Recuérdame, si mis manos no alcanzan a envejecer
y llévame si las tuyas perecen también
me acerco a un precipicio en principio de libertad.
A estas horas, estarás leyendo con rostro enlagrimado
aquellas letras que con tristeza pronuncié.
Recuérdame, cuando mi alma, latir no pueda más
cuando el viento con su furia arrebate mi respiración
y nada más pueda el aire, decir que me marcho.
A estas horas, estarás deseando que regresen
los momentos que fueron nuestros y hoy no son.
Recuérdame, simplemente no me olvides si no respiro
cuando mis huellas ya no sientan sus pasos
piénsame, estaré sobre tu almohada cuidando de ti.
A estas horas, rogarás que te aprieten mis brazos
con fuerza tu alma acompañará mi vuelo.
¡Amor no te marches! déjame acompañarte al cielo
