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Esa Persona 0 2 982

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03 Jul 17
Esa Persona
Cuando las blancas nubes cubren el triste cielo, y la lluvia manifiesta su llanto de melancolía, al caer sobre las secas hojas de otoño; se escucha en el pavimento, de la calle de un lindo vecindario, los pasos de alguien que con su aspecto acompaña la atmósfera desanimada y misteriosa del ambiente. Bajo la suave lluvia esta persona camina, con unos zapatos negros, unos pantalones grises de tela y llevaba puesta una larga campera de gabardina marrón claro y un sombrero del mismo color, que al estar cabizbajo este oscurecía su cara.
Logró llegar a una pequeña estancia que era el lugar de un jardín de infantes, llamó a la puerta y pocos segundos después fue atendido por una señora de edad mayor que llevaba puesto un delantal de portera y usaba lentes.
-¡Oh! Usted debe ser el que mando la carta.-Dijo la señora con toda amabilidad.-Por favor pase, no siga mojándose.
El sujeto entro a la estancia, sin decir nada. Estaban en un pasillo pequeño que llevaba al patio.
-Voy a llamar a la señorita. Por favor espere aquí.
La mujer se fue hasta la sala donde la maestra de jardín se encontraba con los niños mientras estos jugaban con los juguetes. La portera le hablo a la maestra y le señalo al recién llegado y esta fue a recibirlo, mientras la señora se quedó a cargo de vigilar a los niños.
-¡Buenos días! Me alegro de que haya podido venir. ¿Viene a saber de la niña, verdad? ¿Podría acompañarme a la sala de reuniones? Es por aquí.
La maestra abrió la puerta que estaba en ese mismo pasillo. Y entraron; ella le ofreció café mientras se sentaba en frente de una mesa, pero la persona que la acompañaba no quiso nada y solo se limitó a quedarse parado en una esquina donde casi no llegaba la luz, dificultándole a la joven señorita ver su cara.
-Me alegro de que sus tíos pudieran contratar a un tutor para que cuide de ella, por suerte ella la pasa muy bien al estar aquí con nosotros. Ha hecho muchos amigos ¡Esa niña es todo un encanto!
¿Le gustaría verla?
El hombre del sombrero asintió, entonces salieron y, cruzando el patio, fueron a la salita donde estaban los niños. La lluvia continuaba pero era más suave esta vez. La señorita entro a la sala, y llamó a una pequeña niña que estaba jugando con sus compañeros. La pequeña era de piel blanca,  sus ojos eran cafés y tenía unos lindos rizos en su cabello castaño oscuro.
-¡Señorita, señorita!-Decía la niña alegremente – ¡Mire mi dibujo!
Ella le mostró su dibujo a la maestra y ella la felicito. Mientras tanto el sujeto de la gabardina y el sombrero permaneció afuera del salón, observando a la pequeña. La señorita le preguntaba disimuladamente a la niñita como se encontraba, si se estaba divirtiendo; a lo que la niña respondía muy alegre y positivamente. Pero luego se dio cuenta de la presencia de ese hombre que estaba en frente de la puerta, y ella reaccionó inocentemente confundida.
Luego de todo eso la maestra le dijo que volviera a su lugar, y la niña obedeció. Mientras volvía vio que la señorita fue a hablar con esa persona de la campera larga y el sombrero, pero no pudo escuchar lo que decían. La señorita volvió a la sala, y vio como esa persona se quedó fuera del salón al lado de la puerta, apoyado de espalda contra la pared y con la cabeza baja, y por más que lo mirara no podía distinguir su cara debido a que su cara estaba ensombrecida por el sombrero que tenía puesto y el cuello de la campera de gabardina que era un poco alto y cubría también parte de su rostro.
Luego de pasado un tiempo había llegado la hora del recreo y para ese momento había dejado de llover, por lo que los niños podían salir afuera. En cuanto escucho el timbre, la persona que se encontraba fuera ya se puso en marcha para irse del lugar.
Cuando la niña salió vio que había un pequeño papel doblado que estaba tirado en el suelo y pensó que era del extraño del sombrero, así que lo tomó y lo siguió para devolvérselo. El sujeto ya estaba en el pasillo que llevaba a la puerta de la estancia, y la niña lo vio.
-Señor-llamo la niña- Se le cayó este papel.
El hombre, quien estaba bajo las penumbras de aquel pasillo se dio vuelta y vio que la pequeña le extendía su mano con el papel. La niñita sintió miedo al estar tan cerca de aquella persona misteriosa, y aun no lograba ver su rostro con claridad ya que una vez más este se escondía en la oscuridad del pasillo de la entrada.
El sujeto del sombrero tomo el papel con su mano que llevaba puesto un guante de tela blanco, y se lo guardo en el bolsillo de la campera. La nena se quedaba mirándolo con sus tiernos ojitos cafés, que estaban asustados.
-¿Es usted una buena persona?- Le pregunto la pequeña con miedo y timidez.
Este extraño sin decir absolutamente nada solo extendió su mano con el puño cerrado, en frente del rostro de la niña mientras ella miraba su mano. Y en cuanto la abrió, la niña vio que tenía un broche para el pelo de color blanco con unas flores hechas de tela que eran igualmente blancas, era un broche muy bonito. De pronto su mirada cambio a una expresión de sorpresa.
-¿Es para mí?-Dijo esbozando una inocente sonrisa.
El sujeto del sombrero asintió positivamente, y la niña tomo su regalo.
-¡Gracias!-Dijo ella tierna y alegremente.
El extraño acaricio la cabeza de la pequeña, y luego solo llevo su mano a su sombrero haciendo una señal de despedida.
La niña se fue corriendo a mostrarle a la maestra su nuevo regalo, con toda la alegría del mundo; pero antes de llegar, escucho una risa cerca de ella, la risa de un chico joven, era una risa suave y amistosa. Ella pensó que era de la persona del sombrero, así que se dio la vuelta rápidamente… pero ya no estaba ahí, ya no había nadie en el pasillo, y jamás escucho el ruido de la puerta de la salida al abrirse. La niña se quedó confundida al ver esto, nunca pudo saber quién era esa persona, nunca pudo ver su rostro; lo único que sabía era que esa persona era buena y que siempre estaría acompañándola, porque esa risa y el regalo que le dio eran señal de amistad. No sabía cuándo ni cómo pero ella sentía que quizás algún día volvería a ver a ese amigo de sombrero y gabardina.
Agradezcan a Dios por mi ¡Andros Fucking Navi!
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