UN INTERNADO DIFERENTE
─ Anabell. venga levántate ya va siendo hora...llegaremos tarde...─ dijo mi madre obligándome a salir de debajo de las mantas, haciendo mucho frío estábamos en pleno invierno.
A mala gana viendo que aquello seria una perdida de tiempo salí de la cama, me senté y me quede mirando a mi habitación, estaba pintada de un color rosado, enfrente mía había un escritorio con un portátil que casi siempre usaba por las tardes para hablar con mis amigos, al lado de este un ropero bastante grande, mi habitación tenia pósteres por todas partes de series de anime y algunas cantantes que me gustaban.
Que quien soy solo una chica normal, nada especial, que por lo visto tienen que meter en un internado pero no es por lo que pensáis, solamente que mis padres debido a sus trabajos están mucho tiempo afuera trabajando y apenas vienen a casa y ahora han tenido la magnifica idea de meterme en un internado y mas de chicas solamente, el problema radica es que se encuentra en el quinto pino y para regresar a cada tendría que coger dos autobuses un lío, puesto que solo ese sitio tenia un autobús para llegar allí.
─ Date prisa...Clarisa esta aquí...─ dijo mi madre incentivándome con la llegada de Clarisa.
Que quien es ella es una amiga de la infancia. es un poco mas alta que yo solo tiene dos años mas, tiene un bonito cuerpo, y unos ojos grandes y de color azul celeste con una melena que le llegaba hasta la cintura, su personalidad había cambiado de aquí hace un tiempo se podría decir que es difícil de explicar lo que nunca entenderé que por algún motivo su familia se mudo durante un año entero y después de este volvió nuevamente, aunque siempre estábamos de broma e íbamos juntas a todas partes, después de ese viaje nos distanciamos un poco su forma de ser era un poco mas reservada.
─ ¿Se puede...?...─ pregunto Clarisa golpeando la puerta, su tono mas bien parecía algo nerviosa, aunque la verdad no entendía tal vergüenza, antes ni siquiera llamaba.
─ Si...pasa...si esperas un momento tengo que arreglarme un poco...─ dije mientras me quitaba el pijama de color rojo y solo me quedaba en ropa interior, en ese instante Clarisa entro y se me quedo mirando por un instante no se por que, parecía que me desnudara con la mirada, pero no le preste atención, enseguida volteo la cabeza mirando los posters.
─ Tenemos que... darnos prisa...─ dijo Clarisa casi tartamudeando mientras parecía ignorarme completamente y se fijaba en los posters como si fuera un acto reflejo me lance a su espalda y le agarre los pechos, note que incluso le habían crecido un poco mas, eran muy suaves y grandes, una sensación indescriptible.
─ ¿Pero que haces...? ... suelta...─ dijo Clarisa avanzando un poco hacia delante y tapándose los pechos con vergüenza aunque no lo entendía antes hacia esto y no le importaba, nos lo tomábamos a risa.
─ ¿Pero que te pasa...? ...No te voy a comer...Antes no eras así...─ dije mientras me quedaba sorprendida por aquello.
─ Es mejor que te duches y nos vayamos cuanto antes perderemos el autobús...─ dijo Clarisa intentando apresurarme, me quede un poco sorprendida por aquello pero decidí no prestarle importancia.
Os preguntareis si soy lesbiana pues la verdad no sabría que deciros me gustan los chicos, pero llevo una temporada en que me fijo mas en las chicas que en otra cosa no se por que lo mismo me gustaría experimentar de alguna forma.
─ Vale de acuerdo...Aguafiestas...─ dije refunfuñando enseguida salí de la habitación y me dirigí hacia el cuarto de baño, cuando mire por la escalera hacia abajo observe que mi madre se me quedo mirando algo enfadada.
─ Cuantas veces te he dicho que te pongas algo por encima...─ dijo mi madre refunfuñando mientras llevaba algo de ropa hacia donde estaba, ella es como de mi estatura, de ojos verdes y de pelo corto, se podría decir que mi cuerpo lo he heredado de ella y sobre todo sus pechos que son bastante generosos, su carácter es algo agrio y reservada, siempre intentando que haga todas las cosas correctamente pareciera que no me quisiera, pero se que daría su vida por cada uno de nosotros.
─ Pero mama...─ dije somnolienta y algo enfadada por aquello, mientras mi madre me entregaba la ropa del internado me quede por un momento mirándola y vi que se trataba de un uniforme.
─ Aquí tienes creo que te va a gustar...─ dijo mi madre casi riéndose mientras me entregaba un uniforme de color gris apagado.
─ ¿Pero que demonios...? ...¿No me digas que hay que llevar uniforme...?...─ dije mientras veía la ropa que me entregaba.
─ Eso parece...y no se te ocurra protestar por que no vas a conseguir nada así que métete en la ducha que pronto pasara el autobús además tu padre ya ha salido para el aeropuerto y dentro de poco tengo que irme yo también...─ dijo mi madre mientras me entregaba el uniforme casi empujándome y dándome la media vuelta en dirección hacia el baño.
─ De acuerdo ...Sabes que nunca me han gustado los uniformes...─ dije mientras me dirigía hacia el cuarto de baño, al entrar en la habitación observe que había una ducha enfrente mía de estas modernas con mampara de baño a su lado un lavabo con un gran espejo que se abría y un banquillo en uno de los rincones a los pies una alfombra de color celeste, inmediatamente me metí en la ducha cerré las puertas de la mampara y deje que el agua me refrescara, me pase un buen rato pensando en mis cosas y como seria el sitio donde iba pero no saque nada en claro así que salí afuera y me seque con la toalla de conejitos enrollándomela en el cuerpo después de esto me senté en el banquillo y cogí el cepillo, me quede por unos instantes mirándome al espejo como embobada cuando al fin salí de mi ensimismamiento pensé que seria buena idea que me peinara Clarisa siempre se le había dado bien hacerlo y yo normalmente solía liarme con mi pelo.
─ Clarisa...¿Podrías venir...? ...Necesito algo de ayuda ...─ dije gritando algo, pasado un momento la puerta se abrió y entro Clarisa mientras miraba hacia otro lado.
─ ¿Que...es lo que quieres...?...─ dijo Clarisa algo nerviosa desde la puerta enseguida le enseñe el cepillo y se puso detrás de mi, note que estaba encendida como un tomate, y sus manos temblaban algo.
─ ¿Me podrías ayudar con el pelo...?...Sabes que me cuesta cepillármelo...─ dije mientras me sentaba delante del espejo y le entregaba el cepillo que enseguida se puso detrás de mi para peinármelo, por un instante a mi mente vino cuando hacíamos esto de pequeñas.
─ No pareces muy contenta...─ dijo Clarisa mientras seguía cepillándome con cuidado siempre se le había dado bien hacer esto.
─ Claro que no lo estoy...lo que no me creo es que mis padres no confíen en mi...y encima me tengan que meter en un internado...es increíble...A propósito...¿Como es aquel sitio...?...─ pregunte intentando enterarme de algo, aunque esperaba que no fuera nada raro.
─ Bueno se podría decir que...es algo diferente ...es como un a universidad aunque claro es solo de chicas...tiene muchos clubes y demás...la que dirigen eso son monjas...─ dijo Clarisa explicándome un poco de aquello pero en cuanto dijo que solo era de chicas y que habían monjas, no se por que me dio un escalofrió por la espalda.
─ Parece que me estas explicando una prisión...Tengo que hablar con mi madre...─ dije mientras acababa de cepillarme el pelo enseguida me quite la toalla que me cubría y casi de inmediato Clarisa aparto la mirada me coloque un tanga de color púrpura con algunas transparencias y una mariposa de color rosa en la parte de arriba, en los pechos un sujetador haciendo juego seguidamente mire el uniforme y observe que aquello era como el de una prisión era una falda de color gris una camisa blanca y un jersey sin mangas de color azul oscuro junto con unos calcetines altos de color blanco que llegaban un poco antes de las rodillas y unos zapatos oscuros aunque no diferenciaba mucho del uniforme de Clarisa solo en el jersey que el suyo era de un color verde.
Una vez me hube colocado aquello salimos del cuarto baño y bajamos las escaleras llegue a la cocina, la habitación era bastante grande en el fondo había varias encimeras y también en las paredes había un fregadero de dos grifos y una mesa delante nuestra que tenia varias tostadas, mantequilla, mermelada de frambuesa, zumo de naranja y varias cosas mas, el olor de aquello inmediatamente me abrió el apetito y me senté rápidamente.
─ Bueno ya la tienes aquí...─ dijo mi madre mientras entraba en la cocina con una maleta grande de color rojo, al parecer mi estancia se iba a alargar bastante.
─ Mama tenemos que hablar...esto parece una prisión...¿Es que no confiáis en mi...?...Te prometo que seré buena...parece que queréis libraros de mi...─ dije refunfuñando mientras untaba algo de mermelada en la tostada.
─ Clarisa siéntate y desayuna algo...Cariño es cierto no confiamos en ti...te acuerdas cuando te dejamos sola...terminamos llamando a un fontanero...y la otra vez tuvimos que llamar a un electricista...no es un castigo ni nada solo que nuestro trabajo durara un poco uno o dos meses te llamaremos en cuanto vengamos no te preocupes...─ dijo mi madre, al momento se acerco a mi y me entrego una buena cantidad de dinero, que pensaría que me abarcaría para los meses que estuvieran fuera.
─ Y no protestes mas que no servirá de nada...anda y desayuna rápido que ya mismo vendrán por ti...─ dijo mi madre mientras seguía con sus quehaceres cotidianos, aunque aquel desayuno sabia que me sentaría mal.
Pasado un momento cuando terminamos de desayunar escuchamos la bocina del autobús que venia a recogernos, cogí la maleta de mala gana y salí de allí al abrir la puerta vi que era un autobús de color gris con varias chicas dentro, parecía que nos llevaban a una prisión.
─ Adiós...─ dije casi sin ganas, pero enseguida mi madre me abrazo y me dio un beso en la mejilla.
─ Venga no estés enfadada además dos meses pasan enseguida...seguro que estarás bien...─ dijo mi madre intentando consolarme pero aquello no me daba ningún animo.
Sin hablarle subí al autobús y me fije que las chicas que estaban allí todas llevaban el mismo uniforme que el mío salvo Clarisa que el suyo era diferente, nos fuimos a la parte de atrás que estaba libre, puse la maleta en la parte de arriba y nos acomodamos en cuanto estuvimos sentadas el autobús inicio su marcha.
Me quede mirando por la ventana, el paisaje de como cambiaba de donde estábamos a una carretera llena de campos y árboles a ambos lados podía ver que había montañas, me quede mirando que las chicas que habían en el autobús parecían estar algo nerviosas, no dejaban de mirar hacia todas partes algunas para calmarse empezaron a hablar con las demás para conocerse.
─ ¿Cuanto dura el viaje...?...─ pregunte mientras seguía pegada al cristal mirando el paisaje.
─ Pues unas dos horas y media...─ dijo Clarisa mientras se tumbaba algo en al asiento para poder relajarse, pensé que era lo mejor.
Me pase casi todo el viaje viendo el paisaje y como cambiaba una y otra vez, aunque la ultima hora pusieron una película no tenia muchas ganas de verla, cuando al fin pasamos por un camino que atravesaba un bosque aquello parecía ser el ultimo trayecto del autobús ya que Clarisa se incorporo arreglándose algo el uniforme.
─ Bueno ya estamos...─ dijo Clarisa mientras yo miraba por la ventana para ver como era aquel sitio, el internado estaba bastante apartado y situado en el claro de una arboleda, aquel edificio era enorme y parecía bastante antigua en el tejado incluso había gárgolas, dimos un giro para quedar enfrente de las puertas un poco mas adelante había una fuente de color blanco.
Nada mas llegar cogí las maletas y salimos de allí al parecer nos recibieron unas monjas y varias alumnas que tenían el mismo jersey que Clarisa, aunque bajamos algo inquietas mirando hacia todas partes y confusas.
Enseguida el conductor salio de allí y nos quedamos mirando aquel sitio, aunque me fije que no se escuchaba ni un pajarillo aquel lugar estaba demasiado tranquilo.
─ Buenos días señoritas...Este es el internado...acompañaran a sus compañeras para la presentación...─ dijo una de las monjas seriamente, pensé que aquellos meses serian una tortura casi completa.
Al momento las monjas volvieron a entrar en el edificio y las chicas amablemente nos invitaron a entrar al parecer no hablaban mucho.
Pasamos por varios pasillos aquel sitio era enorme, en las paredes había varios cuadros de tipos bastante siniestros a medida que pasábamos por aquellos sitios las alumnas de las clases se nos quedaban mirando viendo a las nuevas, me sentía como un canario al que todos miraban, estábamos como acobardadas.
─ Tranquilas no debéis asustaros es normal que sientan curiosidad...─ dijo una de ellas, mientras Clarisa casi de forma inmediata se puso con ellas haciendo de guía.
Cuando al fin terminamos de pasar por varios sitios llegamos delante de unas puertas que parecían de la edad media, grandes de madera y refuerzos de metal; a cada lado había una armadura cogiendo espadas.
Al abrir aquella puerta los goznes rechinaron y pareció retumbar en la sala al entrar vimos que aquello era enorme había muchos asientos y al fondo un pulpito para que el director hablara, nos empezamos a sentar en los asientos que había, Clarisa al momento se puso en el estrado en la parte de atrás seguidamente las profesoras empezaron a entrar, al parecer solo eran mujeres.
Detrás de ellas entro una mujer enfundada en un vestido de color azul verdoso, con un cinturón blanco, con unos zapatos de color negro de punta y unas medias a juego, era muy guapa tenia unos ojos rasgados de color verdoso, sus rasgos eran bastante redondeados y sus labios parecían algo finos y una gran melena de color rojo atada en forma de caballo.
─ Bienvenidas a este internado...espero que no haya problemas alguno...nunca los hemos tenido y este sitio tiene una gran reputación...como veréis es solo de chicas aquí n ose permite la entrada de ningún hombre...también os habréis preguntado el por que de algunas vuestras compañeras tienen jerséis diferentes aunque muy pronto lo sabréis...solo espero que os lo paséis bien y si necesitáis algo mi puerta esta abierta...Bienvenidas...─ dijo la directora y enseguida nos pusimos a aplaudir solo esperaba que no tuviese ningunos líos.
En cuanto la directora bajo del pulpito una de las chicas se subió para hablarnos de algunas reglas y de que lo siguiente que teníamos que ir era a ver a la enfermera para hacernos un chequeo.
Nuevamente cogimos nuestras cosas y nos condujeron por otros pasillos aquel sitio era enorme y estaba convencida de que terminaría perdida por suerte cada ciertos pasos había un mapa indicando donde nos encontrábamos.
Al final de pasear y pasar por varios jardines interiores y ver como algunos cursos estaban haciendo gimnasia llegamos a una puerta en la parte de arriba ponía en un cartel "Vestuarios".
─ Aquí es pasad y poneros la bata...para los análisis...os veremos en cinco minutos...─ dijo una de las chicas mirándonos casi con lujuria aunque no entendía el por que, pero ni siquiera se me paso por la mente lo que allí vería y me esperaba.
El lugar era algo grande había varias filas de taquillas y unos asientos entre estas al fondo estaba el pasillo que lleva a las duchas puesto que me llegaba el sonido del goteo del agua, las paredes estaban alicatadas con azulejos de color blanco y la iluminación era por tubos fluorescentes de color blanco, en las paredes había varios ventanucos cercanos al techo y del que se podían escuchar a las que estaban haciendo gimnasia.
Abrí una de las taquillas y lo único que encontré fue una bata de color blanco que parecía estar hecha de papel, inmediatamente deje la maleta dentro de esta y cogí la llave que estaba en la cerradura, seguidamente empecé a desnudarme quedándome solo en ropa interior ni siquiera me di la vuelta, allí no se escuchaba a nadie hablar, seguidamente me coloque la bata y me senté en uno de los asientos esperando vi como las chicas se cambiaban, varias que ya lo habían hecho se sentaban en los bancos lo mismo que yo parecía que nos fueran a llevar a un matadero.
No paso mucho tiempo hasta que una de las chicas con jersey verde entro por la puerta, se quedo por un momento mirándonos, mientras nos repasaba de arriba abajo me sentía como si estuviera en una prisión.
─ Bueno seguidme...os llevare a la enfermería...─ dijo aquella chica, inmediatamente salimos de allí siguiéndola, aquello nos resulto muy vergonzoso ya que mientras pasábamos por los pasillos las demás chicas se nos quedaban mirando algunas incluso señalaban como si estuvieran escogiéndonos, preferí no pensar en aquello y centrarme en la revisión medica.
Cuando al fin llegamos a una puerta que parecía como las demás al parecer decidieron conservar las puertas tal y como eran, la chica la abrió y entro por un momento nos quedamos mirándonos unas a otras algunas tenían la cabeza bajada y su rostro tenia un color rojo encendido.
Pasados unos minutos salio fuera y fue dejando entrar una a una en la sala, mientras me tocaba, me quede mirando el sitio aquello era como un castillo, se podía oler la humedad, por donde estaba había varios tapices puestos en las paredes con algunos escudos dibujados, la cola fue avanzando y las chicas que entraban iban saliendo y esperando al lado de la puerta, al fin me llego a mi, la chica abrió la puerta entre y seguidamente la cerro, aquella habitación era bastante grande, las paredes estaba alicatadas hasta la mitad el resto era de color blanco, en el techo había un fluorescente del mismo color, en las paredes varios armaritos con algunas medicinas en el y varias jeringuillas a su lado una pequeña nevera de color blanco, al fondo una mesa con un ordenador y varias carpetas con nuestros expedientes lo mas seguro al su lado un esqueleto típico casi en las consultas detrás del escritorio una enfermera su pelo era de color negro y tenia una coleta que le llegaba hasta los hombros, atada por unos abalorios sus ojos eran grandes de color verde portaba unas gafas de pasta gruesa de color negro, aunque tenia una bonita figura, no tenia mucho pecho; llevaba un jersey de color rosa sin mangas y una falda de color negro de tubo con pequeñas aberturas laterales podía verse que las medias eran parte de un liguero de color negro y portaba unos zapatos de tacón bajo y abiertos lateralmente.
─ Buenos días...¿Tu eres...?...─ pregunto la enfermera mientras me miraba detenidamente incluso bajo un poco las gafas.
─ Anabell...─ dije algo asustada aun sin sentarme...─ dije mientras intentaba taparme todo lo que podía con aquella bata.
─ Siéntate y no te preocupes no te voy a morder...soy Sofía la enfermera...siéntate...─ dijo Sofía ofreciéndome el asiento mientras esta buscaba en las carpetas y buscaba mi expediente.
─ Bueno vamos a hacerte los análisis...Primero te haré un análisis de sangre...─ dijo Sofía mientras empapaba un algodón en alcohol y me lo ponía en el brazo seguidamente saco una jeringuilla y me clavo la aguja en el brazo casi ni sentí dolor en unos segundos me fije se llenaba el tubo y lo colocaba en la pequeña nevera que tenia.
─ ¿Para que estos análisis...? ...─ pregunte extrañada, no me suponía el por que tantas pruebas para un internado.
─ Podrías tener algo contagioso o alguna enfermedad...y eso podría ser un contagio...─ dijo Sofía mientras cogía una cinta métrica y se acercaba para medirme el pecho la cintura y la cadera.
─ Vaya no esta nada mal...estas muy bien desarrollada...Ahora levántate la bata...─ dijo Sofía mientras ponía la cinta en el cajón.
─ Perdón...Eso que tiene que ver con la revisión...─ dije extrañada ante tal petición, no entendía el por que de aquello puerto que no tenia nada que ver con estar sana.
─ Venga levántate la bata tengo que comprobar una cosa...─ dijo Sofía casi ordenándomelo, pensé que lo mismo era para averiguar algo aunque me extrañaba, pero le hice caso enseguida, Sofía se quedo mirando por un momento incluso pude ver que se relamía los labios.
─ Muy bien...estas sana toma esto y sal afuera y espera a tus compañeras...─ dijo Sofía mientras me volvía a bajar la bata en cuanto me volví note como me dio una palmada en el trasero, vi como se relamía los labios aquello me resulto ya demasiado sospechoso, pero preferí no prestarle atención.
Salí de allí pensando en lo que había hecho, y no conseguía entenderlo, me puse al lado de las demás chicas y espere que aquello terminara.
En cuanto terminamos nuestra guía nos volvió a conducir a los vestuarios pero esta vez antes de entrar recogió las tarjetas que nos habían dado.
─ Muy bien escuchadme...las que vaya diciendo en vez de coger jersey de color oscuro cogeréis el verde...os vestís y salís fuera...coged vuestras maletas os llevare a vuestras habitaciones...─ dijo la chica mientras entrábamos y nos colocábamos enfrente de las taquillas esperando a que dijera quien se ponía el jersey verde aunque no entendía el por que.
La chica empezó a decir nombres al parecer había varias de ellas que tenían que ponerse el jersey de color verde por mi parte tuve que quedarme con el que tenia una vez que dejamos la bata y nos vestimos cogimos nuestras maletas y fuimos saliendo a fuera para esperar que nos llevaran a nuestras habitaciones.
─ ¿Sabes el por que de los jerséis...?...─ pregunte a una de las chicas intentando averiguar el por que si alguna sabia de aquello.
─ No tengo idea mi hermana estuvo en este sitio...pero no me ha contado nada...─ respondió la chica que por lo visto llevaba un jersey verde.
Sin saber lo que pasaba nuestra guía nos fue llevando por los pasillos pasamos por delante de la cafetería me quede mirando extrañada a una chica de piel oscura tenia la cara muy maquillada su pelo era de color negro con las puntas de color rosa lo llevaba cogido con coletas su cuerpo era musculoso y bastante alta, parecía que era alguien famosa por aquí, no se por que pero se me quedo mirando extrañada lo mismo que yo a ella durante solo un instante, pero enseguida pasamos y seguimos nuestro camino.
─ Muy bien las del jersey de color oscuro venid conmigo las del verde quedaos aquí ahora vendrá otra guía para llevaros a vuestros dormitorios...─ dijo la joven seguidamente nos llevaron por un pasillo que estaba completamente en calma al fondo de este había un ventanal la luz estaba a cargo de los mismos focos fluorescentes, a cada lado nuestro había varias puertas.
La chica fue pasando por cada uno y nos fue distribuyendo en cada habitación cuando al fin entre en el mío me di cuenta que era bastante grande en las paredes había una litera al parecer mi compañera no estaba en el seguramente estaría en clase, mire por las paredes viendo que había algunos pósteres de constelaciones, pensé que me había topado con una cerebrito o alguna aficionada a la astrología, había un escritorio en el cual descansaba un portátil cerrado y varios papeles distribuidos, en una de las paredes había un armario al abrirlo vi que estaba muy bien ordenado y separado por si había una compañera, decidí desempacar la maleta e ir colocando lo mío en las perchas y la ropa interior en los cajones, mientras lo hacia escuche como la puerta se abría.
Cuando me gire observe a una chica de mas o menos mi estatura con el pelo de color naranja, que llevaba una coleta lateral atada con unos enganches sus ojos eran grandes y de color marrón, su cara era redondeada y sus labios algo finos, tenia un cuerpo bastante bonito, tenia el mismo uniforme que yo salvo su jersey que era de color verde.
─ Buenos días...me llamo Valeria...─ dijo la chica mientras me daba la mano, pensé que no parecía la típica cerebrito que se pasaba todos los días estudiando solo alguien aficionada a la astrología como había pensado en segundo lugar.
─ Buenos días...soy Anabell...Perdona estaba ordenando mi ropa...─ dije mientras la seguía observando su sonrisa que parecía embelesarme.
─ Eres nueva por lo que parece...Tendrías que saber que hay algunas reglas en este sitio y mejor será que las aprendas pronto...─ dijo Valeria mientras me daba la vuelta y seguía colocando las cosas, pero sin embargo pensé que se refería a reglas suyas.
─ En las duchas tenemos unas reglas, las que tenemos el jersey verde nos levantamos a las siete en punto y tenemos hasta las siete y media para ducharnos, seguidamente entráis vosotras y tenéis hasta las ocho el desayuno es a las ocho y media esto es importante...─ dijo Valeria recalcándome ese horario, al parecer estamos divididas incluso en las duchas.
─ ¿Te puedo hacer una pregunta...?...Es algo que me tiene intrigada...─ pregunte intentando averiguar una cosa que estaba pensando desde que entre.
─ Si claro...Woow que linda la ropa interior que tienes...─ dijo mientras Valeria miraba alguna de mis tangas y demás los ojos parecían brillarles mientras me ayudaba a colocarlas en los cajones.
─ Es por los jerséis me tiene intrigada...No creo que sea por antigüedad ni nada de eso...─ dije intentando averiguarlo aunque por la expresión que puse cuando se lo dije pareció que había tocado en una tecla.
─ Eso es mejor que lo averigües tu...mira cada cuarto cuenta con una de verde y otra gris...Pero estoy segura que te darás cuenta rápido...Estoy segura de eso...─ dijo Valeria mientras me guiñaba un ojo de complicidad pero aquello me extrañaba mas aun.
─ Bueno ya esta todo arreglado...─ dije mientras ponía al lado del armario la maleta y prepararme para los siguientes meses.
─ Una cosa mas...¿Quien es esa chica que va maquillada excesivamente...? ...parece un cuadro...─ pregunte mientras recordaba aquella chica y todo el maquillaje que llevaba por la cara.
─ Ese estilo lo llaman "Ganguro"...Será mejor que no le digas eso del cuadro...pero yo también creo que es así...se llama Isabel ...y es mejor que no te juntes con ella...se puede decir que es una de las pandilleras de aquí o según ella de las que mandan...─ respondió Valeria con un tono de miedo al parecer era la que intimidaba a las demás.
─ Muy bien...podrías hacerme un favor...mostrarme algo de este sitio...─ dije pensando que al menos no me perdería al día siguiente que fuera a clases.
─ Si, claro vamos te daré el tour de lujo...─ dijo Valeria muy amablemente y sonriéndome mientras salíamos de la habitación, nada mas hacerlo pude ver a Clarisa con otra de las estudiantes nuevas que estaban dando un tour nada mas verlos se acerco a nosotras para saludarnos.
─ ¿Valeria que tal...?...¿Anabell que tal te va...?...─ pregunto Clarisa mientras nos sonreía aunque su compañera no parecía muy confiada y se quedaba en un segundo plano.
─ Vaya así que os conocéis que bien...─ dijo Valeria sonriéndonos aunque no sabia lo que se le estaba pasando por la mente.
─ Si somos amigas de la infancia...Oh que tonta soy os presentare se llama Felisa...─ dijo Clarisa mientras presentaba a la chica que enseguida me dio dos besos.
─ Hola...─ dijo Felisa casi entrecortadamente parecía una chica muy tímida tenia el pelo de color marrón largo llevaba una diadema en el pelo, sus ojos eran algo pequeños aunque sus rasgos eran un poco cuadriculados, parecía incluso mas joven que yo y por lo visto el uniforme le quedaba un poco grande, su uniforme era del mismo color que el mío por lo menos no le toco Isabel en el reparto.
─ Hola encantada soy Anabell...─ dije mientras me daba los dos besos en la mejilla al momento retrocedió unos pasos y se puso de nuevo detrás de Clarisa pareció que el silencio se hizo bastante incomodo por un instante y solo escuchábamos las chicas que hacían gimnasia.
─ Bueno seguiremos con el tour hasta después...Cuídala bien Valeria...─ dijo Clarisa como si aquello fuera necesario.
─ No te preocupes esta en buenas manos...─ dijo Valeria sonriéndole casi picaronamente, como si aquello fuera algo importante para ella.
Seguidamente empezamos a recorrer aquel sitio que era enorme había varios jardines exteriores y algunos patios, las habitaciones estaban a cada lado del edificio y en los pisos de arriba estaban las aulas en la parte de abajo estaban los clubes por lo que me explicaba había bastantes aunque casi ninguno me pareció importante aunque según su consejo me indico que seria lo mejor que me apuntase a uno, seguimos visitando los sitios, no me imaginaba que aquel sitio tenia hasta piscina incluso un salón de proyecciones, cuando ya íbamos para el comedor nos detuvimos en un tablón de anuncios, al parecer los clubes estaban reclutando gente para que se uniera.
─ ¿Te gustaría unirte a alguno...?...─ dijo Valeria mientras miraba el tablón revisando las ofertas aunque no parecía gustarme ninguno en especial, el club de ciencias ocultas atrajo mi atención, no era muy grande y parecía estar algo escondido tenia un color amarillento que me decía que no lo habían cambiado en bastante tiempo.
─ No se pero siempre me han atraído las artes mágicas por decirlo así...Olvida lo que he dicho es una tontería...─ dije casi sonriendo por lo que había dicho y esperaba que se lo tomara a broma.
─ Es un buen club ahora mismo andan faltos de gente...además las monjas han aceptado tenerlo... no hacen cosas de magia negra ni nada por el estilo...es un club que sencillamente les gusta los libros antiguos y poco mas...solo hay cuatro miembros y pronto será eliminado si no se unen mas pero si quieres estoy segura que estarán encantadas de acogerte...podemos ir a verlas después de comer...─ dijo Valeria animándome. al principio ni siquiera me plantee aquello pero empecé a pensar que seria buena idea unirse a alguno para pasar el tiempo por las tardes.
En ese momento observe como la cara de Valeria cambiaba de golpe, cuando me gire vi a Isabel, aquella chica era enorme y junto a ella iban tres chicas mas acompañándolas lo mismo de maquilladas que Isabel, por un instante se quedo delante de mi acerco su cara y se quedo mirándome fijamente por unos instantes seguidamente se separo.
─ Vaya así que tu eres la nueva...ya nos veremos cariño...Y Valeria recuerda lo que me tienes que dar esta tarde...que no se te olvide...─ dijo con cara de enfado, en ese momento se me helo la sangre de golpe, pensé que es lo que pudiera querer de ella.
─ Si claro no te preocupes...te lo daré...─ dijo Valeria tragando algo de saliva mientras respondía, el miedo parecía que se había apoderado de ella.
En cuanto paso, Valeria se recupero un poco mientras suspiraba aliviada, me quede un momento mirándola y no era para menos el miedo que daba.
─ ¿Se puede saber que es lo que quiere...?...─ pregunte extrañada mientras Valeria se calmaba un poco, por lo visto Isabel era la que mandaba por aquel sitio.
─ Nos pide dinero para nuestra protección y tenemos que dárselos a una de nosotras le dio una paliza...la expulsaron durante dos meses pero volvió...─ dijo Valeria explicándome lo que había hecho, pensé que era una bestia pero l oque mas me extrañaba era que los profesores no le dijeran nada.
─ No has probado decírselo a un profesor...Seria lo mejor...─ dije pensando que al menos pudieran expulsarla para siempre.
─ Si algunas se lo han dicho...pero no sirve de nada no tienen pruebas de ello ni nada parecido...─ dijo Valeria con tono de tristeza, aquello era un abuso alguien debería de hacer algo.
─ Bueno es mejor que me sigas enseñando los sitios...─ dije sonriéndole mientras continuábamos nuestro tour.
Entramos por un momento en el comedor aquel sitio era enorme al fondo había una especie de mostrador y detrás de el, unas personas sirviendo delante de este varias mesas largas con asientos las paredes eran de un color blanco amarillento lo mas seguro por algo de grasa y la iluminación estaba a cargo de los fluorescentes a su izquierda había un gran ventanal por el cual se podían ver a las de gimnasia, cuando me asome vi que casi todas tenían los pantalones de deporte de color verde aunque al parecer a esta hora había poca gente para comer.
─ ¿No hay maquinas de bocadillos...?...─ pregunte extrañada mientras miraba hacia todos lados.
─ No hay de eso aquí o te das prisa o te quedas sin comer...ven un momento...─ dijo Valeria mientras me mostraba el menú de cada día, por lo que estaba viendo había una buena variedad de comida incluso vegetariana de eso no me podía quejar pero en referente a los precios me parecían un poco alto pero no todo podía ser bueno...
FIN DEL CAPITULO 1
─ Anabell. venga levántate ya va siendo hora...llegaremos tarde...─ dijo mi madre obligándome a salir de debajo de las mantas, haciendo mucho frío estábamos en pleno invierno.
A mala gana viendo que aquello seria una perdida de tiempo salí de la cama, me senté y me quede mirando a mi habitación, estaba pintada de un color rosado, enfrente mía había un escritorio con un portátil que casi siempre usaba por las tardes para hablar con mis amigos, al lado de este un ropero bastante grande, mi habitación tenia pósteres por todas partes de series de anime y algunas cantantes que me gustaban.
Que quien soy solo una chica normal, nada especial, que por lo visto tienen que meter en un internado pero no es por lo que pensáis, solamente que mis padres debido a sus trabajos están mucho tiempo afuera trabajando y apenas vienen a casa y ahora han tenido la magnifica idea de meterme en un internado y mas de chicas solamente, el problema radica es que se encuentra en el quinto pino y para regresar a cada tendría que coger dos autobuses un lío, puesto que solo ese sitio tenia un autobús para llegar allí.
─ Date prisa...Clarisa esta aquí...─ dijo mi madre incentivándome con la llegada de Clarisa.
Que quien es ella es una amiga de la infancia. es un poco mas alta que yo solo tiene dos años mas, tiene un bonito cuerpo, y unos ojos grandes y de color azul celeste con una melena que le llegaba hasta la cintura, su personalidad había cambiado de aquí hace un tiempo se podría decir que es difícil de explicar lo que nunca entenderé que por algún motivo su familia se mudo durante un año entero y después de este volvió nuevamente, aunque siempre estábamos de broma e íbamos juntas a todas partes, después de ese viaje nos distanciamos un poco su forma de ser era un poco mas reservada.
─ ¿Se puede...?...─ pregunto Clarisa golpeando la puerta, su tono mas bien parecía algo nerviosa, aunque la verdad no entendía tal vergüenza, antes ni siquiera llamaba.
─ Si...pasa...si esperas un momento tengo que arreglarme un poco...─ dije mientras me quitaba el pijama de color rojo y solo me quedaba en ropa interior, en ese instante Clarisa entro y se me quedo mirando por un instante no se por que, parecía que me desnudara con la mirada, pero no le preste atención, enseguida volteo la cabeza mirando los posters.
─ Tenemos que... darnos prisa...─ dijo Clarisa casi tartamudeando mientras parecía ignorarme completamente y se fijaba en los posters como si fuera un acto reflejo me lance a su espalda y le agarre los pechos, note que incluso le habían crecido un poco mas, eran muy suaves y grandes, una sensación indescriptible.
─ ¿Pero que haces...? ... suelta...─ dijo Clarisa avanzando un poco hacia delante y tapándose los pechos con vergüenza aunque no lo entendía antes hacia esto y no le importaba, nos lo tomábamos a risa.
─ ¿Pero que te pasa...? ...No te voy a comer...Antes no eras así...─ dije mientras me quedaba sorprendida por aquello.
─ Es mejor que te duches y nos vayamos cuanto antes perderemos el autobús...─ dijo Clarisa intentando apresurarme, me quede un poco sorprendida por aquello pero decidí no prestarle importancia.
Os preguntareis si soy lesbiana pues la verdad no sabría que deciros me gustan los chicos, pero llevo una temporada en que me fijo mas en las chicas que en otra cosa no se por que lo mismo me gustaría experimentar de alguna forma.
─ Vale de acuerdo...Aguafiestas...─ dije refunfuñando enseguida salí de la habitación y me dirigí hacia el cuarto de baño, cuando mire por la escalera hacia abajo observe que mi madre se me quedo mirando algo enfadada.
─ Cuantas veces te he dicho que te pongas algo por encima...─ dijo mi madre refunfuñando mientras llevaba algo de ropa hacia donde estaba, ella es como de mi estatura, de ojos verdes y de pelo corto, se podría decir que mi cuerpo lo he heredado de ella y sobre todo sus pechos que son bastante generosos, su carácter es algo agrio y reservada, siempre intentando que haga todas las cosas correctamente pareciera que no me quisiera, pero se que daría su vida por cada uno de nosotros.
─ Pero mama...─ dije somnolienta y algo enfadada por aquello, mientras mi madre me entregaba la ropa del internado me quede por un momento mirándola y vi que se trataba de un uniforme.
─ Aquí tienes creo que te va a gustar...─ dijo mi madre casi riéndose mientras me entregaba un uniforme de color gris apagado.
─ ¿Pero que demonios...? ...¿No me digas que hay que llevar uniforme...?...─ dije mientras veía la ropa que me entregaba.
─ Eso parece...y no se te ocurra protestar por que no vas a conseguir nada así que métete en la ducha que pronto pasara el autobús además tu padre ya ha salido para el aeropuerto y dentro de poco tengo que irme yo también...─ dijo mi madre mientras me entregaba el uniforme casi empujándome y dándome la media vuelta en dirección hacia el baño.
─ De acuerdo ...Sabes que nunca me han gustado los uniformes...─ dije mientras me dirigía hacia el cuarto de baño, al entrar en la habitación observe que había una ducha enfrente mía de estas modernas con mampara de baño a su lado un lavabo con un gran espejo que se abría y un banquillo en uno de los rincones a los pies una alfombra de color celeste, inmediatamente me metí en la ducha cerré las puertas de la mampara y deje que el agua me refrescara, me pase un buen rato pensando en mis cosas y como seria el sitio donde iba pero no saque nada en claro así que salí afuera y me seque con la toalla de conejitos enrollándomela en el cuerpo después de esto me senté en el banquillo y cogí el cepillo, me quede por unos instantes mirándome al espejo como embobada cuando al fin salí de mi ensimismamiento pensé que seria buena idea que me peinara Clarisa siempre se le había dado bien hacerlo y yo normalmente solía liarme con mi pelo.
─ Clarisa...¿Podrías venir...? ...Necesito algo de ayuda ...─ dije gritando algo, pasado un momento la puerta se abrió y entro Clarisa mientras miraba hacia otro lado.
─ ¿Que...es lo que quieres...?...─ dijo Clarisa algo nerviosa desde la puerta enseguida le enseñe el cepillo y se puso detrás de mi, note que estaba encendida como un tomate, y sus manos temblaban algo.
─ ¿Me podrías ayudar con el pelo...?...Sabes que me cuesta cepillármelo...─ dije mientras me sentaba delante del espejo y le entregaba el cepillo que enseguida se puso detrás de mi para peinármelo, por un instante a mi mente vino cuando hacíamos esto de pequeñas.
─ No pareces muy contenta...─ dijo Clarisa mientras seguía cepillándome con cuidado siempre se le había dado bien hacer esto.
─ Claro que no lo estoy...lo que no me creo es que mis padres no confíen en mi...y encima me tengan que meter en un internado...es increíble...A propósito...¿Como es aquel sitio...?...─ pregunte intentando enterarme de algo, aunque esperaba que no fuera nada raro.
─ Bueno se podría decir que...es algo diferente ...es como un a universidad aunque claro es solo de chicas...tiene muchos clubes y demás...la que dirigen eso son monjas...─ dijo Clarisa explicándome un poco de aquello pero en cuanto dijo que solo era de chicas y que habían monjas, no se por que me dio un escalofrió por la espalda.
─ Parece que me estas explicando una prisión...Tengo que hablar con mi madre...─ dije mientras acababa de cepillarme el pelo enseguida me quite la toalla que me cubría y casi de inmediato Clarisa aparto la mirada me coloque un tanga de color púrpura con algunas transparencias y una mariposa de color rosa en la parte de arriba, en los pechos un sujetador haciendo juego seguidamente mire el uniforme y observe que aquello era como el de una prisión era una falda de color gris una camisa blanca y un jersey sin mangas de color azul oscuro junto con unos calcetines altos de color blanco que llegaban un poco antes de las rodillas y unos zapatos oscuros aunque no diferenciaba mucho del uniforme de Clarisa solo en el jersey que el suyo era de un color verde.
Una vez me hube colocado aquello salimos del cuarto baño y bajamos las escaleras llegue a la cocina, la habitación era bastante grande en el fondo había varias encimeras y también en las paredes había un fregadero de dos grifos y una mesa delante nuestra que tenia varias tostadas, mantequilla, mermelada de frambuesa, zumo de naranja y varias cosas mas, el olor de aquello inmediatamente me abrió el apetito y me senté rápidamente.
─ Bueno ya la tienes aquí...─ dijo mi madre mientras entraba en la cocina con una maleta grande de color rojo, al parecer mi estancia se iba a alargar bastante.
─ Mama tenemos que hablar...esto parece una prisión...¿Es que no confiáis en mi...?...Te prometo que seré buena...parece que queréis libraros de mi...─ dije refunfuñando mientras untaba algo de mermelada en la tostada.
─ Clarisa siéntate y desayuna algo...Cariño es cierto no confiamos en ti...te acuerdas cuando te dejamos sola...terminamos llamando a un fontanero...y la otra vez tuvimos que llamar a un electricista...no es un castigo ni nada solo que nuestro trabajo durara un poco uno o dos meses te llamaremos en cuanto vengamos no te preocupes...─ dijo mi madre, al momento se acerco a mi y me entrego una buena cantidad de dinero, que pensaría que me abarcaría para los meses que estuvieran fuera.
─ Y no protestes mas que no servirá de nada...anda y desayuna rápido que ya mismo vendrán por ti...─ dijo mi madre mientras seguía con sus quehaceres cotidianos, aunque aquel desayuno sabia que me sentaría mal.
Pasado un momento cuando terminamos de desayunar escuchamos la bocina del autobús que venia a recogernos, cogí la maleta de mala gana y salí de allí al abrir la puerta vi que era un autobús de color gris con varias chicas dentro, parecía que nos llevaban a una prisión.
─ Adiós...─ dije casi sin ganas, pero enseguida mi madre me abrazo y me dio un beso en la mejilla.
─ Venga no estés enfadada además dos meses pasan enseguida...seguro que estarás bien...─ dijo mi madre intentando consolarme pero aquello no me daba ningún animo.
Sin hablarle subí al autobús y me fije que las chicas que estaban allí todas llevaban el mismo uniforme que el mío salvo Clarisa que el suyo era diferente, nos fuimos a la parte de atrás que estaba libre, puse la maleta en la parte de arriba y nos acomodamos en cuanto estuvimos sentadas el autobús inicio su marcha.
Me quede mirando por la ventana, el paisaje de como cambiaba de donde estábamos a una carretera llena de campos y árboles a ambos lados podía ver que había montañas, me quede mirando que las chicas que habían en el autobús parecían estar algo nerviosas, no dejaban de mirar hacia todas partes algunas para calmarse empezaron a hablar con las demás para conocerse.
─ ¿Cuanto dura el viaje...?...─ pregunte mientras seguía pegada al cristal mirando el paisaje.
─ Pues unas dos horas y media...─ dijo Clarisa mientras se tumbaba algo en al asiento para poder relajarse, pensé que era lo mejor.
Me pase casi todo el viaje viendo el paisaje y como cambiaba una y otra vez, aunque la ultima hora pusieron una película no tenia muchas ganas de verla, cuando al fin pasamos por un camino que atravesaba un bosque aquello parecía ser el ultimo trayecto del autobús ya que Clarisa se incorporo arreglándose algo el uniforme.
─ Bueno ya estamos...─ dijo Clarisa mientras yo miraba por la ventana para ver como era aquel sitio, el internado estaba bastante apartado y situado en el claro de una arboleda, aquel edificio era enorme y parecía bastante antigua en el tejado incluso había gárgolas, dimos un giro para quedar enfrente de las puertas un poco mas adelante había una fuente de color blanco.
Nada mas llegar cogí las maletas y salimos de allí al parecer nos recibieron unas monjas y varias alumnas que tenían el mismo jersey que Clarisa, aunque bajamos algo inquietas mirando hacia todas partes y confusas.
Enseguida el conductor salio de allí y nos quedamos mirando aquel sitio, aunque me fije que no se escuchaba ni un pajarillo aquel lugar estaba demasiado tranquilo.
─ Buenos días señoritas...Este es el internado...acompañaran a sus compañeras para la presentación...─ dijo una de las monjas seriamente, pensé que aquellos meses serian una tortura casi completa.
Al momento las monjas volvieron a entrar en el edificio y las chicas amablemente nos invitaron a entrar al parecer no hablaban mucho.
Pasamos por varios pasillos aquel sitio era enorme, en las paredes había varios cuadros de tipos bastante siniestros a medida que pasábamos por aquellos sitios las alumnas de las clases se nos quedaban mirando viendo a las nuevas, me sentía como un canario al que todos miraban, estábamos como acobardadas.
─ Tranquilas no debéis asustaros es normal que sientan curiosidad...─ dijo una de ellas, mientras Clarisa casi de forma inmediata se puso con ellas haciendo de guía.
Cuando al fin terminamos de pasar por varios sitios llegamos delante de unas puertas que parecían de la edad media, grandes de madera y refuerzos de metal; a cada lado había una armadura cogiendo espadas.
Al abrir aquella puerta los goznes rechinaron y pareció retumbar en la sala al entrar vimos que aquello era enorme había muchos asientos y al fondo un pulpito para que el director hablara, nos empezamos a sentar en los asientos que había, Clarisa al momento se puso en el estrado en la parte de atrás seguidamente las profesoras empezaron a entrar, al parecer solo eran mujeres.
Detrás de ellas entro una mujer enfundada en un vestido de color azul verdoso, con un cinturón blanco, con unos zapatos de color negro de punta y unas medias a juego, era muy guapa tenia unos ojos rasgados de color verdoso, sus rasgos eran bastante redondeados y sus labios parecían algo finos y una gran melena de color rojo atada en forma de caballo.
─ Bienvenidas a este internado...espero que no haya problemas alguno...nunca los hemos tenido y este sitio tiene una gran reputación...como veréis es solo de chicas aquí n ose permite la entrada de ningún hombre...también os habréis preguntado el por que de algunas vuestras compañeras tienen jerséis diferentes aunque muy pronto lo sabréis...solo espero que os lo paséis bien y si necesitáis algo mi puerta esta abierta...Bienvenidas...─ dijo la directora y enseguida nos pusimos a aplaudir solo esperaba que no tuviese ningunos líos.
En cuanto la directora bajo del pulpito una de las chicas se subió para hablarnos de algunas reglas y de que lo siguiente que teníamos que ir era a ver a la enfermera para hacernos un chequeo.
Nuevamente cogimos nuestras cosas y nos condujeron por otros pasillos aquel sitio era enorme y estaba convencida de que terminaría perdida por suerte cada ciertos pasos había un mapa indicando donde nos encontrábamos.
Al final de pasear y pasar por varios jardines interiores y ver como algunos cursos estaban haciendo gimnasia llegamos a una puerta en la parte de arriba ponía en un cartel "Vestuarios".
─ Aquí es pasad y poneros la bata...para los análisis...os veremos en cinco minutos...─ dijo una de las chicas mirándonos casi con lujuria aunque no entendía el por que, pero ni siquiera se me paso por la mente lo que allí vería y me esperaba.
El lugar era algo grande había varias filas de taquillas y unos asientos entre estas al fondo estaba el pasillo que lleva a las duchas puesto que me llegaba el sonido del goteo del agua, las paredes estaban alicatadas con azulejos de color blanco y la iluminación era por tubos fluorescentes de color blanco, en las paredes había varios ventanucos cercanos al techo y del que se podían escuchar a las que estaban haciendo gimnasia.
Abrí una de las taquillas y lo único que encontré fue una bata de color blanco que parecía estar hecha de papel, inmediatamente deje la maleta dentro de esta y cogí la llave que estaba en la cerradura, seguidamente empecé a desnudarme quedándome solo en ropa interior ni siquiera me di la vuelta, allí no se escuchaba a nadie hablar, seguidamente me coloque la bata y me senté en uno de los asientos esperando vi como las chicas se cambiaban, varias que ya lo habían hecho se sentaban en los bancos lo mismo que yo parecía que nos fueran a llevar a un matadero.
No paso mucho tiempo hasta que una de las chicas con jersey verde entro por la puerta, se quedo por un momento mirándonos, mientras nos repasaba de arriba abajo me sentía como si estuviera en una prisión.
─ Bueno seguidme...os llevare a la enfermería...─ dijo aquella chica, inmediatamente salimos de allí siguiéndola, aquello nos resulto muy vergonzoso ya que mientras pasábamos por los pasillos las demás chicas se nos quedaban mirando algunas incluso señalaban como si estuvieran escogiéndonos, preferí no pensar en aquello y centrarme en la revisión medica.
Cuando al fin llegamos a una puerta que parecía como las demás al parecer decidieron conservar las puertas tal y como eran, la chica la abrió y entro por un momento nos quedamos mirándonos unas a otras algunas tenían la cabeza bajada y su rostro tenia un color rojo encendido.
Pasados unos minutos salio fuera y fue dejando entrar una a una en la sala, mientras me tocaba, me quede mirando el sitio aquello era como un castillo, se podía oler la humedad, por donde estaba había varios tapices puestos en las paredes con algunos escudos dibujados, la cola fue avanzando y las chicas que entraban iban saliendo y esperando al lado de la puerta, al fin me llego a mi, la chica abrió la puerta entre y seguidamente la cerro, aquella habitación era bastante grande, las paredes estaba alicatadas hasta la mitad el resto era de color blanco, en el techo había un fluorescente del mismo color, en las paredes varios armaritos con algunas medicinas en el y varias jeringuillas a su lado una pequeña nevera de color blanco, al fondo una mesa con un ordenador y varias carpetas con nuestros expedientes lo mas seguro al su lado un esqueleto típico casi en las consultas detrás del escritorio una enfermera su pelo era de color negro y tenia una coleta que le llegaba hasta los hombros, atada por unos abalorios sus ojos eran grandes de color verde portaba unas gafas de pasta gruesa de color negro, aunque tenia una bonita figura, no tenia mucho pecho; llevaba un jersey de color rosa sin mangas y una falda de color negro de tubo con pequeñas aberturas laterales podía verse que las medias eran parte de un liguero de color negro y portaba unos zapatos de tacón bajo y abiertos lateralmente.
─ Buenos días...¿Tu eres...?...─ pregunto la enfermera mientras me miraba detenidamente incluso bajo un poco las gafas.
─ Anabell...─ dije algo asustada aun sin sentarme...─ dije mientras intentaba taparme todo lo que podía con aquella bata.
─ Siéntate y no te preocupes no te voy a morder...soy Sofía la enfermera...siéntate...─ dijo Sofía ofreciéndome el asiento mientras esta buscaba en las carpetas y buscaba mi expediente.
─ Bueno vamos a hacerte los análisis...Primero te haré un análisis de sangre...─ dijo Sofía mientras empapaba un algodón en alcohol y me lo ponía en el brazo seguidamente saco una jeringuilla y me clavo la aguja en el brazo casi ni sentí dolor en unos segundos me fije se llenaba el tubo y lo colocaba en la pequeña nevera que tenia.
─ ¿Para que estos análisis...? ...─ pregunte extrañada, no me suponía el por que tantas pruebas para un internado.
─ Podrías tener algo contagioso o alguna enfermedad...y eso podría ser un contagio...─ dijo Sofía mientras cogía una cinta métrica y se acercaba para medirme el pecho la cintura y la cadera.
─ Vaya no esta nada mal...estas muy bien desarrollada...Ahora levántate la bata...─ dijo Sofía mientras ponía la cinta en el cajón.
─ Perdón...Eso que tiene que ver con la revisión...─ dije extrañada ante tal petición, no entendía el por que de aquello puerto que no tenia nada que ver con estar sana.
─ Venga levántate la bata tengo que comprobar una cosa...─ dijo Sofía casi ordenándomelo, pensé que lo mismo era para averiguar algo aunque me extrañaba, pero le hice caso enseguida, Sofía se quedo mirando por un momento incluso pude ver que se relamía los labios.
─ Muy bien...estas sana toma esto y sal afuera y espera a tus compañeras...─ dijo Sofía mientras me volvía a bajar la bata en cuanto me volví note como me dio una palmada en el trasero, vi como se relamía los labios aquello me resulto ya demasiado sospechoso, pero preferí no prestarle atención.
Salí de allí pensando en lo que había hecho, y no conseguía entenderlo, me puse al lado de las demás chicas y espere que aquello terminara.
En cuanto terminamos nuestra guía nos volvió a conducir a los vestuarios pero esta vez antes de entrar recogió las tarjetas que nos habían dado.
─ Muy bien escuchadme...las que vaya diciendo en vez de coger jersey de color oscuro cogeréis el verde...os vestís y salís fuera...coged vuestras maletas os llevare a vuestras habitaciones...─ dijo la chica mientras entrábamos y nos colocábamos enfrente de las taquillas esperando a que dijera quien se ponía el jersey verde aunque no entendía el por que.
La chica empezó a decir nombres al parecer había varias de ellas que tenían que ponerse el jersey de color verde por mi parte tuve que quedarme con el que tenia una vez que dejamos la bata y nos vestimos cogimos nuestras maletas y fuimos saliendo a fuera para esperar que nos llevaran a nuestras habitaciones.
─ ¿Sabes el por que de los jerséis...?...─ pregunte a una de las chicas intentando averiguar el por que si alguna sabia de aquello.
─ No tengo idea mi hermana estuvo en este sitio...pero no me ha contado nada...─ respondió la chica que por lo visto llevaba un jersey verde.
Sin saber lo que pasaba nuestra guía nos fue llevando por los pasillos pasamos por delante de la cafetería me quede mirando extrañada a una chica de piel oscura tenia la cara muy maquillada su pelo era de color negro con las puntas de color rosa lo llevaba cogido con coletas su cuerpo era musculoso y bastante alta, parecía que era alguien famosa por aquí, no se por que pero se me quedo mirando extrañada lo mismo que yo a ella durante solo un instante, pero enseguida pasamos y seguimos nuestro camino.
─ Muy bien las del jersey de color oscuro venid conmigo las del verde quedaos aquí ahora vendrá otra guía para llevaros a vuestros dormitorios...─ dijo la joven seguidamente nos llevaron por un pasillo que estaba completamente en calma al fondo de este había un ventanal la luz estaba a cargo de los mismos focos fluorescentes, a cada lado nuestro había varias puertas.
La chica fue pasando por cada uno y nos fue distribuyendo en cada habitación cuando al fin entre en el mío me di cuenta que era bastante grande en las paredes había una litera al parecer mi compañera no estaba en el seguramente estaría en clase, mire por las paredes viendo que había algunos pósteres de constelaciones, pensé que me había topado con una cerebrito o alguna aficionada a la astrología, había un escritorio en el cual descansaba un portátil cerrado y varios papeles distribuidos, en una de las paredes había un armario al abrirlo vi que estaba muy bien ordenado y separado por si había una compañera, decidí desempacar la maleta e ir colocando lo mío en las perchas y la ropa interior en los cajones, mientras lo hacia escuche como la puerta se abría.
Cuando me gire observe a una chica de mas o menos mi estatura con el pelo de color naranja, que llevaba una coleta lateral atada con unos enganches sus ojos eran grandes y de color marrón, su cara era redondeada y sus labios algo finos, tenia un cuerpo bastante bonito, tenia el mismo uniforme que yo salvo su jersey que era de color verde.
─ Buenos días...me llamo Valeria...─ dijo la chica mientras me daba la mano, pensé que no parecía la típica cerebrito que se pasaba todos los días estudiando solo alguien aficionada a la astrología como había pensado en segundo lugar.
─ Buenos días...soy Anabell...Perdona estaba ordenando mi ropa...─ dije mientras la seguía observando su sonrisa que parecía embelesarme.
─ Eres nueva por lo que parece...Tendrías que saber que hay algunas reglas en este sitio y mejor será que las aprendas pronto...─ dijo Valeria mientras me daba la vuelta y seguía colocando las cosas, pero sin embargo pensé que se refería a reglas suyas.
─ En las duchas tenemos unas reglas, las que tenemos el jersey verde nos levantamos a las siete en punto y tenemos hasta las siete y media para ducharnos, seguidamente entráis vosotras y tenéis hasta las ocho el desayuno es a las ocho y media esto es importante...─ dijo Valeria recalcándome ese horario, al parecer estamos divididas incluso en las duchas.
─ ¿Te puedo hacer una pregunta...?...Es algo que me tiene intrigada...─ pregunte intentando averiguar una cosa que estaba pensando desde que entre.
─ Si claro...Woow que linda la ropa interior que tienes...─ dijo mientras Valeria miraba alguna de mis tangas y demás los ojos parecían brillarles mientras me ayudaba a colocarlas en los cajones.
─ Es por los jerséis me tiene intrigada...No creo que sea por antigüedad ni nada de eso...─ dije intentando averiguarlo aunque por la expresión que puse cuando se lo dije pareció que había tocado en una tecla.
─ Eso es mejor que lo averigües tu...mira cada cuarto cuenta con una de verde y otra gris...Pero estoy segura que te darás cuenta rápido...Estoy segura de eso...─ dijo Valeria mientras me guiñaba un ojo de complicidad pero aquello me extrañaba mas aun.
─ Bueno ya esta todo arreglado...─ dije mientras ponía al lado del armario la maleta y prepararme para los siguientes meses.
─ Una cosa mas...¿Quien es esa chica que va maquillada excesivamente...? ...parece un cuadro...─ pregunte mientras recordaba aquella chica y todo el maquillaje que llevaba por la cara.
─ Ese estilo lo llaman "Ganguro"...Será mejor que no le digas eso del cuadro...pero yo también creo que es así...se llama Isabel ...y es mejor que no te juntes con ella...se puede decir que es una de las pandilleras de aquí o según ella de las que mandan...─ respondió Valeria con un tono de miedo al parecer era la que intimidaba a las demás.
─ Muy bien...podrías hacerme un favor...mostrarme algo de este sitio...─ dije pensando que al menos no me perdería al día siguiente que fuera a clases.
─ Si, claro vamos te daré el tour de lujo...─ dijo Valeria muy amablemente y sonriéndome mientras salíamos de la habitación, nada mas hacerlo pude ver a Clarisa con otra de las estudiantes nuevas que estaban dando un tour nada mas verlos se acerco a nosotras para saludarnos.
─ ¿Valeria que tal...?...¿Anabell que tal te va...?...─ pregunto Clarisa mientras nos sonreía aunque su compañera no parecía muy confiada y se quedaba en un segundo plano.
─ Vaya así que os conocéis que bien...─ dijo Valeria sonriéndonos aunque no sabia lo que se le estaba pasando por la mente.
─ Si somos amigas de la infancia...Oh que tonta soy os presentare se llama Felisa...─ dijo Clarisa mientras presentaba a la chica que enseguida me dio dos besos.
─ Hola...─ dijo Felisa casi entrecortadamente parecía una chica muy tímida tenia el pelo de color marrón largo llevaba una diadema en el pelo, sus ojos eran algo pequeños aunque sus rasgos eran un poco cuadriculados, parecía incluso mas joven que yo y por lo visto el uniforme le quedaba un poco grande, su uniforme era del mismo color que el mío por lo menos no le toco Isabel en el reparto.
─ Hola encantada soy Anabell...─ dije mientras me daba los dos besos en la mejilla al momento retrocedió unos pasos y se puso de nuevo detrás de Clarisa pareció que el silencio se hizo bastante incomodo por un instante y solo escuchábamos las chicas que hacían gimnasia.
─ Bueno seguiremos con el tour hasta después...Cuídala bien Valeria...─ dijo Clarisa como si aquello fuera necesario.
─ No te preocupes esta en buenas manos...─ dijo Valeria sonriéndole casi picaronamente, como si aquello fuera algo importante para ella.
Seguidamente empezamos a recorrer aquel sitio que era enorme había varios jardines exteriores y algunos patios, las habitaciones estaban a cada lado del edificio y en los pisos de arriba estaban las aulas en la parte de abajo estaban los clubes por lo que me explicaba había bastantes aunque casi ninguno me pareció importante aunque según su consejo me indico que seria lo mejor que me apuntase a uno, seguimos visitando los sitios, no me imaginaba que aquel sitio tenia hasta piscina incluso un salón de proyecciones, cuando ya íbamos para el comedor nos detuvimos en un tablón de anuncios, al parecer los clubes estaban reclutando gente para que se uniera.
─ ¿Te gustaría unirte a alguno...?...─ dijo Valeria mientras miraba el tablón revisando las ofertas aunque no parecía gustarme ninguno en especial, el club de ciencias ocultas atrajo mi atención, no era muy grande y parecía estar algo escondido tenia un color amarillento que me decía que no lo habían cambiado en bastante tiempo.
─ No se pero siempre me han atraído las artes mágicas por decirlo así...Olvida lo que he dicho es una tontería...─ dije casi sonriendo por lo que había dicho y esperaba que se lo tomara a broma.
─ Es un buen club ahora mismo andan faltos de gente...además las monjas han aceptado tenerlo... no hacen cosas de magia negra ni nada por el estilo...es un club que sencillamente les gusta los libros antiguos y poco mas...solo hay cuatro miembros y pronto será eliminado si no se unen mas pero si quieres estoy segura que estarán encantadas de acogerte...podemos ir a verlas después de comer...─ dijo Valeria animándome. al principio ni siquiera me plantee aquello pero empecé a pensar que seria buena idea unirse a alguno para pasar el tiempo por las tardes.
En ese momento observe como la cara de Valeria cambiaba de golpe, cuando me gire vi a Isabel, aquella chica era enorme y junto a ella iban tres chicas mas acompañándolas lo mismo de maquilladas que Isabel, por un instante se quedo delante de mi acerco su cara y se quedo mirándome fijamente por unos instantes seguidamente se separo.
─ Vaya así que tu eres la nueva...ya nos veremos cariño...Y Valeria recuerda lo que me tienes que dar esta tarde...que no se te olvide...─ dijo con cara de enfado, en ese momento se me helo la sangre de golpe, pensé que es lo que pudiera querer de ella.
─ Si claro no te preocupes...te lo daré...─ dijo Valeria tragando algo de saliva mientras respondía, el miedo parecía que se había apoderado de ella.
En cuanto paso, Valeria se recupero un poco mientras suspiraba aliviada, me quede un momento mirándola y no era para menos el miedo que daba.
─ ¿Se puede saber que es lo que quiere...?...─ pregunte extrañada mientras Valeria se calmaba un poco, por lo visto Isabel era la que mandaba por aquel sitio.
─ Nos pide dinero para nuestra protección y tenemos que dárselos a una de nosotras le dio una paliza...la expulsaron durante dos meses pero volvió...─ dijo Valeria explicándome lo que había hecho, pensé que era una bestia pero l oque mas me extrañaba era que los profesores no le dijeran nada.
─ No has probado decírselo a un profesor...Seria lo mejor...─ dije pensando que al menos pudieran expulsarla para siempre.
─ Si algunas se lo han dicho...pero no sirve de nada no tienen pruebas de ello ni nada parecido...─ dijo Valeria con tono de tristeza, aquello era un abuso alguien debería de hacer algo.
─ Bueno es mejor que me sigas enseñando los sitios...─ dije sonriéndole mientras continuábamos nuestro tour.
Entramos por un momento en el comedor aquel sitio era enorme al fondo había una especie de mostrador y detrás de el, unas personas sirviendo delante de este varias mesas largas con asientos las paredes eran de un color blanco amarillento lo mas seguro por algo de grasa y la iluminación estaba a cargo de los fluorescentes a su izquierda había un gran ventanal por el cual se podían ver a las de gimnasia, cuando me asome vi que casi todas tenían los pantalones de deporte de color verde aunque al parecer a esta hora había poca gente para comer.
─ ¿No hay maquinas de bocadillos...?...─ pregunte extrañada mientras miraba hacia todos lados.
─ No hay de eso aquí o te das prisa o te quedas sin comer...ven un momento...─ dijo Valeria mientras me mostraba el menú de cada día, por lo que estaba viendo había una buena variedad de comida incluso vegetariana de eso no me podía quejar pero en referente a los precios me parecían un poco alto pero no todo podía ser bueno...
FIN DEL CAPITULO 1
P.D: Bueno aqui dejo un nuevo relato espero que os guste muchas gracias a todos

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