4 ALICIAS SIN MARAVILLAS
 
Que puedo decir este caso me dejo mas sorprendido que el resto, ninguna victima tenia relación con las demás, ni en lo mas mínimo si exceptuamos sus desordenes en los sueños cada una se quejaba de tener pesadillas tan vividas que llegaban a despertarse gritando y llorando, aunque claro que niño no ha hecho eso alguna vez con los terrores nocturnos.
 
Mi nombre es Christopher un simple detective de seguridad que ha ido subiendo poco a poco hasta este puesto, pero desde que me pusieron en este caso he llegado incluso a dudar de mis propias habilidades no daba con nada que pudiera relacionar lo que había pasado, aquellas muertes tan repentinas y de tan diferentes formas pero en todos ponía el nombre "ALICE" en la pared con sangre excepto en el ultimo que no había nada escrito, pero empecemos desde el principio…
 
─ Deberías ir a descansar un poco…llevas una semana muy complicada…─  dijo Joseph mientras se colocaba aquella gabardina gastada que tantas veces le había visto ponerse, habíamos llegado juntos a la academia e incluso pasamos las pruebas juntos, se podría decir que era mas que mi amigo, su estatura superaba en poco la mía tenia los ojos verdes y el pelo marrón algo despeinado junto con un bigote, sus rasgos eran aguileños su carácter aunque afable y animado podía tornarse muy serio en cuestión de segundos y nunca se tomaba ningún caso a broma por ridículo que fuese, aunque siempre se perdía en detalles.
 
─ Si tienes razón estoy hecho polvo…además necesito una ducha…venga te invito  una copa…─ dije mientras me levantaba de aquel asiento torpemente, había estado todo el día pegado a el, pero cuando estábamos a punto de irnos nos llego el; desde el momento que llegue allí no se por que le caí mal parecia que no quería que hubiese entrado como detective, era un tipo de mi misma estatura calvo y con ojos de color azul verdoso estaba ya un poco entrado en carnes, de facciones muy cuadriculadas y aparte de eso nunca le había visto sonreír.
 
─ Joseph, Christopher…tenéis un caso en un hospital han matado a una enfermera a cuchilladas…daos prisa os quiero ya…─  dijo el comisario con cara de pocos amigos que a la vez mirándonos de mala manera.
 
─ ¿Pero  ya nos íbamos no puede dárselo a otra persona…?...─ pregunto Joseph con desanimo mientras el comisario sencillamente sol ose dio la vuelta y volvió a su oficina.
 
─ Bueno se acabo el descanso…─ dije con desanimo mientras salía de allí en dirección al garaje de la policía, cuando baje me di cuenta que el sitio estaba completamente desierto nunca lo había visto así incluso me parecia amenazante no se escuchaba nada salvo algún rechinar de neumáticos por la parte de arriba, el sitio estaba iluminado por focos fluorescentes en el techo, avanzamos hacia donde estaba el coche tranquilamente y nos colocamos los cinturones de seguridad, no se por que pero me sentía algo extraño desde que el comisario nos entrego aquel caso.
 
─ Eh colega…¿te encuentras bien…?...─  pregunto Joseph viendo mi cara de extrañeza mientras conducía.
 
─ Si, no te preocupes solo es el cansancio…Tengo la mente algo dormida…─ respondí mientras conducía hacia el hospital la noche era algo fresca y no había ninguna nube a la vista, las calles parecían desiertas de vez en cuando pasaba algún coche por nuestro lado pero poco mas…
 
 
 
FIN DEL CAPITULO 1
 
  

UNA NOCHE MOVIDA
 
Mientras conducía en el coche mi mente divagaba en otras cosas, no podía concentrarme baje la ventanilla para respirar un poco el aire fresco por si me despejaba, pero aquello no sirvió de nada era como si la noche hubiera cambiado en cierto sentido, incluso la luna me decía que aquel caso iba a ser mas complicado de lo normal.
 
Cuando al fin llegamos pudimos ver dos patrullas mas de policía y algunos miembros con sus batas blancas de la científica, detrás del cordón policial había varias periodistas cubriendo la noticia, la verdad siempre que llegaba a algún sitio estaban allí no sabia como lo hacian pero siempre que los veía me entraban ganas de matarlos.
 
Avanzamos hasta llegar a la puerta enseguida enseñamos las placas y nos dejaron pasar al interior del hospital, mientras avanzamos vimos como algunos policías estaban tomando declaración a algunos testigos, cuando llegamos al fin cerca de la victima tomamos unos guantes de látex blanco y nos lo colocamos.
 
─ ¿Bueno que es lo que ha pasado…?...─  pregunto Joseph mientras recogía un informe por mi parte me acerque un poco mirando aquel cuerpo que se encontraba en el suelo la muchacha era muy joven de pelo rubio con forma de bucles su rostro era muy redondeado y tenia unos ojos de color verde muy bonitos llevaba puesto el uniforme de enfermera pero este estaba manchado de sangre por todas partes salpicaba incluso el ascensor sin embargo un olor asqueroso llego a mi nariz al ver aquello tuve que aguantarme las ganas de vomitar y eso que había visto muchos asesinatos peores. parecia estar sentada mirando hacia la escalera que conducía al piso de arriba por un momento observe las heridas de su cuerpo eran pequeñas pero algunas eran bastante alargadas y profundas, su mirada era fija nadie le había bajado hasta ahora los ojos, incluso por un momento llegue a pensar que me miraba.
 
Por un instante me quede mirando aquellos ojos inexpresivos y acerque mi mano para cerrárselos, pero en cuanto estuve cerca, no se lo que paso exactamente pero vi como me sonreía de manera maléfica y retorcida mientras abría la boca y de ella empezaba a salir sangre llenando mis guantes, en ese momento en mi mente resonó una frase, "Quiero ser Alicia", aquello aun me dejo mas petrificado por el miedo no podía dejar de mirarla mientras ella me sonreía; en ese momento sentí una mano que toco mi hombro instintivamente me desperté saliendo de aquella horrible visión, enseguida me puse la mano sobre los ojos para despejarme un poco.
 
─ ¿Te encuentras bien…?...Tienes la cara blanca como si hubieras visto un fantasma…─ dijo Joseph mientras miraba como poco a poco intentaba recuperarme de aquella visión.
 
─ Si, sol oque llevamos muchas horas despiertos necesito un café…¿Qué es lo que tenemos…?...─ pregunte mientras intentaba recomponerme mientras miraba de reojo al cadáver.
 
─ Se llamaba Mary llevaba tres año trabajando en el hospital en el ala infantil, no tiene antecedentes, ni nada por el estilo ni siquiera una multa de trafico…─  dijo Joseph mirando la pagina que le había pasado.
 
Aunque aquello no concordaba en nada quien querría matar a una chica así, eso era imposible mientras revisaba el informe, pude ver por le rabillo del ojo que en parte superior de las escaleras había una figura pequeña del tamaño de un niño que portaba algo en sus manos…
 
 
FIN DEL CAPITULO 2
 
 

CAMINO DE COLOR PURPURA
 
Por un momento reconocí levemente que era un bisturí pero cuando mire no vi a nadie en ese sitio, cosa que me pareció bastante extraño y achaque a la falta de sueño.
 
─ ¿Qué estas mirando…?...─ pregunto Joseph curioseando mientras me quitaba la hoja del informa de las manos.
 
─ No se me ha parecido ver un niño en la escalera…─ dije mientras intentaba aclararme el sueño que tenia encima.
 
─ Eso es imposible todos nuestros niños están en el ala infantil…tenemos siempre una enfermera de guardia…para que ninguno se escape…─  dijo una enfermera algo mas pequeña que yo, con el cabello negro y liso con unos ojos de color marrón profundo, su rostro tenia ya unas cuantas arrugas, los rasgos eran algo mas cuadriculados en su rostro portaba unas gafas de pasta gruesa de color negro y su corpulencia era mucho mayor que la de nosotros dos.
 
─ ¿Y usted es…?...─ pregunto Joseph mientras sacaba un pequeño cuaderno de su chaqueta.
 
─ Me llamo Anna y soy la jefa de enfermeras del ala infantil…─ dijo Anna sobriamente mientras me miraba con cara de pocos amigos.
 
Mientras Joseph intentaba sacarle algo de información, me dirigí hacia la parte de la escalera en la que había visto al niño, cuando me acerque vi que había unos pequeños charcos de sangre en el suelo aunque con aquella luz roja parecia unas manchas de aceite incluso tuve que agacharme para tocarla su tacto era pegajoso e incluso aun estaba caliente.
 
─ Joseph puedes venir con Anna un momento…─  dije mientras miraba como pequeñas marcas de sangre se dirigían hacia el ala infantil.
 
─ ¿Que es lo que pasa…?...─  pregunto Joseph mientras guardaba el cuaderno y ambos subían donde estaba.
 
─ Sangre y se dirige hacia su pabellón…─  dije mientras desenfundaba mi arma y seguía aquel rastro.
 
─ Pero eso es imposible…─  dijo Anna con el rostro algo temeroso mientras iba detrás de nosotros, Joseph por su parte desenfundo también su arma.
 
El pasillo parecia que era eterno mientras seguíamos aquellas pequeñas manchas de sangre que nos condujeron a unas puertas dobles nada mas entrar, sentí como una ráfaga helada de viento que parecia atravesarme, el pasillo estaba completamente oscuro salvo algunas pequeñas luces de emergencia, a mi derecha había un pequeño escritorio y una de las enfermeras tumbada en este con al cabeza apoyada entre sus brazos.
 
─ Elena despierta…venga…─ dijo Anna mientras la zarandeaba un poco pero ni siquiera llego a contestar.
─ Elena despierte…─  dije intentando despertarla pero viendo que no era posible, le coloque la mano en la barbilla temiéndome que el asesino se hubiera cobrado otra victima, cuando alce su cara vi que sus ojos estaban completamente vacíos solo unos agujeros negros ocupaban sus cuencas, su rostro estaba completamente destrozado con incisiones por todos lados aun así tenia una sonrisa perturbadora, la sangre resbalaba por su rostro y en su cuello un corte de oreja a oreja que hizo salpicar algo de sangre en mi ropa, pero aquello no fue lo peor la misma frase volvió a golpearme en la cabeza "Quiero ser Alicia", aquello hizo que me arrodillara soltando la cabeza de la enfermera y llevando mis manos a la mía.
 
Tanto Anna como Joseph retrocedieron unos pasos asustados, por aquel espectáculo dantesco, su vestido estaba lleno de sangre lo mismo que en el suelo que hasta ahora no nos habíamos dado cuenta y un rastro que llegaba hasta una de las habitaciones…
 
 
 
FIN DEL CAPITULO 3
 
    

ASESINA INESPERADA
 
─ ¿Te encuentras bien…?...─ pregunto Joseph mientras me ponía la mano en el hombro para comprobarlo.
 
Lentamente aquel dolor de cabeza fue desapareciendo poco a poco, me volvía a sentir un poco mas despejado pero aun así me costo algo ponerme de pie, el eco de aquella voz aun duraba en mi cerebro.
 
─ ¿Pero como es posible…?...No puede ser…Era una buena persona…─ dijo Anna asustada mientras retrocedía con la mano en la boca viendo el espectáculo.
 
─ Será mejor que sigamos…─  dije mientras me ponía en pie y seguía aquel rastro carmesí que se dirigía hacia una de las habitaciones la puerta de esta permanecia entre abierta, tanto Joseph como yo nos pusimos a ambos lados, mientras que Joseph ayudaba a Anna a ponerse a su lado.
 
Acerque la pistola a la puerta para abrir la puerta lentamente pero no paso nada, asome la cabeza para ver que es lo que pasaba, pero por la poca luz solo vi la figura de un niña sentada en la cama como si estuviera esperando algo, aquella oscuridad parecia que estuviera viva y como si girara a su alrededor o eso o eran imaginaciones mías; un leve reflejo de un coche pasando hizo que pudiera ver como sus ojos estaban abiertos como platos mirando al vació con una sonrisa casi diabólica, aquello hizo que se me encogiera el estomago.
 
─ Anna llámelo para que venga…─ dijo Joseph intentando hacer que el chico se moviera del sitio, puesto que el asesino aun pudiera estar en el cuarto con el.
 
Aquel rostro por un instante me hizo dudar no sabia que decir incluso parecia que estuviera congelado en el sitio, podría ser el miedo o la estupefacción, pero aquella frase volvió a resonar una y otra vez haciéndose cada vez mas continua.
 
─ Mary ven aquí cariño…soy tita Anna…no tengas miedo, no pasa nada…─  dijo Anna de manera nerviosa mientras veía como la niña se levantaba de la cama de un pequeño salto y se quedaba quieta.
 
Venga cielo…ven aquí…─  dijo Anna dando unos pasos hacia donde estaba la niña este avanzo muy lentamente de una manera extraña movía la cabeza de un lado a otro, aquello no me cuadraba en absoluto.
 
Cuando al fin estuvo a la altura de Anna esta la tomo en brazos pero en ese momento, la niña saco a la luz un bisturí que tenia en la mano rajando de lado a lado el cuello de la enfermera un chorro de sangre salpico su cuerpo y el suelo, mientras que Anna caía al suelo con una mano en su cuello intentando detener aquel chorro de sangre, a la vez que su asesina se reía sádicamente bañada por su sangre, aquella escena me dejo casi sin respiración no sabia que hacer, no podía dispararle, en un segundo la chica empezó a dar puñaladas en el cuerpo inerte de Anna a cada ataque se convulsionaba mientras chorros de sangre saltaban por todas partes incluso llego un momento que un movimiento rajo su abdomen incluso llegamos a ver parte de su intestino aquello casi me hizo vomitar, mi compañero guardo la pistola y se acerco a la chica para intentar detenerla.
 
Pero fue mas rápida que él de un movimiento de mano le hizo un corte en la pierna, este cayo al suelo mientras se sostenía la herida que empezaba a sangrar con fuerza, aquella chica me miro con cara de sádica mientras se lanzo corriendo hacia mi…
 
 
 
FIN DEL CAPITULO 4
 

QUIERO SER ALICIA I
 
Por un instante cerré los ojos, no sabia que hacer viendo como se acercaba la niña corriendo hacia mi con el bisturí en sus manos, pero en cuanto los abrí no parecia haber nadie mire al suelo y vi el camino de sangre que salía de la habitación, en seguida me fije en mi compañero que estaba apretando con fuerza el corte de su pierna, sus manos estaban manchadas con sangre y parte de su pantalón por unos momentos me quede como si estuviera sumergido en mis pensamientos.
 
─ Niña desgraciada…Dios como duele…─ dijo Joseph mientras se sostenía la herida para impedir que no saliera mas sangre, al momento de escuchar sus palabras salí de mi ensimismamiento y rápidamente tome parte de la sabana y la rompí haciéndole un vendaje improvisado.
 
─ Gracias, pero ve a por ella…─ dijo Joseph mientras anudaba un poco mas fuerte el vendaje improvisado.
 
Despues de aquello me dirigí hacia donde me llevaba aquel camino de sangre, que era directamente hacia otra habitación, solamente trague saliva esperaba no encontrarme una carnicería.
 
─ AHHHHHHHHHH!...QUIERO SER ALICIA…LO QUIERO…QUIERO SER ALICIA…─  Mary grito repetidamente desde la habitación, algunos médicos subieron asustados pro aquellos gritos, inmediatamente les hice señales que bajaran de nuevo, no quería que hubiese mas victimas.
 
Abrí la puerta muy despacio intentando que no se diera cuenta de mi presencia pero era imposible, pude verla sentada en la cama junto a otra niña por la poca luz que entraba observe que estaba asustada, intentaba hablar pero tenia la mano de su asesina en la boca tapándosela y aquella pequeña hoja junto a su garganta.
 
─ Ella no quiere ser Alicia…¿Verdad…?...─ dijo Mary de forma aterradora mientras la miraba con aquellos ojos sin vida a la vez que sostenía el bisturí en la garganta de la otra niña que enseguida empezó a negar con la cabeza en su cara podía verse el miedo, mientras que en la de Mary sus ojos estaban abiertos como platos y completamente vidriosos era como si no estuviera allí, aunque su sonrisa era macabra casi diabólica se podría decir que estuviera poseída por algo.
 
─ Ves ha dicho que no quiere ser Alicia…Ahora Mary suéltala…─  dije mientras me acercaba lentamente para llegar a una distancia segura.
 
─ Estoy segura que miente…─  dijo Mary casi sádicamente, en ese momento movió su mano lentamente cortando la garganta de aquella pobre chica, como si disfrutara a cada momento, la sangre broto de aquella herida profusamente, haciendo charcos en el suelo manchando la sangre por unos momentos me quede mirando a la pobre chica que me miraba con ojos vidriosos y tristes como si yo fuera su única esperanza, aunque a.m. quede paralizado no sabia que hacer.
 
─ Ahora ya no me mentira…─ dijo Mary con una voz aterradora incluso llego a helárseme la sangre, por unos instantes, pensé que no me quedaba otra cosa por hacer, así que saque mi arma y le apunte mientras bajo de un salto, manchando sus pies de sangre, y mirándome fijamente…
 
 
FIN DEL CAPITULO 5

QUIERO SER ALICIA II
 
─ No te muevas, quédate donde estas…─  dije con miedo en mi voz incluso tartamudeando algo, aunque aun no me lo creía era imposible que una cría así me asustara de tal forma, incluso solo su presencia me helaba la sangre y como se acercaba a mi, su rostro estaba bañado en sangre, los ojos estaban vidriosos y la mirada perdida, su sonrisa era diabólica era como si la inocencia hubiera desaparecido de golpe.
 
Poco a poco se fue acercando a mi con paso lento y balanceándose un poco de lado a lado mientras movía la cabeza de un sitio a otro.
 
Mi mano empezó a temblar mientras le apuntaba cuando ya casi estuvo delante de mi acerco su cara a escasos centímetros de la mía y se quedo mirándome.
 
─ Tu no serás Alicia…─  dijo Mary con una voz que parecia salir del mismo infierno, que hizo que mi sangre se helara, mientras un dolor atenazo mi mente con la misma frase una y otra vez el dolor era insoportable así que solté el arma al suelo y me lleve las manos cabeza y cerré los ojos fuertemente pero no fueron ni dos segundos siquiera cuando los abrí Mary había desaparecido.
 
Tome mi arma nuevamente del suelo y mire la sangre aun revelaba que se dirigía hacia el piso de arriba donde había mas personas al parecer no quería mas niños pequeños.
 
Al salir de aquella habitación vi como Joseph salía cojeando y apoyándose contra la pared enseguida le ayude apoyando su brazo en mi hombro.
 
─ ¿La has cogido…?...─ pregunto Joseph mientras le ayudaba a caminar mientras el cojeaba, cuando llegue a la escalera varios médicos se acercaron para ayudarme.
 
─ No, sigue suelta…ha ido al piso de arriba…y ha matado a otra niña…─  respondí con algo de tristeza sabiendo que aquella muerte había sido por mi culpa, prácticamente la había dejado que lo hiciera.
 
─ Tienes que cogerla como sea…No te preocupes por mi…─  dijo Joseph mientras le tumbaban en una camilla y se ocupaban de el.
 
─ Necesito dos celadores…─ dije mientras miraba el arma, pensando que esta vez no fallaría si tenia que hacerlo lo haría aunque me costara.
 
En eso dos hombres se acercaron siendo un poco mas altos que yo, con ellos a mi lado pasamos al piso de arriba estaba de la misma forma que el otro con las luces apagadas y solo con aquellas luces rojas iluminándolo todo.
 
Mire hacia el suelo y vi pequeñas gotas de sangre por el suelo que me llevaban hacia una habitación.
 
Las seguimos muy lentamente y  observamos que una de las puertas estaba entre abierta solo esperaba no volver a encontrármela de la misma forma, indique a los guardias que se pusieran a cada lado de la puerta.
La abrí lentamente y mire para ver que me encontraba cosa que me extraño, estaba de pie frente a una cama y el paciente sentado en la cama aunque parecia completamente tranquilo mirándola…
 
 
FIN DEL CAPITULO 6

UNA ALICIA MAS
 
Por un momento me quede tranquilo sin saber ciertamente por que aquel hombre permanecia sentado y tranquilo frente aquella asesina, entre en la habitación con el arma en mano dispuesto a dispararle si fuera necesario.
 
─ Ni se te ocurra moverte, suelta el bisturí…─  dije mientras apretaba firmemente mi arma apuntándole al hombro, mientras pensaba en lo que pudiera estar pasando.
 
─ ¿Ocurre algo…?...─ pregunto el hombre tranquilamente como si nada pasara cosa que me extraño bastante, Mary enseguida se dio la vuelta mirándome con aquellos ojos vidriosos y esa sonrisa diabólica, y en ese justo momento el bisturí cayo al suelo, pensé que al menos me había hecho caso de alguna forma o había entrado en razón.
 
Pero en ese momento mientras me acercaba a ella, para recoger el bisturí esta sin ningún aviso soltó un grito.
 
─ Aaaaaaaahhhhhhhh…¿Qué ha pasado…?...¿Donde estoy…?...¿Que es esta sangre…?...─  preguntaba una y otra vez mientras miraba perpleja sus manos llenas de sangre, sus ojos habían cambiado de golpe esta vez parecían que eran los suyos y aquella mueca diabólica se había esfumado de su rostro.
 
─ No te muevas…Cogedla…─ dije mientras le daba una pequeña patada la bisturí hacia otra parte, mientras los celadores entraron a retenerla.
 
Mary parecia completamente confusa y asustada no hacia mas que chillar, era como si despertara de una mala pesadilla.
 
El hombre de la cama ni siquiera se inmuto por ello sencillamente siguió mirando la escena con tranquilidad, era un hombre joven y de pelo moreno claro casi grisáceo, sus rasgos eran casi aniñados de ojos verdes y grandes, lo que mas me extraño es que justo al lado de su cama en una mesilla había una rosa de color azul, mientras me disculpaba ante aquel joven y recogía el bisturí este empezó a cantar una cancioncilla.
 
─ Un hombre sereno cantando…llego al país de las maravillas…Dejando fluir diversos sonidos…creo un mundo demente…─ empezó a cantar aquel joven por un instante me quede como embelesado por aquella cancioncilla, ni siquiera sabia donde estaba pero en cuanto se detuvo vi que en sus manos estaba mi arma ni siquiera sabia como me la había quitado.
 
─ Suelta el arma tu no quieres hacer daño a nadie…─  dije mientras me acercaba a el lentamente con la intención de cogerla, aquello me tenia los pelos de punta nunca me habían robado el arma.
 
El joven sencillamente me sonrió de la forma mas macabra posible aquello me hizo recordar a Mary, por unos instantes mi mente fue como si cambiara de golpe, no sabia que es lo que iba a hacer.
 
Al momento me apunto con ella me tenia completamente encañonado y así permaneció por unos instantes apuntándome sin pronunciar palabra en plena oscuridad.

─ ¿Te gusta mi canción…?...─  pregunto el joven mientras me apuntaba con el arma, solamente pude tragar saliva y asentir para seguirle la corriente…
 
 
FIN DEL CAPITULO 7
 

UNA ROSA ROJA
 
En ese momento mi mente estaba en blanco solo podía ver el canon del arma apuntándome y como estaba a la merced de esa persona que en cualquier momento podría acabar con mi vida.
 
Aquel hombre sencillamente sonrió con una mueca macabra casi diabólica, aquello no podía estar pasando de nuevo, sus ojos estaba vacíos es como si mirara a través de mi.
 
Aquellos instantes se me hicieron eternos, no sabia que hacer hasta que finalmente aquel tipo presiono el arma en su sien, aquello me dejo congelado completamente, no pensaría que fuera a volarse la cabeza.
 
Pero todo paso en un segundo un gran estruendo lleno el sitio y como si estuviera en cámara lenta vi como aquel hombre sin motivo aparente caía en la cama con un agujero en su cabeza suficiente para ver parte del cerebro su sangre me salpico casi por completo dejando una gran mancha en la pared y tintando aquella rosa azul de rojo testigo de aquello.
 
Ni siquiera pude moverme por unos segundos, notando como aquel liquido aun caliente resbalaba por mi cara, incluso parte del cerebro estaba en el suelo junto con algunos trozos de cráneo.
 
Rápidamente algunos celadores subieron a ver lo que pasaba junto con las puertas de varias habitaciones que se abrieron.
 
Los celadores se quedaron quietos viendo el espectáculo pro un momento, después de eso mi cerebro reacciono, y busque un pañuelo en mi bolsillo para quitarme aquel liquido pegajoso de mi cara, necesitaba lavármela de inmediato.
 
Los celadores salieron de allí y empezaron a calmar a las demás personas para que entraran de nuevo en sus habitaciones.
 
Casi tropezándome entre en un pequeño cuarto de baño y encendí la luz me mire por un momento al espejo este me devolvió una imagen distorsionada, podía ver mi rostro con sangre por todas partes como resbalaba por mi piel sintiendo aquella temperatura tibia, como pude abrí el grifo del agua y empecé a lavarme la cara y las manos  tanto como pude pero aunque las tenia limpias aun me sentía sucio de alguna forma.
 
Pase como unos cinco minutos limpiándome cuando al fin me encontraba tranquilo salí de allí aun con la cara mojada y las manos goteando agua.
 
─ ¿Se encuentra bien…?...─ pregunto unos celadores mientras seguía recogiendo algunas cosas en la habitación.
 
─ Si no se preocupe…─  respondí aunque aquello sabia que me había afectado mas de la cuenta, recogí mi arma que estaba en el suelo y la volví a enfundar.
 
En ese momento entro una camilla con varias enfermeras para sacar al cadáver de allí, pero mientras lo ponían en la camilla pude ver como su rostro estaba completamente tranquilo se podría decir incluso que estaba feliz…
 
 
FIN DEL CAPITULO 8
 
 

UNA VISITA DIFICIL
 
Mientras los celadores se llevaban la camilla mi compañero pude ver que subía con unas muletas.
 
─ ¿Qué ha pasado…?...He escuchado un disparo desde abajo…─  pregunto Joseph mientras intentaba acostumbrarse a las muletas, el corte al parecer había sido algo profundo.
 
─ Si ese tipo, por un momento no se lo que me paso me quede como embelesado cuando empezó a cantar…y de pronto vi que tenia mi arma en su mano ni siquiera entiendo lo que paso…me estuvo apuntando por unos momentos y después se pego un tiro…tenia los mismos ojos que esa chica, la misma mueca diabólica…¿Y tu que tal te encuentras…?...─  pregunte  mientras resumía todo aquello, se notaba que mi rostro estaba cansado y confuso por todo l oque estaba pasando.
 
─ ¿Qué te quito el arma…?...No se por que pero yo que tu no ponía eso en el informe…Me ha dicho el doctor que al menos no afecto a la arteria femoral pero que falto muy poco…me han dado unos puntos…Deberías de descansar llevamos mucho tiempo despiertos y nos esta pasando factura…Estamos cometiendo errores…─  dijo Joseph intentando quitarle hierro al asunto aunque tenia toda la razón del mundo sabia que aquello no había sido por descuido y además que ganaba ese tipo con pegarse un tiro no lo entendía.
 
─ Tengo que ver a Mary…Lo mismo ella sabe algo…─  dije mientras salía de allí a toda prisa para preguntar algún medico y saber donde la habían llevado.
 
─ Escucha es mejor que descanses algo…Mierda!...Espera un poco voy contigo…─  dijo Joseph mientras me seguía con las muletas todo lo rápido que podía.
 
No tarde mucho en encontrar a un doctor que estuviera de guardia, pregunte por Mary y nos dijo que se encontraba en el ala de psiquiatría encerrada en una de las habitaciones.
 
─ ¿Sabe por casualidad por ha hecho eso…?...─  pregunto Joseph intentando averiguar algo mas.
 
─ Si le digo la verdad no sabría decirle…aunque ella padecía de terrores nocturnos y sonambulismo…a veces andaba por la habitación pero nunca había salido de ella y menos hacer esto…─  dijo el doctor dándome algo de luz aunque fuera muy poca.
 
─ Tiene su ficha por alguna parte…para poder verla…─ dije mientras el doctor asintió y enseguida nos trajo la ficha de Mary empecé a repasarla con cuidado pero la chica era completamente normal estaba bajo un tratamiento y poco mas, lo mas destacable fue lo que había dicho el doctor los terrores nocturnos y el sonambulismo.
 
─ Gracias por su ayuda…─ dijo Joseph y después de aquello nos dirigimos hacia el ala de psiquiatría al llegar allí había un celador en la puerta que enseguida nos abrió aquel sitio, entre la poca luz que había y el silencio aquello parecia que incluso estuviera encantado de vez en cuando escuchábamos algún sonido proveniente de alguna habitación.

Cuando al fin llegamos me abrió el ventanuco y pudimos ver como Mary estaba en un rincón sentada con las piernas recogidas, era como si aquello hubiera sido una pesadilla  para ella, aunque al verla enseguida me vino a la mente lo que había hecho y no sabia como tratarla siquiera, incluso me daba miedo entrar a hablar con ella pero tenia que hacerlo…
 
 
FIN DEL CAPITULO 9