Octubre de 2015.
Las agujas del reloj nunca pararon de moverse, y con ellas la mayor parte de mi tiempo invertido en Internet se fue al tacho, tal como un bollo de papel de una carta que no era de mi agrado. Allí fueron a parar años repletos de sentimientos en foros cerrados o, en el mejor de los casos, desérticos ante el avance de las redes sociales. Mi propio blog comenzó a aburrirme, ya no lo disfrutaba como antes y decidí abandonarlo. Lo único que quedó fueron recuerdos bonitos y palabras eternizadas en sitios que no esperan más visitantes. Aquello sólo sirve de prueba para demostrarme que existió, que no fue un sueño, pero esa diversión ya no forma parte de mi presente.
Siento nostalgia...
Sigo manteniendo contacto con algunas personas conocidas en la web. De todas maneras, ahora es diferente. Esas agujas del reloj no corrieron igual para todos. Alguno se casó, tuvo hijos, formó su familia; lo normal. Con otros fuimos perdiendo los gustos en común que sostenían nuestros vínculos. Yo sigo igual, estancado, más bien conservando mi día a día, trabajo, viejas amistades de la escuela, un noviazgo al que no le veo futuro y, cada vez que me relajo en la computadora, hay un vacío.
Me aburro...
¿Está bien para mí intentar empezar de nuevo? ¿Por casualidad encontraré personas similares a aquellas con las que me reía? No creo que sea lo mismo a los 17 que a los 27. En realidad sigo sintiéndome de 17, ja. Mejor aprovechar hoy que tengo el autoestima alto o terminaría deprimiendo a todos. Voy a usar el buscador, investigar cual me parece la página más indicada y ya. Lo peor que puede pasarme es frustrarme un poco y volver a lo cotidiano.
Ni quiero pensar en eso...
Después de dar vueltas por varios foros puedo decir que éste parece especial. Veo que tiene actividad, aparenta haber libertad de opinión y resulta raro que con ella no se estén insultando o pisoteando como en los encontronazos deprimentes que solía presenciar. Debe ser porque se llevan bien entre todos, me agrada. No voy a enrollarme más y... ¡oh! ¿de verdad? Esta va a ser la primera vez en la que pueda usar mi nick sin guiones, números o deformaciones. Al menos en algo que no importa tanto empecé con el pie derecho. Aniterasu está muy guapo y hasta tiene radio propia. Parece que estoy de suerte porque justo caí en horario que hay una locutora. Voy a escuchar mientras me tomo mi tiempo para presentarme y esperar qué sucede luego.
Tengo un poco de ansiedad...
¡Vaya bienvenida! Tal vez en lo más profundo de mi mente me lo esperaba porque es lo que quería, pero no siempre se da mi voluntad. Va siendo hora de hacerme notar y confirmar si encajo en el grupo; ellos ya hicieron su parte facilitándome la entrada. Hay tantos lugares por donde empezar y si lanzo una horda de mensajes pensarán que soy un spammer. No importa, después de todo quiero revivir lo que sentía en viejas épocas. Comento aquí y comento allá aunque...
no me cuesta romper el hielo como de costumbre...
Noviembre de 2015.
Voy encontrando mis colegas, son esos dos que encadenan casi todos mis mensajes. A veces decimos locuras sin sentido y otras debatimos seriamente. Es como si supiéramos del humor del otro, hacia donde vamos con lo que decimos y respondemos exactamente lo inesperado para divertirnos. Creo que congeniamos bien con esa chica cocodrilo que tiene de avatar a uno de mis personajes favoritos de anime, a Saber, y con el humanoide científico del país cafetero que no quiso inventarse un nick. Ellos me ayudan a integrarme con los demás, a soltarme, a escribir más cantidad y expresarme mejor. Si algún día relato una historia sobre mi paso por el foro, ambos se llevan el mérito y culpabilidad de lo extensa que pueda llegar a ser. Este es el sentimiento que buscaba cuando ingresé a Aniterasu, no tengo dudas...
¡Qué de buenos eventos! ¡Aniteolimpiadas! ¡Helloween! ¡Navidad y año nuevo! Participo en la mayor cantidad que puedo y son experiencias que nunca había vivido en Internet. Una lástima que mi trabajo y la banda no me permiten escribir tanto como quiero, además todavía ni siquiera ingresé al chat. Lentamente mi vida fuera de la compu se está comiendo mi existencia en la web y lo noto bien claro. En cada ingreso voy comentando menos, no puedo seguir el ritmo de los demás, van sucediendo algunas desgracias inevitables en mi vida que me hacen perder la chispa, mi luz se va apagando. ¿Es hoy la última vez que entraré? ¿Tal vez el fin de semana que viene porque tendré unos minutos libres?
No voy a olvidarme de este lugar...
Abril de 2016.
Me estaba agotando de la forma en que vivía. El cambio de puesto en el trabajo me da un poco de aire, por otro lado con la banda nos lo tomamos con más calma y así hasta nos va mejor. ¿Y si doy una visita a Aniterasu para ver cómo están las cosas? Sigue activo, veo varios "rostros" conocidos, muchos nuevos; eso me pone contento y aliviado. Será difícil regresar pero estoy seguro que quiero hacerlo, alguien me recordará. En realidad nunca me despedí ni fue mi intención irme, por lo que siempre seguí siendo parte de este grupo maravilloso. Tadaima...
Pasaron meses desde entonces y ahora me siento más firme que antes, para mejor algunos fueron reapareciendo. Tras mis merecidas vacaciones, ¡Mandrake está recargado! Hoy, viernes, tengo la noche libre y nunca escuché La Hora Akatsuki. Si no hay ningún otro plan, ¿qué estoy esperando? Saso si que es un locutor carismático, me hace reír el loco ese. Ahora mismo está pidiendo que en el chat le respondan para un mejor ida y vuelta, pero se queja de que nadie lo hace. El chat... ¡Carajo, nunca entré al chat! ¡Ya es hora!
Bien, lo que sigue es más reciente. Supongo que todo está ahí al alcance de los demás porque saben que no me corto a la hora de escribir. Sólo quedarían afuera diversos instantes en el chat y programas de radio. Finalmente me falta transmitir que estoy feliz aquí, habiendo conocido a tantas personas que aprecio mucho, presenciando el actual cambio del foro, otra ronda de eventos y... parece que acaban de abrir un tema donde poder contarles mi vida en Aniterasu.
Mandrake.