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Los hijos de Ayane 1 2 1069

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#1
20 Jan 18 Alaran
Antes de nada quiero decir que este es el primer capítulo de una historia inacabada que empecé hará unos tres años y que sigue aparcada por falta de inspiración y/o tiempo. Se que habrán muchas cosas que no suenen o estén bien pero escribía como iba saliendo en mi cabeza.
Aquí os dejo el primer fragmento a ver que os parece:

Los textos de los antiguos hablan de una raza de seres superiores con poderes ancestrales capaces de crear la vida de aquello que no lo posee. En el origen de los tiempos existía solo una de estas criaturas el cual creó todo lo conocido, la tierra; el aire; el agua; hasta la propia vida. Al principio las formas de vida creadas eran vidas simples, animales pequeños, seres sin consciencia que se limitaban a seguir sus deseos mas primarios y ninguna de estas reconocía su presencia cuando descendía a visitar a sus vástagos. Descontento con estas formas de vida, el ente primigenio procedió a crear vida mas compleja a las cuales pudiera subyugar y obligar a postrarse ante el, consiguió crear unas criaturas mas inteligentes, pero solo consiguió crear a unas pocas a las cuales dotó de una parte de sus poderes para que le ayudasen. Estos recibieron nombres propios, pues nada mas era tan únicos como ellos: Tsohanoai, el cual se encargaría de crear la luz y la justicia; Hastsezini, diosa del fuego y destructiva cuando se enfurece; Sah, diosa de la vejez y de la sabiduría que esto conlleva, a la cual se atribuyen las cualidades de la magia; y el gigante Yeitso, deidad de la violencia y la fuerza desenfrenada. Estos dioses comenzaron a crear a los que respectivamente serían sus súbditos y pobladores de las tierras asignadas por la diosa Anaye, el cual los había creado con el propósito de crear vida inteligente sin haberles revelado sus verdaderas intenciones.
Cada dios, absorto con la vida que había creado no se percataban de las verdaderas intenciones de su madre creadora, comenzaron a formar los territorios y a  desarrollar lo que milenios mas tarde se convertirían en las cuatro regiones dominantes del continente que habitaban: Tsohanoai en el centro del continente, Hastezini al sur, Sah al oeste y Yeitso al norte. El culto a cada dios creó hermandades y órdenes que dedicaron su vida al culto y a la predicación de los ideales del dios de cada región, el culto a Tsohanoai fundó la Orden Recta, la cual impuso el orden y la ley bajo una ley marcial y la creación del Reino Imperial. Los seguidores de Hastsezini veneraban el fuego como el elemento que propicia la vida y se desarrolló una simbiosis con dicho elemento el cual podían controlar a voluntad. Sah, al dotar a sus vástagos de la magia y una longevidad bastante prolongada provocó la aparición de los hechiceros, los cuales se dividieron en varias ramas las cuales colaboraban por el bien de su propio pueblo bajo la orden de los Arcontes; y Yeitso crea tribus de guerreros fuertes las cuales compiten entre ellas para obtener el liderazgo temporal de todas las tribus y así convivir en paz y armonía pues estos eran muchas tribus pero con no demasiados integrantes.
Al terminar su trabajo, los cuatro seres primogénitos alcanzaron la ascensión y obtuvieron una forma etérea la cual les permitía presentarse en cualquier lugar de su territorio, todos ascendieron excepto la diosa Anaye, la cual seguía habitando el plano terrenal buscando el reinado de todas las criaturas que sus hijos habían creado provocando grandes desastres al presentarse de manera corpórea frente a los mortales, los cuales no podían soportar la presencia física de un ser superior. Poco a poco, las mentes de grupos de moradores de cada región fueron embelesadas por las promesas huecas de la diosa primordial y crearon una región en el territorio oriental que separaba las cuatro regiones civilizadas, el cual era un yermo en el que a duras penas florecía la vida y los frutos que daban las plantas envenenaban aun más las mentes de aquellos que habían sucumbido ante el influjo de la embaucadora.
 Los cuatro primogénitos, iracundos por tal traición por parte de su madre dirigieron a sus respectivos pueblos hacia una guerra contra aquellos que habían traicionado a sus naciones. La diosa madre, al ver que la guerra se dirigía hacia sus territorios creó a cuatro monstruosidades a las cuales moldeó con forma de reptiles gigantescos para que protegieran a aquellos a los que había arrancado de sus hogares. El continente antaño pacífico conoció la guerra y todas las desgracias que conlleva, la batalla devastó todo el territorio formado por los cinco reinos y dio paso a una era oscura en la que la muerte y las guerras prendían como la pólvora. Tras siglos de guerra, al ver a sus hijos empobrecidos y demacrados por las constantes guerras contra el territorio central y entre las mismas naciones decidieron intervenir personalmente, volvieron a sus formas corpóreas y dirigieron una última y desesperada batalla contra la creadora de toda la vida conocida.
Los cuatro hermanos, tras un largo y cruento asedio consiguieron penetrar en el último bastión en el cual encerraron a su propia madre y a las sierpes guardianas que habían protegido a tal peste contra la mente de los moradores del planeta, pero antes de ser sellada en una gran sala cargada con los poderes arcanos de sus hijos, vaticinó su vuelta y el fin de los reinos que estos habían creado los cuales serían precedidos por los ataques de sus monstruosas guardianas.
#2
05 Feb 18
Mu wapa la movida esta.

Estás hecho un H.P Lovecraft
[Imagen: SR7oOSm.png].      [Imagen: xgjQZ27.png]     

[Imagen: n15_Gilthunder.png]
           Arigato FaruNya!
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