre con todas sus fuerzas con tono de desesperación y miedo, pero no podia dejar que siguiera viva.
Así que golpee varias veces la puerta con el cuchillo viendo como se clavaba en la madera sin ningun resultado, viendo que no podría entrar decidí esperar, no tenia ninguna prisa y tarde o temprano saldría.
Así que volvi y tome a la muñeca en mis brazos abrazándola con fuerza manchando sus ropas con la sangre de mis manos.
Estuve esperando un buen rato hasta que escuche la puerta abrirse, me escondí en mi cuarto con la puerta entre abierta para esperar que regresara hacia donde estaba mi padre.
Estaba completamente emocionada por lo que habia echo pero quería que esas voces terminasen.
Pude ver a mi madre caminando despacio mirando hacia todas partes en alerta para ver si me encontraba por algún lugar.
Cuando por fin entro en su habitacion, abrí la puerta de la mía lentamente y me dirigí hacia la suya.
Nada mas verme dio un grito de miedo al verme, asustada empezó a acorralarse contra la cama diciéndome que me fuera que llamaría a la policía.
Me acerqué lentamente hacia ella, cuando estuve a su altura pude ver como lloraba, en su rostro solo habia miedo y desesperación aquello me encantaba.
Estremecía mi cuerpo ante tal placer podia sentir como me ponía la piel de gallina, pero no podia dejar que siguiera estando viva.
─ Vamos a jugar…AAAAAAHHH!...─ dije de manera suave y despues grite con todas mis fuerzas gritando con fuerza enarbolando el cuchillo por encima mía, caí sobre mi madre clavándoselo en el pecho viendo como de la herida brotaba la sangre y como aquellas voces se apagaban en mi mente.
Con una furia inusitada le calve el cuchillo varias veces en el pecho, sintiendo como la sangre caliente salpicaba mi cara y resbalaba lentamente, a pesar de que ya hubiera muerto seguí asestando puñaladas un rato tanto en su cuello como en su pecho, cuando por fin me quede satisfecha.
Me baje de encima de mi madre y me dirigí hacia mi cuarto para sentarme y descansar mientras, las imágenes de mis padres muertos y sus rostros mirándome aterrorizados se clavaban en mi mente.
Ahora mismo solo tengo un recuerdo en mi mente: MUERTE.
2.- MENTE DE SANGRE
─ Ha sido una cena excelente, gracias señora Steven…─ dije mientras me limpiaba los labios con una servilleta, pero al mirar a mi alrededor, recordé de nuevo lo que habia pasado.
Esta cena habia sido un tanto especial, a la mesa estaba el padre de un amigo mío del instituto, pero esta vez yo había sido quien me habia cobrado venganza aunque un tanto especial.
Esa misma tarde llame a la puerta y una señora con el pelo negro y largo, de ojos marrones pálidos y con algunas arrugas en su rostro, salio a recibirme.
─ Hola Joseph…─ dijo la mujer amablemente sonriéndome mientras esbozaba una sonrisa.
─ ¿Esta Peter…?...Le traigo unas cosas…─ pregunte esperando que me dejara pasar, aunque no tenia en mente precisamente por lo que tenia que darle.
─ Ahora mismo no esta en casa pero si quieres subir a esperarlo a su habitacion, no creo que tarde mucho…─ respondió la mujer invitándome a que subiría a su habitacion y que le esperara en su habitacion, no pude mas que aceptar su invitación y sonreírle.
Subí por las escaleras y entre en la habitacion allí por un momento me quede sentado en la cama mirando al suelo, escuchando aquellas voces que se clavaban en mi mente una y otra vez.
─ Vamos a jugar…─ decía una y otra vez esa voz clavándose en mi mente, no podia soportarlo.
Así que sin pensármelo mucho baje hacia la cocina y me encontré a la señora haciendo la cena, estaba tan ensimismada en lo que estaba haciendo que ni siquiera se fijo que habia entrado.
Mire por todos lados hasta que mi mirada se fijo en unas tijeras que estaban encima de la encimera.
Las tome y las puse a mi espalda ocultándolas, me acerque a la mujer y le golpee suavemente en el hombro esta se dio la vuelta sonriéndome algo sobresaltada por que ni me habia escuchado entrar.
─ Oh.¿Necesitas algo…?...─ pregunto la mujer mientras dejaba unos filetes en la mesa con una sonrisa.
─ Vamos a jugar…─ conteste con una sonrisa en mis labios, auqneu aquella respuesta dejo fría a la mujer que no sabia que decir.
─ ¿Qué…?...─ pregunto la mujer entre confusión y sorpresa ante lo que habia dicho.
Pero en ese momento me lance por ella enarbolando las tijeras y clavándolas en su pecho una y otra vez esta comenzó a gritar con fuerza mientras la sangre salpicaba por todas partes, no podia parar de hacerlo aquellas voces se acallaban con lo que estaba haciendo y era un alivio.
Ni siquiera pensé las veces que incruste las tijeras en aquel cuerpo y la cantidad de sangre que salía de este, su rostro estaba horrorizado y podia ver como la vida se le escapaba de su débil cuerpo hasta que sus gritos al fin se acallaron.
Su sangre resbalaba por mi rostro y salpicaba el suelo de la cocina pero en cuanto hube acabado aquellas voces empezaron de nuevo.
Cuando saque las tijeras de su cuerpo ensangrentadas podia ver como la sangre goteaba de ellas dejando charcos en el suelo, su cuerpo estaba inmóvil con los ojos abiertos y aterrorizados, su cuerpo acribillado a cuchilladas, a pesar de todo me sentía aliviado.
─ ¿Cariño pasa algo…?....─ pregunto un hombre de pelo negro con algunas canas ya, al ver el escenario su rostro cambio enseguida se horrorizo, llevándose la mano a la boca y retrocediendo unos pasos.
Al verme se quedo paralizado no sabía que decir, ni hacer por unos segundos se quedo mirando el cuerpo inerte de la mujer.
Pero esas voces volvieron de nuevo azotando mi mente sin pensarlo dos veces me lance por el hombre lanzando cuchilladas este interpuso sus manos delante de el para defenderse pero no sirvió de mucho puesto que la sangre empezó a brotar de sus brazos por los envites.
Los ataque se sucedieron este retrocedió unos pasos y al final cayo al suelo, me lance encima de este y empecé a acometer nuevamente clavándolas en su pecho y en su garganta, escuchaba sus gritos que cada vez eran mas ahogados, la sangre lo inundaba todo solo podia ver el color rojo intenso y saborear su gusto metálico.
No podia dejar de clavar las tijeras en su cuerpo blando, me sentía cada vez mejor mas lleno de vida, cuando al fin acabe caí al suelo rendido por el esfuerzo mientras notaba la humedad del suelo, en ese momento solté las tijeras, incluso me dolían los dedos de lo fuerte que las habia apretado.
Descanse unos momentos , cuando me levante me quede mirando el espectáculo el suelo estaba completamente manchado de sangre, me fije en los filetes que había preparado la mujer y sin pensarlo dos veces tome su cuerpo arrastrándolo hasta llevarlo hasta el salón y la senté en un silla, hice lo mismo con el hombre dejando un rastro de sangre por todo el suelo y empecé a poner la mesa como si fuéramos a cenar.
Despues de aquello coloque los platos y comencé a cenar tranquilamente, seguidamente tome la servilleta y me limpie los labios y hasta aquí, pero en ese momento escuche las llaves en la puerta principal.
Tome un cuchillo y lo coloque detrás de mi levantándome esperando para ver quien era.
─ Mama, papa…─ dijo una voz que enseguida reconocí era mi gran amigo al que estaba esperando.
Al entrar se quedo paralizado al ver aquel dantesco escenario no sabia que hacer ni decir, solamente se acerco unos pasos con la mano en la boca sin percatarse de que estuviera allí.
─ Vamos a jugar…─ dije con tono de alegría en mi voz, y en ese momento mi gran amigo se giro para ver quien era quedándose atónito.
Ahora mismo solo tengo un recuerdo en mi mente: MUERTE.
3.-MENTE SANTIFICADA
─ Podéis ir en paz…─ dije acabando como tantas veces hacia en la misa, ese día tenia que hablar con los niños para los que iban a hacer la primera comunión pero no imaginaba si quiera lo que iba a ocurrir.
Despues de unos momentos la gente empezó a salir por las puertas, en ese momento baje del pulpito y una vez que me hube quitado las ropas de misa salí por la puerta para hablar con los padres y con la hermana Maria.
Nada mas que salí por la puerta los padres se pudieron a mi lado hablándome sobre el sermón de aquel día todo iba muy bien.
─ Necesito que los niños y las niñas, junto con la hermana Maria que me acompañen al despacho, así nos los repartimos para los estudios de la catequesis…─ cuando dije esto los padres dijeron a sus hijos que me acompañan y amablemente la hermana Maria me ayudo.
Volvimos a entrar de nuevo en la iglesia y avanzamos hasta le fondo de esta hasta llegar a la habitacion que estaba.
Cuando hubieron entrado todos n ose por que cerré el cerrojo interior, seguidamente la hermana Maria empezó a explicar lo que íbamos a hacer.
Me dirigí hacia un mueble y empecé a rebuscar entre los cajones, en ese momento empecé a escuchar una voz al principio preferi no prestarle atención pero cada vez se hacia mas y mas fuerte.
─ Vamos a jugar…─ decía una y otra vez en mi mente resonando, los demás pensamientos parecían perderse en la oscuridad.
Al pasar un rato ni siquiera tenia pensamientos propios solo aquella voz, despues de unos segundos y mientras la hermana Maria seguia explicando lo que iban a hacer, encontré en los cajones unas tijeras bastante grandes, enseguida las tome, me quede un momento intentando quitarme aquella voz de mi mente pero no había forma.
─ Hermana Maria, es su turno…─ dije dándole el turno para que empezara a hablar, pero en ese momento sentí un temblor en mi mano apretando las tijeras con fuerza entre mis dedos.
─ Padre Steve, ¿se encuentra bien…?...─ pregunto la hermana Maria con tono de extrañeza y confusión al ver que no me daba la vuelta y comenzaba a hablar.
Pero sin ni siquiera pensarlo me gire rápidamente y le clave las tijeras en la garganta de la hermana Maria, su rostro cambio de inmediato a terror y se puso las manos en la garganta de la que empezaba a manar sangre como si fuera una fuente podia notar el calor de ese liquido en las manos resbalándome.
─ Vamos a jugar…─ dije sin pensar aquello era una pesadilla pero cuando lo hube echo la voz se acalló pero enseguida volvió a repetirse.
Los niños enseguida empezaron a gritar con fuerza asustados y se apelotonaron en la puerta intentando abrirla, sus gritos me parecían como música celestial mientras me acercaba con las tijeras manchadas de sangre y goteando.
Empecé a mover las tijeras clavándolas a diestro y siniestro en lso niños sintiendo como se hundían en su carne y como a cada muerte la frase que escuchaba en mi mente se iba acallando pero no era suficiente necesitaba que desapareciera por completo.
Sus voces de miedo y ayuda inundaban la habitacion mientras la sangre salpicaba toda la habitacion, su carne era blanda y fácil de atravesar.
En mi rostros solo se dibujaba una sonrisa a cada muerte, la sangre lo inundaba todo solo podia ver en un tono de color rojizo, mientras seguida dando puñaladas y cortando gargantas.
Sus voces se fueron apagando lentamente hasta no quedar ninguno, mientras esa frase se acalló por completo despues de aquello me dirigí hacia la mesa y me senté soltando las tijeras en el suelo con charcos de sangre por todas partes y los cuerpos de los niños muertos, me quede así un buen rato hasta que escuche que los padres golpeaban la puerta.
Despues de unos segundos empecé a escuchar los gritos de miedo de las mujeres y los gritos de los padres para que abriera la puerta, viendo que no tardarían mucho en entrar volvi a tomar las tijeras y me senté en el escritorio esperando que entraran y de nuevo aquella voz inundo mi mente con fuerza.
Ahora mismo solo tengo un recuerdo en mi mente: MUERTE.
FIN
P.D: Bueno aqui dejo una especie de mini novela extraña espero que os guste y muchas gracias a todos .
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